Partida Rol por web

Ya habían pasado un par de días desde que los aventureros estaba allí. La aldea era tranquila, quizás demasiado para algunos. Algunos de los aventureros recién llegados, otros habitantes de la aldea o de otras zonas cercanas, sin embargo, por cualquier motivo que solo ellos conocían se encontraban en ese momento en la taberna de la aldea.

Era por la mañana, pero el establecimiento estaba en penumbra debido a que por culpa del frio exterior que, aunque no suficiente como para que nevase si era desagradable estaban las ventanas cerradas y la iluminación interior estaba formada únicamente por velas y una chimenea casi apagada. El lugar tenia a apenas 10 personas en su interior, destacando el tabernero de todos ellos, un hombre mayor conocido por todos los habitantes de la aldea como el mejor informado en cuanto a trabajos y a los alrededores. El hombre de barba blanca y aspecto simpático limpiaba con un trapo no demasiado limpio una jarra que seguramente estaría bastante sucia.

En el tablón de anuncios de la taberna había una serie de anuncios, nada especialmente llamativo más allá de peticiones de caza o cosas menores similares, sin embargo, algo destacaba entre todos y era un mensaje sencillo y claro, que llevaba allí dos semanas y que recaba

Necesito que me recuperen un objeto de las ruinas del antiguo puesto comercial elfo. Recompensa 1 000 monedas. Estaré en la taberna por la mañana en dos semanas

Eso era lo que les había atraído a la taberna y allí estaban, 1 000 monedas no era precisamente poco dinero, una pequeña fortuna, por una simple recuperación de un objeto en unas antiguas ruinas elfas; sin duda, una típica aventura para cualquier aventurero ávido de conocer otros lugares, o quizás de alguien que simplemente está interesado en esa enorme cantidad de dinero.

Las frias nieves se van extendiendo y la caza comienza a escasear. Tengo que buscar zonas mas calidas en las que poder encontrar piezas con mas facilidad. Los lobos cada vez son mas atrevidos al tener el estomago vacio. Yo sola en las montañas heladas tengo menos posibilidades y soy una presa apetecible para las diferentes manadas. En mi busqueda de zonas calidas he aterrizado en esta aldea, cuyo nombre es Moor. Mi saquillo se esta vaciando y deberia guardar algo para cuando lleguen las vacas flacas. Me ha llamado la atencion un anuncio que hay colgado en la taberna para encontrar un objeto y traerselo al contratante. 1000 piezas no es una cantidad desdeñable y no parece entramar peligro alguno. Despues de hablar con el tabernero me siento en un rinconcillo a fisgonear a los lugareños e intentar encontrar al encapuchado que me ha comentado el posadero. Antes de abordarle me gustaria analizarlo para comprobar que no es un tipo de calaña dudosa. 

Entro en la posada frotándome las manos, hace un frío que pela fuera. Una vez que he recuperado (más o menos) la sensibilidad de los dedos me bajo el cuello de piel y la capucha que me protegen del frío. Con una sonrisa y un leve asentimiento saludo a Wock, que parece estar limpiando las jarras, y al resto de los paisanos, y me siento en uno de los taburetes.

Mientras intento entrar en calor pido una cerveza y estiro las piernas delante de mí. Ya llevo dos semanas en Moor, cubriendo las distintas obligaciones que mi puesto de guardabosques me exige de vez en cuando, y además está el encargo...

Vale, los guardabosques no ganamos mucho dinero. La comida la tenemos que conseguir nosotros, y nuestras casas a menudo necesitan arreglos. Además, nos conocemos todos, y cuando un guardabosques muere sus compañeros más próximos suelen colaborar para que la familia no pase penurias...lo que incluye mandar algo de dinero de vez en cuando. Las poblaciones que están bajo nuestro cuidado cuidan de nosotros y de los nuestros, pero a la inmensa mayoría no les gusta abusar, así que el encargo me viene como anillo al dedo, y está dentro de mi territorio...

Con ése dinero podría comprar todo lo que necesito para pasar el año, y tanto mi tejado como el de Gallagher (el guardabosques de Lago de Plata con el que suelo compartir responsabilidades cuando uno de los dos tiene que ir a la ciudad) necesitan un buen repaso, e incluso podría dar una bonita cantidad al fondo para las familias...

