Partida Rol por web

[/url]" />La Gran Dwana Pillin es una enana con muchos sueños atrapada en una vida de miseria; es la hija de un antiguo Señor del pueblo de Rastor venido a menos por culpa de malas decisiones económicas que habían llevado a su familia, de vivir en una gran mansión con siervos, viviendo de la herencia de su abuelo aventurero, a malvivir con lo que sacaban en la mina del Señor orco Holloc RevientaHumanos.

Si,… en Rastor los Enanos no luchaban con los Orcos, convivían, comerciaban e incluso trabajaban los unos con los otros o para los otros, y el padre y la misma protagonista de esta historia trabajaban en una mina de hierro al Norte de Rastor propiedad de dicho Señor Orco.

La pobre Dwana llevaba una vida triste, de vivir rodeada de “lujos” a picar por la mañana y por la tarde, y encima para los Orcos, sin duda su abuelo Gralick, muerto hacía unas semanas, se debía de estar revolviendo en su tumba. Gralick había sido un gran enano aventurero, había luchado con orcos, trasgos, clérigos malignos y demás criaturas a las que había saqueado acto seguido conformando una gran fortuna con la que se convirtió en terrateniente de su tierra, Rastor, pero casi todo había desaparecido por malas decisiones de su hijo, al que había dejado al cargo de la fortuna familiar debido a la avanzada edad de su padre.

Gralick había contado sus aventuras a Dwana, es especial la de la batalla de los 2 reinos contra el Templo del Mal de Homlet, y por ello era tan miserable en su día a día, picando en vez de explorando, pidiéndole el salario a los orcos en vez de rebanarles el cuello,…

Era un día húmedo y frío de otoño cuando Dwana se encontraba en lo mas profundo de la mina picando.

-Vaya mierda de vida, una enana picando piedra para un ORCO!!! PUUUUAAAJJJ!!! el día menos pensado cojo mis cosas y me piro de este pueblo infecto. MALDITO SEAS PADRE!!!!

Y cuando el día no podía ser peor, al picar en una pared del túnel inferior Norte, donde se encontraba sola como única enana del turno, el corredor cayó sobre Dwana, habría muerto en esa caverna donde extraían mineral de hierro si no fueran por los grandes reflejos fruto del entrenamiento que le dio abuelo, que volteó para atrás salvando su misera vida por décimas de segundo.

-Y ahora que? Morir en una mina OrcA? Maldito sea el destino!!! pero un momento que es esto?

“Esto” era una caverna no descubierta hasta el momento, un pasadizo NO natural, realizado de manera arcana o por algún ser del averno.

-GENIAL! UNA AVENTURA! Gritó la enana cogiendo su pico como si fuera el Ugrosh de su abuelo, y comenzó a explorar el pasaje con la intención de CAZAR.

La gruta era bastante alta para el standard enano, la criatura que la hizo siglos atrás debía ser grande para necesitar tal paso, no había luz, pero la visión de la enana le era suficiente, pero no había aventuras, no había seres del inframundo que exterminar con su pico, lo único que encontró fue un pasadizo medio derruido y los restos de un humanoide muerto posiblemente siglos atrás por dicho derrumbe.

-ESTO ES LO ÚNICO QUE VOY A ENCONTRAR?? ASCO DE VIDA ENANA!!! dijo golpeando de un puntapié los restos de huesos y tejidos carcomidos por el tiempo.

Pero la enana de pronto observó a su lado lo que parecía una bolsa de cuero, que al tocarla se deshizo en mil pedazos, y lo único que quedó en su mano fueron piezas de cobre oxidadas y otra bolsita de cuero negro que había aguantado mejor los años.

Al abrir la bolsa, en su interior encuentras una piedra volcánica que parece un amuleto con un Yunque de Rocknath, tu dios enano, labrado en ella. Al Tocarla una visión nubla tus ojos, en ella vez la destrucción del mundo, seres infernales y un culto misterioso y unas palabras en enano “VE A Hommlet, DEBES SALVAR EL MUNDO DWANA. Busca en el camino a tus compañeros, ellos te están buscando. NO SE LO DIGAS A NADIE DE ESTE PUEBLO”

Nublada por tal perturbadora misión ya tienes la aventura que habías pedido. Pero en ese momento un ruido proveniente de la zona derrumbada te pone los pelos de punta, unos gorgoteos sin duda de algún ser vivo te acechan, sin duda debido a los gritos que has estado profiriendo.

