Partida Rol por web

Todos los inviernos en La aldea de Trudheim se celebra una pequeña feria. Comerciantes de todas las comarcas cercanas se acercan al lugar, los Jarl de los clanes vecinos visitan la aldea, y para sus habitantes es el día más importante del invierno.

Este año ha sido un desastre, una tormenta de viento e hielo, la más terrible que se recuerda se ha levantado ese mismo día. Ni los mercaderes ni los visitantes se han atrevido a desafiar el frio para ir a la feria. De los jefes vecinos, solo el Jarl Bjorn Thorkellson, señor de los cuernos rotos ha visitado la aldea, acompañado de un pequeño séquito.

En medio de una terrible tensión, en que los hombres de ambos clanes tienen que recurrir a toda su frialdad para respetar la tradicional tregua que impera durante la feria, ambos Jarl hablan en medio de la tormenta, algo alejados del pueblo. Finalmente Steiner vuelve, agarrado al mango de su espada con fuerza y con sus ojos ardiendo de furia. Sin saludar a sus hombres entra en su casa cerrando la puerta de un golpe. Siguiendo el gesto de su jefe, los hombres de los Cuernos Rojos abandonan la aldea.

El resto de la tarde pasa rápido mientras la tormenta aumenta poco a poco de intensidad. Los viejos susurran sobre los motivos por los cuales la furia de Hod ha caído sobre los mortales.

Era el dia de la feria un dia que normalmente era de bastante alegria para todos, los mercaderes venina de todas aprtes y habia siempre gente encantada de comerciar beber cerbeza y hablar de historias y leyendas, pero este año la cosa era bastante diferente las tormentas de nieve y el frio extremo habian hecho que los mercaderes no aparecieran y aunque el clan vecino se habia prsentado estabamos en un momento muy tensos con ellos.

Bjorn estaba algo enfadado con los comerciantes habia reunidod un buen numero de pieles de oso y de otros aniamles para vender en la feria y por culpa de su cobardia al enfrentarse a las tormentas ahora tendria que aguantarse con aquellas pieles y sin tener algo de dinero, almenos aun podia regalarlas a la gente de su ladea para evitar que estos tubieran frio pero le habria gustado mucho mas vender esas pieles.

Camino por la feria mirando a la escasa gente que habia alli y se fijo en la actuacion del Jarl de los cuernos rotos, era algun muy estraño y mas aun cuando vio como eu propio Jarl cerraba la puerta de su casa en signo de enfado, era algo demasiado inusual supondria que habrian tenido alguna pelea pero normalmente nada hace que se salte la naturaleza sagrada de la feria, Bjorn sabia que era una estupidez pregutnarle al Jarl directamente pero conocia a alguien que seguramente le daria mejor informacion y sin el peligro que acarreaba hablar con el Jarl en los dias en que este estaba enfadado.

Bjorn busco a la hija de jarl por toda la feria

Brynhilde se encuentra ayudando a su madre a desmontar un puesto donde pensaba vender algunos objetos sagrados adquiridos por el Jarl hace dos primaveras. Mantiene una expresión bastante seria y por sus movimientos parece estar de mal humor.

Erik se ha mantenido en un segundo plano durante toda la jornada. Parece como si coincidir con los Cuernos Rojos en son de paz le ponga más nervioso que hacerlo en el campo de batalla y en la otra punta de la espada...

No obstante, ha procurado que el día transcurriera tranquilo mientras se encargaba de ver los pocos puestos que había este año junto con el pequño Marek, su hijo mayor.

Jurgen estuvo, como no, en la feria, bebiendo cerveza y comiendo carne, como era habitual en él, a veces tenía alguna miradilla de las que mataban con algún miembro del clan del cuerno roto, pero no llegó a más la cosa. Ayudó amablemente a algunos hombres y comerciantes que requerían su fuerza y su tamaño para colocar cosas. Buscó a sus compañeros y tuvo alguna broma y algún dialogo corto con ellos durante la mañana. El tiempo no era el mejor, pero siempre gustaba de ir a visitar los puestos, probar la comida y beber algo, aunque no tanto como siempre, le ponía tenso el estar tan cerca de los cuernos rotos.