Sonrío confiada mientras observo a los lugareños y espero al hombre que puso el anuncio. Estoy segura de que Gallagher no se quejará mucho por tener que cuidar mi zona un poco más.

Valeska entró por la puerta con unas ropas poco abrigadas para el frío que hacía, estaba acostumbrada al frío y eso no era nada comparado con las heladas que sufrían constantemente los pueblos bárbaros. Se acercó al tabernero y pidió una jarra de cerveza haciendo repiquetear una moneda sobre la barra, cuando se la sirvieron dio un largo trago e hizo una leve mueca; llevaba ya unos meses en la aldea pero aún no se acostumbraba al pis aguado que querían hacer pasar por cerveza, desde luego las bebidas norteñas le daban mil vueltas.

Como de costumbre fue a mirar el tablón de misiones, en ese momento no necesitaba el dinero pues hacía poco que había vuelto de su último encargo, pero no quería perderse ninguna oferta interesante, y menos mal, porque una recompensa de mil monedas no se consigue todos los días, y menos aún por un encargo que no parecía entrañar mucha complicación.

Se dirigió de nuevo a la barra y se sentó esperando que apareciese el anunciante de la misión, se terminó la jarra de un trago y la dejó sobre la barra con un sonoro "plock". - Ponme otra, tabernero.- Dijo con su característica sequedad pero sin sonar borde. 

Caminaba sin rpisa pero sin calma debido al frio, tenia buena ropa de abrigo y estaba acostumbrado a andar largas distancia, pero ya tenia ganas de llegar a la posada, hacia unas semanas que mis huesos terminaron en ella y pude comprobar el anuncio, un anuncio que realmente me interesaba y queria poder unirme. Mis pasos eran pesados pero no paraba mi ritmo.

Tener la posibilidad de explorar unas ruinas elficas era mi principal objetivo, pues el dinero no me faltaba, un enano tan bien entrenado no le faltaba trabajo, pero tampoco me podia quejar poder satisfacer mi curiosidad y ganas de aventuras cobrando un buen dinero en el camino.

Ya podia ver la puerta de la posada, esperaba no llegar ni tarde ni demasiado pronto, pues era impaciente, y un enano impaciente sin fuerte cerveza enana era ..... bueno, era duro para el enano, y a veces para los de su alrededor.

Golpeo la puerta con fuerza abierndola de par en par y poniendome entre el frio y la claridad externa y el interior oscuro... - SALUDOS - digo con una voz profunda mientras observo a todos los parroquianos que miran a la puerta, y aun mas a aquellos que no miran y habria que tener aun mas cuidado. Miro a un lado y miro a otro y desde la distancia compruebo que el anuncio de mi interes aun no ha sido retirado ..., con paso lento voy acercandome a la barra y vociferando al tabernero ... - TABERNERO DAME TU CERVEZA MAS FUERTE, UNA ENANA Y NADA DE ESE MEADO DE GOBLINS QUE ME DISTE EL OTRO DIA - mientras me acerco a la barra y coloco dinero suficiente para una buena cerveza y no la aguada de los parroquianos clasicos.

Una vez cerca de la barra comienzo a hablar con el tabernero mientras espero mi CERVEZA, pero una buena - Hola Wock, de momento no ha llegado el encapuchado verdad - y me responde agitando su cabeza de forma negativa, cuando al rato aparece con un enorme jarra con una espumosa y fuerte ceveza enana, algo que tubo que buscar tras comenzar a bajar algunos enanos de las montañas a comercial, y amenazar con destrozar su establecimiento si le volvia a poner meado de goblin.

Tomo la jarra y con un solo sorbo vacio media jarra de 1 litro, paladeando su fuerte y robusto sabor, entre champiñon, cebada malteada y hierro de su fermentacion, puro sabor de la montaña. A pesar de estar bebeindo sigo estudiando a los elementos de la sala.

La noche anterior me había propuesto levantarme temprano para continuar mi aventura, pero cuando abrí los ojos adormecida y vi que era más tarde, di un salto de la cama. Intenté dejar la habitación de la posada lo mejor posible, recogí mis pertenencias y me arreglé un poco.

