Partida Rol por web

La Pitones vivía una poqueja apartá del pueblo y es que las vacas daban peste y nadie quería vivir al lao, pa qué vamos a negarlo. Eso a la Pitones le traía al fresco, porque luego seguía siendo la dueña del lugar, con su hija en el intimissi y su hijo aún por despuntar en la cría de vacas. 

Llegaron ya pasá la tarde, c'habían echao el día en eso... En hacer na. Como zanganos... Tanto que ni la Pitones s'había acordao toa la compra c'había hecho anca la murciana.

No tardó en pasar a tos a su cocina, porque to'l mundo sabe que los manchegos viven en la cocina. La cocina es el lugar d'ocio y el mejor sitio pa llevar a las visitas, asín las pués engordar porque están tos mu escuálidos y mu paliduchos. Hay que comer bien pa estar lustroso y hermoso, no como esas yuecas que salen ahora en la tele, que no tién donde agarrar ni ná de ná... S'están echando a perder los buenos valores... Ain...

Pos el Paco Pepe empezó a sacar un queso que tenía por ahí, la jandiña que tenían por ahí colgá secando y un rusco de pan. El pan bien asentao, claro, de hace dos días. Sacó su cheira comprá en la feria d'Albacete (como toas las güenas cheiras) y empezó a repartir allí al personal. A él to eso l'había dao muncha hambre... Que no tol asunto de la fábrica d'harinas, sino la chispera que se l'estaba pasando.

Y con toa la mesa puesta, tocaba hablar de qué hacer... Lo único c'había quedao claro como el orujo puro era que el Guacheras no pintaba ná ahí, porque no s'enteraba, estaba atontinao ese hombre. Que lo mismico les dinunciaban los de la fábrica por entrar y el tontaco venía a detenerlos a ellos. Ni que hubieran hecho un moramiento de allaná d'esos.

Ya con tos en mi casa me sentí la reinona del lugar. Ni guacheras ni leches. La casa de la Cipriana como centro de reuniones secretas, como en las piniculas. No me sentía tan emocioná desde el final de la tilinovela de la Gata Salvaje. Total, que allí los asenté a tos en la mesa de la cocina y asentí aprobatoria a que mi Paco Pepe comenzara a repartir víveres.

Tiré a tomar por culo ya el saco de dormir del guiri, porque eso ni con un lavao se salvaba. Puse al gatico en un capazo de esparto, y acolché el fondo con un cojín pa que no se raspara el culo. Que lástima. Cogí un trocico de embutido que cortaba mi mario, y te lo tendí al gatete pa ver que hacía. Aunque estaba estraspellao seguro. Me había olvidao hasta de la compra de la murciana, que a saber como estaban las cosas en la bolsa, pero eso ahora era to secundario.

- Vamos a ver, hermosos. ¿Pos ahora que hacemos? Lo de taponar el tubico ese ya me suena apoco ¿es o no es?

-Pos ai don nou... -Al guiri to esto se l'antojaba mu, pero que mu raruno. Pos quen la frábica ya habían estao y parecía que no había na que rascar. Aquello seguía echando pringue verde y si lo desenchufaban s'apagaba el sol. To mu raro, al menos la güeña del Paco Pepe estaba buena. Y es que las cosas en la chimenea están mu, pero que mu ricas. -Dos cosas están mu claras... qu'el guacheras no pinta ná, y que la frábica sigue echando pestes, que a vé como la paramos. A mi no me s'ocurre ná.

-Pos yo estoy igua que er Yosua- Dice Evaristo- Mas en blanco que la leche de cabra, que hablando de leche despue de te acerco un poco pa el gatete que se ve que necesita engorda.

A lo mejo en el ayuntamiento hay papele importante de la fabrica como quien e er que lleva esa cosa ahora o lo que están haciendo ahí dentro, aunque argo me dise que esos papele van a se ma falso que una peseta de madera.

El animalico se comió lo que le daban, antes d'eso l'ulisqueó y le puso carusas El caso que el gatete tinía que saber qu'era eso u na, asín que se comió la salchicha, masticando asín con la boca abierta, que aquello pa'ecía que se l'hacía bola. Al Paco Pepe no le gustaba mucho que le dieran su jandiña al gatete, pero en su casa mandaba la Pitones y se cayó como una señora d'esas del local de las lucecicas que hay pasando Mojuéllamos.

