Partida Rol por web

RegenZy

Capítulo IV - Contraataque

Cargando editor
07/05/2013, 21:28
Director

Connor se acercó a la puerta de Butler Manor, mirando a sus ventanas. Estaban intactas, y las puertas cerradas a cal y canto. Reinaba el silencio, aunque se puso algo nervioso. Algunos no-muertos habían ido tras él desde hace unas yardas, y quedarse quieto les daba tiempo para ir acercándose poco a poco. La puerta se abrió entonces, y el criado indio de la señorita Sedley le indicó que él se haría cargo de su caballo.

Al entrar en la casa, vio a los criados reunidos con las mismas armas que en el día anterior, algo nerviosos. Bajando por las escaleras como una exhalación, la bella Katherine, emocionada por el reencuentro. Detrás de ella, más pausadamente, bajó su hermana, la señorita Sedley y el señor Templeton.

Cargando editor
07/05/2013, 21:34
Director

Narcisus había dejado que Connor fuera a hablar con las Butler. Sabía que no podía retenerlo, no sin tener que recurrir a la vigilancia preventiva. Se había batido bien, y la comarca era prácticamente segura, a falta de su marcha hacia Leeds. Una marcha que todavía se dilataría un día más. Así que lo emplazó a regresar allí aquella noche, con las hermanas Butler o sin ellas, mientras comenzaron los turnos de descanso y el enterramiento e incineración de los cadáveres. Los equipos de recogida de cuerpos estaban reforzados por piquetes de guardia preparados para terminar con los no-muertos que vagaban en pequeño número por la campiña, dándose orden de que se usaran preferentemente las bayonetas para evitar atraer a nuevas aglomeraciones de aquellas cosas.

El mayor Berdan fue a dormir, y a él le correspondió "la primera guardia". Aunque estaba terriblemente cansado, y por ello se sentó en el patíbulo. Uno de sus hombres le trajo amablemente el desayuno, que habían servido en la cantina a los oficiales. Un fuerte y grasiento desayuno británico con huevos, bacon y morcilla. Sin embargo, a él le supo a gloria. Su estómago demandaba energía, así que dio buena cuenta de los alimentos. Luego, sintiendo los rayos del sol estival acariciándole el rostro, se apoyó en el mástil del patíbulo, de donde colgaba la cuerda de la horca, y cerró los ojos.

No pudo precisar cuando tiempo se pasó dormido, sin darse cuenta. El caso es que el sol brillaba con fuerza cuando el alférez Dickinson le despertó haciéndole sombra. Parpadeó, mirando desde abajo su pequeña pero gallarda figura con el uniforme, con la mano apoyada en la empuñadura del sable, para levantarlo conforme subía por las escaleras, evitando que la punta chocara ellas.

Cargando editor
07/05/2013, 21:42
Alférez Dickinson

El joven oficial se tocó el ala del bicornio, ennegrecido por la pólvora. Carraspeó, consciente de que había despertado a su oficial superior y que éste podría enfadarse por ello.

-Disculpe, mi capitán -dijo- Pero creo que debería ver esto.

Strafford se levantó con cierta pereza, y le acompañó hasta las almenas de la cortina. Luego, le señaló un punto en el horizonte, y él desplegó un catalejo mirando hacia allí. Lo que vió le hizo parpadear. Se trataba de una columna de tropas británicas, de infantería y caballería, a unas millas de distancia, que se dirigía hacia el fuerte. Parecían restos de un ejército, con compañías de infantería highlander y regular. Poco menos que un batallón, contó, unos 400 hombres. Los jinetes eran proporcionalmente más numerosos, dos compañías de caballería ligera de 100 hombres cada una, y un par de pelotones de "heavy horse" (caballería pesada), 50 hombres. Pudo ver que llevaban una gran bandera generala, y distinguió de entre los jinetes a un grupo con uniformes especialmente recargados. Debían ser de la plana mayor.

