Partida Rol por web

Tras vuestra llegada a Spintir, cada uno por separado o en conjunto, y mientras buscabais pistas que os llevasen a vuestro objetivo, os habéis reunido al conocer que todos compartís el mismo destino. En cuanto habéis reunido suficiente información sobre lo sucedido, de oír de aquí y de allí, os habéis puesto en marcha.

Habéis llegado a una pendiente pronunciada de piedra cubierta de hielo y nieve. No es demasiado alta, pero necesitaréis domar a los elementos y esforzaros para llegar a la cima. El camino continua hacia arriba en una zona muy expuesta a los fuertes vientos. A vuestra izquierda, varios árboles alpinos han crecido tocando la pared, y los árboles más pequeños se aferran a las rocas. Una ruta más directa sería enfrentarse a una escalada por las rocas y el hielo. Sea como sea, tenéis que continuar si vais a rescatar a Romund.

Volví a ajustarme bien el abrigo. En aquel lugar, el frio se colaba por la mas minima abertura. Nos tomamos una pausa para decidir nuestro siguiente paso. Dar un rodeo de arbol en arbol pegado a las rocas, o seguir trepando el linea recta. 

Como parte de mi entrenamiento era bastate atletico por lo que no me importaba seguir por las rocas, pero del resto no estaba demasiado seguro... Tan solo conocia a Kaveri algo mejor. Llevabamos ya un tiempo viajando desde que Hethan nos dejó para seguir su camino. Y ahora estaba en peligro... Teniamos que rescatarla. Podia aprender tanto de ella... 

- Por donde quereis seguir? - Les dije al resto. - Si alguno tiene una cuerda, podria intentar trepar por la pared de roca y asegurarla un poco mas arriba para facilitar la subida al resto. - Propuse. Me soplé un par de veces las manos para hacerlas entrar en calor. 

Spintir. Aquí había terminado en mi búsqueda de Hetham Romund, la erudita amiga de mi tía; lo más lejos que me había encontrado jamás de mis seres queridos y del hogar. Claro que era lo que siempre había querido ¿no? Espació para mi misma, bueno, ya lo tenía. Además de un montón de preguntas sin respuesta, que deberían esperar.

Sin saber bien como, mi tía habría dicho que eran los designios de lo que ella llamaba la Fuerza, había terminado cruzando mi camino con un grupo de personajes de lo más variopinto. Todos con un fin común, encontrar y rescatar a Romund.

El Zabrak llamado Dao, compañero de la Togruta Kaveri cuya nave nos había traído hasta este inhóspito lugar*, tomaba la palabra atrayendo mi atención cetradas hasta entonces en la pendiente helada que nos separaba de nuestro objetivo.

-por experiencia lo mejor sería – aparte la protección que cubría mi boca y nariz rompiendo mi silenció tras meditar un minuto su propuesta – deberíamos evitar trepar, el camino se ve escarpado y peligroso si optamos por la ascensión directa – señale con la mano apretando los labios al sentir mi garganta helarse – podríamos toparnos con muchos obstáculos ocultos por la nieve y el hielo, mejor sería dar un rodeo y usar la arboleda que cubre la falda de la montaña en dirección a la cima

Volví a cubrir mi rostro, esperando una propuesta mejor de alguno de los presentes.

Pon se abrochó los ropajes mientras los demás empezaban a discutir sobre la mejor manera de subir para llegar a la cima helada.

- Ambos tenéis razón, arriesgarnos a subir por la pared llena de hielo o dar un rodeo más seguro pero que nos llevará más tiempo... difícil elección. A menos que no queramos dividir el grupo, tendremos que ponernos de acuerdo sobre la ruta a seguir. No me importa andar un poco más, pero tampoco intentar ganar tiempo usando la arboleda para llegar arriba.

Permaneció expectante a la respuesta de sus nuevos compañeros.

Kaveri echó un vistazo con los electrobinoculares. Ambas opciones le parecían factibles, pero no quería echarlo todo a a perder por un exceso de impaciencia.

—Si nos despeñamos y nos rompemos una pierna o el cuello no le serviremos de nada a Romund. Esos árboles nos darán cobijo y podremos avanzar con menos peligro. Voto por ese camino.

Tras guiñarle un ojo a Dao, se adelantó apenas unos pasos. Volvió a examinar con cuidado la ruta a seguir y se volvió al resto.

—¿Y bien? —se encogió de hombros con falsa timidez— En todo caso, dejadme ir delante si no os importa. Me gusta trepar...

No habéis parado ni un segundo de caminar hasta llegar al punto en el que os encontráis, eso os ha impedido daros cuenta del agotamiento que os acusa después de todo este rato caminando entre la ventisca.

