Partida Rol por web

El camino hace extraños compañeros, eso siempre se ha dicho, pero nunca con tanta razon como ahora en medio de uno de los bosques más densos de la zona conocida como las montañas del carnero, en una de sus famosas carreteras(Que en otros lugares llamarian caminos de mala muerte, por el que las cabras van con piolet y cuerdas de seguridad por si hay algún percance).  Y alli en medio con su silueta recortandose en el sol poniente. Se encuentran los hombres y mujeres seran los heroes de nuestra historia. A su pesar...

 Por que el destino es muy caprichoso, y las necesidad de no ir solos por un bosque que de vez en cuando les habla comentandoles como va el trayecto, o un perro de 4 cabezas se acerca meneando el rabo para que le acaricien la cabeza. Por que como todo el mundo sabe nadie debe cruzar esos bosques cuando se acerca el dia de la "vigilia de los cerdos", bueno todos excepto nuestros heroes, que son una fauna bastante peculiar empezando por un zombie que ha decidido llegar al centro de la cuestion (Y al sueño de todo sindicalista) de quejarse a los dueños del mundo que según dicen viven en algún rincon de las montañas del Carnero(según le han comentado sus compañeros de sindicato a los que les dio un ataque de codazos en las costillas y guiños en los ojos, sin duda otro tejemaneje de la patronal), una señorita que ha oido hablar de una princesa en su torre custodiada por un mago malvado, algo que no se puede tolerar pues ella lo merece MUCHISIMO más donde va a parar, que para eso su padre le envio a una escuela de señoritas y le decia todo el rato que era su princesita. Un monstruo del armario que intenta ligarse a la anterior a pesar de que ella pasa de él evidentemente( Era su montruo del armario personal, pero un golpe en la cabeza le ha hecho plantearse que en vez de asustar a los niños, no sera mejor juntarse con las niñas más creciditas) y ahora va oculto vajo un gran traje para no terminar en una hoguera por algun aldeano con complejo de heroe mata monstruos(Que justamente es ahora su profesion). Una extraña mujer que habla con un conejo y que dice que quiere hablar con el mago para ver si le puede ayudar con una formula (para convertir al conejo a humano, según ella tambien lo fue ella misma hace tiempo, por lo que es posible). Tambien tenemos a un barbaro que ha decidido que eso de ir matando gente por ahi es demasiado "civilizado" y ha decidido que utilizando el camino de la palabra y la paz puede seguir con el barbarismo habitual de su profesion siguiendo los designios de su dios(barbara por supuesto), sin hacer daño a nadie... Y por ultimo, un gnomo al que accidentamente su maquina de viaje entredimensional se ha ido al carajo y ha decidido que primero probara todas las bebidas regionales en gran cantidad y luego ya veremos(palabras textuales), y sigue al extraño grupo porque no tiene nada mejor que hacer.

Con todo esto finalmente han llegado a una gran metropolis de las montañas del Carnero, y sus 15 casas y sus dos calles junto con su posada lo hacen participe al mundo, su nombre es Escroto(Un nombre con mucha historia lastima que ningún aldeano quiera comentarla) y como estais bastante cansados y con los musculos doloridos decidis que una posada sea vuestra parada de este dia que termina. Cuando vais a cruzar sus puertas dobles, un chillido de mujer os pone en firme, alguien esta en apuros...

-¡Ah no! ¿ya empezamos con la competencia? Como encuentre a esa golfa gritona va a saber lo que son problemas. ¡Habráse visto! ¡Aldeanos! ¡Pueblerinos! apenas ven una panda de forasteros y ya quieren llamar su atención. Por el bien de la armonía en el grupo, propongo que sigamos de largo y hallemos cuanto antes otra posada. Estoy llena de polvo, ¿cuando se ha visto una doncella esperando ser rescatada toda sucia? Necesito dormir ¿cuándo se ha visto a una pobre dama sufriente con ojeras capaces de cubrirle las mejillas? Y por sobre todo necesito comer. Es cierto que hay que mantener la silueta, pero vamos, hombre... que ya me quedo en los huesos.

