Partida Rol por web

-500 monedas? nada más que 500 monedas??? Jum, estos tasadores sí que no saben nada de la vida- Blancaflor se cruzó de brazos ofendida porque la recompensa ofrecida por ella era "demasiado baja". -Además... ese retrato es una ofensa para mi rostro! mira que cejas gruesas me han puesto! y esa espinilla... esa espinilla no sé de donde ha salido!!! Por favor!!! y un peinado del siglo pasado! estoy segura... no, segurísima de que estos carteles los ha mandado a hacer la "princesita", que envidiosa de mi belleza me ha querido menospreciar... ya verá cuando la encuentre frente a frente...-tan enojada estaba con la situación, que apenas reparó en lo que decía Verne y pasó por al lado de ella protestando, sin mirar a los lados, siempre con rumbo al castillo.

Sin hacer demasiado caso de las pociones que primorosamente ha hecho Verne para camuflarlos en la villa de vuestro rival y último escollo en el rescate de la princesa, está se alza de hombros y bebe su poción, aunque no parece que le haya cambiado para nada. En tanto el conejo que tiene como mascota, parece mirarle fijamente y mover la naricilla graciosamente, como siempre que ella dice que le habla.

Claus tras comentar a su hamster que si hay alcohol en el lugar, olisquea unas cuantas veces, antes de ponerse en posición de señalar cual perro de presa y salir pitando, parece que el animal está bastante contento tras saber que su presencia es conocida y temida en el lugar.

Los lugareños se apartan  asustados ante la presencia del hamster que se abre paso en el camino empedrado como si fuera una bala, al fondo hay una puerta de entrada donde unos encapuchados están examinando un carro con paja con unas espadas bastante afiladas.

—Trae esas pociones Verne. ¡Seguro que son buenas en un cóctel! —Y tras decir esto, agarro un par de pociones, y salgo corriendo tras mi roedor espacial gigante del espacio, ahora en miniatura.

Las pociones vuelan de las manos de Verne. Aún queda una para ti Blanca... eh EH esperadme - Verne echa a correr y de dos zancadas se pone a la altura de Claus. Las calles están vacías al paso del hámster diabólico, así que resulta ciertamente incómodo observar las puertas y ventanas cerrándose en nuestro camino.

El hamster pasa de largo a los encapuchados que están haciendo el registro, pero uno de ellos se percata de su presencia a lo que dice:- Muchachos, es el bicho por el que dan 10000 monedas ¿No?- Los otros miran un momento y se lanzan espada en ristre a por él, a lo que el primero grita:- ¡Ey, yo lo vi primero!-Pero antes de seguir al hamster, el hombre  mira en vuestra dirección y le grita a Verne:- Olegario, tú detén al resto- Al parecer la ha confundido con otro guardia.( o al menos parece que se esta dirigiendo a ella) Claus pasa poco después, cuando su hamster dice de correr, vuela, seguida de Verne, al parecer os han dejado via libre para entrar en el pueblo y la torre esta a ojos vista... 

Mientras el grupo caminaba hacia el poblado, un grupo de soldados o panda similar estaba haciendo vaya una a saber qué al costado del camino. Como era de esperarse, al pasar el hamster de Claus corriendo hacia la taberna más cercana, todos ellos echaron a correr en pos del animalejo. Es que una recompensa de 10000 monedas de oro no era para despreciar!

Lo que Blancaflor no esperaba ante semejante revuelo fue que las cosas se pusieran sencillas. Los muy zoquetes (la joven lo comprendió al instante) seguramente guardaban el camino, pero al salir tras el roedor con hígado de acero, el mismo quedaba totalmente despejado.

-Hey... muchachos... y muchacha... me parece que podemos llegar a la torre sin problemas y sacarnos esta misión de encima... y luego podremos ir a beber a costa de la princesa que nos tiene que pagar el trabajo! Vamos por aquel camino?- y sin ver si los demás la escuchaban y hacían caso, Blancaflor se encaminó hacia el final de la aventura en busca de poder cumplir con su destino.

Visto lo visto, los patanes de la guardias se habían ido detrás de la rata esa, así que bueno, sin demasiadas prisas me dirigí a la torre.

-Ainss, esta gente no está suficientemnte formada, se distraen con nada.

—¡No! —grito a Blancaflor mientras intento seguir el rastro de mi hámster. Cuando se pone a buscar bebida, no hay quien lo pare.

Lo ideal sería buscar primero bebida, beber, beber más, llevarse bebida, ir a la torre, beber, beber más, beber mucho más, luchar contra los malos, beber, emborrachar a la princesa, emborrachar a Blancaflor, hacer guarrerías con las dos, beber más...

Bien, la poción ha funcionado, soy uno de ellos, será tan fácil como seguirles, atrapar al hámster y.... bueno... esto no será tan fácil, en ese caso decirles que voy a dar la vuelta para cortarle el camino, sí, eso, perfecto :

¡¡Lo siento, voy a la torre!!

