Partida Rol por web

La persecución, incluso de las mejores cosas, debe ser calmada y tranquila.

Marco Tulio Cicerón

A la mañana siguiente, después de enterrar a Mayor en la inmensidad blanca de la Antártida, todos se reunieron en la Casa de la Administración con los acontecimientos de la noche anterior grabados en la retina al fuego de una antorcha fuelle.

McReady miró a su alrededor, en la atestada habitación. Dieciocho mujeres y hombres, algunos de ellos recostados contra la pared en nerviosa tensión, otros relajados con aire de malestar, otros sentados, la mayoría de ellos de pie en una forzosa intimidad de sardinas. Empezó a hablar:

-Perfectamente. Creo que todos estamos aquí, Todos vieron lo que estaba sobre la mesa. Para quienes no lo hayan visto, levantaré...

Su mano se tendió hacia la lona embreada que abultaba sobre el cuerpo tendido en la mesa. De allí brotó un acre olor a carne quemada. Los presentes se movieron con malestar y se apresuraron a declarar que no necesitaban verlo.

-Parece que Charnauk no guiará más equipos de perros -prosiguió antes de entrar a un tema espinoso-. La muerte de Mayor ha sido un duro golpe para todos. Él había asumido en vida las labores de gestionar el campamento. Sin él no solo hemos perdido un amigo, también necesitamos que alguien se encargue de esta responsabilidad. Creo... creo que lo que debemos hacer es someterlo a votación y elegir a un nuevo líder. ¿Les parece?

Hubo varios gestos de asentimiento. Aquel parecía un plan tan bueno como cualquier otro y, al fin y al cabo, aquel tema, aunque probablemente necesario, parecía ridículo en comparación con lo que habían vivido.

Cerrado ese punto, McReady respiró pesadamente y continuó cambiando de tema.

Blair quiere examinar en forma más detallada a ese ser. Queremos saber qué pasó y asegurarnos de que está total y definitivamente muerto. ¿De acuerdo?

-El que no esté de acuerdo puede cuidarlo esta noche -dijo con una sonrisa Blair

-Muy bien, pues. Blair..., ¿qué puede decirnos sobre esto? ¿Qué era ese monstruo? -dijo, volviéndose con aire interrogativo hacia el biólogo.

-Dudo de que hayamos visto alguna vez su forma natural -dijo Blair, contemplando el cuerpo cubierto-. Quizás haya estado imitando a los seres que construyeron esa nave, pero no lo creo. Los que estábamos cerca del recodo vimos a ese ser en acción: lo que está sobre la mesa es el resultado. Cuando quedó en libertad, empezó aparentemente a mirar a su alrededor. La Antártida estaba todavía helada como hace muchísimos siglos, cuando la viera por primera vez... y cuando quedara congelado. A juzgar por las observaciones que hice cuando se estaba deshelando y por los trozos de tejido que corté y endurecí entonces, lo creo nativo de un planeta más cálido que la Tierra. En su forma natural no podría soportar la temperatura terrestre. En la Tierra no hay forma alguna de vida que pueda habitar la Antártida durante el invierno, pero la mejor transacción es el perro. Esa bestia encontró a los perros y llegó tan cerca que Charnauk se le echó encima. Los demás lo olieron o lo oyeron, no sé, el caso es que se volvieron frenéticos y rompieron sus cadenas y atacaron antes de que la pelea concluyera. Lo que encontramos fue en parte a Charnauk, que, cosa extraña, sólo estaba muerto a medias, y digerido a medias por el protoplasma gelatinoso de ese animal, y en parte los restos del monstruo que encontramos primitivamente, disueltos en cierto modo hasta volver al protoplasma básico. Cuando los perros lo atacaron se convirtió en la mejor bestia de ataque que se pueda concebir. Algún animal de otro mundo, aparentemente.

-Se convirtió -dijo con tono brusco McReady-. ¿Cómo?

