Partida Rol por web

Sabes perfectamente que esta niebla no es natural... Crees posible que sea una niebla alquímica... pero no tienes ni idea de como han logrado sintetizarla... En la niebla notas un olor, pero no te es suficiente para adivinar los componentes alquímicos... 

En un rápido extiende las manos y un chasquido mecánico resuena y de las mangas de su ropa salen dos pequeñas pistolas, las cuales agarra con soltura y apunta a un sorprendido gobo...

Dos explosiones se suceden seguidas y la sangre de la verdosa criatura salpica el fangoso suelo... Esta se retuerce con un disparo en el estomago y otro en el hombro...

Flynn sube sus manos hasta la altura de su rostro y sopla el humo de sus humeantes pistolas. -Hacia tiempo que no las sacaba en un combate... Ciertamente añoraba el olor de la pólvora quemada...

Los caravaneros saltaron se los pescantes y saltaron a enfrentarse a los gobos antes de que robaran el cargamento de la caravana...

Únicamente el caravanero de la caravana de Bendek parecía un poco mas ducho en el manejo de la daga y consigue hacerle un pequeño corte al gobo que se gira gruñendo...

Los Gobos se nos echan encima, no veo la caravana de delante, ni la de atrás, lo que sí puedo ver es que son tres y están cortando las cuerdas con sus sucias dagas, no es que me den miedo, es que a saber cuántas enfermedades transmite esa mohosa y oxidada daga.

Escucho algunos gritos, disparo, veo el pequeño monstruito que va a por el aventurero de las riendas, esquiva de una buena forma a nuestro verdoso amigo, yo sonrío de medio lado, no cabe ninguna duda de que sabe defenderse solito.

Me sujeto a la parte de arriba de la caravana y subo, para sorprender por arriba a los dos que intentan robarnos.

Las voces de Gunnar se escuchaban maldiciendo entre la niebla mientras que se escuchaban varios relinchos lastimeros. Tras  una maldición por parte de la voz de Gunnar, se escucho un relincho agónico y golpes sobre la tierra y luego silencio...

- ¡Largaos de aqui, ladronzuelos! - Les grité a los gobos encima del carro. Por lo que oia habia problemas en los otros carros, pero estaba demasiado nublado como para poder ver nada mas alla del carro. 

Tendria que auyentar a los que atacaban este antes de ayudar a los otros. 

Desenfundé la maza, y la balanceé para darle un mazazo al que tenia mas cerca, pero el pequeño, aunque torpe con la daga, era escurridizo, y no conseguí acertarle. 

Los ruidos de batalla se escuchaban por todo el camino, poco a poco la niebla se empezaba a disipar mostrando las siluetas en medio de la pelea...

Ok, vas primero Choko...

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Las verdosas napias del gobo le decían que aquella niebla no era natural, tal vez alquímica, y eso le estimuló muchísimo, necesitaría aprender cómo hacer aquello, desde luego.

La niebla comenzó a disiparse, y cuando se vino a dar cuenta, tenía a un bandido justo a su lado amenazando a su compañera (puesto para Choko decir que era un gobo bandido sería un poco reduntante). El susto de verlo repentinamente tan cerca y el hecho de que estuviera a punto de acuchillar a su compañera le sirvió para no pensarse demasiado lo que debía hacer, pues siendo de su raza o no, ellos han decidido su conducta.

Quiso llamar la atención del bandido pasando junto a él y colocándose a su espalda, a sabiendas de que a lo mejor contribuía en que se llevara una cuchillada, pero confiaba en la humana, que blandía un buen estoque, y sabía que le daría una buena oportunidad de atacar.

Dando un par de pasitos salpicando de barro, el escurridizo gobo pasó junto al bandido, intentando ofrecerle su armadura mientras sacaba un viejo rociador de agua bendita de combate, una maza hueca que se podía rellenar de líquido y que tenía agujeros por el que salía e impregnaban a quien atacase, cuyos símbolos Morrowanos hacía tiempo que habían sido medio borrados y sustituidos por runas alquímicas personales del gobo. 

El bandido estaba entre dos potenciales enemigos, uno de ellos de su propia raza, y ese momento de debilidad lo aprovechó con pesar Choko para asestarle un porrazo con el rociador, que resonó con un CHOOOON hueco.

