Partida Rol por web

Habeis sido llamados por alguna razón por el Patriarca del Santuario. LLegais a este y encontrais al Patriarca sentado en su trono. Desde allí os empieza a hablar.

Sean bienvenidos los santos. Acercaros hasta mis pies. Tengo una noticia importante que daros, y la razón por la que os he llamado. Entre vosotros se encuentran 4 traidores. Puedo discernir que hay oscuridad en alguno de vosotros, pero no soy capaz de ver los culpables. Existe algún tipo de hechizo que los protege. Estos traidores han envenedado a Atenea la cual se encuentra débil en su habitación. Tiene un veneno que la va debilitando poco a poco.

Amuero se levanta de sus aposentos. Son las 4 de la tarde.

"Soy Amuero Ray, y soy el más fuerte!" dice intentando convencerse a si mismo, en un intento infructuoso.

El muchacho camina con sus andares de pato mareado una vez mas hacia las salas del nuevo Patriarca, a ver que narices le espera en el nuevo dia

Entonces le dan la noticia "¿Envenedado? ¿Athenea esta envenedada? ¡Malditos chaperos comemierd...! Su gran patriarquidad ¿Se sabe algo de como la han envenedado? Si ha sido en su comida, o si ha sido con una flecha dorada cerca de su corazón"

Al parecer alguien ha aprovechado las sombras de la noche para acercarse a sus aposentos e inyectarle el veneno mientras dormía. Solo un santo de Atenea podría haberse acercado sin sospechas. Amauro, espero mucho de tí. Habla el Patriarca marcando su confianza en Amauro. Me gustaría saber que tal va el nuevo proyecto de las armaduras de acero. Daicho, Sho y Ushio se estan acostumbrando bien?

"Su suma patriarquidad, yo no formo parte del proyecto de Caballeros de Acero, sino del mas nuevo y renovado proyecto Caballeros de Gundamio. Pero le comunico que el proyecto va viento en popa. El otro día me pelee contra un pavo doméstico campestre." dice Amuero, super orgulloso

"Pero perdí" dice, todavia más orgulloso y sacando pecho

Mientras tanto, por el Santuario, cierto pavo doméstico campestre se pasea, pisando fuerte y arrasando eficicios allá por donde va.

¡Eso es un pavo y lo demás es tonterias

"Y su patriocinio patriocicoso" dice Amuero, inventandose las palabras "¿Como está seguro de que eran cuatro? ¿Han dejado un cartel diciendo `Sómos los cuatro santos traidores, y hemos envenenado a Athenea, jua jua jua ¡Que malos que somos!´dice, señalando un cartel enorme que, precisamente dice ESO.

El Patriarca gira la cabeza y mira hacia la derecha. Sí, por ahí viene el panda con el cartel. A saber a donde lo habrá encontrado. Una panda venia con un cartel en la mano mientras se tambaleaba algo al andar, hasta que cae derrumbado en una columna.

Aunque pareciera raro, el Santuario tenia como mascota un panda. Vaya, a esta panda le han dado una paliza. Seguro debió ver a los traidores.

Albebaran entra a la sala del patriarca y se arrodilla ceremonialmente frente a él. Albebaran de Tauro a su servicio, patriarca. se presenta con un rostro serio antes de moverse a costado para dejar a este seguir hablando con Amuero.

Sonrie de costado al observar el panda y el cartel que ete sostiene. "Malos eran los de antes." piensa divertido mientras se queda al costado de la conversacion.

Al escuchar las palabras del Patriarca, cae al suelo de rodillas, profundamente dolido por lo que ha pasado. No podía creer que cuatro santos de Atenea fueran capaces de semejante crimen, eran unos sucios canallas ocultos por el abrigo de la noche, incapaces de dar la cara. Una lagrima resbala desde su ojo por la mejilla. No habían palabras para describir el dolor que sentía.

Pero tuvo que obligarse a recomponerse, limpiando con el dorso de su mano el recorrido de la lagrima por su rostro. Luego se acercó a Albebaran, a quien le murmuró despacio.- ¿No que tu nombre era "Aldebaran", Albebaran?.-

Tras ello, volvió a dirigirse a todos, fijando su mirar en los Dioses Guerreros: Alberich, Fenrir, y Mime.- ¿Por qué están ellos aquí? ¡Ni siquiera son santos de Atenea!.-Replicó el santo de Andromeda claramente molesto, no comprendía porque en una situación tan sería se permitía la entrada de aquellos hombres. Es más, ¿no los habían matado ya en el arco de Odin? 

Y se encontraba reflexionando acerca de los caballeros no-muertos, cuando su mirada se enfoca en Aioros, al cual creía, e imaginaba que todos también, muerto. Sin duda su presencia aquí dejaba claro que todo esto era jodidamente raro.