De pronto una onda sónica te impacta y sales despedida hacia atrás, todo lo que tenías en las manos te cae, por suerte el pico estaba en tu enganche de la cintura, el golpe es demoledor, vomitas sangre y tu visión se nubla lo justo para dejarte ver delante de ti a una criatura salida del averno, esa que un rato atrás querías encontrarte pero que ahora desearías no conocer.

La criatura salta hacia ti con intenciones macabras y tú huyes de ella en dirección a la mina, cuando está a punto de darte alcance sacas el poco valor que te queda y le asestas un golpe de pico, la criatura se queja con un alarido de dolor, vuelves a huir, sientes su aliento en la nuca, está a punto de cogerte cuando llegas al lugar del primer desprendimiento y decides un todo o nada, golpeas al techo con el pico y este acto seguido se derrumba sobre la criatura, estas viva de milagro.

Cuando creías que todo había pasado escuchas un ruido detrás, te giras con el pico y casi matas al capataz de la mina.

-MALDITA ENANA INUTIL!!!! QUE COÑO HACES CASI ME MATAS? grita enfadado.

-El corredor Norte, que has hecho? es el segundo corredor que hundes en un mes! Como se puede ser tan incompetente!! Eres una enana! deberías saber hacer tuneles!!! Esta es la última vez que te lo pasamos! Lárgate de la mina! considerate pagada por este mes con lo que nos debes por desmoronar el tunel! Si tu padre no viene implorando por su puesto también lo despediremos.

- ¡Oh mi señor, Jom! - Exclamó de forma teatral la enana. - ¡De verdad que no sé cómo ha podido pasar! - Se excusó. - Basura orca... - Pensaba para sus adentros. - Algún día volveré y te borraré de la faz de la tierra... - Siento mucho lo ocurrido... - Mintió. Realmente para ella lo que acababa de suceder era una bendición. - Le prometo mi capataz, que no volverá a suceder. - En eso no mentía, pues no pensaba volver a trabajar en aquella mina. - Comprendo que no queráis pagar lo que resta de mes... - Había ahorrado lo suficiente para el viaje que le deparaba, no necesitaba más. - Hablaré con mi padre... Le diré lo sucedido. Descuide... - Y en eso también mintió.

A Dwama le hubiera gustado portar consigo aquel amuleto. Nada más salir de la mina se hubiera alejado lo suficiente como para estar segura de que nadie la observaba y lo hubiera estudiado de forma meticulosa. ¿Realmente le había revelado extraños misterios o se lo había imaginado?  Lo cierto era que, hubiera sido algo real o producto de su imaginación, llevaba esperando ese día durante largos años. Necesitaba un impulso que le hiciera partir cuanto antes de aquella condenada aldea.

Rastor era sin duda un pozo de lodo en el que se estaba ahogando y aquellas visiones producto de un antiguo sortilegio imbuido en aquel amuleto, fueron la balsa que le ayudaría a salir a flote. No necesitaba nada más para emprender el camino. Honraría la memoria de su abuelo. Su nombre sería conocido en toda la región, pues como aquel amuleto le había indicado, debía salvar el mundo. 

- Palabras mayores... - Se dijo a sí misma. - Salvar el mundo... 

Se dio un golpe en la cabeza. ¿Es que acaso estaba loca? Una cosa era iniciar una aventura y otra era salvar el mundo. ¿Aquel amuleto le había dicho aquello realmente? Ahora que lo pensaba sonaba a locura. Dwama no tenía una gran experiencia en la mina, pero había oído historias de mineros que enloquecían. Algunos decían que era producto de los gases desprendidos al abrir una veta. Otros decían que era la soledad, la oscuridad o el aislamiento. Muchas eran las teorías, pero aquella enana había permanecido escéptica hasta ese día.