Cuando salí, noté que el ambiente era frío pero a mí parecer no demasiado ya que en mi tierra natal solía hacer incluso más, dependiendo del mes. Entre mis pensamientos, me di cuenta que no tenía muy claro que iba a hacer o hacia donde me dirigía. Cuando pude tomar un poco de consciencia me di cuenta de que estaba cerca de una taberna, donde vi una nota con un trabajo interesante. Consistía en buscar un objeto en unas ruinas de comercio elfas. No sería el trabajo de mi vida, pero seguro que me acercaba más a mi real interés.

Entré torpemente en la taberna y vi que estaba medianamente poblada. Intenté no fijarme en nadie y caminé mirando hacia la barra, la verdad es que me pone nerviosa entrar en sitios desconocidos con gente que no conozco. Debido a mi poca atención en ese momento, me tropecé con la pata de una silla y casi beso el suelo. Menos mal que tuve reflejos y conseguí agarrarme a la mesa de al lado. Todo perfecto hasta que noté los ojos del hombre que estaba en esa mesa, mirándome entre asombrado y burlón. Sonreí tímidamente – L-lo siento... – y me esfumé de su mesa, para ir a la barra sonrojada y preguntar al tabernero por el trabajo.

Una vez me enteré de que aún tenía que venir el dueño de la nota, le pedí un desayuno y me senté apartada en una mesa algo más tranquila después de mi entrada "triunfal". Ya sólo quedaba esperar y recibir más información sobre el trabajo.

 La caza de la mañana había ido fatal y me quedaba algo de dinero en el bolsillo, pero no tenía hambre todavía. Me acerco de manera tranquila hacia la barra puedo ver que justo delante de mí camina una elfa veo su tropezar torpe Agilidad élfica dicen ...  Pienso para mis adentros mientra no puedo evitar esbozar una sonrisa, me dirijo hacia el tabernero después de echar un vistazo a la taberna. Parece que ese contrato a atraído mucha atención.

-Wock una cerveza, veo que todavía no ha llegado el misterioso encapuchado. Sin esperar respuesta me giro y observo a todos los presentes, tras uno segundo pensándolo decido acercarme a la elfa su "agilidad" me llama la atención. Me siento de golpe y soltando un suspiro mientras bebo mi cerveza tranquilo.

Dile algo seguro que se pone a temblar o algo será divertido. Piensa un poco se le ve incomoda simplemente bebe y calla. Esta es una de las pocas veces que escucho a mi conciencia y pienso que lo mejor es que permanezca en silencio bebiendo.

-¿Tú también vienes por el trabajo? Mientras lo digo miro mi cerveza y doy un largo trago sin mirar a la elfa.

Mientras desayunaba pensando en mis cosas, noté como alguien se acercaba en dirección hacia mi mesa. No le di mucha importancia, total, nadie de allí me conocía y tampoco creo que tuviesen interés en hacerlo después de mi gran muestra de “habilidad”.

Al final noté como aquel hombre cada vez estaba más y más cerca, sentándose en la otra silla que estaba vacía. Me quedé mirándole extrañada y vi como se bebía la cerveza tan tranquilo, sin preguntarme si me importaba que cogiese ese asiento ni nada. La verdad es que no me molesta para nada, ya que tampoco esperaba a nadie, pero me ponía nerviosa por el simple hecho de no conocerlo.

Al poco tiempo de ese silencio incómodo, me preguntó que si yo también venía por el trabajo. Asentí con la cabeza levemente sin mirarle a los ojos, mientras jugaba con un mechón de mi cabello. - Sí… n-no tenía ni idea de que más gente estuviese interesada.- Al decir eso, me dio por volver a mirar toda la taberna, la verdad es que muchos de los presentes tenían pinta de estar esperando al igual que yo.

Para romper un poco el hielo y dejar de dar tanta pena, lo intenté mirar a la cara con una pequeña sonrisa y le tendí la mano algo temblorosa.- Soy Annerï, encantada… tal vez acabamos trabajando juntos y todo.- Al decir eso lo único que vino a mi cabeza era que tal vez, después del numerito de antes, yo era la último ser de esa taberna con la que querría trabajar. Pero al final, decidí dejar de darle vueltas y ser negativa, le podría haber pasado a cualquiera. 