Había llegado desde las lejanas tierras de Asgard, Odín me había enviado para ayudar a los mortales caballeros de la Diosa Atenea, por lo que informo el llamado Patriarca ella había sido envenenada por cuatro caballeros.

¡¡Vaya, es una pena que una mujer tan bella muera envenenada!! 

Ví a unos caballeros que portaban armaduras doradas, no los había visto nunca pero enseguida lo supuse. Estos son algunos de los caballeros dorados, protectores de las 12 casas. No han debido hacer muy bien su trabajo por lo que nosotros nos encontramos aquí en estos momentos. 

El caballero de andrómeda se extraño al vernos y rápidamente le aclare sus dudas. Estamos aquí por orden del Dios Odín, hemos venido a ayudar simplemente.  

Asintio sin pena a Shun. Fallo mio en mis palabras. fue la corta respuesta que le dio a Shun, mientras su vista iba a parar a los que causaban la molestia del caballero de bronce. Una mujer no solo bella, si no bondadosa y guardiana de la tierra. le corrigio al siervo de odin con respeto, aunque sin dejar el tono firme en su voz.

A mi me preocupa mas el siervo de Hades que cualquier otro, aunque al estar en solo ante nosotros no deberia ser un problema. comento a nadie en especial.

Tras las palabras del Patriarca me quedo impactado, traidores entre los caballeros, Atenea envenenada por alguno de nosotros, miro alrededor repasando los que allí estábamos comprobando sus caras. Mi primera sensación fue la tristeza, pero luego fue convirtiéndose en ira contra los traidores, habían osado dañar a aquella que debía proteger y ahora ella estaba luchando contra el veneno.

Patriarca estamos perdiendo el tiempo deberíamos comenzar la investigación. Pero esto es cosa del Santuario, para mí los primeros sospechosos serian aquellos ajenos al Santuario, deberían ser aislados para investigarles. "Qué demonios pintaban aquí aquellos caballeros de Odin que casualidad que apareciesen cuando Atenea estaba envenenada. Esto era el Santuario de Atenea y nosotros salvaríamos a la diosa como siempre habíamos hecho" Lo cierto que mi humor no era el mejor a consecuencia de lo que ocurría con Atenea. Tras pronunciar las palabras volví a mi sitio a esperar las órdenes del Patriarca.

Al escuchar las noticias de labios del Patriarca, Hyoga aprieta los puños con fuerza, lleno de rabia porque alguien haya sido capaz de hacerle eso a la pobre Atenea. - No se saldrán con la suya esos malditos. - Asegura mientras se acerca a Shun para ponerle una mano en el hombro. - Tranquilo, amigo, los encontraremos y les daremos su merecido. 

Después mira entrecerrando los ojos a los santos que han acudido sin pertenecer al Santuario. - ¿Cómo han llegado tan rápido las noticias a los lugares de los que vienen? ¿O es que ya lo sabían antes de que sucediese...? - Desde luego, Hyoga había decidido no quitarles un ojo de encima.

Alberich llega junto con sus dos compañeros guerreros al santuario y observa con algo de curiosidad el lugar. Su mirada era fría y calculadora.

Llega y le hace una reverencia respetuosa al patriarca cuando Shun se refiere a la llegada de ellos. Alberich lo mira y con tono ácido, responde - Calma tus humos, caballero de bronce. Hemos venido aquí por órdenes de Odín. Nuestra señora Hilda nos pidió que viniéramos para ayudar a Athenea. Me hace poca gracia también estar aquí, pero ya entenderás. Nuestra señora Hilda confía en nosotros - le dice con una sonrisa burlona para luego continuar su camino.

- Además, vaya protectores. Permitir que su diosa cayera envenenada de una manera tan sencilla y, ni siquiera haber sido capaz de detectar a los culpables -. 

Amuero le pone la mano en el hombro a Hyoga... bueno, lo intenta (Mide 1'30. Necesitará un taburete para subirse)

"Tranquilicese, su cisnosa cisneidad, oh caballero del cisne. Los Santos Heavies Nórdicos han dicho que han sido enviados directamente por orden de Odín. Y eso no deja de decir que la situación es... ¿Zeria? ¿Sepia? ¿Xeria? No se como se dice en español. Odín debia de saber que esto se pasa de castaño oscuro, y por ello los enviaría aquí."

"Fijese usted tambien, que se dice de los santos heavies nórdicos que están al nivel de un caballero de oro, y gentes como Afrodita-A o Aioros-S son capaces de moverse a más velocidad que la luz, así que su presencia no es de extrañar. Les habrán avisado, habrán venido, y nadie lo habrá notado. De hecho me imagino que asi es como viajan los santos de Oro."

(Y en tono más privado, que no lo escuchen los heavies para no sentirse ofendidos...)

"Aparte de que os deben un favor, a ti y a tu grupo. Gracias a que les vapuleasteis, al sacrificio de Athenea y todo lo demás, el norte está a salvo. Creo que vienen con intención de compensaros por el favor que le deben al Santuario"

Agradece el gesto de Hyoga, antes de suspirar, preparándose para responder a Alberich.

