Partida Rol por web

Al salir del templo de Venus, me siento reconfortada , siento que la fortuna me protege hoy. Mis pasos se dirigen al foro. No me separo del esclavo que me acompaña por precaución. Una vez allí, observo con calma a la gente, quizá vea un rostro que me sea familiar. 

El foro, y el mercado que le rodea, esta lleno de gente, ruidosa y acelerada. Las gentes de Roma no son tan sofisticadas como te gustarían.

Te llama la atención una fila de esclavos encadenados, morenos, probablemente de las tierras lejanas del sur, mas haya de Egipto, las tierras secas y salvajes, donde los hombres tienen la tez negra como el carbón y la fuerza de las bestias desconocidas.

La mayoría de estos hombres, están bien alimentados y bien tratados, además de embadurnados en aceite para atraer mas la atención de posibles compradores.

Una pequeña plataforma es establecida cerca del centro del foro, y los esclavos son forzados en dicha plataforma.

Un hombre viejo, pero bien vestido y adornado en bronce y oro, se pone junto a los esclavos y empieza a anunciar.

 - ¡Observad, los hombres de las junglas más siniestras del Mundus. Frescos desde las expediciones del sur, listos para combate o satisfacción, solo para las más enriquecidos prestigios de nuestro amado Imperio!.

Dice mientras sus sirvientes, ayudan a los esclavos a rotar, levantándoles los brazos y haciéndoles flexionar los músculos. Los hombres se encuentran todos confusos, y observan con impresión a los individuos y las construcciones que les rodean.

 - ¡Cien denarius, podéis elegir con libertad!

Observo a los esclavos con curiosidad. Son los más oscuros que he visto nunca. Serán tan fieros como dicen? Serán buenos sirvientes? No esperaba esta multitud y estoy intimidada. El esclavo que me acompaña no es un Hercules. Quizá.. Observo sus músculos, sus bíceps. Podrían ser educados.. Impresionarian a las visitas.. Para satisfacción ha dicho? Miro curiosa, con una mezcla de vergüenza y lujuria

El vendedor pasea su mirada por el publico, finalmente, clavandola en ti.

 - Vos, quizas vos podais apreciar estas hermosas criaturas.

Gesticulando con gracia hacia su mercancia.

 - No os fallaran, no podran llevar a cabo tareas complicadas, pero entienden que deben proteger a su Domine, y no requieren mucho mantenimiento.

Intentando cerrar la venta, quizas, se haya dado cuenta de tus miradas curiosas.

Observo la mercancía. Es inútil que intente fingir que se valorarlos o regatear su precio, no sabría hacerlo.. Que tengan aspecto de fiereza y sean agradables a la vista... Ese.. y ese de allí. Que alguno de tus empleados los lleve hoy mismo a la villa Diberna. Se te pagará al entregarlos. ​​​​​

Ciertamente parecen terribles. Al menos a mi me lo parecen. Me siento pequeña a su lado, podrían levantarme con un solo brazo.. estaría indefensa.. podrían hacerme lo que quisieran.. Dioses.. hacia tiempo que no tenía esta sensación.. Venus nos ha dado un regalo a los mortales y ya hace tiempo que no lo utilizo. Es una señal de Venus esto?  

El hombre asiente, reverenciandose, con una sonrisa en el rostro.

 - ¡Por supuesto, por supuesto!

Dice ansioso, observando como te marchas. Pronto tendras nuevos servidores.

Me siento cansada, quizá debería volver a la villa. Tendrán nombre? Seguro que si.. Un nombre bárbaro sin duda.. Tendré que ponerles uno civilizado.. Castor y Polux? Pretencioso, y no son gemelos.. Hercules y... tenía algún compañero?  Anibal y.. Aquiles.. Anibal y Aquiles. Me gusta.. Cuando duermo mi puerta la protegen Anibal y Aquiles...

Le diré al siervo que consiga una silla de manos para volver a casa. Me duelen los pies.. Las sandalias para el templo no sirven para el foro.. 