Cargando editor
08/05/2013, 16:12
John Connor

El caballo parecía conocer el camino y casi sin necesidad de espolearlo recorrió la distancia desde el fuerte hasta la morada de los Butler sin detenerse. El viaje no había sido plácido, pero nada que ver con el transcurrido a la ida. Debía la vida al Mayor Berdan, al igual que Strafford. Con las luces del día y la casi ausencia de infectados deambulando, parecía que nada hubiera ocurrido, pero Connor sabía muy bien el terror que había dominado el lugar durante muchas horas. Y no había acabado, había que exterminar al enemigo o se podría correr la misma suerte en poco tiempo.

El hogar de los Butler se alza ante él, el silencio lo reina. ¿Habrán huido? Pensaba el Capitán a sabiendas que probablemente haya sido lo ocurrido. O quizá algo peor que se obligaba a no pensar. Cuando el indio sale a su paso para aferrar las riendas del caballo, John respira y su rostro se ilumina al ver a Ketherine bajar seguida de sus hermanas y el doctor. Baja de la bestia para correr y abrazar a la muchacha. - ¿Estáis todos bien? Narcissus no ha podido venir, ahora se ocupa de la regencia del fuerte. Pronto saldremos a asegurar la zona – El joven Capitán mira a los hermosos ojos de Katherine – Oh Katherine, no puedes imaginar cómo te he echado de menos. He sufrido pensando si estarías a salvo. Con agrado veo que habéis conseguido salvar vuestra casa. Como un idiota he antepuesto mis deberes a mi verdadera vocación. Si te hubiera pasado algo no hubiera podido soportar la culpa –

El casaca roja se tensa un segundo y es consciente de que hay más personas cerca, aún así, lo ha pensado durante el trayecto desde el Britannia. Coge a Katherine de la mano y buscando un terreno apropiado se arrodilla para decir mirándola fijamente. – Katherine, sé que nos conocemos desde hace poco tiempo, pero estos acontecimientos me han hecho ver las cosas con total claridad. Sólo deseo compartir mi tiempo contigo. Me harías el hombre más feliz de este mundo si aceptaras ser mi esposa. No he tenido tiempo de vestirme como se merece este momento ni poder buscar una alianza, pero he traído mi corazón sano y salvo para entregártelo... ¿Qué respondes a mi petición? –

La situación vivida podría haber afectado a la muchacha y quizá una petición de matrimonio sea lo último en que tendría en mente. Connor es consciente de ello y de pronto siente una inseguridad como no ha sentido horas antes en la gran contienda contra los no-muertos. Los segundos de espera parecen horas...

Notas de juego

No sé qué destinatarios deseas para mi post, así que te lo envío y lo marcas para quien consideres. Queremos boda zombie jeje..

Cargando editor
08/05/2013, 16:58
Director

Notas de juego

Te pongo por privado un apunte. He dicho a Strafford que el acuerdo al que habéis llegado es que la noche de este día de juego tienes que regresar al fuerte, con las hermanas o sin ellas, para marchar por la mañana hacia Colchestershire con tus hombres. Como se van a pasar todo el día con tareas de enterramiento de cadáveres y preparación de la marcha del día siguiente, te ha dejado ir porque si no te iba a dar un algo.

Cargando editor
08/05/2013, 17:25
John Connor
Sólo para el director

Notas de juego

Recibido. Si Connor se casa, no podrá darlo todo en la noche de bodas si tiene que partir al día siguiente. Una pregunta, ¿Las mujeres pueden viajar con las tropas? Es la nueva esposa del Capitán. O quizá, si no te destripa la partida, podría licenciarse con honores tras salvar Colchestershire y vivir allí. Lo digo para que no quede tan drástico el casarse y dejar a la mujer sola de nuevo. Pero lo que decidas rolearé.

Da pena que se esté acabando, ha sido una gran partida. Y la has documentado a la perfección. Pero ya habrá tiempo para elogios y positivos, que esto no ha acabado aún.

