Partida Rol por web

- Ahora mi voto es claro. Se lo daré a Camus.- Mencionó, mientras acariciaba la espalda del Cisne.- Creo que hemos encontrado a uno de ellos.-

- Yo también lo votaré. - Respondió Hyoga con un suspiro, más tranquilo ahora que la inocencia de ambos parecía estar clara. - Se lo ha buscado con todo ese numerito extraño de los cuencos. Y sea o no un traidor, al menos parece que ya las sospechas no se centran en nosotros. Aunque mañana tendrás que volver a mentir diciendo que has mirado a alguien... Tendremos que pensar bien a quien durante la noche.

- Si de verdad el resto me escucha, y se cree que tengo ese poder... espero no estar condenando a un inocente.- Suspira, antes de volver a acomodar su rostro en el hombro del cisne.- 

Hyoga aprieta a Shun contra él y besa suavemente su frente. - En la lista de Jabu están dos de mis sospechosos: Milo y Shaina. ¿Te has fijado en lo rápido que Shura y Milo están intentando desviar la atención de Camus? Creo que no estamos equivocados en nuestras sospechas sobre ellos... Y seguro que podremos encontrar más pistas para que ningún inocente muera por tu culpa. 

- Si Jabu acepta votar a Shaina, cambiaré mi voto y la votaré a ella. Si no, mantendré el voto a Camus. ¿Te parece bien, pequeño? En cuanto a Jabu, creo que simplemente es idiota.

Hyoga alza la cabeza de repente, sorprendido por algo y mira a Shun con los ojos muy abiertos.

- Shun... He recibido un mensaje telepático, pero no sé de quién viene... Escucha, te repetiré lo que me han dicho antes de que se me olvide:

"He decidido confiar en tus palabras por falta de opciones, aunque se que si mienten y uno es culpable estarían solos de cualquier forma. Me gustaría considerar una alianza entre nosotros tres, lamentablemente no podrán responder a este mensaje así que las respuestas de ustedes deberán ser en clave.

Si quieren seguir con esto les recomiendo que no voten por Camus y se concentren en otra persona talvez uno de los caballeros de Asgard.

Saludos."

El caballero del Cisne mira a Shun, arrugando la frente por la preocupación durante un instante. - ¿Qué crees que deberíamos hacer con esto? ¿Crees que deberíamos aceptar esa... alianza? ¿Será alguien con buenas intenciones?

Observa a Hyoga sorprendido por lo que le dice. Un aliado no estaría nada de mal.

- No lo sé... Pero no me gusta que quiera forzarnos a hacer algo que no creamos correcto. Yo votare por Camus, sinceramente Shaina no me parece que sea una traidora... bueno, es difícil de decir. Creo que en estos momentos, tanto Camus como Dohko son culpables de lo que le ha sucedido a Atenea.-

- A mí tampoco me gustó que tratase de dirigir nuestros votos. Y menos hacia los asgardianos, que me parecen los menos sospechosos de todos. Voté por Shaina por lo que dijo Jabu, no por el mensaje extraño... Pero yo sí creo que Shaina era traidora, piensa en cómo defendió a Camus a toda velocidad... - Hyoga suspiró, lleno de impotencia por estar encerrados en este lugar mientras Atenea los necesitaba. - Esperemos a ver si el mensajero decide desvelar su identidad con lo que he dicho, antes de decidir nada sobre su oferta. ¿Sobre quién hablarás al amanecer?

- Cuanto más habla Aioros más convencido estoy de que es uno de ellos. Fíjate qué rápido se apunta a que Shaina fuese inocente. Igual que se apuntó a que Camus lo fuese... Y también a defender a Shura el primer día. ¿Crees que podría ser que fuesen cinco y no cuatro? Esta es mi lista de candidatos: Aioros, Dohko, Shaina, Shura y Camus. Aunque tampoco me olvido todavía de Milo... ¿A ti qué te parece, pequeño? Creo que ya que te lo piden tanto, deberías decir por la mañana que miraste a Dohko y era un traidor. 

- Pondré un ojo sobre Aiorios. ¿Crees que debería de decir que Dohko o Aiorios son traidores?.- Se cruza de brazos, claramente afectado.- Si estas seguro de la traición de alguno de ellos, no dudare en decir que lo son, sin embargo, no quisiera equivocarme y fallar.