Pero eso no os va a detener, todavía tenéis fuerzas suficientes, puede que más adelante tengáis algo de espacio para recuperar el aliento.

Decidís entre todos que lo mejor será dar un rodeo, Kaveri, se coloca al frente del grupo en busca de un camino alternativo, intentando que no os despeñéis y acabéis fuera de combate y sin un activo menos para el rescate de Romund.

Parecía que todos estaban de acuerdo, así que empezó el ascenso. Al principio con cierta precipitación, pero en seguida con cautela, poniendo pies y manos en los sitios adecuados. Además, cada poco miraba hacia atrás con la intención de echarles un cabo a sus compañeros si lo veía necesario. Parecían muy capaces. pero...

—Venga, esto es pan comido.

Sin embargo no tardó en verse con más dificultades de las esperadas. Los fuertes vientos y un exceso de confianza le habían hecho avanzar menos de lo que debería una chica hábil como ella. Se sintió estúpida por un momento, luego miró hacia abajo con una sonrisa que nada tenía de divertida.

—Aunque si nos lo tomamos con calma, pues mejor...

Seguia a Kaveri justo detrás, siguiendo sus pasos. Parecia que tenia sus dudas al avanzar. Decidí ayudarla. - Espera mira, - Le dije acercandome a un arbol que habia junto a la pared. Me habia parecido ver unas formas curiosas en la nieve, asi que la aparté un poco, revelando una especie de roca escalonada, algo estrechas, pero servirian junto al arbol. - Si nos apoyamos la espalda en el arbol y vamos usando la pared para hacer presion, podriamos subir por aqui. - Le demostré mi teoria subiendo de esa manera un par de metros. - Que os parece? 

Ascendimos con buen ritmo guiados por Kaveri, que parecía ser una experta desenvolviéndose con soltura en aquel terreno, lo mió eran los bosques pero aún así no quise dar muestra de debilidad ante el pintoresco grupo que formábamos. Así que me limite a seguir la estela de Dao, dosificando mi energía, más preocupada por un tras pies que por el frio que nos rodeaba.

-mmm...podría ayudar – respondí a través de la protección de mis rostro al observar la demostración del Zabrak deteniendo mi paso lo justo para examinar su propuesta y continuar la ascensión cuando se lo propusieran

Cita:

- No es mala idea - dijo Pon ante la sugerencia de su compañero - Aunque debemos tener cuidado de que la pared no se resquebraje, a veces alguna piedra se suelta y dejar un buen agujero, a parte que las piedras que caen pueden dañar a lo que están más abajo.

Kaveri frunció el ceño ante los intentos de sus colegas de ayudar en la tarea. Se suponía que era la guía, pero estaba nerviosa...¡sí, eso era, tantas ganas de aventura y ansias de rescate! Por tanto se dejó apoyar y siguió las indicaciones de Dao, para después apresurarse para seguir en cabeza.

—Me dejo aconsejar porque somos colegas—le susurró cuando estaba cerca—, pero de momento déjame ir delante o te lanzo monte abajo. Si la cago, ya te dejo a ti a cargo, ¿vale guapo?

Primero mantuvo la expresión seria, pero enseguida sonrió con picardía, apreciaba demasiado a su amigo. Por otra parte, quizá el orgullo sería su perdición (tal y como se lo habían vaticinado un montón de veces), pero era demasiado pronto para preocuparse por ello.

Habéis hecho lo que habéis podido, Kaveri ha buscado una ruta alternativa para libraros de tener que escalar y, quizá, sufrir una caída que podría haber acabado con alguno de vosotros fuera de combate.

Por el camino alternativo que Kaveri ha ido abriendo, el viento ha comenzado a apretar y, aunque habéis avanzado bastante bien, parecía que fuerais, en algún momento, a admitir que os habíais perdido.

El resto del grupo propuso diversas estrategias, hacer chimenea con la pared y los árboles parecía útil pero, aunque era sencillo lograr los primeros pasos, la pared helada solo os ha permitido alzaros un poco, para forzaros a bajar de nuevo.

Finalmente habéis decidido seguir por el camino alternativo que ha ido abriendo Kaveri. En alguna ocasión os habéis hundido en la nieve, en otras tropezabais con piedras que no veíais, de vez en cuando alguno de vosotros ha caído de bruces contra el suelo y la pendiente os ha hecho deslizaros un buen trecho hacia abajo, haciéndoos pensar si escalar la pendiente que habéis dejado atrás no hubiera sido igual de peligroso.

Después de un buen rato caminando entre la nieve, esquivando trozos de hielo y nieve que ha caído de los árboles llegáis a una explanada. Os fijáis bien y podéis identificar el lugar de donde venís. Parece que habéis salvado el desnivel, no con tanta facilidad como hubierais deseado pero, a pesar de los inconvenientes estáis ahí arriba. Pero al echar un nuevo vistazo todos podéis observar como existe una alternativa, para subir, mucho más sencilla y más practicable, lo que os deja un amargo regusto al haber tomado la decisión equivocada.