Anibal y Aquiles podrían llevarme en brazos.. Que tacto tendrán.. Serán ásperos? Embadurnados de aceite como ahora será un tacto suave. Resbaladizo, cálido incluso....recorriendome la piel... bajando por mi espalda... Madre Vesta... Empiezo a estar mareada

El mediodia cae rapidamente. Tus siervos consiguen hacerse con una hamaca, con velos para darte privacidad, y tus nuevos sirvientes te portan sin ayuda, cuando normalmente se requieren cuatro esclavos romanos para transportar dicha silla.

Anibal y Aquiles, sufren de las ordenes de tus otros sirvientes, teniendo dificultades para darles indicaciones de a donde ir, como llevar la silla para mantenerte comoda.

La experiencia es interesante, notas la fuerza de sus hombros agitar la silla, como si fuera potros salvajes los que estuvieran tirando en vez de hombres.

Tras el viaje, estas de nuevo en tu villa. Los hombres dejan la silla en el suelo, con cierta crudeza, y te miran bajar del carro.
Notas en sus miradas, que nunca han visto a una mujer romana en sus togas tradicionales, sus joyas y sus decoros.

Tienen una mirada extrana, unos ojos muy blancos y negros al mismo tiempo, una expresion de desconocimiento, como si estuvieran en un mundo completamente desconocido.

La villa esta preparada para la cena, esta vez, privada, ya que el resto de residentes tiene otros asuntos que atender, o han decidido retirarse pronto.

Ordenó al primer siervo que veis que se haga cargo de ellos. - tu.. Instalalos y que les den de comer. Mañana me ocuparé de ellos-

Me pongo frenta a ellos. Apoyo la palma de mi mano en su pecho sudoroso.. - Anibal- 

Hago lo mismo con Aquiles. Intento transmitirles toda mi autoridad como su nueva Domina... Pero solo puedo pensar en los vaivenes de la litera... Dioses.. Anibal o Aquiles? El héroe o el peor enemigo de Roma?  Me siento mal... No me siento como una casta patricia... Anibal.

Camino hacia la casa.. -Anibal... Ven con Domina--

Sigo caminando sin parar hasta mi alcoba. No me giro para ver si me sigue.. Que sea Venus quien decida.. Solo cuando estoy dentro de mi habitación me doy la vuelta 

La torre negra te sigue, con pasos pesados. notas como alza la mirada, observando los techos vacíos, y toca las paredes de piedra. De vez en cuando hecha una mirada perdida a las sirvientas, que incluso a estas horas, están haciendo tu vida fácil.

 - Anibal...

Repite, con una voz profunda mientras te mira. Entre una mezcla de confusión y fuerza. Se para en el umbral y observa tu cuarto con interés.

Cierro la puerta. Noto el olor a sudor mezclado con aceite.. Acarició su fuerte espalda.. Bajo la mano por su brazo enorme.. Empiezo a respirar más deprisa... Acarició su vientre duro.. mi mano quiere seguir bajando..  La retengo unos segundos alargando la agonía. Es como un toro... -tu serás Zeus en forma de toro.. y yo la ninfa Europa..Mi mano baja y acarició su verga lentamente.. Notando su calor.. su tacto que empieza a cambiar y crecer..me dirijo al lecho y deslizó los tirantes de mi túnica para que caiga... me tumbo...noto como mi cuerpo esta ansioso... me noto húmeda... Mis pechos ansían sus manos... Ya no soy la domina... Estoy en sus manos.. 

-ven Zeus.. Y cabalgame hasta llevarme al Olimpo - 

No sabes si te entiende por completo, pero tus caricias han levantado el interés de su poderoso falo. que se erige, negro, rosado y palpitante en la punta. El aroma a sudor y aceite, ahora se mezcla con el acido olor pre seminal que despide su cuerpo.

Es un animal

 - Susss

Susurra, supones que esta intentando repetir el nombre del dios griego, y falla en el intento. Su mirada perlada se clava en ti cuando tu túnica se resbala de forma suave alrededor de tu cuerpo. Observa tus vergüenzas cuanto te flexionas y tumbas de manera atractiva, y se acerca a la cama, sin intenciones de besarte.

La rudeza de su cultura es palpable al instante, cuando te agarra con tremenda fuerza de las caderas, girándote, y poniéndote contra la cama sobre tus cuatro extremidades.