Cargando editor
08/05/2013, 17:39
Katherine Connor

No podía creer lo que sus ojos veían, si después de la vertiginosa lucha, el incansable intento por sobrevivir, los cuidados a su hermana, la muerte que ahora le parecía una pesadilla lejana de las dos personas que la habían criado, él estaba ahí. Había vuelto y había vuelto por ella o eso quería pensar. Corrió cuanto pudo, a saber con qué fuerzas pues creía ya no tener ningunas, con los ojos llenos de lágrimas se abrió paso en el camino que le pareció más largo de lo que había sido nunca. El corazón pareció detenerse antes de poner el primer pie escalón abajo pero luego, ya no tuvo dudas y bajó levantándose un poco el faldón del vestido a reencontrarse con él.

Lo abrazó con tanta fuerza que pensó que no lo dejaba respirar y cuando se apartó, tras que él preguntara si estaban todos bien y olvidándose del resto, supo que tenía unas ganas enormes de besarlo y de no separarse de él nunca más.

-Yo también te eché de menos y...

Iba a seguir, a contarle lo que había sucedido pero no pudo porque lo vio entonces arrodillarse ante ella. Incrédula bajó la mirada hasta posarla en los ojos de Connor, ahora si que las lágrimas no podían ser ya contenidas como había conseguido hasta ese momento y entera, la joven Butler temblaba como una hoja. No lo esperaba y menos lo esperaba así, siempre pensó que sería una bonita reunión con té y masas finas, el caballero en cuestión que no podía ser otro que Connor y su padre, además de sus hermanas pero al diablo, las cosas eran como eran y ella sólo pudo atinar a responder lo que rondaba en su cabeza.

-No... No hay nada que desee más en el mundo que ser tu esposa, Connor...

Si tenían público no le importaba a la rubia, si tenía que besarlo delante del mundo entero, tampoco. Lo haló de la mano con cierta fuerza y esta vez fue ella quien lo besó, cerrando los ojos y olvidándose de los demás por un momento.

Cargando editor
08/05/2013, 19:23
Narcisus Strafford

Exhausto y lánguido el señor Strafford tardó unos segundos en darse cuenta de a qué se enfrentaba. Aún parecía poder sentir el sabor del desayuno bajo un cerebro burbujeante y unos ojos que amenazaban con cerrarse a cada segundo. Su cuerpo no podría tolerar mucho más sin caer como un peso muerto, pero ahí estaba.

Obvió lo funesto que resultaba verse dormido al lado de la horca, aunque ciertamente le parecía algo muy apropiado y consecuente consigo mismo. Tampoco guardó rencor alguno a Berdan por irse a dormir y dejarle al cargo. Él hubiese hecho exactamente lo mismo si los roles hubiesen estado invertidos.

- Se lo agradezco, Alférez- contestó con voz queda y pastosa el buen patriota. No había deje de reproche por despertarle, pero tampoco vergüenza en que le hubiese cazado con los ojos cerrados-. Que entren. Estoy seguro de que serán portadores de buenas noticias.

Y sin embargo, parecía haberlo dicho por decir. En su estado no atinaba a procesar el motivo exacto de su visita. No precisaban de refuerzos, aunque serían bienvenidos. No vendrían sin invitación, por supuesto. Y eran demasiados hombres para que sólo viniesen a enviar un mensaje. Quizás fuesen de paso, o fuesen a despejar algún lugar en las cercanías y decidieron hacer una parada estratégica. O cualquier otra cosa, no importaba. El caso era que debía abrirles.

- Hablaré con ellos. Si es preciso, despertaré a Berdan, pero por ahora que siga recuperando fuerzas. Las necesitará- animó con un gesto vago y pesado de la mano, de anciano decrépito, a Dickinson para que fuese a cumplir con ello.

Ya le había agradecido el trabajo bien hecho, y había tomado las primeras medidas. En su estado no podía hacer mucho más. Casi seguía diciendo demasiado para la extensión habitual de sus palabras, aunque salían como un hilo de pensamiento burdo y sin pulir.

