Partida Rol por web

Blancaflor seguía agazapada detrás de un tonel que por el olor que despedía, seguramente contenía pepinillos en conserva. Mientras, en la bodega, los intentos por deshacerse de la rata gigante parecían no tener éxito alguno.

Uhhhh, guácatelas... se me va a pegar el olor en el cabello... y en esta posada de mala muerte seguro que no cuentan con un buen jabón de lilas para volver a perfumármelo... ¿Es que al final tendré que hacer las cosas yo? Juro por la abuelita que vive en el bosque que ni bien lleguemos a una ciudad decente, pondré una queja a la academia de "Doncellas en Apuros"... ¡nunca me informaron acerca de lo dura que sería esta vida!

Toda enfurruñada, con los pequeños puños cerrados con fuerza, comenzó a treparse al barril a través de unas cajas que allí había.

Una vez encima, se paró en puntillas de pie para simular ser más alta y comenzó a cantar.

Su voz, dulce y majestuosa, surgió de su garganta suavemente, pero a medida que la canción se iba desarrollando, la misma cobró fuerza y los allí presentes (incluida la rata) comenzaron a sentir en su interior el olor de la primavera, el trino de los pájaros y poco a poco la felicidad se apoderó de ellos.

Blancaflor, con satisfacción, vio como su plan estaba dando resultado... Un poco de música siempre alegra el espíritu y tranquiliza a la fiera más malvada... como siempre, al final, ¡termino haciéndome cargo de todo!

Por fin me había reunido con mi querido y adorado hamster. El cual, por cierto, estaba borracho, como una cuba. O como dos. De hecho, seguramente no se caía al suelo porque estaba a cuatro patas.

Bueno... ¿Ya te has bebido todo lo que había en bodega?. Pues deja de haraganear, y ponte a pelear con esa rata chunga de ahí. Quiero sacar unas cuántas fotos de una pelea de roedores. Después, lo celebraromos como está mandado, y nos beberemos uno de estos barriles. Seguro que alguno contiene algún supervino, o algo así.

¡Vamos... A pelear! -dicendo esto último, preparo mi cámara. Un combate de roedores es algo épico, y merece un millar de fotos... Por lo menos.

Parece que Gregory ni Bifidus necesitan mi ayuda, y al paso de Blancaflor debo echarme a un lado cayendo de culo con tal de no rozar la falda de su vestido, basta para montarme un pollo de agárrate y no te menees, no querría que la susceptible damisela la tomara conmigo, así que me arrastro por el suelo alejandome del núcleo de la acción y sentándome en un barril a ver como termina todo esto, curiosamente el mismo barril tras el que se esconde Babylon

Eh muchachito, Babylon, puedes salir, solo es una ratilla

¿Será la cena de Tenorius, o la nueva mascota de Blancaflor?

- ¿Una ratita? ¡Es el amo y señor de todas las pestes! - respondo a la orejuda Verne sin moverme de mi escondite - Tiene que haber otra forma de resolverlo, la violencia no es la solución

Esperemos que la canción de Blancaflor tranquilice al monstruo ratonil

La rata gigante esquiva el mordisco sibilino de Don bifidus que chasquea sus mandibulas solo a unos cms de la enorme criatura que a pesar de sus heridas os mira con odio y se prepara de nuevo para cargar contra los que le hacen frente. Pero de repente una dulce voz os hace calmaros, incluso la rata queda en una especie de trance hipnotico mientrás que la dulce melodia de la dama Blancaflor le produce somnoliencia y se va quedando dormida, hasta que termina siendo una montaña de pelo roncando. Mientrás que  Gregory y Bifydus deciden que a pesar de no necesitar dormir ninguno de ellos, en este momento no estaria mal echarse una cabezada en algún rincón comodo como ese monton de sacos de garbanzos que está tan a mano.

En tanto el gnomo Claus llega dispuesto a hacer un combate de roedores, pero la musica tambien le amansa y el hamster decide echarse una siesta etilica con el gnomo encima...

