Partida Rol por web

Seguís a vuestro elfo guía hacia el interior del caravasar, bajando por pasadizos que se estrechan y cruzan entre si. El camino es largo y os pasa por la cabeza que sin guía, quizá no seriáis capaces de encontrar la salida. Al menos, tan abajo el clima era un poco mas fresco, si bien el aire estaba estancado.

Finalmente parece que llegáis a vuestro destino dentro de ese laberinto ... vuestro guía aparta la cortina de la puerta y os indica que entréis. Una habitación sencilla a la la luz tenue de una pequeña fogata. En ella, solo había elfo sin compañía y sentado de piernas cruzadas sobre una estera de madera, una espada de obsidiana residía enfundada a unas pulgadas de su mano.

El hombre fija su mirada en vosotros con sus brillantes ojos claros.

-Aquí estoy. Que es lo que queréis insensatos?- Para ser un elfo, Toramund imponía lo suyo, y no parecía muy amistoso. Dudabais de que fuerais a tener otra oportunidad para hablar con el como Kohebe había esperado.

Tanto a Hall-khad como a la monje no se les escapaba el detalle que ese encuentro era a modo de insulto. Sin guardias ni protecciones les estaba indicando que no tenían ningún tipo de oportunidad sobre ellos y que no los consideraba peligrosos.

Después de dialogar con el extraño insectoide, no parece que consigas despertar su curiosidad por vuestra recolección de armas y armaduras. Con lo que vuelves donde Rothan con las manos vacías.

-No es el mejor tipo de "mercancía" a vender, no todos los dias se gana en el desierto de Athas.- Decía el enano mientras continuaba con sus tareas y mandaba una mirada de compasión al Mul.

Aquí estoy. Que es lo que queréis insensatos?

Justo ambas manos y hago una leve reverencia monástica de reconocimiento y salutación. - Si es usted Toramund, hay varios temas que desearíamos tratar. - Vuelvo a levantarme para fitarle directamente a los ojos.

En primer lugar; Venimos de Altaruk, donde una mujer que se nos presentó con el nombre de Iseel, dijo que le conocía y nos pidió que le entregásemos una carta. Personalmente. - Tomo la carta de Hall-Khad y me acerco un par de pasos, sosteniendo la carta al abasto de Toramund. - Ha sido un viaje especialmete duro, espero que al menos seamos portadores de buenas nuevas.

A percatase del lugar donde se encontraban, solos antes ese elfo que imponia lo suyo, trago saliva y se puso a la defensiva. Se llevo una mano al hombro donde dia antes recibio un flecha, recordandole lo fragil que era su vida.

Si bien el rostro de Toramund continua pareciendo bastante estoico, ambos notáis que el contenido de la carta lo ha afectado y un fugaz semblante de preocupación cruza su mirada antes de endurecerse de nuevo, miraros y decir.

-¿Alguna cosa mas?-

¿ Alguna cosa mas ?

Si. De camino hasta aquí, topamos con una banda de asaltantes junto un manantial. - Dejo unos segundo a Toramound para que pueda situarse y saber a que me refiero - Quizás os anime saber que, aunque nos lo hicieron pagar con la vida de uno de los nuestros, un buen elfo, ya no serán mas un problema.

¿ Va ... todo bien ? ¿ Necesita algo ? - Pregunto mas por empatía que por cotilleo.

La muchacha parecía desenvolverse igual de bien con las palabras como en el combate. Decidió no intervenir por miedo de meter la pata

Toramund asiente complacido ante la noticia.

-Entonces informaré que seáis recompensados por vuestra tarea.- Parece ignorar adrede tu pregunta sobre si necesita ayuda sobre la carta, parece ser algo muy cercano a el y no os tiene la confianza necesaria para decir nada.

Se os queda mirando por si tenéis algo mas a decir.

Me toma unos segundos retomar la charla, un poco desorientada y sin saber hacia donde reconducirla. - Bueno ... agradecemos mucho la recompensa, pero a decir verdad hay algo que nos gustaría recibir de usted. - Carraspeo un momento, como si no quisiera que mi petición sea interrumpida por alguna nimiedad.

Casi tanto o mas que unas monedas, se dice que tus conocimientos de la región no tienen igual entre el resto de exploradores ... y unos consejos y orientación respecto nuestro próximo destino nos serían tanto o incluso mas útiles.

Toramund no dice nada. Solo arquea una ceja con perplejidad.

¿Habían pedido una reunión con el líder de Siler Spring para pedirle consejos de la fauna local? El hecho de que hubierais eliminado a los bandidos y traído la carta hizo que aguardara un poco mas antes de echaros de la habitación a patadas.

Intentando ignorar la expresión que va apareciendo en su cara, mi limito a decir el lugar. - El cañón de Gothay. Varias personas nos han dicho que nadie mas en Athas conoce ese sitio tanto como usted.

Bien el rostro de Toramund intento intervenir.

Espero que nuestra peticion os importune, Toramund. Se que esta fuera de lugar, pero como bien sabra, la informacion en estos parajes puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, cosa que mi vida aprecio mucho. 

-Es cierto, conozco esa región como nadie ...-  La verdad es que Toramund no parece tener mucha empatía hacia vosotros ni consideraros lo suficientemente importantes como desvelaros sus mejores secretos.

-¿Pero por que debería hacer el esfuerzo de contaros mi conocimiento? No hay muchas cosas de valor en Athas, pero el conocimiento es una de ellas.- No obstante el tono de voz sugería que estaba abierto a cierta negociación. -¿Que es lo que buscáis y quienes sois vosotros para que merezcáis dicho conocimiento?-