-Todo ser viviente está formado de gelatina-protoplasma, y de cosas diminutas y submicroscópicas llamadas núcleos, que controlan el grueso, el protoplasma. Ese ser era simplemente una modificación de ese mismo plan de alcances mundiales de la naturaleza; células formadas por protoplasmas controlados por núcleos infinitamente diminutos. Ustedes los físicos podrían comparar eso, una célula individual de cualquier ser viviente, con un átomo; el grueso del átomo, la parte que llena el espacio, está formada por las órbitas del electrón, pero el carácter del mismo está determinado por el núcleo atómico.

Esto no excede absurdamente lo que ya sabemos. Sólo es una modificación que no hemos visto aún. Es tan natural y lógica como cualquier otra de las manifestaciones de la vida. Obedece exactamente a las mismas leyes. Las leyes están formadas por el protoplasma, su carácter es determinado por el núcleo.

Sólo que, en ese ser, los núcleos pueden controlar esas células a voluntad. Digirieron a Charnauk y, mientras lo digerían, estudiaron cada célula de su tejido y modelaron sus propias células para imitarlas con exactitud. Partes de ese ser, las partes que tuvieron tiempo de terminar la transformación, son células caninas. Pero no tienen núcleos de células de perro.

Blair levantó un poco la lona embreada. Asomó una desgarrada pata de perro, de rígida pelambre gris.

-Esto, por ejemplo, no es un perro ni mucho menos: es una imitación. Con respecto a algunas partes, no estoy seguro: el núcleo se estaba ocultando, cubriéndose con un núcleo de imitación de las células caninas. Con el tiempo, ni siquiera el microscopio habría podido revelar la diferencia existente.

-Supongamos que hubiese tenido muchísimo tiempo -dijo McReady con amargura-. ¿Y entonces?

-Entonces habría sido un perro. Los demás perros lo habrían aceptado. Nosotros lo habríamos aceptado. No creo que nada lo hubiese distinguido, ni el microscopio ni los rayos X ni ningún otro medio. Se trata de un miembro de una raza de soberana inteligencia, una raza que ha descubierto ya los más profundos secretos de la biología y los ha usado. -replicó Blair, meneando la cabeza. El escalpelo que esgrimiera entre sus huesudos dedos cayó y se inclinó a recogerlo, de modo que su rostro quedó oculto mientras hablaba-. Hipotéticamente, se habría podido propagar hasta convertirse en la población del mundo en su totalidad.

Quiero decir... Pesaba 80 kilos Charnauk, unos 45. Ese ser se habría convertido en Charnauk y le habrían sobrado 40 kilos para convertirse en... en Jack, por ejemplo, o en Zhou. Puede imitarlo todo..., es decir, convertirse en todo. De haber llegado al mar Antártico, se habría convertido en una foca... quizás en dos focas. Estas podían haber atacado a una ballena asesina y haberse convertido a su vez en ballenas asesinas o en una manada de focas. O quizás habría atrapado a un albatros o a una gaviota skua y hubiera volado a América del Sur.

Jesús profirió una blasfemia. -Y cada vez que ese ser digería algo y lo imitaba...

-Le habría quedado su cuerpo primitivo para recomenzar -concluyó Blair-. Nada podría matarlo. No tiene enemigos naturales porque se transforma en todo lo que quiere ser. Si le hubiese atacado una ballena asesina, se habría transformado en una ballena asesina. Si ese ser fuese un albatros y lo atacara un águila, se convertiría en águila. Podría convertirse en un águila hembra. ¡Podría desandar camino... hacerse un nido y poner huevos!

-¿Y está seguro de que ese engendro infernal ha muerto? -preguntó en voz baja McReady.

-Sí, a Dios gracias -respondió el biólogo con voz entrecortada-. Usted se encargó de asegurarse fuera de toda duda. Está muerto y cocido.

-Entonces, sólo podemos darle las gracias al cielo de que estemos en la Antártida, donde no hay nadie, ningún ser que imitar, salvo esos animales del campamento.