Estuvo casi todo el día sentada tras un puesto, con la cara larga y el morro fruncido, parecía que no quería estar ahí, y estaba en lo cierto. Su padre le había pedido que se quedara ayudando a su madre y ella tuvo que hacerlo, aunque se negó en varias veces, pero si su padre decía que tenía que hacerlo, tenía que hacerlo.

Pudo escaparse un rato para comer y beber con sus amigos, pero fue breve y a la par intenso.. por haber tantos cuernos rotos por allí, después de lo sucedido.

Una vez terminó la jornada, empezó a recoger junto con su madre. Tenía prisa.. cuanto antes acabara, antes iría a hablar con sus amigos sobre lo sucedido en el día.

Me acerco al puesto donde esta Brynhilde y desde lejos me doy cuenta de que esta enfadada, pero aun asi no me doy porvencido y me acerco a donde se encuentran ella y su madre.

- Hola puedo alludaros a desmontar - digo mirando a la madre de Brynhilde y esposa del Jarl pero sin darle tiempo a responder me acerco a su hija y le susurro al odio procurando que su madre no me escuche.

- Sabes que le a pasado a tu padre?-  la verdad es que no esperaba respuesta y si la tenia seria algo que no tendria relacion alguna pero aun asi habia que provar

Brynhilde asiente a Bjorn y los tres desmontan el pequeño puesto, aprovechando que la madre se aleja un momento a llevar un paquete a la casa Brynhilde mira a todos los presentes con ojos llameantes:

- Ese idiota me ha pedido en matrimonio. - escupe, sus dientes rechinan como si las palabras no quisieran salir de su boca - Mi padre lo ha tomado como una declaración de guerra. - añade en voz más baja y apesadumbrada.

Ese día era muy tranquilo y un poco aburrido la presencia de los cuernos rotos hizo un poco que el ambiente se revolviere y se pusiera tenso, al parecer la gente estaba en los puestos yo no tenía ningún lugar en particular a donde ir salvo al baño, así que me acerqué a la primera esquina que encontré para orinar - (suspiro de alibio) Si mucho mejor , ahora puedo continuar mi paseo - Continuo mi paseo mientras a lo lejos veo a mi Pinguino pingu que estaba de pie observando a los estantes tenía una cara entristecida así que me acerqué a él y le di una palmadita en la espalda - Anda Mordisquitos animate almenos hace el fresquito que a ti te gista así que , ¿por qué no aprobecha sa jugar conmigo? - El pinguino con cara juguetona comenzó a deslizarse por el suelo sin un lugar fijo yo me dediqué a perseguirle de un lugar a otro de la feria sin prestar mucha atención pro donde pasaba se me veía una cara de felicidad muy grande parecía que me estaba divertiendo bastante con aquel lobo de las niebes cachorro.

Me quedo paralizado unos segundos antes de poder reaccionar

- QUE TE A PEDIDO QUE?- grito de forma desmesura y terriblemente exagerada de forma que todos me escuchan claramente, despues la miro directamente a los ojos y sin poder pararme a pensar sigo hablando aunque ya en un tono mas normal.

- Como se atreve esa maldita cagarruta a pedirte en matrimonio maldito bastardo hijo de ñu seguro que se a aprobechado de que era la feria para que tu padre no lo cortara en trocitos cuando se lo decia-

Por fin me calmo un poco y recupero algo de aliento - Lo siento no queria enfadarme tanto pero es que...- digo sin terminar la frase a la chica

Aunque se ponía nerviosa cuando había mucha gente alrededor que no conocía, la feria siempre era una buena oportunidad para intentar conseguir cosas interesantes. Pero en esa ocasión, una inusual tormenta había impedido a muchos comerciantes acercarse a la aldea dando como resultado una de las peores ferias en muchos años, o por lo menos eso decían los ancianos.

Heda deambuló entre los puestos intentando conseguir algo que le fuera de utilidad, trozos de pieles en no muy buen estado, restos de comida desechados y alguna que otra baratija que casualmente caía al suelo. Bebió y comió lo poco que le ofrecieron, esquivó a los hombres del Jarl Thorkellson y observó a todos en sus quehaceres.