Echó de menos a Connor. Él hubiese podido ayudarle ahora que sus fuerzas comenzaban a fallarle, pero rezó para poder dormir algunas horas antes de que este volviese. Porque volvería. Más le valía hacerlo.

Cargando editor
09/05/2013, 00:54
Georgina Templeton-Sedley

Estaba... verdaderamente asustada, no poder recabar mas información que el eco de las detonaciones y la visión lejana del humo la tenía atemorizada, temblaba. Por suerte Templeton estaba a su lado, la acompañó toda la noche, la tuvo abrazada calmandola con suaves caricias y algún que otro beso, ninguno de los dos tuvo cuerpo de continuar lo que habían empezado antes de los cañonazos.
Finalmente se hizo el silencio y solo entonces los ojos empezaron a cerrarseles. Al alba el trote de un corcel les despertó de su breve pero dulce sueño. Al abrir los ojos Georgina puso la mano sobre la mejilla de su prometido

-Otro día más

Susurró como si se tratara de un regalo. Ninguno se había desvestido así que no tardaron en bajar para ver quien era el jinete.
Al reconocer al capitán Connor, Georgina, quedó gratamente sorprendida -Gracias al cielo- exclamó celebrando que estaba vivo y de regreso. Traería noticias de primera mano así que aceleró el paso sin embargo le extrañó que no viniera con Strafford. Al punto en unas pocas pinceladas les tranquilizó pero estaba claro que su prioridad era otra.

Miró fugazmente a Evan y al joven doctor para cerciorarse de su recuperación.

De repente Connor clavó la rodilla en el suelo sorprendiendoles a todos. La escena le pareció preciosa por la espontaneidad y ternura de John y Kath, los prístinos rayos del sol iluminaron la estancia acompañados de una fresca brisa, Georgina lo percibió como algo alegórico, un nuevo comienzo. Tomó la mano de Templetón apenas con las yemas, mas propio de como lo habría hecho una señorita como Kath, timidamente sonrojada y sonriente.
No necesitaba nada tan espectacular como lo que acababa de hacer el capitán, un simple gesto le bastaba, pero estaba ansiosa, si era posible, por formalizar definitivamente su relación, ya se lo había dicho.

Mirandole a los ojos se sintió muy tranquila, habían pasado mucho más que dos días...

Cargando editor
09/05/2013, 12:38
Augustus Frederick

Ante el ruido de gente arremolinándose en los pasillos, Augustus salió de nuevo de la habitación, esta vez mucho más descansado que la noche anterior. Todavía se podían detectar en su rostro y sus andares cierta fatiga, el cabello pegado a la frente sudorosa por culpa de la fiebre. Cualquiera que se hubiera fijado en él le habría recomendado un buen baño, en circunstancias normales claro.

Pero aquello claramente no lo era, a pesar de que, para variar, la mañana había traído buenas nuevas. Saludó con un cabeceo a Georgina, mientras estiraba el cuello curioso para ver qué estaba pasando. La escena, más íntima de lo que esperaba encontrar, le hizo aparecer un ligero rubor que con suerte se podría atribuir a la reciente enfermedad. Carraspeó, ligeramente incómodo, y su vista se escapó al rostro de Evangeline de forma involuntaria.

Esperó pacientemente a que alguien se adelantara y dijera algo, ¿cuánto había que esperar para felicitar a la feliz pareja? ¿Y cuánto más debía posponer las preguntas al Capitán sobre la situación fuera? Dejó vagar la vista mientras tanto, seguro de que alguien sabría cómo actuar.

Cargando editor
09/05/2013, 15:26
Evangeline Frederick

Evangeline se sintió tan dichosa como su propia hermana, feliz y complacida de ver que todo lo que podía desear había ocurrido. El linaje Butler quedaba intacto, su gemela había sobrevivido y la pesadilla estaba terminando. Suspiró aliviada, y emocionada al ver las expresiones de amor sincero entre su hermana y el capitán.  Había perdido un padre, pero ganaba un hermano. ¡Y Kate estaba tan radiante, tan feliz!