- Estoy todo lo seguro que se puede estar sin tener ninguna prueba. Sólo podemos basarnos en sus actitudes y en sus palabras. - Reconoce Hyoga. - Yo tampoco quiero que caiga ningún inocente por nuestra culpa. Pero tampoco tenemos que olvidar que las miradas podrían posarse sobre nosotros en cualquier momento de nuevo, así que tienes que seguir simulando tener ese don. Y entre los de mi lista, creo que Dohko es el que ha sido más evidente. ¿Te has fijado cómo lleva en silencio desde que su nombre empezó a sonar con fuerza? Creo que sus compañeros le han debido pedir que se calle para que deje de ponerse en evidencia. - El caballero del Cisne acaricia suavemente la espalda de Shun mientras sigue hablando. - No tengo una certeza absoluta, pero creo que deberías decir que viste a Dohko y era un traidor. Y prestar atención entonces a nuestros sospechosos a ver cómo reaccionan.

- De acuerdo, lo haré.- Menciona con determinación, ya sin rastro de dudas, como si las palabras del rubio fueran lo único que necesitara para estar seguro de lo que tenía que hacer.

Hyoga atrajo a Shun a su lado y rodeó su cintura con el brazo mirando a su compañero a los ojos. - Ahora que ya todos saben lo que hay entre nosotros no pienso ocultar más lo que siento por ti. Estaremos juntos, Shun, no quiero perderte. - Con la otra mano acarició suavemente la mejilla del caballero de Andrómeda y acercó muy despacio sus labios hasta posarlos en los de él, con un beso que sabía a una amarga victoria. Habían ganado a los traidores, pero habían perdido a Saori. 

Mantuvo el contacto con los labios de Hyoga, un contacto que duro apenas unos segundos.

- Yo... Lo siento Hyoga, pero... Siempre creí que me gustabas, pero... No sé, con todo esto... Me he dado cuenta de que siempre he estado enamorado de Saori.- Se separa del caballero rubio dándole la espalda, para abrazarse a si mismo.

- Lo siento Hyoga... de verdad... lo siento...

Hyoga suspiró con resignación al escuchar las palabras de Shun. - Oh, está bien. No te preocupes, pequeño. En realidad a mí quien me gusta siempre ha sido Shiryu, quizá pueda aprovechar su nueva ceguera para seducirlo. - Lo mira con un brillo divertido en los ojos antes de seguir hablando. - Y ya sabes lo que dicen... Lo que pasa en la mansión del Patriarca, se queda en la mansión del Patriarca. Y si no, siempre nos quedará la casa de Libra. - Termina, guiñándole un ojo. 

Abre los ojos sorprendidos, para luego abofetear a Hyoga.

- ¡LO SABIA! ¡MALDITO Y SUCIO ANIMAL MENTIROSO! - Enfadado a más no poder, decepcionado por la traición de Hyoga, echa a llorar.- Sabía que algo andaba mal... sabia que algo raro había con tu insistencia en no hacerme el amor mirándome a los ojos...- Da un paso atrás, cubriendose el rostro con las manos.- Tu... sucio y despreciable animal... 

Hyoga contempló a Shun desconcertado ante su bofetada. - Shun, creo que has estado viendo demasiadas telenovelas. ¿Pensabas que podías probarme con una sucia estratagema como esa? - El caballero del Cisne se encogió de hombros para cruzarse de brazos después. - No voy a entrar en ese tipo de juegos de niñas. Si me quieres me quieres y si no... Lo sentiré mucho, pero tú te lo pierdes. Y por cierto, si no te miro a los ojos es porque me encanta poder morderte la nuca mientras te follo salvajemente, pequeño. - Terminó, con la voz grave, empezando a excitarse al pensar en los momentos que habían tenido en privado en estos días.

Si, podía ser tonto, pero aquella actitud de chico malo lo encendió como solo el Cisne sabía hacerlo. Trató de quitarse la armadura tan rápido que cayó al suelo.

- No te quedes ahí parado y ayudame a quitarme esto, que me da igual a quien quieras mientras me des lo mio.-

Hyoga no necesitó que se lo dijeran dos veces y se acercó de nuevo a Shun mientras se despojaba de su propia armadura. - Te voy a dar lo tuyo y lo de tu primo. - Respondió divertido, mientras terminaba de arrancar la ropa al caballero de Andrómeda para atraerlo después hacia él y arrastrarlo hasta el suelo manteniendo sus cuerpos muy pegados. - Te voy a follar hasta que no sepas decir otra cosa que mi nombre. - Susurró con tono amenazante y los labios pegados contra la piel de su cuello, sujetando el rostro de Shun y dejando que su miembro rozase las nalgas y la espalda de él.