- No... - Negó con la cabeza. - No puede ser... Estaré alucinando. - Se encogió de hombros. - Es imposible... - Pensó.

Merodeó durante un buen rato por las afueras de Rastor. No quería llegar a casa antes de lo previsto. Había tenido un día un tanto extraño y no deseaba darle explicaciones ni a su madre, ni a su padre. Prefería llegar a casa cuando la cena estuviera caliente y en el plato, cenar y dormir. Sí, eso era lo que haría. Ya habría tiempo para explicaciones, si es que alguna tenía que dar. 

Y eso hizo. Al llegar a casa saludó a su madre con un efusivo abrazo y a su padre con una leve mirada. Gromwik le correspondió con una mirada amarga a la que ella ya estaba acostumbrada. Desde hacía algún tiempo la relación con su padre estaba muy deteriorada. Le reprochaba haber malgastado su vida dedicándose al comercio. Sí ese ya era de por si un oficio deshonroso para un enano, más lo era además ser un mal comerciante. ¿No podría haber malgastado la fortuna de su abuelo en cerveza, como un buen enano? ¡Al menos se habría divertido!

- Gracias, madre... - Le dijo a Dwalla cuando esta le sirvió un plato de estofado de cerdo con patatas y zanahoria. - Está muy rico... - Le dijo nada más probarlo.

Fue entonces cuando Gromwik sollozó y una lágrima calló en el interior de su plato de estofado. Dwama le había estado observando por el rabillo del ojo. Desde que Dwalla le sirviera el plato, había estado removiendo su contenido con una madera de cuchara. Todavía no se había llevado ni una mísera patata a la boca, cuando empezó a lamentarse y a compadecerse de sí mismo. 

Dwama no soportaba aquello. El mundo no estaba hecho para los débiles y aquel enano lo era. No es que le odiase, en el fondo le quería, pero lo que si odiaba era verle de esa manera. Tener un padre que no servía para nada era algo que no aguantaba. ¿No podría haber sido un borracho o haber muerto en una batalla años atrás? Todo era mejor que aquella vergonzosa sombra de lo que el hijo de Gralick podría haber sido.

- ¡Por el martillo de Rocknath, padre! - Dijo la enana poniéndose en pie y golpeando la mesa con las dos palmas de las manos. Los platos saltaron por el aire volviendo a caer desordenados sobre la mesa. Los jarras de cerveza se derramaron y la mirada de Dwama se clavó sobre Gromwik. - ¡Basta ya de lamentaciones! ¡Basta ya de avergonzar a tu linaje! ¡Reacciona, por todos los dioses enanos! ¡Reacciona padre!

-DWANA PILLIN! QUIEN TE HA EDUCADO PARA HABLARLE ASÍ AL HOMBRE QUE TE DIÓ LA VIDA?  Gritó tu madre enfurecida levantándose de su silla y poniendo las manos sobre la mesa.

-Sabes acaso los sacrificios que ha hecho este enano? Quizás creas que la vida es blanco o negro, pero no es así, este hombre maravilloso intentó darnos una vida digna fuera de guerras, pillaje y muerte y le fue mal, y está pagando las consecuencias. Yo le apoyé en su día y no me arrepiento pues no creemos en la violencia salvo para defenderte de los que te atacan. 

-Sin duda tu has salido a mi padre, lo supe el mismísimo día que nacistes, esa fuerza, ese temperamento no era el nuestro, y por ello te queremos, pero debes dejar de reprocharnos nuestra vida.

Tu madre se acerca a ti, te besa en la cabeza y te da un fuerte abrazo. Se extraña de algo que te ve dentro de la camisa de trabajo, en la parte trasera, de ahí te saca una piedra, quizás llevaba ahí desde el derrumbe de la mina.

Mientras mira la piedra te vuelve a ti una vez mas. Hija, creo que va siendo el momento que inicies tu camino, este pueblo se te ha quedado pequeño, no podemos pedirte que vivas una vida de minera y te cases con algún mozalbete del pueblo, tú te vas a labrar tu futuro como aventurera y te vamos a apoyar.