Se sorprendió al ver al doctor, y más cuando le observó sonrojarse. Preocupada, pensó que quizá estaba sufriendo los últimos coletazos de la enfermedad. Se acercó a él y le cogió del brazo con la intención de sujetarle si se sentía perder pie -ella misma se había sentido así hacía nada-, y sonriente, inquirió:

- Es maravilloso, ¿no cree usted? -mirando hacia la joven pareja.

Cargando editor
09/05/2013, 15:36
Augustus Frederick

Se sobresaltó ligeramente al encontrarse de repente a Evangeline colgada de su brazo. Su rostro se sonrojó todavía más, como si le hubieran cogido en un renuncio.

- Es... es fantástico. Son la esperanza de la humanidad. - dijo dándole una trascendencia que tal vez no tenía - Gracias a ellos el mundo será un poco mejor, estoy seguro de ello. La bondad ha ganado. - terminó la frase incómodo, pues era consciente de que había escogido sus palabras sobre la marcha y no estaban sonando tan bien como quería.

Calló y miró al frente, ligeramente incómodo por la presencia cercana de Evangeline, pero incapaz de moverse o rechazarla. Porque, en el fondo, habría deseado que aquel momento de felicidad general se alargara eternamente.

Cargando editor
09/05/2013, 15:48
Evangeline Frederick

- Bueno, yo no diría tanto -sonríe Evangeline, sin dejar de mirar a su gemela, radiante y emocionada-. Pero al menos Kate estará cuidada y protegida por un hombre lo suficientemente insensato como para idolatrarla -ríe suavemente, sabiendo que Kate y Connor están en su propio universo personal-. Y usted tendrá su publicación médica, ¿no se encuentra satisfecho? Eso, sin duda, le dará mucho renombre.

No iba a ser tan cínica de decir que todos habían salido ganando cuando habían perdido a miembros de la familia, pero al menos las cosas no habían terminado tan mal como podían.

Cargando editor
09/05/2013, 15:59
Augustus Frederick

Su publicación. La había olvidado por completo. Las últimas horas y el triunfo de la inoculación le habían hecho ignorar lo más obvio, que cuando todo aquello acabara su carrera habría sufrido un gran empujón. Y sin embargo, aquello no le satisfacía. No era lo más importante. Inocular al resto de la casa y ponerlos a salvo, estudiar a los especímenes que seguían allí fuera, aquello era lo que le movía. Pero la fama venía con unos privilegios que seguramente acabarían con su libertad de estudio.

- Renombre... no creo que sea eso lo que busco. - habló pausadamente, con tono más realista que antes - Estoy contento de haber ayudado a desarrollar una cura, si es que lo podemos llamar así. Pero no lo he hecho por prestigio, sino por amor a la ciencia. - su discurso era mucho más coherente ahora, cuando hablaba de lo que conocía - Sólo espero poder seguir investigando, sin ninguna otra aspiración.

Sus ojos se volvieron entonces al rostro de Evan, fijándolos en su mirada.

- ¿Y usted? ¿Qué será de usted? ¿Cuál es su aspiración? - preguntó de forma directa y mucho más atrevida de lo que se creía capaz.

Cargando editor
09/05/2013, 16:22
Evangeline Frederick

- Mi mayor aspiración, topa mi vida, ha sido la felicidad de Kate -respondió sin dudar Evangeline-. Así que a ese respecto, ya estoy satisfecha. Antes de que todo esto pasara, mis aspiraciones eran bastante más simples: casarme y satisfacer mis deberes como Butler -Evangeline era una mujer de la época, con una mente nada  revolucionaria. Había sido educada para casarse con el mejor partido y tener hijos, y buscar la realización personal en el matrimonio y la maternidad. No esperaba, ni deseaba, otra cosa.

Dedicó una sonrisa ligeramente amarga al doctor.