-Estamos nosotros -dijo con una risita Blair-. Puede imitarnos a nosotros. Los perros no pueden viajar 600 kilómetros hasta el mar: no basta el alimento. En esta temporada no hay suficientes gaviotas skua que imitar. Tan tierra adentro no hay pingüinos. No hay nada que pueda llegar al mar desde este punto..., salvo nosotros. Nosotros tenemos la inteligencia. Podemos hacerlo. ¿No comprenden? Ese ser tiene que imitarnos a nosotros... tiene que ser uno de nosotros..., ésa es la única manera de que pueda pilotar un avión..., pilotar un avión durante dos horas, y gobernar... ser... todos los habitantes de la Tierra. Un mundo a su alcance... ¡si nos imita!

Él no lo sabía aún. No había tenido la oportunidad de descubrirlo. Lo acosaron y tomó lo que tenía más cerca. Miren... ¡Yo soy Pandora! ¡He abierto la caja! Y la única esperanza que queda es que no pueda salir de aquí. Ustedes no me vieron. Yo lo hice. Yo lo solucioné todo. Yo lo rompí todo. El tractor, los trineos... Ningún transporte puede ya partir de aquí. Nada puede salir.

Blair profirió una risita y se dejó caer al suelo, sollozando.

McReady se lanzó hacia la puerta.

Los ecos de sus pisadas se perdían en el corredor cuando la doctora Takeno, sin prisa, se inclinó sobre el hombre tendido en el suelo. De su oficina, situada junto a aquella habitación, trajo algo y le inyectó una solución en el brazo de Blair.

-Quizá se le pase cuando despierte -suspiró, levantándose.

Ostap le ayudó a levantar al biólogo y a tenderlo sobre una litera.

-Todo depende de que podamos convencerlo de que ese ser ha muerto.

McReady irrumpió en el recinto, alisándose distraídamente la cobriza barba. Miro a su alrededor.

-No creí que un biólogo pudiese hacer nada parecido tan concienzudamente. Se le olvidaron los repuestos del segundo escondrijo. No hay peligro. Yo los destruí.

Al llegar contempló pensativamente a la médico.

-Eso podría ser algo así como una epidemia. Todos los que bebieran un poco de su sangre... -meneó la cabeza. -A Blair se le ha escapado algo. Ese ser puede imitar, pero, hasta cierto punto, tiene su propia química orgánica, su propio metabolismo. Si así fuera, se convertiría en un perro... y sería un perro y nada más. Tiene que ser una imitación de perro. Tiene que haber un modo de distinguirlo...

Blair, interrumpiéndole repentinamente, se sentó en su litera.

-McReady.. ¿Dónde está McReady?

El meteorólogo se acercó al biólogo.

-Aquí estoy. ¿Qué quiere?

-¿Es usted? -inquirió Blair, con una risita. Y volvió a dejarse caer sobre la litera, convulsionado por una silenciosa risa.

McReady lo miró, desconcertado.

-¿Eh? ¿Que si soy qué?

-¿Está usted ahí? -insistió Blair, con grandes risotadas-. ¿Es usted McReady? La bestia quería ser un hombre..., no un perro...

La sugerencia de Blair era evidente y heló la sangre de todos los presentes. ¿Podía ser McReady una imitación que ocultase en realidad a aquella criatura? ¿Un impostor?

Aquella posibilidad no podía descartarse. Tenía incluso lógica. Era cierto que McReady había matado definitivamente a aquel ser, pero era igualmente cierto que la noche en que se escapó la criatura, McReady estaba de guardia. Si Blair tenía razón, el ser no necesitaba más que ganarse la confianza de todos y sobrevivir en una de sus imitaciones para, potencialmente, sustituir a todos los seres vivos del planeta por... sí mismo.

McReady leyó las miradas en los ojos del resto de presentes. Unas miradas temerosas, dubitativas, desconfiadas...