-Hija, no puedo mas que coincidir con tu bella madre. Dice tu padre con lagrimas en los ojos. Yo no he salido un enano rudo y valiente, a mi me gustan las cosas sencillas, intenté hacer de mas con el comercio y mira como nos fué.

-Desde entonces me dedico a lo que me gusta, picar, excavar, como los antiguos enanos que forjaron las grande minas del Sur, Si, es un asco trabajar para Orcos, pero ya sabes que aquí coexistimos y no ha habido muertes violentas entre nosotros desde hace casi 20 años, es un record y yo estoy contento de que la vida se así, pero tu no lo eres, por lo que es mejor que partas a la aventura, y piensa que tienes una familia en Rastor que querría volverte a ver.

Tras ello abraza a tu madre, la besa y coge la piedra que ella te acababa de quitar de tus ropas.

-Curiosa piedra, con el simbolo de Rocknath, te pega mucho hija, pues nuestro Dios gusta de aventuras. dice mientras te ofrece la piedra.

Al tocarla todo vuelve a desvanecerse...

Vuelves a tener la visión, esta vez no caes al suelo y disimulas mejor, parece que no eran imaginaciones de la mina, o tenéis una veta de gas bajo tu casa, o tu Dios te ha dado una misión y tu familia te ha bendecido la marcha.

-Puedes ir preparandote para el viaje, yo sacaré de mi baúl el Ugrosh de Padre y su armadura, creo que te estará bien, sino trabajaré toda la noche para ajustártela. Ves hija.

- ¿Pero, serán hijos de una zorra sarnosa? - Pasó esa frase por la cabeza cargada de ira de Dwama. - ¡Vete, vete a la aventura! ¡Vamos hija, que no te lo vamos a impedir! ¡Vete pallá anda... vete y no vuelvas!

Dwama lo tenía bien claro. Aquellos dos gandules no le verían el pelo en una buena temporada. Ya la echarían de menos. Y si no era así, si eran más felices sin su presencia, que se pudrieran en aquella ponzoñosa aldea administrada por pieles verdes. Si, cierto era que en veinte años no había habido muertos por motivos de raza, pero muertos había habido por muchos otros motivos violentos. Al final los orcos eran orcos y por mucho que trataran de disimularlo, no había conocido a uno solo bueno. 

Todavía escuchaba las palabras de su padre tratando de justificar lo que le hicieron aquella manada de siete bestias verdes a una niña de su raza: "Es su cultura, hija. Tenemos que respetar sus costumbres". ¿Violar a una niña era "cultura"? ¡No señor, Dwama no estaba para nada de acuerdo. Matrimonios de conveniencia con menores, maltrato continuo a las mujeres. ¿En qué clase de sociedad vivían? Dwama no era de las que miraba a un lado ante las injusticias. De todo, eso era lo que más le molestaba de su padre. Se ahogaba en las convenciones sociales y aceptaba lo correctamente político como lo adecuado.

- Sí, dame las armas del abuelo... - Dijó Dwama tras un bufido de resignación. - Trataré de darles un buen uso y de honrar la memoria del que fuera un gran enano... - Dejó caer.

Entras en tu habitación, te tiras en la cama llorando porque crees que tus padres no te quieren, sientes que lo único que tienes en esta vida es la piedra que te ha dado el dios enano para salvar el mundo, pero tu quieres el amor de tus padres.

Tras tranquilizarte de la desilusión de que tus padres te animen a salir de tu asqueroso pueblo, te das un baño en la tina, no sabes cuando volverá a ser el próximo, quizás nunca si mueres en el camino a Hommlet.

Al volver a tu estancia tocas la piedra mágica, esta vez no hay visiones, solo el frío elemento en tu mano, optas por colgartela al cuello dentro de un saquito anudado, para no perderla y no tenerla en contacto con la piel por si le vuelve a dar por hacerte tener visiones en mitad de un combate.

De pronto alguien toca a tu puerta...

-Toc, Toc. Dice tu madre. Se puede hija?

Accedes sin ningún tipo de amor en tus palabras, fruto del rencor de creer que te mandan a tomar viento fresco.