- En cuanto a qué será de mí... no lo sé. El matrimonio de Kate pone a salvo el linaje Butler, y eso ya es bastante . Pero con respecto a mi propia persona, si le soy sincera me siento bastante perdida. Perdóneme -se sonrojó, avergonzada-. Estoy siendo descortés hablándole de sentimientos pesimistas cuando usted debe estar tan feliz, habiendo logrado lo nunca visto en el campo de la medicina... No es momento este para ensombrecer el ánimo. Pese a todo, la conclusión de estos días ha sido grata.

Sonrió de nuevo, deseosa de dejarse llevar por las sensaciones positivas que se respiraban en el ambiente.

 

Cargando editor
09/05/2013, 16:41
Augustus Frederick

Augustus fue consciente entonces de que se estaba metiendo donde no le llamaban. La situación de Evangeline era precaria y él sólo había hecho que recordárselo. Pero por suerte la muchacha prefería ser positiva y no recriminárselo.

- No hay nada que perdonar. Mis "triunfos" no son tales en un contexto como este, a pesar de que reconozco que me alivia enormemente haberlos podido aportar. - hizo una pequeña pausa, escogiendo las palabras - Miss Butler, siéntase con total libertad de compartir conmigo sus temores. Como ya les dije, esta experiencia me ha demostrado lo importante... ha puesto las cosas en perspectiva. Y no dejaré que nada malo le ocurra a usted o a su hermana.

Echó una mirada a la feliz pareja, claramente Katherine no iba a necesitar su ayuda. ¿Pero estaba en disposición de ayudar a Evangeline? ¿Querría ella su ayuda? Volvió la mirada a esta, inseguro de qué era lo que quería decir y cómo decirlo.

- Sé que no... - carraspeó, de repente la boca se le había secado y los sudores habían vuelto - No soy el mejor partido, pero... - la presencia del Capitán no hacía sino reforzar su inseguridad a través del agravio comparativo - Tal vez sí que reciba una buena posición, y mis triunfos podrían ser suyos, y podría aportarle seguridad...

La pregunta quedó flotando en el aire, y parecía dispuesta a volver corriendo a su lugar de origen al menor indicio de disgusto.

Cargando editor
09/05/2013, 17:30
Evangeline Frederick

Evangeline le miró con total sorpresa. Era lo último que se esperaba.
No es que le desagradase, por supuesto. Augustus era un hombre encantador. Evangeline no estaba enamorada, ni esperaba amor, pero el médico era considerado y tranquilo. Sir Barnabas se había encargado de hacerles saber a todos, hace tiempo, que sería un buen partido por heredar su fortuna y posición. Pensándolo fríamente, con objetividad, Augustus era un buen candidato. La mantendría protegida y a salvo, y como bien había dicho el propio Augustus, le aportaría seguridad. Además, cumplía la última recomendación de su padre -"un caballero con al menos una anualidad"-.  No era una mala idea, no lo era en absoluto. Y con el caos que había a su alrededor, parecía la idea más sensata y apropiada. La experiencia con Narcissus le había hecho valorar que quizá un carácter amable era más importante que una gran fortuna. O al menos, que sería inteligente buscar un equilibrio entre la cartera y el talante.

Le sonrió con amabilidad, apretando más los dedos alrededor de su brazo.

- ¿Está tratando de decirme algo? -preguntó dulcemente-. Creo que tendrá que ser un poco más claro, doctor. Porque me parece estar entendiendo que se considera un hombre lo suficientemente insensato como para querer aguantar a una Bulter. Sabía que Connor era un necio, pero a usted lo tenía por un hombre inteligente -bromeó.