Todo parece estar más calmado cuando la puerta de la posada se oye que la abren desdes el exterior y la posadera de grandes pechos se recorta en la luz y os dice:- ¿Que demonios está pasando aqui? ¿Porque estais haciendo tanto ruido?- De repente sus ojos se fijan en la rata gigante que dormita y en sus heridas y con horror grita:- ¡¡¡Pero que le habeis hecho a Flufy!!!- Por detrás de ella se oyen las voces de los etilicos campesinos gritando :-¿ Ha pasado algo a Flufy? ¡¡¡A nuestra Flufy!!!- Y comprendeis que estais en un problema y no sabeis por que...

- ¿Flufy? - digo mientras me giro para encarar a la pechugona tabernera - ¿De qué hablas mujer? Por Patina cierra esa muerta mujer antes de que esta bestia escape.

De repente me doy cuenta... La puerta está abierta... La salida a la libertad... Lejos de la peste que es esa bestia ratonil...

En ese momento de lucidez tomo en brazos al sindicalista durmiente y corro a la puerta con el hacha entre los dientes.

- Vamos, todos afuera. Blancaflor continúa cantando mientras me llevo a estos tontos que se quedaron dormidos.

Gregory se había quedado paralizado con la espada alzada en el momento en el que la dama de blancas flores, o algo así, se puso a cantar con melodiosa y acaramelada voz.

Al muerto le fallaron las fuerzas y bajó el arma, embelesado con tan encantadora y armoniosa canción y pese a no necesitar descanso (puesto que ya había tenido mucho de eso dentro de una caja de madera de pino), se acurrucó en un rincón atolondrado con la canción hasta que Babylon lo recogió.

-No, si yo no estoy dormido camarada proletario. Le dijo al oirle hablar. Pero estoy muy a gusto acurrucado cual gaticos en una cesta al lado de una estufa.

Tras ese escaso letargo me despierto en el suelo, bostezando y exaltado con los gritos de la pechugona...

Shhhh.... Tengo la boca passstosssa.... Pschammm, Pschammm.....

... me digo a mi mismo abriendo y cerrando la boca, notando como un hilillo de saliva venenosa sube y baja con cada movimiento de mis repticiales mandibulas...

Rapidamente me percato de la situación, veo a la enorme rata adormilada, giro la cabeza y veo a la tabernera enfadada, observo como algunos de mis compis de dudosa valentia salen por patas... Asi que, como uno no es idiota, no va a cargar con todo el marrón y prefiero no dar explicaciones, salgo por patas, o mejor dicho salgo por cola, cuan lagartija, deslizandome por el infecto suelo del lugubre aunque delicioso sotano.

Cuando paso cerca de mi dulce flor, me levanto rapidamente, la agarro por la cintura y me la echo a mi escamoso hombro, haciendome camino, ahora ya a dos patas, hasta la salida del sotano, o la entrada, depende desde donde se mire, en este caso, salida, ligeramente taponado por los enormes pechos de la dueña de todo este lupanar, ejem, digo posada....

- Abran passso.... Que la moza mancha... Essssta en essosss diasss.....

La voz de Blancaflor llenaba el recinto y poco a poco, surtía efecto, no sólo en la amenazadora rata gigantesca, si no, en sus compañeros también. Vaya, la vieja esa de canto debería haberme puesto una nota mejor cuando acabé la academia... mira lo bien que me sale "amansar a las fieras"...

Todo lucía de maravillas y la muchacha no podía inflarse más por el orgullo cuando la inoportuna camarera tuvo que aparecer.

La voz de Blancaflor se apagó de golpe y la indignación comenzó a subir por su cara en un lindo tono carmesí. ¡Perra! ¡interrumpirme así! Ya se disponía a cantarle las cuarentas cuando Babylon no le dio tiempo y comenzó a arrastar al pobre zombie para salir de aquel lugar.