-Hija, te traigo la cena, tu plato preferido, Embutido y queso de cabra de la Señora Frasca, te lo he traído para que cojas fuerzas para el viaje, nadie querría que una gran aventurera empiece su viaje con hambre. Dice en un tono de amor absoluto.

Te lo deja a un lado de la cama y se sienta a tu lado.

-Creo que nos has malinterpretado hija mía, ni yo ni tu padre queremos que te vayas, llevamos años rezando a Rocknath por que aceptes el estilo de vida que tratamos de llevar, para evitarte peligros innecesarios, no sabemos que haríamos si te pasase algo. Pero creo que has llegado a un punto de inflexión que estar con nosotros en este lugar lo único que consigue es que seas desgraciada y nosotros contigo al ver como la flor mas bonita de este pantano se marchita día a día. Miras estupefacta a tu madre, quizás les has juzgado mal.

Ella te coge de la mano, te la besa y continua. Aún no es tarde, puedes seguir aquí con nosotros hija, pero si tu decisión es firme nosotros te apoyamos, sólo te pedimos que no te metas en grandes problemas, no podríamos vivir sin nuestra querida y única hija, tenemos pocos ahorros, pero tu padre ha ido al puesto comercial Orco a comprarte equipo con el que estés un poco mas segura. Pero por favor, si ves problemas graves no desperdicies tu vida, huye y lucha otro día, es lo que llevamos nosotros años haciendo.

-Te dejo que descanses amor mío, mañana será un gran día para ti, se cantarán tus hazañas mas aún que las de tu abuelo, no lo dudo.

Tras ello abandona tu cuarto llorando por ver marchar a una hija muy querida.

Pasa la noche, no duermes mucho nerviosa por lo que vas a hacer, llevas toda la noche pensando si has pensado mal innecesariamente de tus padres cuando te despierta el olor a huevos fritos, chistorra y demás cosas ricas que hace mucho que desayunas.

Al bajar las escaleras te llevas una sorpresa inesperada, en la entrada de casa tu padre está colocando la vieja coraza de tu abuelo y junto a él su Ugrosh, pero estás resplandecientes, como si fueran nuevos.

-Buenos días hija, que te parece? llevo toda la noche frotando, limando, dando aceite y ajustando la talla de la armadura y el Ugrosh, creo que estará perfecto para ti, luego te lo probaré, primero desayunemos, mamá hoy a ido a comprar al mercado las cosas mas ricas que este pueblo puede ofrecer.

Quedas sorprendida por el esfuerzo, deben de haber gastado una parte importante de los ahorros en todo lo que han traído.

Pasáis a la cocina, en la mesa hay un banquete que ni el día de la muerte de tu abuelo hicieron; junto a la mesa ves una mochila estructurada, de gran calidad, que parece encontrarse llena. Corres a mirarla, no te esperabas esto.

-Esta mochila lleva años esperando a que alguien valiente quisiera ir de aventuras, en ella podrás llevar mas objetos y tenerlos mas a mano, ya tienes un odre de vino, otro de cerveza y uno de agua listos para el viaje, tu madre ha colocado las mejores raciones posibles para todo un mes de viaje, eso sumado a lo que caces te dará para mucho tiempo bien alimentada.

-Aquí tienes un collar que te hará mas resistente, sin duda será útil, con lo que ha costado ya puede serlo! una ballesta de GC con 20 virotes para que embosques a esos sucios orcos o trasgos antes de desparramar sus sesos con el arma del abuelo cuerpo a cuerpo.

-Hija lo tienes claro verdad? nosotros te apoyamos pero te queremos a nuestro lado.

Tras su charla con su madre la noche anterior, Dwama se quedó con ganas de decirle algo más de lo que le dijo. Realmente le sorprendió la preocupación de su madre por ella. Nunca había sido una madre demasiado cariñosa, incluso hablando en términos enanos, pero aquella noche, previa a su partida, le pareció que era la madre más amable y tierna de la faz de la tierra. Ella no supo reaccionar de la misma manera. Simplemente le devolvió el abrazo de manera algo fría y le sonrió levemente. Quizás fuera la falta de costumbre, pero lo cierto fue que aún con todo, aquel abrazo le reconfortó.