-De acuerdo... - Dijo con pragmatismo -No tengo modo de convencerles de que no soy la criatura mientras no encontremos un modo de localizarla de manera fiable. Por lo tanto, de momento doy un paso a un lado. No participaré más en las decisiones del grupo. Ni siquiera para elegir líder, ni para ser candidato a este puesto.

Miró a Blair, que estaba en un estado casi febril.

-Y me temo que el doctor Blair tampoco. Se podría decir que quedamos en sus manos.

Durante el día, todos los presentes deberían dilucidar quién debería encargarse del peso de la responsabilidad del campamento mientras la paranoia se intensificaba. Aunque... no había ningún motivo para pensar que la criatura no hubiese muerto calcinada, ¿no?. Tan solo sospechas. Y no es como si las sospechas bastasen para ajusticiar a alguien que había demostrado sobradamente su valía.

Susan no podía creer la deriva que habían tomado los acontecimientos. En unas pocas horas esa alimaña había huido, destrozado parte del campamento, matado a los perros, abatido a Mayor... y por si fuera poco ahora decían que el bicho tenía la capacidad de absorber e imitar aquello que tocara. Estaban encerrados por su seguridad y la del mundo entero en una base polar con unos cuantos tarados que se empeñaban en atacarse unos a otros acusándose de ser el mal mismo en persona.

- McReady, Blair. Creo que es lo más sensato que ambos permanezcan aislados y sin contacto con nadie. Se les suministrará alimento y se les mantendrá informados, pero a siempre a una distancia prudente. Los demás deberíamos comenzar a realizarnos estudios médicos en busca de alguna anomalía. No parece normal esto que ha pasado y no me extrañaría que hubiera alguna consecuencia funesta. ¿Le parece, señorita Takeno? ¿Los demás qué opinan? Y si lo están pensando, tienen razón: soy una mujer de carácter y no tengo ningún reparo en aceptar el puesto de jefa del gabinete de crisis, salvo que tengan una opción mejor y la expongan, claro está.

A mi me da igual, señorita Weaber, sea usted o cualquier otra persona - dije, contestando a Susan Weaver, que fue la primera en hablar cuando todo nuestro mundo se puso del revés.

Pese a ello, la miraba con desconfianza... 

Realmente... miraba con desconfianza a todos y cada uno de los presentes... es más, si hubiera algún espejo, también me miraría con desconfianza a mi misma.

No entendí una jodida palabra de lo expuesto. ¿Que ese alien podía copiar cualquier ser vivo que tocara? Era difícil de creer... Pero de ser así, cualquier de nosotros podía no ser ya él mismo, sino esa cosa mutada, copiada, o como quiera que se llamara a eso... 

Creo, si me lo permite - añadí mirando a Susan - que quien haga de líder debería ser alguien con pulso firme, es decir, es muy probable que tenga que tomar decisiones... difíciles, por así decirlo, ¿está usted dispuesta a tomarlas? Si es así, bueno... tiene mi voto, supongo.

Por otro lado... ha comentado que deberíamos realizarnos algún tipo de chequeo médico. Si no he entendido mal las explicaciones de MacReady y Blair, esa cosa copia todo nuestro... no se como lo dicen... todo nuestro mapa genético o lo que sea, si es así, ¿sería detectable si el cuerpo está "poseido"? No sería más fácil hablando, es decir, puede copiar nuestro cuerpo pero, ¿qué ocurre con la mente, con los recuerdos, con los gustos? Joder, a mi me gusta Led Zeppelin, dudo mucho que si esa cosa me copiara y dejara de ser yo misma fuese por ahí cantando Black Dog, no se si entienden...

El doctor Blair negó con la cabeza.

Ese ser no ganaría nada con asimilar simplemente el aspecto de alguien a quien tratara de imitar. Tendría que comprender sus sentimientos, sus reacciones. Ese ser es inhumano; tiene unas facultades de imitación que exceden toda concepción posible del hombre. Un buen actor, adiestrándose, puede imitar a otro hombre, las modalidades de otro hombre, lo suficiente para engañar a la mayoría de la gente. Desde luego ningún actor podría imitarlo en forma perfecta como para engañar a los que han estado conviviendo con el imitado en la total intimidad de un campamento antártico. Eso exigiría una habilidad sobrehumana... o más bien inhumana.