Relato en off:

La joven y valerosa Blancaflor había emprendido un arduo viaje en busca de su destino. Apenas con 18 años, y encontrándose en la flor de la edad, la hermosa muchacha partió de la casa de su padre en busca de su amado salvador, quién la tomaría de alguna torre encantada, luego de matar a dos o tres dragones y vencer a los malvados de turno.

¿Por qué esas caras de extrañeza? ¡Pero claro! Aún no lo hemos dicho, pero Blancaflor fue criada desde niña para convertirse en la mejor, la única, la magnífica Doncella en Apuros.(redoble de tambores)

Fue así que en su extraño camino, cuando acudía a la corte de una fea princesa que decía ser prisionera de un mago para poder tomar su lugar que se unió al grupo variopinto que se encuentra en las puertas de esa posada, escuchando a la pobre y desdichada niña reclamar su lugar en el mundo.

Fin del relato en off

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-¡Insisto! No entremos, ¡sigamos camino! ¡O desfalleceré aquí mismo!- la mano delicada de Blancaflor se apoyó teatralmente en su rostro, mientras sus ojos se cerraban compungidos.

-¿Por qué padre es tan difícil?- ahora miraba al cielo, implorando. -¿Es que acaso nunca hallaré a alguien que me comprenda, que me quiera, que me rescate?- un mohín de niña ocupó su lugar en la sucesión de caras que tenía por obligación exponer cualquier egresada de la famosa escuela cada vez que requería ser ayudada.

Nunca voy a lograr acostumbrarme a esta mujer. Todo esto de las doncellas en apuros no es para mi. Siempre me enseñaron que a las doncellas había que ayudarlas a dejar de ser doncellas, la parte de apuros no es problema mío, y si había alguien dispuesto a defender su "honor" también había que resolver ese detalle.

Un grito? Con los gritos llegan las armas, con las armas llegan los problemas.

- Hmmm... seguro tiene un hermano o padre que se pueda encargar del asunto. - Digo sin detenerme y entrando a la posada. - ¿Comemos algo?

J.Verne es delgada, pálida con unos ojos desorbitadamente grandes e inquietos que a cada cauteloso paso miran en todas direcciones, una bolsa bandolera cuelga de cada hombro, en una se escucha el tintineo de botellas de cristal mientras que del otro sale ocasionalmente un bien alimentado conejo blanco que les adelanta en el camino, y es el objeto que hace relamerse durante el viaje al maleducado gnomo y al voraz monstruo.

Un grito se alza, no sabemos de donde viene, ¿del interior de la taberna, de la calle, de la propia caja de Schrodinguer? 

Lo desconocido resulta lo suficientemente aterrador como para hacerme llorar, pero el hecho de que alguien más grite, confirma que lo desconocido además de ser aterrador por no conocerlo, es aterrador de por sí, y el grito cercano sugiere la posibilidad de topármelo en las narices.

Es por eso que mis piernas se mueven tan deprisa para echar a correr que mi cuerpo no es capaz de seguirlas, y caigo hacia atrás del tremendo susto entre la indignación de la bella damisela y la despreocupación del joven bárbaro.

Aún desde el suelo mis piernas siguen tratando de huir, en un movimiento ridículo que solo levanta una nube de polvo en tanto que el conejo de mi bolsa sale de un salto para toparse con la hambrienta mirada de mis compañeros y entrar de nuevo en la bolsa asustado.

¿¿Q-q-q-q-qué ha sido éso??

¿¿D-d-d-de d-do-donde ha venido??