-¿Qué siga cantando?- preguntó extrañada. ¿Cómo se suponía que iba a hacerlo si la habían desconcentrado totalmente?

Bien, al aparecer tiene un plan... sigámosle la corriente por ahora.

Aspiró profundamente, tanteó otra vez su voz y cuando comenzaba a proferir la primera nota, se vio alzada en vilo, cual bolsa de papas y arrastrada fuera del lugar.

-Pe... pe...pero Bifidus!!! ¡¿¡¿¡¿Qué te crees que haces?!?!?! ¡¡¡Déjame cantar en paz!!! ¡¿¡¿¡¿Y cómo que estoy en esos días?!?!?!-  mientras pataleaba y golpeaba con sus pequeños puños el hombro del monstruo del armario, el color carmesí que cubría su rostro se tornó bordó. No puede ser... ¡¡¡aún me faltan como diez días!!! ¿¿¿estoy... así y no me he dado cuenta??? ¿¿¿Como me pudo ocurrir??? ¡Ahora no podré salir a la calle de la vergüenza! -¡Bifidus, por favor! ¡No lo pregones a los cuatro vientos! ¡no te olvides que soy una dama!- susurró mientras trataba de ocultar su rostro entre el ropaje de su amigo.

Observo el escándalo armado sin entender qué ocurre, ¿Porqué salen todos corriendo otra vez? ¿Tal vez fuera yo muy ingenua, o estúpida? No veía necesidad de correr si no habia peligro y yo no notaba peligro alguno a mi alrededor La ratita se ha quedado dormida, si pudiera embotellar la voz de Blancaflor sería fabuloso.... Saco una hoja arrugada de un bolsillo de la mochila y anoto mi idea antes de que se olvide, echando a caminar hacia la salida tropiezo con los aún presentes en el sótano.

Mi hermano conejo salta a la bolsa bostezando cansado, y el hamster etílico se retoza tranquilo disfrutando de una saludable resaca, el gigante enano duerme a pata suelta roncando y encogiendome de hombros agarro a mi buen amigo, luego antes de llegar a las escaleras resoplo y también cojo a Claus, tranquilamente y sin prisas, soy la última en subir con el gigante, el conejo y el hamster borracho. 

Aún no entendia la incoherente bronca que nos espetaba la atractiva tabernera, pero seguro nos lo aclararía una vez que el desordenado grupo llegara arriba de las escaleras

Decidis volver por el mismo sitio que habeis vuelto, pero la posadera que ha bajado las escaleras os mira con mala cara, y empieza a examinar con ojos escrutadores cuantas cosas habeis roto en vuestro valiente periplo contra la rata. Mientrás que los aldeanos no se adentran, pero sus murmullos y susurros están esperando a ver que sucede para actuar. De repente la rata pequeña que ahuyentasteis con el liquido de Verne salta a los pies de la posadera, está pega un grito y salta a la barandilla en un salto extraño producto del miedo. Pronto la rata sube por la escalera y terminan haciendole un pasallito los aldeanos, y lo ven como se aleja.

La mujer termina bajando y se atusa la falda para decir con tono enfadado y sus brazos en jarra:- De acuerdo, habeis ahuyentado a la bestia peluda- Se estremece al recordarlo- Pero habeis hecho daño a Flufy que es inofensiva, y habeis estropeado mis conservas... ¿Teneis algo que decir a vuestro favor?- Os mira con el ceño fruncido, mientrás que los aldeanos empiezan a gritar y a sacar horcas y antorchas(Que al parecer han aparecido en sus manos por arte de magia, aunque sabemos una buena turba aldeana debe de haber antorchas y horcas, es intrinseco)

Me paro, no entiendo nada...

Estan locos estos humanos... siseo para mi...

Tras esbozar una mueca de incompresión, con levantamiento de ceja incluido, comienzo a huir dando saltitos sobre la punta de mi cascabelera cola, con mi deliciosa y hermosa flor aun al hombro....

Sssss!!!! Vamosss.... Antessss de convertirnosss en sssserpiente al gratén!!!!