Al marcharse su madre de la habitación, le costó mucho dormir. En parte por los nervios del viaje y en parte por un pensamiento que le sobrevino de forma inesperada. Cierto era que nunca había tenido problemas con su madre. Era con su padre con el que no acababa de conectar, pero aún así se sintió culpable por no haber aprovechado el tiempo que pasó con sus progenitores para formar un vínculo más fuerte. Puede que en gran parte, fuera culpa suya que su nexo con sus padres no fuera más fuerte, aunque no lo reconocería nunca.

Se despertó dispuesta a desayunar, despedirse de sus padres y marchar a la aventura. No obstante, al ver como Gromwik, su padre, había dispuesto todos aquellos enseres para el viaje y principalmente por como le habló, decidió quedarse con ellos hasta el atardecer. Compartiría con ellos una última comida y pasaría la tarde a su lado. Ya emprendería la marcha cuando el sol estuviera emprendiendo el camino a casa. 

Comieron estofado de buey y bebieron cerveza y vino. Sus barrigas enanas acabaron bien saciadas y bien anchas. Hablaron del pasado y del futuro de forma cordial y amistosa, como hacía muchos años que no lo hacían e incluso soltaron alguna risotada. Las risas era algo que no podía faltar en una casa enana y en casa de los Pillim, ya notaban su ausencia desde hacía demasiado tiempo. Finalmente llegó la hora de la partida.

- Madre, padre... - Dijo Dwama con una lágrima a punto de brotar de sus ojos. - Si me marcho es porque creo que es mi deber hacerlo. - Confesó. - Ya sabéis que nunca me he sentido muy rastoriana. Qué siempre quise emular las aventuras del abuelo. Creo que ha llegado mi momento y si no me voy ahora... - Resopló. - Puede que nunca esté a tiempo de hacerlo. - Miró a su madre y le dio un cálido abrazo. - Mamá, te echaré de menos... - Le dijo y al soltarla miró a su padre. - Y a ti, Gromwik... - Chasqueó la lengua. - ... a ti también aunque me cueste admitirlo. - Y también abrazó a su padre. - ¡Viejo loco! - Añadió. - ¡Volveré con más fortuna para que puedas volver a perderla! - Bromeó.

Tras la triste despedida coges todos tus aperos, armas,... y partes hacía el este, lejos de esta pocilga a la que hasta hace unos momentos llamabas hogar. Pero al estar en el exterior una comitiva de enanos y orcos se encuentran fuera esperándote, entre ellos tu exjefe y alcalde el Orco Jom.

-Oh querida Dwama! nos entristece que te vayas, sabes que esta tierra siempre te acogerá si es lo que quieres. La gente aplaude al alcalde por interesarse tanto por una transfuga, una traidora que deja el pueblo para conocer mundo.

-Tu trabajo en la mina será recordado, pondrémos tu nombre en la misma placa de los fallecidos en derrumbes para dejar claro que la Gran Dwama Pilli trabajó ahí. Sobre todo los orcos y algún minero aplauden y hacen vítores a su líder que espera una contestación agradable de su, hasta hace pocas horas, subordinada.

Al principio todo aquello le extraño un poco. Un poco si un poco quería decir bastante. Quedó algo desconcertada tras vislumbrar aquella extraña marabunta de vecinos entorno a las inmediaciones de la humilde casa de sus padres. Lo primero que pensó fue en tratar de huir con excusas. Un par de gracias y unos cuantos apretones de mano servirían para escabullirse de tan vergonzosa situación, no obstante una idea pasó enseguida por su cabeza. ¿Y si aprovechaba la situación?

No tenía claro cual era el motivo de tan emotiva despedida. No sabía tampoco cómo era que el alcalde orco y sus convencinos sabían de su marcha. Ciertamente era todo muy raro, realmente aquello sólo podía tener una explicación, máximo dos. O bien aquel derrumbamiento que provocó durante el día de ayer había desvelado algo importante oculto en las profundidades de la aldea o bien, toda la aldea se había enterado de que alguien indeterminado que ni ella misma conocía, le había encomendado la misión de salvar el mundo.