No sé detrás de quien ocultarme, no sé quien de mis compañeros está más loco, por tanto, no tengo lugar donde guarecerme, así que cubriéndome la cara con las manos, trato de pasar desapercibida en la solitaria callejuela

Era otro resacoso día en el Mundodisco. Realmente, solo íba con ese grupo porque parecía el tipo de gente que corre aventuras, o que las aventuras les corren a ellos. Sea como fuere, el caso es que, parecían saber en todo momento dónde estaban las tabernas y los bares de los lugares. Visto de ese modo, podría tener una buena colección de fotografías y poder beber en cualquier momento, que era a lo que había venido aquí... Sí no me hubiese bebido esa pócima encogedora...

Cuando estoy a punto de cruzo por debajo de la puerta doble (entro sin dificultad por debajo de la puerta, ya que apenas llego a las rodillas de cualquier humano), oigo un grito de sobresalto. Parece una mujer, una damisela en apuros, puestos a concretar.

¡Eso parece una damisela en apuros! ¿No queréis correr alguna aventura o algo así?. Os sacaría muchas fotos. Me gusta sacar fotos de ese tipo de cosas. Son reconfortantes... Eh, espera... Yo iba a entrar al bar... ¿Dónde está mi hamster? -Cuando pregunto esto, me doy cuenta de que el bicho ya se ha pasado dentro, y está lamiendo lo que gotea en el suelo de una jarra volcada de una mesa- ¡Maldito borracho!... Aunque, ahora que lo pienso, yo debería ir a pedir alguna bebida tamaño gnomo en el bar...

Qué dilema, damisela y fotos, o alcohol... No sé que hacer.

- Está muy claro... alcohol y fotos - digo al gnomo mientras tomo una silla para sentarme. - Estoy seguro que la señorita Blancaflor podrá conseguir algunos tragos gratis. O al menos un buen descuento

Hermosas y angelicales palabras llegan a mis reptilios oidos...

¿Es que acaso nunca hallaré a alguien que me comprenda, que me quiera, que me rescate?

- Ayyysss!!!! Yo tess comprendo hermossssa damisssela.... yo tesss quiesssro... como la trucha al trucho.... yo te ressscataría de lasss misssmissssimassss faucessss de un dragon nosssble.... digo en voz bajita apenas audible. El amor es lo que hace... muy valiente para unas cosas pero para otras la colillas entre las piernas... si tuviera piernas....

Pero bueno... que dessscortésss he sido!!! Me presssento a vosss, exssscelente publico, a losss de la grada, a losss de la zona VIP, que diantresss!!! A losss del gallinero tambien!!!  Don Bifidusss Tenoriusss, vividor, ligón empedernido y asssesssino a ssssueldo. Pero sssobre todo protector y fiel amigo de esssa exssquissssita doncella, essssa dulce joven, de lindo nombre, Blancaflor.... Ayyyy!!!! Sssi pudiera ssser masss que amigo....

Como veisss amigosss miosss, sssoy un tipo la mar de elegante, de altura imponente, pero que guarda un tipin que ya lo querria Cohen en sssusss tiesssmposss mozosss.... El unico problemilla essss que ssssoy una sssserpiente.... morro de sssserpiente, lengua de sssserpiente, cola de ssserpiente.... vamossss todo lo que tiene una sssserpiente massss una brazossss heredadossss de mi ssssanto padre... Ssssi mi padre y mi madre pudieron... por que yo no??? En fins......

Que porque sssessseooo.... bueno ssssoy una sssserpiente.... Aunque bien podria hablar como si nada, evitando el seseo como podeis apreciar... pero el motivo me lo guardo de momento....

Subreticiamente me deslizo varios pasos atrás del grupo, observando con mi golosa mirada ese delicioso conejillo, pero sin descuidar en ningun momento la proteccion de la niña de mis ojos...

Mmmm.... ¿Podria sssser capasss de sssamparmelo de un ssssolo bocado? Ssssi... clarissssimamente ssssi... Tanto dessslizar me ha dado un poco de gazucillla.....