Antes de volver a su cabaña buscó a alguien que le pudiera confirmar los rumores que había oído sobre una propuesta de matrimonio o algo así, pero la tormenta cada vez era más fuerte y ya casi no quedaba nadie fuera de sus casas. Así que, envolviéndose en sus pieles se encaminó con gran esfuerzo fuera de la aldea en dirección a su cabaña.

A medida que va transcurriendo la tarde la tormenta va ganando en fuerza. Cuando anochece el viento es tan grande que no se ve más que una cortina blanca y solo se escucha el rugir del viento. Los últimos aldeanos recogen sus cosas y se refugian en sus casas a esperar que amaine la tormenta.

Brynhilde se despide a todo el mundo mientras se retira hacia la seguridad de su casa:

- Sera mejor ir a descansar. - comenta en voz alta entre el atronador ruido - Mañana mi padre decidirá que hacer.

Mientras los Cuernos Rojos han estado en la aldea te han hecho una señal. Esta noche aprovechando la tormenta van a actuar.

Llego a casa y miro por las habitaciones hasta que encuentro a mi hermano alli y sencillamente me acerco a el para hablar.

- Has escuchado lo que ese hijo de ñu de los cuernos rotos le a pedido a nuestro Jarl quiere desposarse con su hija, es algo inautico, si el jarl les declara la guerra creo que seria lo mejor que hariamos esos estupidos no se merecen otra cosa que la muerte-

mi tono de voz es claramente de enfado

¡Hey! Llegaré esta noche a casa sobre las 22.00 aprox. Escribiré mi mensaje entonces. Es hora de la venganza.

Oigo un estruendo procedente de mi casa y salgo corriendo para ella, allí se encontraba mi hermano que tenía un aspecto muy furioso. -¿ Qué te ocurre hermano ? - Tras la pregunta escucho pacientemente a mi ehrmano que me cuenta lo sucedido con la hija de Jarl  -Eso será lo que se merecen hermanito, pero un buen jefe de la aldea deve de valorar qué es más importante para él si la vida de sus subditos o que su hija se espose con esos hijo de ñu  - Tras decir eso me rio un poco escandalosamente no podía evitar hacerme gracia esa situación y la idea que se me rondaba por la cabeza. - Pero siempre se puede hacer algo para evitarlo hermanito

Tras escuchar un sonido peculiar procedente de mi casa salí corriendo hacia ella siguiendo a mi Mordisquitos

Las palabras de mi hermano consiguen que me calme un poco y me ponga a pensar- Es cierto hay cosas que se pueden hacer pero solo se me ocurre una y no creo que sea muy inteligente- miro a mi hermano fijamente, a pesar de hacer años que no lo veia en unos pocos dias habiamos vuelto a ser inseparables el siempre seria para mi como la espina dorsal de mi vida y sus palabras eran cosas que siempre me llenaban de sabiduria- Si yo tambien pido la mano de Brynhilde en matrimon se evitara la guerra no es cierto?- no puedo evitar pensar cuando digo ese que estoy completamente loco- nuestro jarl tendria que elejir a uno de los 2 y si me eligiera ami el jarl de los cuernos rotos solo pdria desafiarme a mi en combate asi evitariamos la guerra y que ese hijo de ñu se la pudiera llevar-

Aplaudo al oir las palabras de mi hermano y dibujé una sonrisa en mi rostro parecía que no em había olvidado de las costumbres de la aldea - Eso es lo que me imaginaba que dirías y eso era lo que iba a proponerte, en ese caso terminaría un duelo entre él y tú, además sabes que soy una persona de cuidado y me gusta ser precabido si no siempre puedo "robar a la novia" y devolversela a su pueblo más tarde o algo parecido sabes que en velocidad y sigilo es dificil superarme, pero bueno volviendo al tema del duelo sería un combate entre dos guerreros peor no me hagas ir a recogerte a la lucha si pierdes que entonces estaría armada no puedo permitir que mueras  - Mi hermano seguía siendo tan gentil como siempre y honrado jajaja me encataba volver a sentir esas emociones de estar rodeado a la familia que pertenezco lo echaba de menos. -Además si no mordisquitos te puede ayudar en algo - Digo señalando a una parte del aire situado a mi derecha poco después lo acaricio como si se tratara de la cabeza de un lobo de las nieves, pero tenía la altura de un cachorro