-Yo creo que hay que tapá... Ande luego, to eso se queda dentro, no sale y explota... Como cuando le tapamos los tubos del riego al Pecas porque no era su turno de regar la huerta y enganchó su motor, aquello pegó un pepinazo- el Paco Pepe se rió de acordarse. -D'esto ni una palabra al Guacheras, ¿eh? Que sabré c'habís siu vusotros.

-Bfroosrs, fodfsio dadfoasj adsmasdoi... -lo que faltaba p'al mocho... encima que no se l'entendía na, el joputa el guiri va y se pone hablar con la boca to llena de torreznos de la última matanza. Casi tan lamentable como cuando la Blasa se puso a cantar los aguinaldos con la boca llena polvorones, que s'atragantó del tó y casi no llega al centro salú del sofoco que le dio- El guiri s'amorra a la bota de vino que l'acerca el Paco Pepe y después de tragar le da una palmada en el hombro al Paco Pepe pa sentar que le paice mu bien lo que ha dicho. -¡¡¡Po que zi!!! Amos a llenar el tubo d'ormigón y que se fak los de la frábica. Asín reviente y se les joa tol invento. -La verdá es que la idea no tenía ni pies ni cabeza, pero siempre era mejor que quedarsen allí sentaos comiendo chorizo... o a lo mejor no.

Al gatico no le gustaba mucho aquello. Ponía carejas, como mi Adelaida comiendo acelgas cocias. 

- ¿Que no te gusta, hermoso?  - el gatete. Paso a tenderle una magdalena tierna, de la panadería tradicional manchega. Mientras atiendo al resto, que no da pie con bola. Menos mal que tienen una mujer pa organizar - Pos mira, se tapa el tubico esta noche. Y ende la mañana, sinvistiga de quien es la fabrica  ¿que os parece? Y asín sabemos a quien tirar tomates a la casa. O se toman foticos y se dinuncia al piriodico o a la tilivisiion, o asín.

Al gatico parecía que las madalenas le gustaban más, porque se la empezó a comer con to'l gusto. Allí estaba el bicho llenando la alforja a carrillo lleno, mientras el olor a chotuno del saco del guiri afloró. Indiós, que se l'había pegao l'olisca al gatete, ahora olía a revenío, qué lástima... Lo mismo con un fregao con el jabón lagarto se le quitaba el olor. Qu'el bicho al acabar la madalena suspiró y to, como disignao a oler a mierda.

-Pos ahí tengo un saco d'argamasa... Asín que cuando quiráis tapamos el boquete, que hoy no hay luna ni na- el Paco con pocas palmas bailaba y fue a sacar la bota de vino pa acompañar toas aquellas viandas. Que no se dijera que su familia no era generosa, no como los murcianicos, c'además de forasteros hacían de to un negocio.

Asín s'estaban hinchando a comer anca la Pitones de gratis. El arcalde renegaba una poqueja, to aquello no le parecía bien, claro'stá... Pero tinía que vengarse de los de la fábrica, que no le habían untao lo suficiente pa to lo c'hacían.

Los Lara eran arcaldes ende siempre, daba igual si gubernaban los grises u los rojos, les venía to bien. Y llevaban to'l pueblo como dibía llevarse, sabían cuando hacían falta unas fiestas. Cuando se murió Franco andemás lo hicieron mu bien, porque el De Lara qu'estaba en el 'yuntamiento no tinía hijos, asín que le pasó la alcaldía a su primo hermano... El Ataulfo el Manollena. El Manollena dijo qu'es que él era mu rojo como los tomates de la güerta del Barragán y ea, ahí se quedó. Que listetes son los De Lara, por eso que a ellos no se les engaña.

-Pos lo de tapa er boquete me parece buena idea- Dice Evaristo mientras mira como el gatete come y a la vez hace caras, como sus cabra cada ve que rumian el folleto de argun supermercao que se ve que a la pobre les da asco la tinta, pero siguen comiendo. -Podemo ir ahora que esta oscuro y asin mejo que no nos ve nadie, pero como se entere el guachera nos la endiña pero bien y otra cosa ¿Arguno de vosotro tenei linterna o argo que brille?, que ya habei visto que eso de noche se pone como er sobaco de un negro.
 