Cargando editor
09/05/2013, 19:28
John Connor

La reacción de Katherine resultó tan satisfactoria para el Capitán como efusiva. Con ganas le devolvió el beso a pesar de la falta de un decoro más propio de aquella casa. Pero aquellos eran nuevos tiempos. Una época que había renacido tras el intento de la muerte andante que había tratado acabar con la sociedad del lugar. Con una alegría en todo su ser que le confería una airede invulnerabilidad, Connor, aferrando a su prometida de la mano se gira a los presentes para exclamar: - Damas y caballeros les presento a mi futura esposa Katherine Connor -

Tras los momentos de felicitaciones, a sus oidos llega la conversación de la gemela con el bueno del doctor. Si calificación de necio sobre la persona del Capitán hubiera llegado la noche del baile hubiera afectado al ánimo de Connor. Pero ya conocía el caracter de la muchacha y casi se lo tomó un cumplido. Parecía una verdadera proposición y John estuvo tentado de animar la situación con un comentario alentador. Algo así como que el jardín de la casa Butler estaría bien adornado con dos bodas simultáneas, pero pensó en Strafford. La sombra de la sospecha de un posible affair con la gemela le hizo frenar su intención. No estaría bien estimular un buen fin a la posible proposición sintiendo su compañero de armas algo por Evangeline. Bueno, si el corazón de Naricsus es capaz de sentir algo. Así que símplemente, con la sonrisa de la alegría del compromiso  en su rostro, se limitó a ver cómo se deselvolvía la escena. Por experiencia propia sabía que Frederick debía estar pasando unos momentos de cierta tensión, sobre todo con alguien con el temperamento de Evan. Sin duda, iba a ser algo digno de ver.

Cargando editor
09/05/2013, 20:02
Augustus Frederick

¿Estaba seguro de lo que estaba haciendo? Desde luego recibiría el apoyo de su tío, eso seguro. Y ahora no podía echar marcha atrás. No era peor científico por admitir que la compañía de Evangeline le agradaba, ni por querer construir un futuro cuando todo parecía perdido. Era una idea sensata y que, en cierta manera, beneficiaba a los dos. Aunque reconocía que no se esperaba las mariposas en el estómago.

-Es exáctamente lo que quería decir. - confesó con una sonrisa - Y me consideraría afortunado si fuera usted la que aguantara mis particularidades. - miró de reojo a Kath y Connor, que claramente vivían una pasión que ellos dos no tenían. Se giró y cogió a Evangeline de las manos - Sé que ahora mismo todo puede parecer muy... frío. Pero le prometo que la trataré como se merece y no se arrepentirá de haberme elegido... si me elige.

Era la primera vez que Augustus se sentía tan vulnerable por algo que antes consideraba nimio. Fue en ese momento, al escuchar la voz de Connor, cuando se dio cuenta de que no estaban solos y estaban generando una cierta espectación. Ahora sí, el rostro del joven médico se puso rojo de verdad y la expresión de su cara demandaba que Evan acabara con su miseria.

Notas de juego

Sorry, edito! Que nos hemos pisado!

Cargando editor
09/05/2013, 20:04
Evangeline Frederick

La diferencia de trato entre Narcissus y Augustus era sorprendente, y a Evangeline le parecía increíble que dos individuos de la misma especie pudieran ser tan diferentes. La amabilidad de el doctor contrastaba hasta el infinito con la severidad del militar. 

Evangeline se sonrojó cuando la tomó de las manos, pero no pudo evitar sonreír. Sentía las mejillas ardiendo.  Dejó escapar una risa nerviosa, tímida, y deseó tener un abanico para taparse el sonrojo.

- Yo... - no sabía qué decir, pero en realidad, su sonrisa nerviosa lo decía todo.

Objetivamente, el doctor era un hombre con suficiente posición y economía, y más aún cuando sus trabajos sobre la plaga fueran publicados.  Subjetivamente,  aunque no se conocían demasiado, Evangeline había visto su  carácter bajo presión, tanto como el de Narcissus. Y desde luego no había color.  Quizá el doctor fuera un hombre distraído y encantado con su trabajo, pero no se podía negar que tenía un carácter dulce y amable que Evangeline agradecería. Era una mujer de talante abierto y considerado, y la fiereza de Narcissus sólo podía perjudicarla.

Se inclinó y besó suavemente las manos de Augustus entrelazadas con las suyas.

- Sí. Sí, acepto -asintió, sonriendo con franqueza-. Pero tendrá que aprender a bailar -bromeó una vez más, dejando escapar una risita.