Me hago paso a la fuerza, si es necesario, entre la enfurecida turba de aldeanos hasta alcanzar la puerta de salida de la taberna...

Yssa no haya palabrassss que amanssssen a essstasss fierasssss.... sssss!!!! digo esquivando y zigzagueando....

Aún con el zombie en hombros me detengo ante la increible visión de la pechugona defendiendo al Amo de las Pestas(tm).

- ¿Fluffy? ¿Fluffy? - digo sin podérmelo creer - ¿Eso es Fluffy? - con los ojos como platos señalo a la primer Arma Biológica del mundodisco

Justo cuando los pocos instintos barbáricos que tengo a causa de mi forzada educación hacen señal de aparecer en forma de furia descontrolada noto la turba de aldeanos detrás de la Señora de las Pestes(tm) haciendo huir mi furia por un costado mucho más tranquilo y con ganas de vivir.

- Claro, Fluffy... jejeje - digo nervioso desde debajo de un zombie que ya olvidé tenía en brazos - Fluffy está bien - una tímida sonrisa empieza a aparecer en mi boca - tan solo descansa. La vimos estresada y un poco asustada por la terrible bestia que con gran esfuerzo logramos espantar, así que nuestra amiga le cantó algo para tranquilizarla y se terminó durmiendo. ¿No es increiblemente tierna?

Estiro una mano hacia la enorme rata haciendo amague de acariciarla pero a salvo de ser contagiado por alguna peste gracias a la distancia.

Cita:

-En realidad poca cosa, señora de grandeeeesss... zzzZZzzzZZZzzzz... Llegó a decir Gregory antes de decidir que colgando de los músculosos brazos de un bárbaro de 22 años con aspecto de púber, se estaba de cojones.

O al menos más cómodo que en la estrecha caja de pino en la que había pernoctado los últimos 200 años.

Sabía que mi pócima no podía fallar Mwajajaajajajaja MWAJAJAJAJAJA

Totalmente demenciada, la coneja sale por el mismo pasillito que la rata, corriendo como una liebre (Que no eh, solo saben correr y son unas golfas yo soy una coneja 100%) cargando con el gigante, el hamster y el conejo, como si se tratara de una auténtica cazadora de alimañas, mientras sus compañeros entretenían a la plebe con sus excusas y el pasillo de enfurecidos aldeanos se cerraba.

MWAJAJAJAJAJAJA

plop plop plop

Los pasos de Verne se alejan resonando en el suelo de madera, alegre y contenta por saber que su pócima espantaratas funcionaba de maravilla

La joven doncella en apuros (la prota de la historia, no la impostora tabernera de delantera intimidante) ocultó su rostro entre sus manos mientras se dejaba llevar como un costal de harina por el bífido monstruo del armario. Estaba decidida a no dejarse ver por una larga temporada, pero los chillidos de la tabernera la hicieron mirar hacia lo que ella llamaba "bestia peluda". Luego, más absurdo aún, se mostró alterada porque habían atacado a la verdadera bestia peluda, que al parecer era la mascota local.

-Estos pueblerinos...- se la oyó murmurar, pero sus palabras acabaron allí, ya que nuevamente volvió a quedar con los ojos como plato, cuando una demencial Verne se lanzó a la carrera por el pasillo formado por los aldeanos, tras los pasos de la diminuta ratita. Lo cual la llevó a fijarse en otro detalle importante. Los aldeanos ya no eran amables, si no que estaban agrupándose en una turba iracunda organizada, mejor que si el zombie sindicalista se hubiera puesto a alborotarlos.

