Partida Rol por web

Atravesáis el angosto paso sin ver ninguna nueva señal de los lobos. Martha os guía, pero su nerviosismo es prácticamente palpable. Teniendo en cuenta que su visión aún está afectada por el veneno del schenvemlig no es de extrañar, pero Areth nota que hay algo más que le pone nerviosa... Y no es la única que lo está. Fawkes, que normalmente camina entre las rocas, ligeramente separado del grupo, ahora no parece querer separarse de su dueño y el pelo de su espalda está perpetuamente erizado, como si esperase algún súbito ataque.

Pero si alguien está preparando una emboscada, esta no llega nunca.

Camináis en tensión durante varias horas. La perpetua penumbra de la noche hace que sea complicado medir el tiempo, pero llegado un momento decidís parar a comer algo y descansar durante un rato.

- El número de huellas está aumentando notablemente - informa Martha. - Estoy segura de que no estamos muy lejos de un asentamiento truil. Hay algo que me huele muy mal en todo esto, pero tenemos que decidir qué hacer...

Henry se encoge de hombros, dejando el peso de la decisión en vuestros hombros, como si a él le diese lo mismo enfrentarse a todo un ejército de lobos o hacer un picnic en los yermos.

Aprovecho para quitarme el calzado y masajearme los pies, nunca me acostumbraré a las largas caminatas. Estiro las piernas y me llevo las dos manos hasta los pies gracias a mi continuo entrenamiento. Sólo faltaba que por una llaga se echara a perder uno de mis hechizos... La sensación continua que nos van a atacar en cualquier momento, se hace insoportable. Me gustaría llegar a donde sea.

- Mi opinión es la siguiente, si alguién nos hubiera querido matar ya lo habría hecho, o intentado, debemos seguir adelante, y si es posible ir pensando en algo de vino o comida del sur, para agradecer que nos hayan dejado pasar- rebusco entre mis cosas para ver que puedo dejar- Si no nos dejan pasar, no hay nada que pensar- me hecho hacia atras y estiro la espalda.

Maldito Yi, mira que dejarme con este bruto y sus chascarrillos, ya se podría haber ido también él y dejarme con Martha, está claro que si conociera a alguien sofisticado... ya tendré tiempo de demostrarle todo lo que puedo hacer.

Camino en silencio, funesto y sensiblemente enfadado. Sabía que ese Anguy no tramaba nada bueno... Nada bueno... Y Yi -Fan también tiene la culpa. ¡Cobarde sureño!

-Miro a ambos lados, inspeccionando el terreno, y hablo en un digo en un tono hosco y muy enfadado -Cálcese, Señor Vangrant. Estamos en medio de territorio enemigo; sus malditos pies pueden esperar.

Miro a Martha y a Henry y añado - no he venido hasta el culo del mundo para quedarme atrás. Sigamos.

Miráis alrededor. Vuestros ojos se han ido acostumbrando poco a poco a la penumbra durante el viaje y ahora podéis ver con relativa facilidad en la noche. O al menos Areth y Henry pueden, ya que el veneno de los murciélagos aún nubla la visión de Martha y Alex. Las rocosas colinas proporcionan un sinnúmero de lugares para ocultarse: enormes piedras tras las que camuflarse, franjas excavadas en la roca como si estuvieran hechas a propósito para arrastrarse por ellas, arbustos espinosos lo suficientemente densos como para servir de cobertura...

- Mirad allí - dice Henry mientras señala una loma. - Parece que tras esa colina hay algo más de luz. Probablemente las fogatas de un pequeño asentamiento.

Seguís la dirección en la que señala y a duras penas podéis distinguir un brillo ligeramente perceptible alrededor de las piedras. La vista de vuestro compañero parece bastante más aguda que la vuestra pero, tras fijaros con atención durante un rato, estáis casi convencidos de que tiene razón. Ocasionales destellos por encima de las piedras parecen indicar que más de una hoguera arde al otro lado de un pequeño montículo.

- Hemos encontrado a los Truil. Ahora, ¿qué queréis hacer? - repite la pregunta de Martha, pues aún no ha sido respondida.

Descansaremos en un lugar cercano, y esperaremos a que descansen - Dije, frotándome la frente del cansancio - Una vez estén así, Henry yo nos colaremos en el campamento. Henry noqueará a un vigía o a alguien desprevenido; yo le cubriré por si hay problemas. Vosotros esperad fuera, y dadnos apoyo por si las cosas se complican. - Miro a los compañeros y añado -  ¿de acuerdo?

Tras girarme mirando donde dice Henry, me doy cuenta que están más cerca de lo que pensaba. Me coloco de nuevo las botas con calma, Areth no entendería lo importante que son mis pies para mí. En un momento más relajado se lo explicaré para que lo entienda.

Oigo lo que planean y les recuerdo parte por lo que estamos aquí, y la parte que más me interesa por otra parte.

- Recordad, buscad documentos u órdenes de los prósimos movimientos, y sobre todo como acaban con los magos, buscad amuletos o algo parecido- teorizo al azar- A mí tan bien se me da bien escabullirme, recuerda que fui explorador en el ejercito, pero tienes razón si necesitais una via rápida de salida, corred hacie el fuego- sonrio en la última parte-.

Es un farol, espero no tener que lanzar ningún hechizo porque sería hombre muerto. Reviso mis dagas y mi conjunto en general, si vamos a movernos en silencio, ato todo lo que se mueve, tapo lo que brille... entrenamiento típico.

Henry fulmina con la mirada a Areth.