Ya se está acercando el supuesto momento de la reunión, pero me estoy aburriendo un poco, así que empiezo a mirar alrededor, a los individuos que no conozco de nada. Acabo de ver entrar a la que supongo es la perteneciente a otra clase de elfo, y me muerdo el labio para evitar soltar un gruñido cuando veo que se tropieza con una banqueta y casi se va al suelo..."bueno, quizás vio triste al suelo y quería abrazarlo...". Frunzo un poco el ceño al ver como Gil, uno de los lugareños, la mira con una sonrisita sardónica cuando ella se apoya en su mesa para intentar recuperar el equilibrio, y espero a los acontecimientos, incluso suelto un ligero suspiro al ver que es capaz de llegar sana y salva (y sin tropezarse) a una mesa. También veo cómo uno de los muchos cazadores que campean por la zona (Gallagher me ha comentado cómo se llama pero se me ha olvidado) se acerca a ella e intenta empezar una conversación, algo que finalmente consigue.

En un rincón hay una persona medio oculta en las sombras, está tan acurrucada que ni siquiera puedo ver su color de pelo. Y una mujer que parece del norte acodada en la barra, a un par de metros.

Y el último que no conozco es el enano, justo a mi lado, que casi me deja sorda hace un rato con sus alaridos. Le dirijo una mirada de reojo para comprobar hasta qué punto es charlatán, y al final sonrío. -Buenos días, maese enano, ¿habéis venido por el trabajo?

Poco después de que entrara aparecieron otras tres personas que no tenían pinta de aldeanos normales, parecía que no era la única a la que le había llamado la atención el cartel con la misión, y también parecía que los demás aventureros eran gente curiosa. - Agh, ¿Es que los enanos no saben hablar sin gritar?.- Dije sin moverme de mi sitio hacia nadie en concreto, pero dedicando después una ligera mueca al enano que indicaba que era broma; al fin y al cabo su gente era tan o más ruidosa que los enanos.

Entonces el elfo se acercó a la chica que se había tropezado al entrar. - Tsk.- Pudieron escuchar aquellos que tuvieran muy buen oído. - Vaya, que raro que se haya acercado a la elfina guapa.- Pensé de manera irónica y puse mis ojos en blanco por un momento mientras me acercaba a ellos. 

Le puse las dos manos sobre los hombros al elfo y apreté un poco. - Vaya, pues supongo que tu serás la carnaza del equipo.- Dije en tono socarrón. En parte porque buscaba algo de entretenimiento y en parte porque a la chica se la veía algo incómoda.

Saludo a la barbara y acepto de buen grado la broma de la barbara, los cuales eran los humanos que mejor se llevaban con los enanos, ya que eran grandes, rudos , ruidosos y claro bebian mucha cerveza para celebrarlo, pero no queria molestar a nadie, sabia que era mejor esperar que se acercaran los curiosos, y no molestar a los indecisos, y asi evitar conflictos.

-Buenos días, maese enano, ¿habéis venido por el trabajo? . escucho a mi lado en una voz suave, mucho mas baja de lo que suelo estar acostumbrado. - O saludos señorita, una hermosa elfa, es todo un placer - le sonrio con buena voluntad -  tabernero trae una cerveza para esta muchacha - le pido al tabernero -  Cuando se charla se debe hacer con una cerveza en la mano - y tomo un sorbo de mi cerveza, cuando el tabernero llega, con mucha rapidez, decido contestar a la elfa - Señorita, mi nombre es Brock y soy un aventurero que recorre el mundo en busca de aventuras, nuevos lugares y descubrir secretos, asi como disfrutar de rica cerveza y buena compañia JAJAJAJA -  tomo otro sorbo de cervceza - y SI, vengo por ese trabajo tan interesante del tablon, pero creo que muchos estan esperando al hombre que lo puso, pues esta taberna no suele estar tan concurrida casi nunca XD, imagino que tu eres otra de las personas que le interesa el trabajo, no? o me confundo? -  Diciendo esto hago primero un vistazo a la sala, mostrando lo evidente y posteriormente mirandola para descubrir mas de una futura compañera.