No negaría que el ascenso hasta este punto había sido agotador, pero tampoco iba a admitir ante un grupo de desconocidos que necesitaba recuperar el aliento. La helada dificultaba en ocasiones respirar pues al entrar el aire frió casi podía sentir como cortaba la garganta a su paso. Me apoye en uno de los arboles observando alrededor y al descubrir aquel camino que a todas luces habría hecho aquella ascensión mucho más llevadera, no pude evitar que mis ojos rodaran al cielo pero me abstuve de decir nada.

Me mantuve en silenció viendo a unos y a otros recuperar el aliento, perdidos en sus pensamientos seguramente maldiciendo internamente. Debíamos comenzar a hablar de lo que iba a suceder cuando llegáramos a nuestro destino pero ninguno parecía estar dispuesto a ser el primero.

-¿alguno tiene idea de que vamos a encontrarnos una vez lleguemos al templo?- ni siquiera fui consciente de formular la pregunta, incluso se me hizo extraño escuchar mi voz saliendo de debajo de la protección contra el frio que la cubria

A pesar de su agilidad el invernal clima se le hacía insoportable a Tarast, el frío le calaba los huesos, la nieve se atascaba en los filtros de su máscara y lentes, sumado a los incesantes vientos se le dificultaba ver y comunicarse. Además de todo eso estaba intranquilo debido a la incertidumbre de si el rumbo escogido era el correcto. Fue entonces cuando llegaron a una planicie, le tendió la mano a quién venía detrás para ayudarlo a subir y se posicionó al lado de Sarenda al reparo de un enclenque árbol.

-Yo estaría preparado para enfrentarnos a presencia hostil, si alguien retiene a Hethan en este lugar contra su voluntad probablemente no estará alegre de vernos, la cuestión es ¿cómo los afrontaremos?.- Caviló un poco mientras sobaba sus brazos y piernas para calentarse. -Personalmente creo que lo más sabio sería evitar lo más posible el combate directo, alertaríamos de nuestra presencia y dificultarían nuestro camino hacia Romund, me temo que el sigilo será vital en esta misión- pronosticó

El frio era horrible, pero el ejercicio de la escalada calentaba los musculos, y eso me iba genial. Estaba algo cansado, nada que mi vitalidad juvenil no pudiera soportar. 

- Estoy siempre listo para situaciones hostiles, Tarast. - Dije señalando el bastón que me sobresalia por el hombro. - Y puedo ser bastante sigiloso si me lo propongo. - No era demasiado mi estilo. Preferia la accion directa. Pero tenia razón el Kel'Dor. - Seguimos? Hethan nos necesita. 

- [B]¡Bien, ya hemos llegado![/B] - dijo Pon una vez recuperó algo de aliento - Pero ya veis que no ha hecho más que empezar.- prosiguió mientras sus compañeros hacían lo mismo y aprovechaban el pequeño descanso. - A saber qué nos encontraremos pero seguro que entre todos lograremos vencer lo que se nos ponga delante.

Os habéis detenido lo suficiente para descansar un rato. Volvéis a retomar la marcha con vuestros cuerpos y mentes ya recuperados.

Llegáis a la cima de la ladera que estabais ascendiendo. Tomáis otra pausa para echar un vistazo a lo que se ve desde arriba. Estáis a una altura considerable sobre la montaña, y delante de vosotros se extiende un tapiz de picos helados, bosques cubiertos de nieve y cerros ondulantes. Sobre vosotros todavía se encuentra la poco accesible cumbre del Monte Tellec, alcanzable solo al pasar a través de un valle con un denso bosque. Imagináis que hay, por lo menos, una hora más de caminata antes de alcanzar el templo donde, esperáis, Malefax retiene a vuestra mentora, Romund.

Retomáis vuestro camino descendiendo hacia el valle que debéis cruzar y la nieve va dejando paso a la roca y la roca al verdor de la hierba.

Llegáis a la linde del bosque y os disponéis a adentraros en el. Antes de que podáis retomar vuestro camino, una parpadeante y fantasmal figura aparece ante vosotros. Conforme se estabiliza distinguís que la figura se asemeja a la de un viejo cereano llevando ropas simples, pero envuelto completamente de una luz azul brillante.

- Hola - os dice -. Soy El Guardián. El ascenso parece que casi acaba con vosotros, y el valle puede que acabe con el trabajo. No me servís para nada. Pero antes que nada ¿qué hizo que intentaseis escalar hasta aquí? - os pregunta con evidente curiosidad.