De repente... un grito... o mejor dicho un molesta y aguda frecuencia atrona mis oidos desprovistos de pabellos.... Rapidamente me desplazo, como si flotara sobre el suelo hasta situarme al lado de mi queridiiiiiisima y virginal flor....

El crujido de los huesos y articulaciones de Gregory acompañaba rítmicamente al grupo en su viaje hacia Escroto, entre lamentos de muerto viviente y proclamas sindicalistas a favor de un convenio justo.

Lo cierto era que no era aquella la gente que tenía que oir lo que tenía para decirles a los mandamases que les habían jodido la existencia a él, y a otros tantos caballeros como lo había sido él, pero el camino era largo, y bien sabía Gregory que lo que afecta a unos hoy, afecta a otros mañana, de modo que por el bien de todos los trabajadores, el variopinto grupo con el que se había reunido de camino a las montañas Carnero, debía estar bien informado de la que se les venía encima a causa de la acuciante crisis y la presión a la que los gobiernos sometían a los humildes trabajadores como ellos.

Claro que todavía tenía que definir el concepto de "trabajador" entre los que le rodeaban, para poder entender donde encajaba aquella gente en la lucha que había emprendido desde que asomara la cabeza fuera de su tumba, empezando por la mujer que aspiraba a ser princesa en apuros.

Será algún tipo de funcionariado. Terminó por decidir, no muy seguro de ello.

Cuando llegaron a la taberna, Gregory vió una buena oportunidad para hacerse oir y ganar fuerza a la hora de presentarse ante los dueños del mundo, por lo que esperó a que todos estuvieran en disposición de escucharle para comenzar con su mitin, y acompañando al Gnomo y al bárbaro hasta la barra, comenzó con el mismo.

-Eeeuh... oouuhhh... Fue todo lo que salió de su boca. Cuando recordó que tenía que mover su lengua muerta para articular palabras cuando no estaba de servicio como guardián de túmulos, se aclaró la garganta y gritó: ¡Camaradas proletarios! ¡Nos encontramos aquí dramáticamente reunidos para...! No terminó la frase, el grito de mujer le cortó en seco. Ya estamos otra vez... dijo a sus compañeros más cercanos, un tanto frustrado. En cuanto intento hacerme oir, alguien tiene que poner el grito en el cielo y montar un linchamiento con el no-muerto.

Gregory miró a su alrededor esperando ver de donde le caerían ahora los porrazos de la gente, preparado para parapetarse tras sus compañeros.

La dama en apuros oficial del grupo, Blancaflor decide que la posada (con otra dama en apuros incluida por los gritos dados sin duda) no es lo suficientemente buena para ella, aunque solo sea para que no se aparten su atención de ella. Visto lo visto  su amante/pelota particular  el monstruoso y sibilante Don Bifidus, defiende la posición de su dama, aunque solo sea por el imperativo de que cualquier cosa con tal de acercarse lo más posible a ella(justamente le gustaria encontrarse MUY PROXIMO a ella)

Mientras que la muchacha asustadiza no sabe que hacer en este caso sintiendose un poco más asustada ante las miradas que le echa el extraño ser debajo de la capucha que parece tener ganas de conejo a la pepitoria(o crudo) por lo que espera mientrás que sus piernas se mueven ocultarse con el metodo utilizado por los niños del todo el mundo cuando son  pequeños con su logica egocentrica(sino puedo verte, tu no puedes verme a mi).

Como el resto ha entrado os quedais ateridos de frio... Blancaflor solo tiene que pensar un momento para darse cuenta que en estos parajes es lo más parecido a un cobijo que va a poder encontrar, pero para esto tendria que vencer a su orgullo antes de entrar a que la adore la chusma, por supuesto.

Empieza a hacer mucho frio, pues se nota que es invierno, y quizás hasta nieve y todo como os descuideis...