Profirió una enloquecida y febril risita.

Eso no sólo asimila nuestra forma. También asimila nuestra consciencia. Recuerdos, pensamientos, emociones... Todo.

Discrepo.

Se escuchó la voz de Ellis. No lo había pasado bien aquella noche, ni aquella lucha contra eso, fuese lo que fuese. Estaba claro que parecía más una pesadilla que un ser viviente. Desde aquel momento el encargado de seguridad no se sentía seguro de su entorno.

Si ese ser puede asimilarnos por completo, si viene de un sitio mucho más cálido que la tierra, si ha sobrevivido congelado... no confío en nada. Deberíamos pasar al menos una cuarentena para asegurarnos de, no sé, no haber cogido nada. De que eso no sigue pululando por ahí.

En cuanto a lo de votar un líder ¿y si se aprovecha de lo que sabemos? ¿Y si trata de convencernos para que confiemos en ello? Creo que por probabilidad es mejor dejarlo al azar. Con unos ochenta kilos de materia, la posibilidad de fallar es inferior al seis punto seis por ciento.

Sí, antes de que nadie pregunte, estoy asumiendo que puede que hayamos fracasado y que se haya escapado a nuestro control.

Esas últimas palabras iban dirigidas mirando a los dos que se habían apartado de la cadena de mando del lugar. Sabía que probablemente su idea no gustaría, que le relegarían de sus funciones. Pero al menos no dirán que no lo intentó.

El saco de huesos al que llamaba cuerpo estaba para el arrastre, como si un dios sin piedad hubiese atado un manojo de palos antes de insuflarlos con vida. Ni yo misma sabía de dónde había sacado la energía y frialdad para lanzarme a tratar de freír a aquella cosa echando mano del cable eléctrico. No fue suficiente y quedaba claro que le debía a McReady todo el surtido de barritas de pescado que pudiera querer. Pena que poco más fuese que una mojama y no le pudiese ofrecer otra cosa.

Iba a echar de menos a Mayor, no solía dejar aflorar su sentido del humor ante el resto de la tropa peor habíamos coincidido fumando alguna vez en los accesos a la cocina, casi congelados y me había contado algunos chistes que harían enrojecer a la matrona más basta del pueblo.

No entendí demasiado de la cháchara de Blair, para variar, pero me quedaba claro que esa cosa había tratado de ¿Asimilar? a uno de los perros y habría podido hacerse pasar por uno con suficiente tiempo. Aun así me costaba creer que pudiese chupar también los recuerdos y las letras de Led Zeppelin de otras personas. Seguiría creyendo que se trataba de una broma muy elaborada pero la muerte de los pobres perros si que no eran tema de broma. Esos bichos me caían mejor que la mayoría de la gente del campamento. Se llevaban las mejores barritas cuando el resto estaban distraídos para ver cómo me escabullía hacia sus jaulas. Iba a echar mucho de menos a Bush y a Trump. A esos hijoputas les había puesto yo el nombre, peor nunca se lo había dicho a los demás. Eran los más feos y tontos de la manada.

¿Aacaban de decir que se han cargado todos nuestros medios de locomoción para salir de este puto infierno blanco? LA HOSTIA!!!

- Ya podían haber comentado toda esta mierda antes de cargarse el equipo, coño. Podría haberles dejado aquí para morir tranquilamente mientras volvía en trineo a la civilización.- No me quedaba más que meterme con el resto por no llorar. - Ostap, va a ser casi como si murieses en casa, ¿No? Siento que te toque la tumba blanca y no la de las bandas y estrellas que estabas pagando a plazos, con el equipo de sonido ese tan de puta madre.

