Partida Rol por web

Garius lo observó con odio, aunque no dejaba de mirar alternativamente a sus compañeros. Con gran cautela, comenzó a bajar la mano que sostenía su arma, aunque muy lentamente.

- Toma uno de los remos… vamos a la orilla. Allí podremos resolver esto…

El bribón hizo ademán de agarrar el también uno de los remos, aunque quedaba bien claro que no lo haría hasta que el sujeto soltara el arma.

Corwyn parece receleso con la idea de volver a la orilla, pero parece comprender que no tiene mas remedio. Enfunda su arma y coge un remo. Sin sentarse, de pie en la popa, usando el remo como pertiga, empuja la barca hacia la playa. Baja hasta la arena y contesta al paladin.
-No, no hicimos prisioneros. era una pequeña chalupa, con unos 8 marinos. Su capitan era un feo orco. Tengo toda la carga del barco, aqui y.......bueno, fuera de la ciudad.

-Llévanos hasta esa guarida, maldita sabandija.- Dice airado el clérigo ante tal desfachatez al comentar una felonía. -Te advierto que como sea una trampa. Esta noche en lugar de pan lo único que albergara tu estomago será mi espada justiciera.

Tras esto enfunda su espada larga y se dispone a curarse alguna más de sus heridas gracias a sus oraciones al dios justo.

Corwyn se lleva la mano a la cabeza y se rasca el sucio pelo.-Bueno , los demas esclavos estan fuera de la ciudad. Hay que llegar en barca, en esta solo caben cuatro. Dice señalando la barca en la que sigue montado Garius. Parece algo divertido.
-No esta muy lejos pero se hara de dia y entonces no podremos salir tranqulos pr el puerto. Debemos salir ya, ¿quien viene?.

El clérigo mira algo sorprendido a Corwyn. Parece que no genera tanto respeto en el bandido como había previsto.

Tras suspirar mira a sus compañeros con gesto de duda.

-¿Y bien?

Frente a la pregunta de Francis simplemente me limito a contestar asintiendo con la cabeza.
No se puede confiar en Corwyn... pero mejor seguirle el jueguito.

Garius se mantenía erguido sobre la pequeña barca, todavía agitado y empapado, pero sin aparentar la menor intención de abandonarla. Simplemente, parecía dar por descontado que él iría con la expedición. Estaba seguro que en algún momento el traicionero de Corwyn intentaría algo, y quería estar muy cerca cuando ello ocurriera…

- Creo que aquellos que están heridos deberían quedarse. Pero aceptaré si deciden otra cosa. Como sea, todavía debemos encontrar a los esclavos que andan por aquí… ¿dónde los tienes, Corwyn?

Escucho con atención, y cuando Garius habla de que se queden los heridos me yergo en toda mi estatura sin mediar palabra con nadie, pero con gesto altivo.

Primero escuchemos todo lo que tiene que decir y después ya decidiremos quien va a cada lugar...

Corwyn señala a los esclavos de la gruta.-Ademas de esos seis hay cinco mas fuera de la ciudad. Estan en una cueva a una millas de aqui. Deberiamos irnos ya, pero haremos un trato, cuando tengais todos los esclavos, yo me ire de la ciudad, me quedare alli, ¿entedido? Su rostro es serio y no hay rastro del sarcasmo que antes cruzaba su cara.

Miro seriamente a Corwyn y luego miro a los demas... esperando a ver que tienen que decir.
Espero que esta sabandija no nos engañe

El clérigo tose un poco sarcástico y tras intentar contenerse parece que no puede evitar hablar.

-Robar, asesinar, traficar con la vida de personas inocentes, atacar a nuestros compañeros, conducir a una banda de rufianes que habrá cometido mil felonías que aun tengo que investigar. -El clérigo hace una pausa para agarrar la espada de su cinto. -Tienes suerte de que te entreguemos a las benévolas manos de la autoridad civil. Pues por Tyr que disfrutaría tajando el pescuezo de una escoria como tú.