- Yo trabajo solo - dice sin inmutar su sonrisa. - Y, desde luego, no me fiaría de ti para "cubrirme la espalda". Si quieres dejar sin sentido a un guardia, adelante, pero yo iré por mi propio lado.

Se vuelve hacia Alex.

- ¿Amuletos? - pregunta extrañado. - ¿Por qué vamos a buscar amuletos? Por lo que habíamos hablado, la idea era capturar a alguien a quien podamos interrogar. Sin embargo, el chico tiene razón en una cosa. Es probable que él pueda encontrar más fácilmente algo que nos sirva de ayuda ahí dentro, ya sea por su sentido mágico o porque pierde sus poderes. - Mira a Areth. - Será mejor que te acompañe.

Mira finalmente a Martha.

- Eres una exploradora hábil, así que supongo que podrás pasar desapercibida un tiempo por aquí. Pero ten cuidado con tu vista, el veneno de los schenvemlig aún te afecta. Espéranos y da una señal de alarma si hay algún tipo de problemas, ¿de acuerdo?

Martha asiente y se vuelve hacia los dos hombres, esperando su respuesta al plan de Henry.

 lo veo razonable...  - Dije, mordiéndome la lengua. Veamos si también sabes encontrar el camino de vuelta tú solo, asqueroso niño de ciudad. Miro a Martha, intentando no mostrar pena por ella, y digo secamente -Ten cuidado Martha. Danos una señal si algo te da mala espina.

Simplemente asiento a las palabras de Henry mientras trago saliba. Me reviso de nuevo mi equipo. y unos segundos después lo reviso de nuevo. También aprovecho para despedirme de Martha dándole un apretón de manos, más para tranquilizarme a mí que a ella.

-Suerte- le deseo- nos vemos pronto.

Henry asiente y se escabulle entre las rocas con agilidad mientras Martha le da un golpecito en el hombro a Alex a modo de despedida. - Tened cuidado... - avisa antes de que os vayáis por un camino ligeramente diferente al del uld.

Subís a lo alto de la loma que os ha indicado Henry para comprobar que, efectivamente, hay un pequeño asentamiento truil detrás. Un vistazo rápido os revela que la tribu de los Cazadores de la Noche cuenta con unas 50 personas. Es probable que algo más de la mitad de ellos sepan manejar armas lo suficientemente bien como para meterse en un combate, aunque dudáis de que haya más de 10 ó 15 guerreros de verdad.

Sin embargo, no tenéis demasiada intención de tomar la aldea al asalto. Os bastaría con capturar un vigía para interrogarle, aunque tal vez no sea suficiente como para obtener la información que necesitáis. Si conseguís colaros en el interior del campamento es más probable que encontréis a alguien que tenga más información sobre la contra-magia Truil. Sin duda el kugmit de la tribu sabrá daros esa información, pero no es ni mucho menos un objetivo al que sea fácil acercarse.

Avanzo sigiloso, haciéndole un gesto con el dedo a Alex mientras nos acercamos. - Son demasiados... Un ataque directo sería una locura. Aunque tampoco es una locura matar algunos poco a poco.

Me muevo en los confines del campamento y uso más mi oido que mi vista, aun perjudicada por el veneno restante de aquellas criaturas, oigo los quedos gruñidos de los más cercanos y como algunos hablan en voz baja pero sin llegar a enteder de que pueden estar hablando.

Sigo a Areth para adentrarnos en el campamento intento mantener el paso del corpulento guerrero, pero es muy habil y si quiero ir tan silencioso como él tengo que ir más despacio. Pongo mi máximo esfuerzo en ir tranquilo, sin embargo mi corazón parece que va a estallar, suena como un tambor en una cueva y no me estrañaría despertar a la mitad del campamento con el estruendo.

Os movéis en silencio entre las rocas, acercándoos al campamento truil. Aprovecháis una pequeña zanja excavada en la piedra para arrastraros por allí sin ser detectados. Areth va delante, más acostumbrado a meterse en el fango que el hechicero, pero las enseñanzas del señor Vangrant calaron profundo en Alex pues consigue moverse igualmente sigiloso.

Os aproximáis a las tiendas del campamento, cuando Areth se para. Estáis muy cerca, demasiado para no haberos encontrado ningún vigía y eso hace que el guerrero se ponga ligeramente nervioso, sospechando una posible trampa. Al fin y al cabo, si el truil que habló con Yi Fan provenía de esta tribu lo normal es que estuvieran sobre aviso de que unos ulds estaban por la región.

Sin embargo, haber llegado hasta aquí esquivando a los centinelas puede tener alguna ventaja, puesto que podríais intentar adentraros en alguna tienda para espiar desde allí.

Levanto el índice y lo poso en los labios, dando a entender que ahora estamos en el punto crucial.  Espero durante dos minutos en completo silencio, intentando buscar algún ruido que nos pueda alertar, y, si no oigo nada, intento adentrarme algo más en el campamento, acercándome a las tiendas con extremada precaución.

Le cogo un segundo el brazo a Areth mientras pienso.

-Déjame intentar una cosa- le susurro a mi compañero.

Me concentro y busco hilos de mágia de la zona, veo espectros difúminados allí donde se ha practricado mágia recientenmente e intento coger alguno de los que estén activos para tirar de él a ver donde me lleva...

Alex se concentra durante un momento, dejando que sus sentidos interiores traten de localizar los restos de algún conjuro. Hay ligeros restos de magia en el ambiente, hechizos domésticos menores y rastros de algún ritual para consagrar el campamento, pero nada realmente importante que llame su atención.