Partida Rol por web

El peso de la vida poco a poco va disminuyendo en su alma y lentamente van dejando atrás todo lo terrenal que habían experimentado en el mundo, a excepción de sus sentimientos más intensos que permanecerán tal vez en lo más profundo de sus almas.

Es evidente que mi fin ha llegado, no sé cómo reaccionar ante la presencia de aquellas personas. En especial de la mujer que creo me ha asesinado. Muero por hacerle muchas preguntas, pero sé que sería muy tonto hablar sobre lo ya sucedido. 

Así que un poco triste y quizás con una impotencia que poco me cuesta contener, camino hacia un rincón para quedar allí entre las sombras. Tan sola como nunca he estado, una pena, un gran dolor. 

-¡Ay no!... me sacaron del juego muy rápido y no supe ni como ha pasado.- Me sacudo el saco, y acomodo la corbata -Bueno, creo que nos jodimos entre los Montesco.- luego me dirijo a mis fantasmales acompañantes ¿Alguna idea para regresa a la acción?.

- ¿Que pasó con Romeo?- pregunto y miro a los ojos a la guardaespalda. - ¿Por qué has muerto tu?

Me resulta muy raro que esté aquí. 

-Romeo se tiro de un balcón loco por la pena...- dice acercándose a Julieta con una sonrisa- ​​​​​​Siento que estés aquí Ruby, ha sido culpa mía. ¿Qué ha ocurrido?

No tenia dudas de que Ruby había caído por el crimen que él mismo le encomendó llevar a cabo, pero nunca estaba de más informarse bien.

Ares Ruby comienza a reír negando con la cabeza -Creo que estamos a un paso del infierno... 4 Montescos de 6 hemos muerto, solo quedan dos  vivos para preservar el linaje, insisto, esto no salió para nada bien.-

Luego se dirige a Romeo. -Justo después de que acaté tus órdenes- lanzo una breve mirada a la madre de Romeo. -Alguien me disparo por la espalda, así que no supe quién pudo haberme aniquilado.-

Al recibir a Romeo entre mis brazos, no hay sonrisa sino tristeza por saber que ha fallecido por mi. ¿Tan injusto es el amor? Posiblemente, pero es lo único que nos queda. Luego al enterarme de los hechos, pienso en todas las movidas contradictorias dentro de la familia Montesco, está claro que no hay alianzas. 

- Lo siento mucho Ruby, pero es inevitable... Jamás fueron unidos y mi familia de alguna manera, nos hemos cuidado siempre. Al menos hasta lo inevitable. - respondo. 

Y no digo nada más, siento orgullo por los míos y un poco de tristeza por la gente de Romeo. 

-El asesinato de mi padre no se pudo evitar y no creo que fuese culpa de los Montesco- dijo abandonando el abrazo de Julieta, el cual no le aportaba el mismo calor que cuando estaban vivos. ¿Acaso seria asi para siempre? Solo un reflejo de lo que fueron. Miró entonces a su madre- Si no hubieses intentado quitarme a la persona que más me importaba, si me hubieses hecho caso, cedido un ápice... Todo por la familia dijiste... Nuestra familia ha perecido por esa decisión.

Si su madre hubiese dejado viva a Julieta, si hubiese descargado su ira contra otra persona, seguramente más culpable que ella, ni Ruby, ni ella, ni él mismo estarían allí. 

-¡Cuánta gente por aquí! No esperaba que de pronto tuviésemos tanta compañía... Está claro que los Capuleto se las apañan muy bien cuando nuestra familia está en horas bajas. Y Romeo, sabes tan bien como yo que permitir que os casáseis también hubiera sido un error. ¿Fui radical? Sí. Pero no tenía ni tiempo ni ganas de perderlo.