¡Ouch, mierda! Claus parece que desea ir tras el hámster, Gregory y Blancaflor están algo confusos, pero Verne no duda ni un momento y echa a correr directamente hacia la torre. Debe aprovechar su camuflaje mientras siga activo...

Claus tiene un objetivo obvio, la resaca esta pasando, su hamster se ha lanzado como flecha que lleva el diablo, ergo hay bebida a espuertas y ÉL puede bebersela. Por lo que la torre puede esperar, al menos hasta que no lleve una curda de semejantes dimensiones a la de la torre, además lleva 2 de 3 hechiceros muertos, nadie le puede echar en cara que su método funciona sin lugar a dudas. Por lo que sale pies en polvorosa detrás de las figuras cada vez más esquivas de los guardias detrás de su montura.

En tanto Blancaflor intenta ser la voz de la cordura en este grupo sin demasiados resultados, aunque junto con Gregory se dirige a la torre, más que nada para terminar de una vez con la misión, que ya le vale a esa princesa ser la única rescatada por estos lares. Gregory se lamenta de la instrucción de los guardias, en sus tiempos habrían sido mejor, y solo se hubiesen ido tras un soborno o una pelea como las que los dioses mandan, o sea con muchos huesos rotos. Al parecer la poción de Verne funciona, aunque con un extraño efecto, el cuerpo de Verne no cambia pero el resto de la gente ve lo que quiere en ella. un amigo, un familiar, un cobrador de seguros, según la necesidad vaya.

Los que van a la torre tienen el camino de enfrente hasta ella, al parecer el pequeño pueblo se ha construido alrededor de la misma por lo que con seguir hacia adelante os topareis con ella, las calles no están muy transitadas, tras el revuelo con el hamster, pero quizás sea mejor.

Blancaflor ignora las protestas de Claus y sigue caminando decidida hacia la torre. Al parecer su idea ha sido buena porque Gregory y la chica conejo también se encamianan hacia allá, Verne más rápida que el resto.

-Hey chica! espera un momento! vamos en grupo o te quedarás con toda la diversión!- no es que a Blancaflor le gustara demasiado eso de andar rescatando (después de todo, ella era quien merecía ser rescatada), pero las experiencia pasadas le demostraron que podía sacar algún provecho si colaboraba con la causa. Y en cuanto a Verne... mejor tenerla a la vista que no, porque esa chica era demasiado alocada para ir sola por su cuenta.

Levantate la falda si quieres alcanzarme- Verne dejó tras de sí una estela de polvo mientras miraba a un lado para responder a un saludo-Hola señora Ekistol, bonito marido el que lleva del brazo

~Si me llamo Juana... ~

El camino a la torre era directo, despejado, seguro, no había más razón por la que rezagarse excepto... Verne se fué deteniendo en el alféizar de alguna ventana a coger aparentemente tonterías... tulipanes... magdalenas enfriándose... pelo de un gato que se asomaba al interior de la casa. Respondía a la gente con naturalidad aunque con un discurso del todo inconexo.

No, si yo no soy panadera

Perdone pero hoy no tenía que ir a ningún entierro

Pronto te alejas del resto del grupo, metiendote entre las callejuelas persiguiendo a los guardias que provocan enfados entre los transeuntes, a los cuales espantas al reconocerte como uno de los carteles, además por la recompensa que dan por tí no es precisamente un acicate para darte caza, sobretodo si eres tan  peligroso como ellos te creen.

Avanzais por la calle principal, el pueblo a pesar de estar bajo el yugo del hechicero, no es especialmente tenebroso, en realidad todo lo contrario, limpio, con muchos comercios, gente regordeta y alegre (que se horroriza al veros los que no estais bajo el influjo de las pociones de Verne). Eso si tambien tiene su parte oscura, pero claro la justicia es asi, hay varias jaulas con cadaveres sentados en su interior, de vez en cuando como recordatorio de los amantes del crimen. Desgraciadamente como todos los muertos de los alrededores han resucitado, al pasar a su lado no pueden dejar de pellizcar el culo a Blancaflor, en tanto que piden a Verne que los saquen "Que ya hemos cumplido nuestra pena ¿no? Esto es solo hasta la muerte, maldita sea¡¡¡"

Sin duda el hechicero esta llevando su influencia oscura por todo el lugar...

A pesar de tus intentos tus piernas son cortas y tu hamster jodidamente rapido en cuanto huele bebida, ahora estás en medio de un entramado de callejones que supones que son de la parte antigua del pueblo, aunque podrias ir a la torre (por eso de que se ve en todas direcciones) saber sin lugar a dudas que si tu hamster ha ido con tanta prisa debe de haber alcohol y del bueno, no habría corrido tanto dejandote atrás si fuera una taberna de mala muerte con golfas de medio pelo, al menos de golfas de calidad y bebida cuantiosa.

Tampoco es que puedas preguntar a la gente, porque todas se han escondido en sus casas y por la forma de arrastrar muebles han puesto hasta barricadas por si intentas entrar en sus casas...