Sonrío y acepto con un gesto de agradecimiento la cerveza. Cuando el tabernero llega quito de mi bolsa dinero y lo pongo sobre la barra. -La siguiente cerveza de Brock corre de mi cuenta, Wock.- Luego vuelvo a sonreír al enano y le tiendo la mano para aferrarle el antebrazo, en un saludo a la usanza de los guerreros.- Encantada de conocerle, Brock, me llamo Siobhan. Soy la guardabosques de Moor, y la verdad es que el trabajo sí que me interesa mucho, al fin y al cabo la zona cae dentro de mis atribuciones.- Sonrío con buen humor.- Nunca os había visto en el pueblo, ¿venís de muy lejos?.

- Señorita no se preocupe un Enano gasta con gusto su dinero si es para compartir una cerveza JAJAJA - aunque podia ver que la elfa no presentaba el tipico malestar por los de su raza y eso era algo refrescante, al menos para su experiencia con elfos, algo que el ya hace mucho aprendio que carecia de sentido si se vivia en el mundo y no en una montaña aislado. Extiendo mi mano y saludo a la exploradora como indicaba la costumbre, debia admitir que tenia una piel suave y agradable, incluso perturbadora para un rudo y experimentado Enano que no podia evitar disfrutar de su suave tacto pero seguro, algo que mostraba su pericia como arquera - Eso parece muy interesante, si conoces los caminos seguro que serias de gran utilidad en este tipo de misiones que lo inesperado es lo normal - , tomo otro buche de mi cerveza, intentando ocultar que haya disfrutado con ese saludo tan inusual entre un enano y un elfo, y me decido a contestar despues de una pausa de bebida - Pues la verdad es que he pasado alguna que otra vez por aqui, pero solo de paso, auqnue ver a un enano por estas tierras no es muy normal, cada vez veo que los de mi raza se acercan a comercial con los valles- par para beber de nuevo - Soy un enano atipico aventurero y por tano alejado de las montañas -  suspiro recordando las grutas de mi ciudad natal - pues aunque als echo de menos el mundo es demasiado grande y hermosos como para no buscar aun mas belleza y aventuras, JAJAJAJA- golpeo suave desde el punto de vista de un enano en tu hombro de forma amigable

Suelto una risa, me alegra ver que no ha hecho ni un sólo movimiento de sorpresa ante las marcas jaspeadas de mi piel.- Puede ser que no hayamos coincidido porque la mayor parte del tiempo la paso en los bosques y las montañas de mi zona de trabajo, no vengo a la ciudad más que cuando es totalmente necesario.- Vuelvo a reírme cuando me da un toque en el hombro, tiene una fuerza de cuidado...- Nunca he viajado mucho, salvo para cubrir temporalmente el puesto de guardabosques de la zona de Lago de Plata, no sé si has estado allí...

 - Es posible que haya ido al Lago de Plata, tal vez hace ... bueno hace tiempo JEJEJE - y observo a la chica, es hermosa y delgadas, cualidades que un enano tipico no apreciaria, pero que Brock tras largos años de aventura sabia aprecias, incluso siendo elfa no podia negar de sus encantos y le gustaba mucho esa piel jaspeada, le recordaba las betas del hierro en las montañas, y eso hacia que le pareciera aun mas interesante - Sin embargo debe ser muy solitario vivir de guardabosque, sola en la montaña sin nadie con el que compratir ... una buena cerveza o las frias noches en las copas de los arboles -

Vuelvo a reírme y niego con la cabeza, cuando se me viene parte del pelo que no tengo trenzado hacia delante me lo aparto con la mano y lo meto detrás de las orejas.- ¿Frías noches en las copas de los árboles?.- Me echo a reír con ganas.- Brock, lo único frío que hay en mi cabaña es el agua que tengo que llevar cada día desde el arroyo que corre a escasos 100 metros. Por lo demás, la chimenea arde cada día durante el invierno y tengo muchas mantas de pieles en mi cama, así que sólo duermo a la intemperie cuando me apetece ver las estrellas o cuando estoy de reconocimiento, pero ahí tengo una fogata y mis pieles.- Dioses, no puedo parar de reírme con lo de las copas de los árboles.- En cuanto a la compañía...a menudo la gente de Moor viene a visitarme para traerme noticias, muchas veces los críos se quedan en el bosque hasta que se hace de noche buscando setas, fresas ó "pon-lo-que-esté-en-temporada" aquí, y si se les hace de noche en el bosque se quedan a dormir en mi cabaña, y mi padre a veces viene a verme, era el guardabosques aquí pero ahora es guardabosques en una zona mucho más al norte. Además, la soledad no me importa, me gusta estar a mi aire, aunque un poco de compañía nunca viene mal.