Cuando Weaver se ofrece como posible capitana no me parece tan mala idea. Si algo aprendí en la prisión de mujeres es que por término general nos adaptamos mejor a las situaciones difíciles que la mayoría de los tipos que he conocido. Veremos si alguien nos ofrecía algo mejor. Si lo van a echar a suertes, que no metan mi nombre en la urna... Bastante tengo con que nadie se me muera de hambre.

Me mantenía con la respiración contenida.

Mis ojos miraban a todos lados escudriñando, sobre todo, lo que hubiera bajo esa lona. Humeante, mal oliente y ahora un trozo de carne que no me apetecía mucho probar dentro de una hamburguesa ni aunque me emborracharan. 

No entendí  una mierda de lo que dijo Blair. No-se-que de células y esas mierdas. Casi preferí el resumen de otras personas y le di mi toque personal: Era como Mística, de los Xmen, pero en más feo. Y aunque se lo hubieran cargado, algo si me quedó claro. Lo que había sobre la mesa solo era parte del duplicado canino de esa cosa. El resto podría ser uno de nosotros, empezando por McReady.

El caso es que estaba acojonado porque de ser yo, que no era yo, ... ¡había mucho yo que duplicar! 

- ¡Yo no morrir aqui! Me quejé ante las palabras de Rhonda.- Yo mucho peso! Esa cosa necesitarr mucho tiempo parrra comerrme!- Tragué saliva. Solo era para defenderme pero en realidad, después de lo visto y la muerte de los perros y el Mayor... ¡¡joder!!- Además por mucho que intentarr copiarrme... Ostap fuerrte como Putin sobrre Oso parrdo.

Me crucé de brazos hasta que la Weaver salto que podía ser la nueva jefa. Puse los ojos en blanco y negué.

-Niet! Ostap prrefierre pelirroja Stuart como jefa. Mejorr culo y cabeza llena buenas ideas. Yo voto por ella!- Miré a la administradora y sonreí azorado ante mi sinceridad.- Mis disculpas. Will Smith enseñarr OStap que decirr verdad es mejorr que guardar parra luego.

Había tenido razón. Cómo odiaba tener razón. Era una pésima idea conservar a aquella Cosa con ellos y los hechos lo demostraban. Al examinar el cuerpo del Mayor, suspiró cansada. No comprendían nada. Nada. Mayor había muerto y lo peor es que insistían. La peor noche de su vida. Ahora debería luchar con las pesadillas de ver esa cosa con partes de perro. Ya ni siquiera estaba segura que quisiera ver de cerca a un perro en toda su vida.

La normalmente formal doctora caminó con su habitual elegancia y porte hacia el lugar para encontrar a un fervil Blair. Suspiró al inyectarlo, esperando que eso le ayudara, pero la molestia era notoria en su rostro. Cuánto detestaba tener razón.

- Quisiera discrepar nuevamente y que consideremos sacar de la lista de elegibles a todos aquellos que apoyaron tener esa cosa entre nosotros. Es decir, a todos aquellos cuya curiosidad les hizo olvidar lo que realmente estaba en juego en este lugar. Esto era una misión científica, pero no de fanáticos descuidados como muchos aquí - miró a Susan con firmeza -. Sé bien que su intención es buena, pero lo lamento. La falta de instinto de conservación de los científicos aquí es lo que nos ha llevado a morir en este lugar. Y la verdad es que no quisiera que alguien con eso en mente sea quien nos lidere. Me parece increíble que quien más sensato suene sea un ayudante de cocina y no quienes se vanaglorian por tener la mejor de las formaciones - y miró a Ostap -. El joven Ostap tiene razón. Si ha de ser alguien, que sea alguien sensato. Y por ello voto por la Señorita Stuart o por el señor Ellis. Me propondría yo misma de ser necesario, ya que yo de verdad quisiera salvarles la vida y no condenarles, pero creo que los dos que he mencionado han demostrado conocer el lugar bastante bien - si estuviera permitido en su cultura, golpearía al delirante científico. Miró al hombre de la barba de bronce -. Y totalmente de acuerdo en que debemos comenzar con esos análisis. En eso, creo que tendré que apoyarme de aquellos que nos metieron en esto. Al menos deben hacerse responsables - descansó un momento y miró a la criatura aberrante.