Las botas de Julia arrastran la gravilla al apartarla de sí misma para poder ponerse en pie, aún no me he sabido recomponer de un sobresalto semejante y mis orejas se encuentran bien alzadas en señal de alarma, el siseo de nuestro bífido amigo compañero resulta tanto o más inquietante que el grito en el interior

El conejo blanco asoma los morros por la bolsa, moviendo sus bigotes en una serie de extraños bufidos que al parecer Julia interpreta como un lenguaje propio con cierto brillo demencial en sus grandes ojos.

Tienes razón hermano, estaremos igual de seguros dentro que fuera, y al menos, no pasaremos frío

Oh Blancaflor - digo con acento divertido - seguro que vos encontrais la manera de destronar de su puesto a la susodicha damisela y ocupar su lugar, otra vez....

J.Verne avanza con tono valentón, aunque el temblor de rodillas no sugiere que su voluntad sea compartida con su sentimiento.

Y asomando los morros por la puerta previamente, busca la localización de sus compañeros para entrar en la taberna a la carrera y ocultarse tras ellos, estén donde estén.

La dama con infulas de reina de vuestro grupo, el extraño hombre de voz siseante y la muchacha que siempre esta gimoteando y asustada se quedan detrás de vosotros afuera del local, pero vosotros decidis que hace mucho frio como para estar afuera y que la dama con preocupaciones acuciantes de la posada, es lo de menos, sobretodo si hay una buena cerveza en la mano y una chimenea que tire medianamente bien.

Por lo que entráas en la posada, el barbaro, el pequeño turista y el zombie con tambaleantes pasos. La escena que os encontrais es la siguiente: La posada donde os encontrais  es uno de esos edificios de madera muy inflamable y del que parece que han salido piezas de caza de las paredes(es algo normal en estos lares), chorretones de misterioso color, y una neblina acuciante, donde la  chimenea que  no tira bien guarece a varios  aldeanos ateridos de frio se aclimatan, mientrás que se calientan los estamogos (y torturan su higado con una jarra en la mano de buena cerveza), junto con otros conciudadanos que estan bastante más beodos, en sus asientos, mientrás  que jalean el espectaculo( excepto uno que parece estar bastante preocupado por un compañero que se ha caido al suelo y que se sujeta el estomago, mientrás que el hamster de Claus se hace buena cuenta de su cerveza). Que consiste en una bella señorita que por sus ropas parece ser la posadera de cabellos recogidos en una unica trenza con una especie de pañuelo para que no se le pegue el humo. Sin duda los aviesos pueblerinos estan bastante anodadas por sus  ojos tan hermosos, sus bellas pantorillas, ahhh si esos pechos que deberian estar prohibidos de grandes y con unas pequitas muy monas alrededor...

Momento baboso del master (perdonen las molestias...)

Seguimos.

 Los pueblerinos ni siquiera intentan apartar sus miradas, en tanto la mujer no para de chillar por que una rata ha parecido cogerle gusto a estar alrededor de ese taburete en cuestion y mira hacia arriba, olisqueando(cosa que los que están el bar tambien aprobarian al parecer). Cuando os ve a pesar de vuestros distintos tamaños y diversas razas os mira con algo parecido al lloro:- Por favor ayudame a quitarme este bichooo¡¡¡-

Siseo suavemente al oido de la bella pero algo cargante damisela...

-  Hermosssa Blancaflor... passsemosss... va a resssfriarssse malamente.... ya me ocuparé yo perssssonalmente de aquesssta grosssera que ossssa levantar la vosss massss que vossss... digo haciendo una minuscula reverencia, que parece que soy su escolta personalmente, y no una temible asesino...

Tapado con la alargada y ancha capa morada y la enorme capucha, sujeto la puerta recientemente abierta por la rara de orejas de conejo, para permitir el paso a mi protegida...

Pse... ya puede ocultar esta capa lo suficiente... sino se va a enterar el mequetrefe comerciante ese de lo que vale un silbido!!! pienso creyendome que un bigardo de 2 metros que arrastra su monumental badajo....upsss... digo cola... fuera a pasar desapercibido....