- Mi buen alcalde Jom... - Dijo Dwama abrazando a aquel asqueroso orco. - ¡Ya os dije que no era necesario! - Dwama se llevó la mano al pecho y acto seguido se limpió unas lágrimas inexistentes de emoción. - Le ha dado mucho bombo a mi partida... No me lo esperaba. Cierto es que no... - Miró entonces al pueblo allí reunido. - Este orco vale mucho más de lo que parece. Es un ser generoso y aunque parezca algo rudo y tosco, tiene un buen corazón... - Abrazó de nuevo a Jom. - Le dije que no era necesaria esta despedida y aunque insistió, pensé que no os convocaría. También me prometió que bajaría los impuestos a toda la aldea y que me entregaría 2000 piezas de oro para mi viaje. - Miró al orco con una sonrisa. - También me dijo le dije que no podía aceptar... pero ha insistido tanto que... no puedo negarme. ¿Verdad señor Jom? - Le preguntó. - ¡Todo esto ha prometido y si lo cumple espero que le votéis para la reelección! Si no lo cumple no lo hagáis... - Soltó una carcajada. - Pero sé que lo hará, es un orco de honor... - Miró de nuevo a Jom. - ¿Verdad?

El alcalde comienza a sudar, lo que creía que iba a ser una forma de ganarse al pueblo se estaba convirtiendo en un problema que le costaría oro, vamos, uno de los problemas mas gordos posible para un usurero como él.

-Ehm, estooo, sii, esooo... hablamos... si... Dijo dubitativo y sin saber como responder. Claro amiga mía, como no le iba a dar un detalle de parte del pueblo a nuestra aventurera? Como bien te dije las arcas del pueblo no están para tantos  lujos, pero tenemos material del buhonero orco que puede serte útil. Dijo con una mirada de odio hacia tu persona. Te hago entrega de este poderoso y caro aparejo, es la mano de un chamán kobold, con ella podrás alcanzar objetos lejanos y atraerlos a ti! sin duda te será de utilidad en tus viajes!! Dijo coreando a las masas mientras te miraba perdonándote la vida.

Coges la mano de mago, te la cuelgas del cuello y te parece el objeto mas caro y poderoso que portas, sin duda se la has jugado bien al alcalde, por lo que mejor que no vuelvas en una temporada.

Dwama se llevó las manos a la cabeza y abrió la boca de par en par simulando emoción. Miró a Jom fingiendo su más tierna sonrisa y con las manos temblorosas agarró el presente que aquel orco le acababa de otorgar. Lo examinó de arriba abajo y finalmente abrazó a Jom pegado sus labios a una de sus purulentas orejas.

- Donde las dan las toman... - Le susurró. - Y ni se te ocurriese hacerlas nada a mis padres. Todo se destaparía bien rápido... Trátalos bien.

Cuando por fin se separó de aquel repugnante ser, se giró de nuevo hacia los habitantes de Rastor allí congregados. Suspiró visiblemente emocionada y alzó las manos hacia su público.

- ¡Os abrazaría a todos, pero no puedo! - Exclamó. - Ya he retrasado suficiente mi partida. - Se disculpó. - Pero os agradezco a todos que hayáis venido aquí a despedieros de mi. Desde luego que no me lo esperaba. 

Entonces se giró de nuevo hacia Jom. Ella se la había jugado bien, pero como bien le había dicho ella justo antes, donde las dan las toman. No creía a ese orco paleto capaz de engañarle, menos si cabe cuando no había tenido tiempo para pensar en la treta que tenía que llevar a cabo. ¿Pero y si había tratado de colarle un miembro amputado de uno de sus hijos que guardaba como recuerdo de su incompetencia como padre, en vez de un objeto mágico de verdad?

- Disculpe, señor alcalde, pero... - Alzó la mano chamánica. - ¿Cómo funciona ésto? ¿Me hace una demostración? 

-Dwama ya te lo dije, muchos nervios enana? no te preocupes, te lo repito una y mil veces si hace falta. Te dice humillándote delante de la gente del pueblo. coges la mano, te la cuelgas al cuello, eliges un objeto a no mas de 25 pies y lo puedes mover a 15 pies como mucho. Pero recuerda que el peso máximo es de 5 libras.