- Hay algo más. El Señor Blair dijo que esta Cosa podría dividirse por su peso, así que no es descabellado pensar que lo que vemos aquí puede estar muerto, pero con que una parte de sus tejidos se haya protegido, basta para que sus células se reproduzcan y logre expandirse. Si es tan capaz de copiar la estructuras, no es descabellado pensar que también pueda repararse a sí mismo con rapidez - y miró a Ellis -. No creo que algo tan importante deba dejarse en manos del azar. Y sobre todo cuando todas nuestras vías de escape han sido cortadas -.

Aquello era surrealista no, lo siguiente, ¿de qué demonios estaban hablando? ¿Sugerían a caso que esa cosa podía suplantar la identidad humana? Miré a mi alrededor con desconfianza, no había entendido del todo lo que habían comentado, se escapaba de mi campo, sin embargo podía entender, que si lo que decían era cierto, y no veía por qué iban a estar mintiendo, después de todo ya había fallecido un hombre, un buen hombre, teníamos que actuar y rápido.

- Coincido con Takeno, Ellis y Mía, hay que elegir a alguien sensato, pero... y si como estáis sugiriendo... ¿ese ser ha conseguido dividirse y ya ha infectado a alguno de nosotros? Creo que esta elección no debería tomarse a la ligera, deberíamos ir con mucho cuidado. Y sí, que los profesionales se dediquen a analizar a esa monstruosidad, todo lo que podamos saber nos ayudará.

Maldición, yo solo quería cambiar de aires, no encontrarme con cosas como extraterrestres y esas movidas.

De momento no iba a votar por nadie, necesitaba escuchar lo que tenían que decir antes de hacerlo.

joder joder joder....- era lo único que pensaba mientras todo aquello entraba en una especie de pelicula de terror psicológico, sí viendo IT me pasé noches sin dormir y eso que era un payaso con un bicho REAL suelto por ahí no orinaria en lo que me quedaba de vida; la situación no era tranquilizadora y menos cuando me pusieron ejemplo, podrian haber puesto a otro ¿no?

Lo peor de todo es que no habia escapatoria, bueno si, una sola, salir a la pradera balnca y morir congelado, era una idea tentadora  dado que aquel bicho podia devorarme y asimilar todo...

---Joder, yo no acepté este trabajo con el pack de bichos alienigenas- murmuro en voz baja aunque los más cercanos pueden oirme sin dificultad-  Bueno sí nos ponemos en ese plan prefiero a la señorita Stuart o Weaver, el señor Ellis quizas sea sensato pero  digamos que sí ya se plantea el fracaso no tiene unas dotes de ánimo muy destacables y creo que deberiamos mantener aunque sea de momento la moral alta...

Susan miró con desprecio al Ostap cuando éste hubo realizado su comentario sexista del día.

- Por supuesto que estoy dispuesta a llevar a cabo las acciones que sean necesarias para la exterminación del bicho y el aislamiento de los posibles infectados, querida Mia. Creo que muchos de los que aquí están lo harían, la diferencia es que yo me he postulado para el cargo sin dudarlo porque mi máximo interés es terminar esta misión con éxito y olvidarme pronto de extraterrestres absorbeformas y peligros para la humanidad. No tendré inconveniente en seguir al mando de otro de nosotros, pero hasta el momento sólo confío en mi.

