Partida Rol por web

El clérigo se pone en guardia y flanquea a sus compañeros escudo en ristre.
-Es una buena hora para la justicia.- Susurra para si.

Empuño el espadón al ver que mis compañeros estan tensos, intento amortiguar todo lo que puedo mis pasos para no alertar a nadie y le pego una mirada de soslayo a Lett, dandole a entender que me imite y no haga tonterias...

Avanzais lentamente por el pasadizo mientras los ladridos y la risa aumentan su volumen. Garius se arrastra hasta el arco de entrada de una habitacion mas grande. Dentro hay un tipo con una pinta horrible, aunque parece humano su rostro recuerda a un orco, debe tratarse de un bastardo semiorco.
Esta molestando con un palo a varios perros grandes encerrados en jaulas. Los perros no paran de ladrar y sus bocas llenas de colmillos no dejan de babear.

Silencioso le hago una señal a Garius para que le ataque por detras sin hacer ruido.

Me quedo oculto mirando la escena y esperando que mis compañeros actuen. Pero preparándome si algo sale mal.

Garius penetró en la habitación, con su daga desenvainada y rezando por que los animales mantuvieran ocupado al semi-orco. Se desplazó sigilosamente, centímetro a centímetro. Cuando estuvo solo a unos pasos del sujeto, inició una corta carrerilla, saltó y lanzó un tajo lateral, intentando dar en el cuello del bestial individuo.

- Francis, tu estrategia apesta...

Jake se queda inmóvil y en silencio esperando que Garius demuestre sus dotes como luchador sigiloso.

Kelemvor...échale una mano...

Garius avanza con sigilo con movimientos pausados aprovechando las sombras, que crean las antorchas en la sala. Envalentonado por que los ladridos camuflan su ataque, se lanza a por el enemigo, pero en el ultimo segundo el semiorco se agacha para rugirle a un perro a la cara y la daga corta el aire.
El tipo se vuelve con extrañeza.- ¿Quien eres tu?, ¿como has entrado?. Corwyn dijo que cerro la puerta. Saca una espeda corta y se aleja un paso para atras cerca de la puerta de la perrera.-La has cagado, serviras de comida para mis perros. Los animales parecen enloquecer con esas palabras y casi se lanzan babeando contra las puertas de sus celdas.

-!Aquí nadie va a servir de comida para nadie!- Digo mandoble en alto y avalanzandome desde las sombras hacia el feo semiorco que despotrica sin parar, atacando a la altura del hombro que lleva la espada para dejarlo desarmado e inútil...

Lo que puede hacer el azar...

Salgo de mi lugar al instante y utilizo "Rociada de Color" sobre los Perros

Grakul pronuncia un conjuro que lanza un arco de luz que envuelve tanto a los perros como al semiorco. Dos de los perros agachan su cabeza y se ponen a gimotear, mientras que otro de los animales y el semiorco caen de golpe al suelo dormidos profundamente. La espada del bandido cae con un repiqueteo. En la habitacion no hay nada de interes y solo hay una salida, un arco que va a dar a otro pasadizo, del cual os llega el rumor de las olas y unas voces lejanas.

Garius había cerrado instintivamente sus ojos, en espera del golpe fatal. No solo había errado groseramente su tajo al cuello del semi-orco, sino que había quedado muy mal ubicado. Su cuerpo estaba completamente desestabilizado, pues prácticamente le daba la espalda al bestial sujeto y, además, había quedado apartado del resto del grupo, enfrentado en soledad a su enemigo. Para cuando los demás alcanzaran su posición, seguramente sería tarde.
Sin embargo, al recuperar su compostura, percibió que la pelea había terminado. Con un gesto de alivio, agradeció a su hermano. Después, mirando a los demás añadió, con el pecho henchido de orgullo:
- ¿Y bien? ¿Qué me dicen de mi hermanito?

- Diablos, si que ha progresado…

Mira alucinado la proeza del mago sin decir nada:
-¿Pero sois hermanos?- Dice sorprendido mientras sigue mirando el conjuro.

Jake señala el pasadizo.

- Por allí.- Susurra a sus compañeros. Está animado e impaciente, parece que se acercan al tratante de esclavos.

Apenas no habia iniciado la carrera para ir contra el bastardo semi-orco y un rayo de luz que acobarda y deja insconscientes a nuestros enemigos aparece al instante... Me quedo boquiabierto ante tal demostración de poder y me giro para ver quien a sido, al ver que es el mago que nos acompañaba y que apenas habia hablado mi cara cambia de la de asombro a la de admiración...

Interesante...

Acto seguido oigo las palabras de Jake y con un gesto de afirmación me dirijo bajo el arco hacia el pasadizo.

La voz de Garius resonó grave en el salón. Ya sea por la tensión o por el orgullo ante la acción de su hermano, su acostumbrado susurro parecía haber quedado atrás.

- Creo que deberíamos encerrar a esa criatura junto con sus amigos caninos. Si no, les aseguro que volveremos a tener noticia suyas, y pronto. Por otro lado, - miró alternativamente a Francis y a Jake - no se me ocurre una sentencia más justa para sus acciones.- una macabra sonrisa podía vislumbrarse entre las sombras de su capucha.

Al ver que mi hechizo funciona a la perfeccion y al oir el comentario de mi hermano luego de ese fallido ataque sale de mi cara seria una pequela sonrisa
Es una suerte que funcionase bien.
Veo que Jake y Leonan piensan seguir por ese pasadizo y cuando apenas doy un paso siguiéndolos oigo la vos de mi hermano nuevamente y me volteo
Por mi haz lo que quieras
Ya estaba acostumbrado a estas cosas que le agarraban a Garius derrepente y poco me importaban ya, de todas formas a nuestros acompañantes seguidores de la luz no les gustaria mucho la idea....

-¿Un juicio con perros?- Piensa. -Menudos barbaros.
El joven mira a Leonan en busca de los conocimientos del sabio paladín.

-No digo que esos perros darian buena cuenta de las torturas que les habrá hecho pasar ese monstruo, pero no creo que merezca morir de esa manera. Con amordazarlo y atarlo a las cadenas con las que él ataba a sus perros será suficiente, creo yo. Ya lo encontrará alguien.-

Ese infeliz no merece una muerte tan horrible...

Atais con cadenas al semiorco y a Lett(comenzaba a ser una carga). Este protesta, pero le convenceis que volvereis para soltarle. Ya veremos-Piensa Garius.
Los dos perros que quedaron despiertos siguen con la cabeza gacha y dando vueltas por su jaula.
Cuando habeis terminado os encaminais por el pasadizo y el rumor de las olas y las voces suben de volumen. Despues de unos cincuenta pasos el pasadizo se va agrandando y la luz natural del amanecer baña un gruta a vuestros pies. Una escalera de piedra excavada en la roca, baja desde el balcon en el que estais hasta una cala arenosa dentro de una gruta.
Hay cinco bandidos en la orilla, cerca de una gran barca, en la que esta Corwyn, durmiendo. Tambien hay unas seis personas encadenadas de los tobillos unas con otras. Entre sus ropas deshechas se ven los tatuajes malditos.