Desde la penumbra observo que la taberna esta muy concurrida para las horas que son. Mucho aspirante para el trabajo me parece intuir. Me llama la atencion la animada conversacion de un enano y una elfa de los bosques. Tenia entendido que no eran razas muy afines. No parece ser una barrera que la cerveza no pueda derribar. El enano es muy escandaloso, imposible no prestarle atencion. Sigo oteando para comprobar la presencia del encapuchado y poder analizarlo antes de abordarlo. Me sigue mosqueando el alto precio que se paga por una tarea que ,a apriori , parece sencilla. Esperemos ,pues, la llegada sin llamar la atencion.

-Así que Ann, un placer el mío es Kadeb cojo la mano de la elfa, durante un segundo pienso si besar la mano o estrecharla, finalmente me decido por lo primero. En ese preciso momento puedo ver sus enorme ojos azules mirando directamente jamás había visto unos ojos tan hermosos eran como dos enormes pozos.

- B-b-bueno cr-creo que voy a ver que hacen los demás. Tras levantarme y marcharme sin mirar hacía atrás mi cerebro se llena de ideas. Es hermosa sin lugar a dudas pero con lo desvergonzado que suelo ser está vez he tartamudeado. Otras extrañas ideas corren por mi cabeza en los escasos segundo que me lleva llegar a la barra. He visto esos ojos antes pero ¿donde?

-Me alegra no ser el único que adora las solitaria vida del bosque. Directamente me dirijo a esa elfa que alguna vez he visto rondando por el pueblo. Por cierto me llamo Kadeb, creo que nos hemos visto en el pueblo en alguna ocasión. Extiendo mi mano hacia la elfa de manera mecánica, mientras echo un vistazo a la mujer que me saca una cabeza y prácticamente media espalda y al curioso enano había oído hablar de ellos pero en el bosque no se suelen ver muchos y por casualidades de la vida había visto a uno.

Tras esto doy un trago a la cerveza deseando que aparezca ya nuestro contratante.

Estoy a medias recuperándome de mi ataque de buen humor y a medias esperando a que Brock me conteste cuando oigo una voz de hombre que por contexto me está hablando a mí. Me giro aún riéndome y me encaro con el recién llegado. El cazador. Al oír su nombre sonrío.- Me han hablado de tí, pero no recordaba tu nombre. Yo soy Siobhan.- Extiendo el brazo derecho hacia su mano y le doy un leve apretón en el antebrazo, como hace un momento hice con el Enano.- Y él es Brock, un nuevo amigo.- Retiro la mano con suavidad mientras lo miro a la cara, aún sonriendo.- Sí, me parece que te he visto en el pueblo un par de veces. 

El tabernero fue atendiendo con cierta tranquilidad a los que iban llegando y pidiendo cosas y el ambiente en la taberna parecía bastante tranquilo y relajado. Así fue durante algunos minutos más hasta que la puerta se abre revelando una figura no demasiado grande envuelta en una capa con capucha de color negro. Con paso seguro y firme se dirige hacia la barra sin mirar a nadie más mirando fijamente al tabernero, entonces una voz d mujer sale de debajo de la túnica:

Tabernero, ¿estos son?

El tabernero simplemente asiente a lo dicho por la encapuchada que sigue con la capucha puesta, la mujer se gira y observa la taberna deteniéndose en cada uno de los allí presentes durante unos segundos, para después decir:

Como dice el anuncio que he colocado… quiero que me traigáis un objeto, se trata de la Espada de Elerion… que se encuentra en las ruinas del asentamiento comercial elfo que había en la zona antes de la guerra.

La mujer se detiene en los elfos presentes durante uso segundos y después en el enano, para luego añadir:

Entregare un saco de 1 000 monedas por el arma… como os organicéis no es asunto mío, yo daré 1 000 monedas por el arma.

La mujer mira al tabernero y le hace un gesto con la cabeza, el tabernero con tranquilidad prepara un desayuno mientras la encapuchada camina con seguridad sentándose en una mesa algo más apartada, esperando el desayuno que el tabernero estaba por llevarle. No parecía tener intenciones de quitarse la capucha