Partida Rol por web

Atravesáis la habitación siguiendo a la paladin fantasmagórico, mientras habláis con ella.

Cita:

- Oh... no se. Creo que Kithendrem los llamo wights una vez..

Cita:

- No te preocupes - una extraña risa sale de su boca - están bajo control.

Tras atravesar la habitación se abre una puerta, permitiéndoos ver una sala de audiencias o de trono de grandes proporciones. Cuatro grandes columnas de tres metros de diámetro sostienen el techo a 20 metros de altura, cada columna esta inscrita con runas que brillan suavemente. Al final de la habitación hay dos sillas situadas sobre un altillo, una de ellas vacía, en la otra se sienta una figura vestida con una túnica rasgada, su piel se marca sobre sus huesos. Varios esqueletos armados levitan a sus lados formando una extraña guardia.

- Hola Kithendrem, los he traído aquí como pediste - dice Katherina -, como predijiste buscan el Nanok.

El no muerto esboza algo que se parece a una sonrisa ante las palabras de Katherine:

- Bienvenidos a nuestro dominios, caballeros. ¿Podría saber para que buscan el Nanok?.

Mentándose a sí mismo:

-Tratábamos de comprobar que el Nanok se encontraba a buen recaudo, y si no al menos llevarlo a un lugar seguro. Se ha alzado un caudillo entre las tribus ogras de las montañas y no hace más que enviar a sus esbirros hacia este lugar. Es cuestión de tiempo y vidas que consiga abrirse paso. Sin ir más lejos, las mujeres que trajeron a mis compañeros hasta esta cornisa ya les han ofrecido sus servicios; y lo volverán a hacer, si se les da la ocasión.- repitió Asher desde el final del grupo, siempre directo al grano.

- Tienes razón, solo es cuestión de tiempo que lo encuentren. En realidad tampoco me fío de vosotros, pero si habéis llegado hasta aquí es porque ya he tomado mi decisión. Entre vosotros y los ogros os elijo a vosotros. - hace una pausa claramente teatral, como si hubiera ensayado este momento - Os cederé el Nanok.

- Pero hay un problema y una condición. El problema es que para poder acceder al Nanok es necesaria una llave mágica, que... errr... hemos perdido. Esta en manos del mago loco que vive un poco mas abajo.

- La condición... cuando hayáis obtenido el Nanok deberéis matarme y destruir este colgante - saca un collar con un piedra roja muy brillante entre sus ropas - He pasado demasiado tiempo así.

¿Y que buscas exactamente?

Helen aparece de pronto, como si siempre hubiese estado presente, hace una leve reverencia ante el no-muerto y dice:

Haremos cuanto sea necesario para salvaguardar el Nanok de las tribus ogras. Respecto al problema al cual hace referencia, indíquenos el camino y nos haremos cargo, así como de acabar con su existencia a la vuelta, si es su deseo. Sin embargo, tengo unas preguntas, ¿Dónde se encuentra el Nanok ahora mismo y para qué se necesita la llave? Y ¿Cómo es que no se hicieron cargo de ese mago ustedes mismos? ¿Contra qué nos deberíamos proteger a parte de su locura?

Quarion observa la situación con cautela. No se fía de estos muertos....

- El Nanok esta aquí, protegido por estas columnas. La llave son una serie de runas, que unidas a las de las columnas abren la puerta de la dimensión bolsillo donde se encuentra el Nanok. El mago loco se suele encontrar en algún lugar debajo de nosotros. Al norte del cráter esta su laboratorio, al sur y al este sus "experimentos". Es un mago bastante competente, experto en viaje planar, convocación y construcción de seres. No solo tenéis que tener cuidado con su magia, si no cuidaros de sus criaturas.

- Ya hemos intentado recuperar la llave, desgraciadamente no hemos sido capaces.

Helen asiente con la cabeza.

Entiendo. ¿Sabeis por qué se volvió loco? ¿Era uno de los protectores?

- No se porque enloqueció. No era un protector, es un protegido. Es un cambion, un semidemonio, hijo del mismísimo Orcus. Demasiado peligroso para dejarle suelto.

Asiento con la cabeza me parece muy bonito todo lo que nos cuentas, pero si vosotros no habéis sido capaces de recuperar la llave, ¿que os hace creer que nosotros si vamos a ser capaces de conseguir esa llave?

Y si finalmente nos ponemos a ello, ¿podemos contar con alguna ayuda por vuestra parte?

¿Hay alguna forma de llegar a su guarida que no sea por las paredes del abismo?

Cita:

- Sinceramente nada. Lo mas probable es que no podáis. Pero como he dicho, por ahora las únicas opciones que tengo sois vosotros o los ogros. Tarde o temprano lo lograran

Cita:

- No que yo conozca.

-La verdad, no necesariamente: si lo que dices es cierto y se nos puede entregar tan solo una de las llaves que guardan ese bolsilloloquesea, no debería de haber ningún problema en que guardáramos una de esas runas en vez del Nanok; ¿me equivoco? Si los ogros no tienen la runa, tampoco tienen la espada ¿cierto? Ahora la cuestión es: ¿cuál es la runa más sencilla de conseguir?- dedujo Asher con aquel habitual pensamiento simplicista pero expeditivo que lo caracterizaba.

No. - Dijo Helen de forma autoritaria - Simplemente recuperar una runa no es suficiente. Al igual que Kithendrem y su gente no tenemos capacidad para proteger el Nanok de nuestros enemigos de forma indefinida. Hay que recuperarlo y volverlo a esconder.

Se ajusto el cinto donde colgaba la espada.

Deberíamos partir sin más demora. Mientras discutimos aquí, no sabemos que está ocurriendo ahí fuera.

-Pero si nos llevamos el Nanok los ogros tan solo tendrían que venir tras nosotros, y además tendríamos que acabar con lo que queda de defensores. En cambio, si nos llevamos una de las runas, los ogros aún tendrían que acabar con el resto de defensores, descubrir que falta una y descubrir quién se la llevo... ¡No tiene ningún sentido que nos llevemos el Nanok!- protesta el explorador finalmente.

- Pero...¿ Eso es posible? No me gustaría haber hecho todo esto para que luego venga un mago de esos y fuerce una entrada al la dimensión esa del Nanok y se lo lleve , mientras nosotros paseamos por el mundo una bonita runa que no sirve para nada.

- Por otro lado, si es imposible forzar una entrada sin tener las runas y la llave, lo que dice Asher me parece correcto. Nos llevamos una de las piezas y la ocultamos donde nadie pueda encontrarla. Pero si eso fuese posible, ya lo habriais hecho antes, ¿verdad? - dice el dracónido mirando hacia Kithendrem