Partida Rol por web

Reinos Olvidados- La brecha

En busca de la aventura.

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06/04/2014, 12:40

Hace solo dos días que has dejado atrás tu hogar, y a tu maestro. Te encuentras solo ante el peligro, pero eso no te importa, querías aventuras y eso vas a tener a partir de ahora. En estos momentos, te diriges hacia el norte, en donde esperas encontrar alguna ciudad cerca para poder reponer las provisiones.

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08/04/2014, 01:49
Naldrin Tamariel

Me muevo en silencio entre los árboles, siguiendo los angostos senderos abiertos por los animales, sin que siquiera el crujido de una rama rota bajo mi pisada advierta de mi presencia.  El sol que se filtra entre las hojas de los árboles parchea mi figura mientras avanzo de vuelta hacia la civilización.  Atrás queda el pequeño claro en el que he vivido estos últimos años, con la pequeña cabaña de madera ahora vacía y una tumba solitaria junto a ella; y frente a mí se abre el camino a la aventura y lo desconocido.  Una parte de mí lamenta dejar atrás lo que ha sido mi modo de vida estos años, pero otra parte de mí ansía aventuras, emoción, descubrir nuevos lugares y desentrañar antiguos secretos, y eso es algo que no tendría si permaneciese como protector en este bosque.  De todos modos hay órdenes drúidicas y otros exploradores que podrán ocupar el hueco que deja la muerte de mi mentor y mi marcha, así que no necesito preocuparme, la Naturaleza recuperará su equilibrio aun cuando yo no esté.

Poco a poco los estrechos senderos trazados por los animales que serpentean entre los antiguos árboles se ensanchan y ante mis ojos comienzan a desvelarse señales del paso de otros seres a medida que se transforman en los senderos utilizados por cazadores y leñadores, hasta finalmente desembocar en un camino más ancho y recto que muestra las inconfundibles roderas de los carros.  Me detengo unos instantes, valorando la dirección a seguir; al poco me ajusto las correas de la mochila y sigo adelante, ligero de equipaje y ánimos, con las armas en el carcaj y mis magras pertenencias en la mochila que cuelga a mi espalda, siguiendo a buen paso el camino que se extiende ante mí.