Tras hacerte la demostración moviendo un sombrero que había colocado un enano a 14 pies de tí, la gente corea al alcalde Jom por ser tan bueno con una enana tránsfuga, tras eso el alcalde se guarda la mano bajo la camisa y te jalea a que emprendas la marcha.

-Adiós Dwama! nos veremos pronto seguro!!!

Aquel era un muy buen sombrero. Se trataba de un sombrero de color beige de ala ancha con una pluma roja. Estaba limpio y parecía nuevo. Dwama se lo probó y era de su talla. Le quedaba a la perfección. No le vendría mal un sombrero como ese para el viaje. Si el sol pegaba con fuerza, evitaría que su fina piel enana se quemara con el sol. A los enanos no les gustaba el sol. Al menos no a esa enana.

- Es increíble. - Le dijo a Jom al ver el poder que le otorgaba aquel miembro amputado a una rata de piel verduzca. - Me será muy útil en mis viajes. - Dwama abrió los brazos de nuevo para volver a fundirse en un abrazo con el alcalde. Una vez estuvo agarrada a aquella sabandija volvió a susurrarle algo al oído. - Bromea lo que quieras, pero yo me llevo la mano mágica y este buen sombrero... 

Justo al separarse de aquel maloliente ser se giró hacia sus vecinos y esta vez si se despidió para emprender definitivamente la marcha. No habló tan solo saludó con las dos manos a lo largo y ancho de la tirada de personas allí reunidas. Antes de poner el primer pie sobre el camino volvió a dedicarle una mirada a Jom y le lanzó un beso con la mano. El camino se abría paso ante ella y no sabía lo que le iba a deparar, pero ya iba sobre alerta acerca del primer peligro. Se la había jugado a Jom y Jom no era de los que olvidan las afrentas. Debería andar con ojo por su aquella bazofia enviaba algún esbirro tras sus pasos.

Dwama no iba desencaminada con su pensamiento sobre el alcalde, en cuanto salió de su pueblo de mala muerte Jom comenzó a reclutar orcos para recuperar sus objetos y darle su merecido a la maldita enana.

La enana por su parte comenzó a caminar, le esperaban semanas de viaje hacía su destino y nunca había ido tan lejos.

Cuando se encontraba a unas horas de su pueblo, en el cruce que llevaba a la montaña maldita, un lugar al que su pueblo temía acercarse escuchas ruido de pisadas en la maleza detrás de ti. Sin duda alguien te está acechando.

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Sin pensárselo dos veces agarra la empuñadura de su urgrosh y se pone en guardia lista para lo que haga falta. Podía ser que no se tratara de nada más que un simple animal moviéndose entre la maleza, pero no le vendría de nuevo que Jom hubiera enviado a sus sanguijuelas a recuperar lo que Dwama con picardía se había adueñado.

La enana seguía avanzando hacia su destino, aunque lo hacía con mil ojos puestos en el camino, ya fuera hacia adelante, hacia atrás o hacia los lados. Si tenía que luchar, no la pillarían desprevenida. En el fondo deseaba que un indeseable hubiera acudido a su encuentro. El urgrosh de su abuelo llevaba demasiado tiempo cogiendo polvo y era hora de que catara un poco de sangre orca.

de entre los arbustos delante y detrás de ti salen 3 orcos, entre ellos el alcalde Jom que al darse cuenta que les habías oído ha preferido combate cuerpo a cuerpo.

-Prefería cortarte la garganta mientras dormías sucia cerda enana pero como has escuchado al inútil de Bargros lo haremos mas divertido, en cuanto te tumbemos vas a tener tres trancas orcas en tus orificios justo antes de que te degollemos. Del Alcalde Jom no se ríe nadie.

Tienes delante al alcalde Jom y detrás a otros dos orcos que conoces de la mina, bastante fuertes, portando todos ellos Hachas doble orcas. La situación es peligrosa, están a 10 pies de ti, por delante y por detrás, parece que flanquearte es lo que pretenden.