Dioses...respiro profundamente.. Intento relajarme.. Espero su embestida con ansiedad... Mis pezones se hinchan.. No puedo esperar..mi mano va a mi pecho izquierdo y pellizco el pezon.. Se me escapa un gemido cuando la agradable presión empieza a ser dolorosa...

-clavamela!! -

Anibal sigue tus órdenes a la letra. Sus manos aprietan tus caderas contra su cuerpo, y notas como su pene se abre paso entre tus carnes, dejándote sentir cada vena y músculo de su masculinidad en tu interior.

Es una experiencia diferente, el tamaño y el vigor, claramente valieron los denarios dorados.

Ningún romano tendría una verga igual.

El hombre te agarra con brutalidad de los hombros, con descontrol, y empieza a empotrarte contra el camastro, con un ritmo desenfrenado que parece no desacelerar en ningún momento.

Intento acoplarme a sus embestidas pero soy incapaz.. Me domina como si fuera una muñeca de trapo.. Cada golpe aumenta la tensión en mi sexo.. latigazos de placer salvaje empiezan a recorrerme  el cuerpo.. Los gemidos aumentan en intensidad.. Intento llevar mi mano hasta su cadera para frenarlo pero no puedo.. Mis gemidos se funden convirtiendose en uno solo y continuo.. Siento mis entrañas fundirse y me hundo en una sensación de doloroso placer.. Que no deseo que acabe... La tensión que hay en mi vagina empieza a extenderse.. Un calor intenso que me abraza y me anuncia el espasmo final, la explosión de placer que me llevará al Elíseo... 

El hombre, al notar tu reacción, se detiene, y deja salir su miembro de tu interior, haciendo un ruido húmedo y hueco, dejándote jadeante.

El hombre sigue en óptimas condiciones, excitado, sin fatiga alguna, como si hubiera sido un calentamiento ligero.

Te mira confundido.

Sonrió jadeante..con Emilio las copulas eran rápidas y vacías pues solo buscaba su satisfacción.. Atio era pausado y delicado y me abría lentamente.... Esto es animal y primario... Le empujo suavemente indicándole que quiero que se tumbe boca arriba.

Vuelvo a admirar al Priapo encarnado.. Inclino la cabeza y empiezo a lamer suavemente su rosada cabeza.. El salado, ácido y viscoso sabor de su glande mezclados con los fluidos mi placer.. Lamo con delicadeza la torre de carne... mientras acarició y empiezo a jugar con sus duros testiculos...poco a poco me introduzco su falo en la boca 

El hombre te mira con dureza, difícil de complacer. Su rostro dice una cosa, y sus carnes otra.

Notas sus pálpitos en tu boca, y como pronto, su final llegara en ti.

Antes que acabe me pongo a horcajadas sobre el titan y sin perder un segundo me clavo en su lanza de ébano. Lo cabalgo hasta que por fin me viene.. Abro la boca para gritar y de mi boca surrge un largo grito sordo, mientras mis caderas se mueven en espasmos de placer.

Cuando noto que se derrama dentro de mi, aprieto su miembro con los músculos de la pelvis para sacarle hasta la última gota. 

Agotada, me tumbo. Cuando mis pulmones se calman, entrelazo mis dedos con los suyos. Mi blanca mano desaparece en su inmensa negritud.Las manos unidas tocan su pecho -  Anibal.. A ni bal -

Cuando tocan mi pecho vacilo unos segundos ..- Venus-

La lección dura hasta que me vence el sueño. 

El bullicio del Foro sigue siendo intimidante. Pero esta vez he sido precavida con mi calzado y mis acompañantes. Anibal me acompaña y me siento segura con él cerca. Por precaución otro siervo viene conmigo, Anibal apenas sabe una palabra, y algunas es mejor que no se pronuncien en público. Me paseó con calma, Padre decía que el foro es donde un romano ve y se deja ver " camina calmo por el foro. Déjate ver. Los amigos y clientes se acercarán para saludarte y mostrarte su respeto".

 Me acercaré a la Curia Júlia, quizá haya algún amigo de Padre.