La señorita Sara solo estaba ahí oyendo sin escuchar realmente lo que decían - Está muerta - susurró para si misma. Es complejo pensar que esa criatura merecía vivir pero al mismo tiempo no debe ya que acabaría con todo en la tierra, ¿Pero sería su culpa? Nuestro instinto de supervivencia preferiría que esa cosa estuviera completamente muerta y no haya asimilado a nadie, pero eso no cambia el hecho de que el también merece vivir como un ser vivo libre. Sara estaba divagando en su mente como era de costumbre pero en esta ocasión era un tema ético. - Necesito un té de manzanilla - dice para interrumpir sus propios pensamientos

En una esquina se habia sentado ella, con los talones apoyados en el borde de la semiacolchada silla, abrazada a sus rodillas. Su dedo corazón acariciaba distraido el anillo de su pulgar. Los recuerdos de la noche anterior la atosigaban, la acosaban... No es que fuera amiga de Mayor, pero... ver morir a alguien en vivo y en directo.. la sangre manando de su cuello.... 

Tras los cristales de sus gafas apretó sus ojos con fuerza intentando borrar aquella imagen. Luego apoyó la frente en la unión de sus rodillas y dejó que las voces de todos, aunque fueran estridentes, la arrullaran. Estaban condenados. Lo sabía. Moririan allí y ella no podría volver a ver su familia. A su hermana. Le habia envidiado tanto y ahora le parecia una estupidez tan grande que le daban ganas de golpearse a si misma, de salir al exterior y gritar a pleno pulmón hasta que no pudiera más.

Pensó lo que le diria Mae... Desde luego, lo primero que no se quedara apartada, que siempre es mejor estar rodeada de gente, y si son amigos más. Se levantó con esfuerzo, pues aquella postura le habia dejado un leve hormigueo en sus extremidades. Luego se aproximó al señor Ellis y se quedó a su lado. Algunos de los de allí le daban miedo... como Mia. Rhonda también, pero quizás era más respeto que verdadero miedo.

- tengo una duda - levantó la mano con cierta timidez mientras miraba a Takeno y a Blair también. - antes se ha dicho que el ser pudo imitar las células caninas, pero no su núcleo... el núcleo celular no era de perro... ¿Qué técnica se empleó para averiguar eso? ¿Se puede hacer con la persona analizada viva? - su mirada fue de el hombre que expuso aquellos datos, Blair, hasta la doctora - es decir... ¿se pueden analizar nuestras células para descartar que esa... bueno, que eso... - carraspeó - que seamos nosotros mismos y no él? -

Estaba segura que era ella misma, pero... ¿podia decir lo mismo de los demás después de todos los datos que se habían aportado?

Ungâk estaba cabizbaja, con el perro superviviente a su lado, cojeando de una pata vendada y a diferencia de ella, aquel perro mantenía la mirada al frente sin mostrar un solo ápice de dolor o flaqueo a pesar de ser el ultimo de los cánidos. La mano de su criadora a menudo acariciaba su cabeza, mas por buscar el confort del animal que reconfortarlo a él, pues el Ijiraq había regresado del frio sueño del hielo y los primeros niños que se había llevado eran los suyos.

Las conversaciones que mantuvieron el piloto que dio descanso a los perros y el biólogo, no hizo mas que atestiguar las palabras de advertencia que ella misma profirió le día anterior, pero en vez de echárselo en cara al resto de los presentes, lloro en silencio y sin lagrimas por la muerte de la jauría que supo defenderlos hasta el mismo final. Muertes que deseaba fueran nobles para ellos, muertes que solo acentuaron la peligrosa curiosidad humana, ellos lucharon por todos y ahora eran solo un horrible recuerdo y una demostración de lo peligroso que era aquel monstruo para la humanidad, que triste final. Un final que tal vez sea igual al de los humanos si continuaban pensando que eran capaces de detenerlo, pero Blair ya sabia que eso era imposible, por eso estaban ahora atrapados con "el que se esconde".

-A mi no me importa quien sea haga cargo. Todos somos iguales, sin medios útiles da igual quien lidere. -La voz de aquella mujer aun estaba rota, aun pensaba mas en los perros y apenas en los humanos que la rodeaban, entonces Blue ladro para llamar su atención, sintiendo su melancolía y Ungâk intento sonreírle.
-Lo siento, debí intentar hacer algo mas.