- Quienes deben de bajar los humos eres tu, Dios guerrero, te recuerdo que los caballeros de bronce a quienes les hablas ya les hemos dado muerte antes.- 

Levanta las manos para chocarlas con Ikki, Hyoga y Shiryu, mientras una pájaro azul y un mapache antropomórficos que iban pasando por ahí realizan un sonoro gesto de burla.

Amuero se va llorando al Pope

"Seño, seño ¡Que Shun está mosqueando a los santos heavies nórdicos! ¡Buaaaaaa!"

Hyoga contempla sorprendido al chiquitajo que parece haberle leído la mente. - Ya sabía yo que no podía ser tan inútil como parecía... Algo debía saber hacer o no le habrían dejado estar aquí. - Piensa, antes de chocar las manos con Shun, riéndose ante la pulla de su amigo hacia los santos de Odín.

- Y volveremos a matarlos si es necesario para el bien de Atenea. - Dice, con voz firme y un brillo resuelto en sus ojos azules.

Amuero, que habia vuelto tras llorarle sus penas al Pope, escucha a Hyoga del Cisne

¡Y se vuelve a ir corriendo!

"¡Seño, seño! ¡Que Hyoga el Metrosexual de Cisne también se está metiendo con ellos! ¡Buaaaaaaaaa!"

En eso que el patriarca habla y los demás examinan con extrañeza a los Dioses Guerreros de Asgard y cuando Alberich intenta seguir su camino un enorme Cosmos de fuego se siente inundar la sala del patriarca,envuelto en su cosmos aparece una figura humanoide que después termina tomando la forma de Ikki el caballero de Fenix y dijo:

-Ustedes los dioses guerreros si estan aquí para ayudarnos en la investigación me abstendría de comentarios mordaces y agudos,dado que al ser extraños en el Santuario nuestras sospechas recaerían sobre vosotros por ser de afuera,ademas si hay traidores entre nosotros y nos quieren ayudar,entonces colaboren con nosotros y no nos digan las cosas obvias,o ¿piensan que los santos de atenea no sabemos como encarganos de los nuestros?,os aclaro que no es así,ademas alberich,yo no tuve el honor de pelear contra tí,pero puedo decirte que vencí solo a los gemelos del alpha-beta que eran colmillos dioses guerreros,estos simples caballeros de bronce como tu dices,recuerda,les dimos una paliza en el pasado,y eso que somos el nivel mas bajo ¿que dice eso de ustedes que dicen llamarse Dioses Guerreros?,yo te lo explico eso dice ¨hola soy un nene puedo ganarle a un Dios Guerrero de Asgard¨

Miraba tanto a Alberich como a Fenrir midiendoles por si las dudas intentasen algo en la sala del patriarca y choca la mano con shun y hyoga.

Un poco de calma por todos. Yo mismo solicité la ayuda de Hilda para que enviara a algunos de sus caballeros para ayudar en este caso. Si hay traidores entre nuestros santos, seguro que no se mostrarán como traidores así sencillamente. Tampoco quiero peleas en el santuario. Nadie tampoco afirma que ellos puedan ser los que han envenenado a nuestra señora. De momento esperaremos a que el resto de los santos citados llegue. El Patriarca habla seriamente intentando tranquilizar los animos. No interesaba que destruyeran el santuario a golpes.

Mira sorprendido a su hermano, y no puede evitar pensar "¿Como es que no ahogó con ese monólogo tan largo? ¿Hubo pausas?" Un susurro de preocupación escapo entonces de sus labios.- Hermano...

Entonces se gira a mirar al Patriarca, más extrañado aún.

- A ver, a ver... Pensemos con claridad. El Patriarca dice que pidió ayuda a Hilda para averiguar este problema, entonces... ¿Podemos suponer que, muy a mi pesar, los dioses guerreros no tienen nada que ver en esto?- Se lleva una mano al mentón, mostrándose pensativo y detectivesco.

- Otra cosa... ¿Como estamos seguros que hay "cuatro traidores"? Les recuerdo a todos que en la Saga de las Doce Casas fue precisamente ESTE patriarca.- Dijo, señalando al hombre de casco rojo.- Fue quien intento y ordeno matar a Atenea? - Se coloca delante de Hyoga, dandole la espalda, mientras coge  un cigarrillo y lo enciende, quien sabe como, para luego echar hacía atrás su cabello.- Yo digo que esto tiene un claro culpable.- Menciona, mirando al Patriarca. 

Mantiene su pose cool, pero luego su cigarrillo accidentalmente se cae, por lo cual se tiene que agachar para recogerlo. Puesto que estaba delante de Hyoga, la inclinación hace que sus posaderas tengan contacto con la entrepierna del caballero de Cisne. Un gesto extraño aparece en el rostro del caballero de Andromeda.