Maldiciendo a esas malditas ratas verdosas... Había tenido que acabar con dos de mis caballos por culpa de la maldita trampa de estacas... Con la espada desenfundada empecé a correr hacia el carro trasero, vi que estaba seguro aunque el guardia no estaba en su sitio, solo el caravanero que vigilaba que nadie se acercara... Cuando me vislumbro entre la niebla, me señaló al carro detrás suyo y me dijo que el combate venia de los carros posteriores... -Esta bien... Mantente alerta y da un grito si alguien se acerca... Sin mas preámbulo continué corriendo hacia las caravanas posteriores...

Veo de reojo como la rubia se lanza desde lo alto de la caravana contra los gobos... A pesar de ello los malditos eran escurridizos y habían conseguido esquivar el hachazo de la rubia. -¡Animo rubia!... Cuando lleguemos a Corvis prometo invitarte a una buena pinta de la mejor cerveza...

Acciono la palanca de recambio del arma y la segunda recarga pasa a cargarse en el arma, con una sonrisa miro al gobo el cual me mira a su vez mientras desaparece su sonrisa... -Hoy no es tu día de suerte verdoso... Apunto al pequeño ladrón y vuelvo a abrir fuego... Ambas balas impactan en el pecho del gobo y la fuerza de los impactos tiran al gobo fuer del carro y queda inerte en el suelo mientras la sangre comienza a manar del pecho

Los gobos consiguen soltar algunos de los cofres y caen pesadamente al suelo... Rápidamente los gobos agarran los cofres y comienzan a alejarse lentamente con los pesados cofres arrastrándolos por el suelo

VAELA Y CHOKO

Tenias delante tuyo al gobo sonriendo con gesto depredador... En ese momento viste como algo metálico y redondo se alzaba tras la cabeza del gobo y al momento caía golpeando con fuerza la cabeza del gobo, haciendo un ruido desagradable y metálico... 

El pobre bicho gimió de dolor y torpemente se giró intentando apuñalar a quien había golpeado su cabeza... Pero fallo estrepitosamente y detrás del bicho vistes a Choko portando algo que parecía una maza...

En la parte de atrás del carro oías combate entre el caravanero contra los gobos... Parecía que seguía estando con vida y estaba manteniendo a los gobos a ralla... 

THYRI

El gobo rápidamente se aparto de la trayectoria de tu hacha y en una inteligente maniobra utilizo tu propia fuerza para asestarte una puñalada en el vientre... Por suerte conseguiste apartarte antes de que consiguiera destriparte tal como parecía que quería hacer... -Jaaa... humana buena... Tu ser buena comida en futuro... Yo comer tus huesos....¡JA JA JA JA!

BENDEK

El gobo sigue intentando apuñalarte... y parece que no aprende... De la misma forma que antes desvías sin problemas la daga del estúpido gobo...

No tan tonto parecía el otro gobo, el cual en un rápido movimiento asesto una puñalada en el pecho del caravanero y lo empujo fuera del carro de una patada...

Ok, marcado... Los gobos que están arrastrando los cofres son los que tienen el recuadro en amarillo...

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 El moco verde, vomitado, seguro, de las entrañas oscuras de Niflheim esquiva mi hacha y me ataca con su puñal, casi me destripa el hrodi (Moco en nórdico antiguo).

Gruño, fallar hace más interesante esto, y la verdad es que después de todo el maldito aburrimiento, ya era hora de que algo pasara. Sonrío levemente al escuchar como el aventurero, que me llama rubia, me da ánimos. Cerveza dice, me río yo de eso, ya verás qué rubio lo tengo todo. Pienso, mientras esquivo el puñal.

- Yo ser comida de tu amigo - murmuro divertida, refiriéndome al intrépido aventurero que se ha cargado ya a uno de ellos - tú estar jodido.

Pero uno de esos Gobos arrastra nuestro cargamento y ni siquiera lo pienso, me lanzo a por él.

La mujer barbara arremete con su hacha contra el gobo que huía con el botín... Y a pesar de su fea herida, esta logra asestar un terrible hachazo en la espalda encorvada del pobre desgraciado, el cual tropieza cayéndose al barro y gritando de dolor...

Los caravaneros luchaban con valor... con el valor propio de comerciantes que manejaban mejor el dinero que la espada... Por lo menos mantenían ocupados a los gobos...