-Vamos amigo, creo que ya no somos bienvenidos... y cuando estemos fuera, bájame por favor, ¡que no soy una niña malcriada!- y en un susurro agregó -y tengo que ocuparme de eso que tu ya sabes...-

La escena que aconteció era un pequeño batiburrillo, Verne la jovencita alquimista, consigue escaparse entre el pasillo que han formado los hombres de campo para dejar a la asustada rata, que está planteandose seriamente en mudarse a un calentito pajar a unos edificios más lejos, junto con su primo IKKK, aunque fuera un poco bocazas. En tanto cuando consigue salir de detrás de la barra, se encuentra de frente con un extraño personaje encapuchado, que al verla la deja pasar con una ligera sonrisa y le dice:- No te preocupes querida, yo ayudare a tus amigos...- Y se adentra hacía el lugar donde estan los enfadados campesinos, con una deje de cojera.

En tanto el caballeroso monstruo del armario es cogido cuando el pasillo de pueblerinos se cierra, y nota como las puntas de las horcas le hacen cosquillas en la piel, mientrás que un tipo desdentado le dice:- Tú te speras shavalote- Por lo que la situacióin se ha puesto bastante peliaguda para el ser a pesar de ser más alto que la mayoria de pueblerinos. En tanto tiene a su dama en los brazos, la cual tiene que bajar su falda para que los pillines campestres no vieran sus enaguas, pero a pesar de las ordenes de Blancaflor, el monstruo no se puede mover, al menos si no quiere quedar como un colador.

Babylon mientrás tanto esta encarando a la posadera pechugona con el zombie en brazos, con sus palabras inocentes convence a la mujer que se queda con el ceño fruncido, y como las heridas a pesar de lo aparatoso estan cubiertas por el grueso pelo de Flufy, la cual esta roncando como un lirón, sin parecer notar las heridas. La posadera al final se calma, pero no parece completamente satisfecha:- Muy bien, pero tendreis que pagar por todas las cosas rotas, y son 40 dolares, y ¡No! regateare-

En tanto, el gnomo y su hamster siguen dormidos al lado del conejo que tiene guardado Verne en su gran bolso, que les olisquea un momento para encogerse de hombros y volver a sus pensamientos, sobre una nueva civilización útopica que verdad funcione(Si los conejos piensan en más cosas además de comer y fo...)

40 dólares? De dónde voy a sacar yo 40 dólares? Claro, como soy un bárbaro bien podría ir a saquear algún pueblo por sus cuarenta dólares no señora? NI LO SUEÑE

- ¿40 dólares? Claro, claro. No hay problema. Eso si deberá pagar por nuestros servicios - respondo a la posadera con una inocente sonrisa - personalmente estoy cobrando 200 dólares por saqueos menores, con ello me refiero a tabernas y casas. Sin embargo en este caso creo que estaríamos más en la categoría de secuestro. En ese caso mis honorarios aumentarían a 1800 por hombres adultos, 1300 por viejos cascarrabias y 1000 por niños y mujeres. Este es un caso algo especial, dado que estamos hablando de una alimaña del tipo roedor. En estos casos la suma bajaría a 40 dólares. Luego estarían claro mis acompañantes.

Extiendo mi mano esperando recibir o bien la paga o bien una excusa

- Si no le sirve el trato por favor puede discutirlo con mi representante.

Busco al zombie a mi alrededor hasta que me doy cuenta de lo obvio. Entonces lo bajo y lo paro frente a la pechagunda iracunda posadera.

Mientras admiro la labia economica del pequeño e infantiloide barbaro, me retuerzo levemente en un baile cuasi-exotico al compas de los trincheos de esos tenedores gigantes que llevan los aldeanos...

Aun con mi hermosa protegida sobre mi hombro izquierdo, observo desde arriba a esos bravucones campesino...

Pse... Me apuesto lo que sea a que realmente están cagados de miedo! Mi imponente apariencia debe, segurisimo, causarles pavor... Pse... Mirales ahí tan valientes con sus tridentes... Pse.... En fin... a ver como se le da al chaval su regateo mercantil, y luego ya veremos... de momentos a meter tripita...

... me digo a mi mismo, medio paralizado, y tan solo moviendome cuando siento el calido contacto de la madera de las horcas sobre mis gelidas y resbaladizas escamas...