-Rayos, estos pueblerinos... ¡Está bien, entraré!- Blancaflor seguía con su mohín, pero el frío comenzaba a calarle los huesos y ya el resto de la compañía estaba dentro, seguramente con un plato caliente en frente y una copa de algo espirituoso para levantar el espíritu. Hasta su monstruo del armario personal, ahora devenido en compañero de aventuras y muy buen amigo comenzaba a impacientarse. 

-Gracias Bifidus, a veces creo que la única persona en el mundo que me comprende eres tú, querido amigo.- La doncella recogió su vestido para caminar elegantemente y atravesar la puerta que el lagarto abría para ella. -¿Verdad que no dejarás que me robe el protagonismo esa otra gritona? ¿Síiiii?- con sus ojos bien abiertos y brillantes le dedicó una mirada enternecedora*y desvalida, como pidiendo auxilio al enorme asesino.

¡Qué agradable se ha vuelto con el tiempo el buen Bifidus! apuesto a que antes era un maleducado porque no le hacía en gracia estar todo el día encerrado en el armario.

Con estos y otros pensamientos acerca del cambio del reptiloide que la asustaba de niña, Blancaflor entró a la posada, con aire altanero, como intentando decir "entré porque quise, no porque afuera hace frío y tengo hambre y sed y es de noche y quiero un baño caliente y una cama mullida a pesar de que dije que no quería compartir el techo con la otra gritona"

Dificilmente podría ser eso llamado un peligro mortal.

Tranquilamente me acerco al pobre animal, que parece estárselo pasando muy bien.

- Fuera, fuera - Le digo mientras lo empujo hacia la puerta. - No se te ocurra morderme.

- Ya puede bajar señorita... por casualidad, ¿su nombre es Gloria? - pregunto esperanzado mientras lentamente el color empieza a subir a mis mejillas.

Me acerco al crío bárbaro, y, tocándole en la rodilla, le digo- No deberías de haber hecho eso. No le gusta que le interrumpan cuando hace cosas...

Diciendo esto, corro a esconderme detrás de un taburete, y grito- ¡La bebida está tras la barra! ¡No hace falta que mates a nadie para conseguirla! ¡Camarera, una jarra para mi hámster! ¡Si le dáis de beber, no hará nada!

Una vez me he escondido detrás de una pata, espero a ver que pasa. Espero que no mate a nadie... A quién se le ocurre molestarle...

Ufff... solo ha sido una falsa alarma. Pensó Gregory, viendo como actuaban sus compañeros de viaje ante la escenita que se les presentaba delante. Bueno, no parece que aquí vaya a conseguir nada. Esta gente no parece tener ganas ni de montar un piquete como dios manda.

Gregory se quedó observando cómo terminaba aquello, tal vez aún pudiera sacar algo de allí.

Me pregunto si los otros no entrarán...

Después de un rato de berrinchear en la entrada de la posada, viendo que no había tenido aceptación la opción de buscar algún otro sitio dónde hacer noche, con actitud altanera y ofendida, la joven Blancaflor cruzó la puerta que instantes antes había franqueado J. Verne y que Don Bifidus Tenorio había abierto muy galantemente para ella.

Buscó con la vista a sus compañeros de viaje y toda sonrojada por el enojo se dirigió a su mesa.

Don Bifidus, aunque frio como tempano (su naturaleza reptiloide es lo que tiene...), se ve timidamente ruborizado por las angelicales palabras de su bella flor.

Finalmente, Blancaflor pasa a la taberna, y Tenorius, por fin, atraviesa el umbral tras ella, tapado todo lo posible con su enorme capa y capucha...

Un taberna no es el mejor lugar para dar cobijo a un monstruo del armario, y ademas, asesino profesional, como un servidor.... pero no sea por.... en fin...