Al igual que yo, sé que muchos teníais (y los vivos aún tienen) potestad para jugar bien otras cartas que el destino quiso repartirles. El cómo las usen depende de ellos. Yo usé las mías porque podía, y fui contra una enemiga natural que amenazaba dos frentes. Si no lo hubiera hecho hubiera muerto en vano. Tú caíste con ella porque ese era tu destino, supongo... el amor es lo que tiene, y bien que te lo advertimos tu padre y yo. Si los demás Montescos están ahora mal, dificil lo tienen, es cierto, pero no imposible. Veremos qué pasa.

-Me descuido un segundo y al otro estoy muerto, ¡¿CAROLINE!? ¡Mi amada y preciosa esposa!, ¡Tú también Romeo!, ¡¡¡Dios!!! ¡Ares Ruby! ¡¿ACASO TODOS LOS MONTESCO NOS HEMOS DADO CITA A UN PASO DEL MÁS ALLÁ?!.

Para ese entonces Ted repara en Julieta y le hace una reverencia. -Señorita Julieta, una lástima que con toda la vida por delante usted nos acompañe también, aunque punto y aparte mis mayores respetos para su familia, la cuál ha sabido permanecer en la cima del poder y vivos después de todo...-

Las palabras de la Madre de Romeo en verdad generan cierta sensación de malestar, una trepadora en su mayor expresión y se merece estar donde está. 

- No puedo creer que aún muerta, siga con esto... Por favor. - digo y pongo los ojos en blanco. - Los Capuletos son más astutos, además con mi muerte lo único que has hecho es fomentar el caos y como entre ustedes hay problemas, es la mejor baza para ganar esto. 

Le explico a la mujer y cuando Ted se pronuncia, asiento conforme voy escuchando. 

- Una pena que usted esté aquí, Señor. Le tenía más confianza que a su mujer, gracias por sus palabras. - respondo. 

¡MAAAAAALDITOOOOOOS MONTESCOOOOO! ¡ESTUVIMOOOS TAN CERCAAAAAA!...

- Madre, Padre...- los saludo. - Está claro que a Caroline la ha revivido su amante y a la guardaespalda. Una pena que ahora esto se haya dado vuelta tanto. ¿Que ha pasado?

-Querido, sospecho que Teobaldo ha tenido algo que ver con nuestra muerte.- Dije al darme cuenta de que nos habían ajusticiado. -No puedo creer que esa bruja pudiera revivir. Al menos en eso hemos probado que nuestro amor era más fuerte que el de los Montesco.- Besé a mi maridito, consolándole por lo que nos han hecho, antes de ir a abrazar a mi hija.

 Vaya. Al final habían terminado con él. Ya había durado mucho, realmente.

 Esperaba que padre y su primo pudieran vengar su muerte. 

 Se soprendió de ver allí al Capitán Escala, así que se dirigió a él.

 ¿Usted también fue asesinado? A mi me han matado en su celda, quizá fue el mismo asesino... se encogió de hombros Creo que ahora ya no resolveremos el caso. Si hubiese aceptado mi ayuda cuando se la ofrecí...

 Él había hecho lo imposible por encontrar a los asesinos, sin embargo el altívo policía había ignorado sus esfuerzos. Ahora los dos habían muerto a la vez. ¿Justícia poética?

-Pues bienvenido a tu última morada hijo.- Dice el Don Fulgencio tristemente aún tomado de la mano de su amada Gloria.

De pronto el cuerpo de Dave Paris comienza a emitir una poderosa luz dorada y brillante y desaparece de ese etéreo lugar.

Estando en el Limbo, ignoró completamente lo dicho por Paris, sintiéndose un completo inútil, y un estúpido por no haber sido más precavido, había sobrevivido a Vietnam, pero no sobrevivió a esta falacia.

Notó cómo el resplandor aparecía obre el chico, tal parece que alguien allá le quería con vida. 

Debía hacerse a la idea de que estaba muerto, sus hijos le llorarán, pero al menos vería a su amada esposa de nuevo, se alejó de los demás, de los fallecidos, del padre y del hijo Montesco, y de la reunida familia Capuleto, teniendo una sonrisa en la cara, ante aquel íntimo pensamiento.