La cara de Corwyn cambia de confianza a autentico pavor.
-¿A las autoridades? ¡No! .....la esclavitud aqui es legal, si se enteran que trafico con esclavos, ¡me cortaran las manos y la lengua!....A ver yo os llevo hasta la gruta, iremos a caballo para que vengais todos, y me ire no me volvereis aver mas lo juro., cambiare de vida, ahora salgamos por donde habeis venido para ir a las cuadras, pero no me entregeis, por favor.
Acaba su suplica poniendose de rodillas y con lagrimas en los ojos.

-Si vuestro arrepentimiento es sincero no dudéis que Tyr lo sabe. -Dice el clérigo sorprendido ante la reacción de Corwyn. -Sea pues, busquemos los caballos de su banda de malhechores y vallamos a combatir por la justicia.

Tras esto pone una mano en el hombro del asustado hombre para ayudarle a levantarse.

¿Arrepentimiento? No lo creo... es miedo... no le quitare el ojo de encima.

- Vayamos vayamos.- Dice Jake animadamente.

A pesar del tiempo transcurrido, Garius aún no había recuperado el aliento, y permanecía inhalando y exhalando profusamente y con gran estruendo sobre la barca. Observaba a Corwyn con recelo y a pesar de la capucha empapada que cubría su rostro, era evidente que hubiera preferido una solución más “definitiva”.

- Ten por seguro que no te volveremos a ver. Ni nosotros ni nadie…

- Aun no hemos decidido que hacer con los esclavos que están por aquí. Digo, no se si podemos dejarlos sueltos. Tal vez debamos consultar a un clérigo o algo así.

Asiento ante las palabras de Garius con la cabeza, estoy bastante agotado, pero nada que no pueda superar...

 -Veamos si alguien puede ocuparse de ello mientras vamos a por los otros-

El clérigo suspira ante la pregunta de Leonan.

-De acuerdo. –Dice. –Yo me quedare con esta pobre gente e intentare llevarles a un lugar donde puedan ser libres. Seguro que hay alguna iglesia de Tyr en la ciudad donde mis hermanos me ofrezcan su ayuda. Espero que triunfeis en vuestra misión.

Entre el grupo se formó un tenso silencio que pareció durar horas. Garius observó a cada uno de sus compañeros, evaluando sus capacidades y su estado. Por último, sus ojos quedaron clavados en Corwyn, a quien no ocultaba sus ansias asesinas. El sujeto se había mostrado diestro con las armas, incluso más aún de lo que Garius estaba dispuesto a admitir abiertamente. Pero el semielfo no necesitaba palabras para transmitir la sensación que lo embargaba.

- Tal vez pueda contigo o tal vez no. Pero ten por seguro que antes de que termine el día lo vamos a averiguar… y uno de los dos habrá visto su último amanecer.

De un sorpresivo salto abandonó la pequeña barca y se encamino a la orilla entre chapoteos y trompicones. Alcanzar la precaria embarcación lo había dejado extenuado y le demandaría todavía un tiempo recuperar el aliento. Hablo a sus compañeros con voz ahogada, mientras interminables hilillos de agua abandonaban sus empapadas vestimentas.

- Esta bien, esta bien !!! Yo acompañaré al clérigo. Después los alcanzaremos, todavía tengo el mapa que encontramos. – finalmente, alzando su daga en dirección a Corwyn, agregó – Pero este muerto es mío !!!!

Sorprendido por la iniciativa de Garius asiento con la cabeza... ya he recuperado el aliento, y aunque aún me duelo todo puedo moverme mas o menos bien.

Me giro hacia Jake y Grakul.

- Bien pues, no hay tiempo que perder. Tú, ven aquí y piensa bien en el camino.- Digo a Corwyn.

Después me dirijo a Garius y Francis.

-¿ Nos encontramos en alguna iglesia cercana? -