Sonreí más contenta que na cuando el gatete empieza a comerse con gusto la magdalena. Pero olia mu mal. Olía al chotuno de saco de dormir del guiri, que marrano que era. 

- Pos mi Paco seguro que tié algo por ahí c`alumbre - asiento al Evaristo - Yo igual me quedo pa darle un baño al gatete que huele a chotuno. Y ya me contís cuando volvais - además, esta noche seguro que salían mujeres al fresco y había que cotillear y empezar mi plan de hundirle el negocio a la murciana, entre otras cosas. 

-Pos tos aquí a midianoche, como en las pinículas- dijo el Paco Pepe, que despedía a los visitantes, pero sin moverse ni una miaja de su silla. Ya no que estuviera tajao, que tenía una poca ganeja con to lo que había bebío por la mañana y además que eran horas de comer y él no pensaba invitar, eso eran cosas de su mujer si quería.

La Pitones estaba tan atonta con el gatete, que le daba igual si los hombres iban solos a tapar el bujero. -Yo tengo ahín un poco d'argamasa de cuando se cayeron los azulejos del baño. Me queda medio saco o asín, asiesque con eso y el farol de ordeñar a las vacas por la mañana nos vale.

-Pos venga, esta noche quedamos tos aquí y nos vamos a tapar el bujero ese. Mi también tener a lantern in de fragoneta.

Se desalojó a los gañanes del caserón del Paco Pepe y la Pitones, que tinían toa la tarde pa hacer lo que quisieran. Amos que gandulear se les daba de lujo, pero no eran horas pa estar por las calles, que tol mundo estaba comiendo antes de la siesta. Bueno, el guiri ahí tenía su flagoneta que es ande vivía, asín que el apaño no era pa ir mu lejos tampoco.

Mi no hace ná, que tanta aventura resulta mu cansá. Toa la tarde a la fresca echando la siesta en la fragoneta xP

El Guiri se quedó a ver cómo la Pitones le metía un fregao al gatete, en realidad tenía muncho interés en el bichejo porque él seguía convencío c'aquello era un gamusino como la copa d'un pino. El caso qu'el Guiri había escuchao que cuando llovía los gamusinos no salían y estaba intrigao por saber qué pijo le pasaba al bichejo si lo mojaban.

Allí lo metió en la pila de la cocina mientras el Paco Pepe seguía echando comida a la alforja. Le echó un chorrazo de flairi y se puso a frotar y cuando lo fue a aclarar, el gatete se puso a temblar y explotó. To mu raro. Un cacho le dió al Paco Pepe en la mocha, que pegó un halarío y s'escondió bajo la mesa con la botelleja de vinate. Otro dio en su plato-recuerdo de las casas colgás de Cuenca, que se hizo cisco y el suelo se llenó de cachicos. Otro se cargó la puerta de l'alacena que se cayó al suelo tamién. Menudo estropicio.

El caso... que cuando miraron pal fregador, ahí seguía el gatete, pero como mareao... ¡Al parecer no tenían un gatete! ¡Ay copón! ¡Que la gateta acababa de parir!

Ahora había tres gatetes más...

Uno con los ojos así como si le hubiera dao un ventusque...

Otro con una cresta como los tunquis esos de la capital, que no eran más que macarras y maleantes...

Y el último era escuro y sonreía muncho, ese tenía c'haber salío al padre.

Frota y que te frote. Frota y que te frote. Como cuando tengo que lavar los calzones de mi Paco, pero con más cariño. Esperaba que se quedara desengrasao y limpio con el flali, pero pasó algo más que esto.

- !Ay copón! - digo llevandome las manos la boca, cuando empiezan a salir esas cosas del gatete. !Ay que no es un gatete! !Es gateta! - !Ay que estaba preñá hasta la boca la jodía! !Ay unos gaticos, que hostia san dao, que lástima! - digo rápido, yendo a atender a los gaticos nuevos. Que era asín mu raros....Cresta, un con los ojos pipos, el que se rie...¿esde cuando un gatete se rie? - Ay Yosua hermoso ayudame a recogelos....- voy a por el del ojo pipo - !Tú! !Paco Pepe, sal de ahí!