Partida Rol por web

El grupo abandona la aldea y se pone en marcha hacia el pueblo vecino. El paseo por la nieve es casi agradable comparado con la tormenta del día anterior. Pronto alcanzan un pequeño bosque de pinos cercano a la aldea de los Cuernos Rojos, un lugar que parece bastante bueno para decidir que hacer.

Desde el bosque se puede ver la pequeña aldea formada por poco más de una docena de casas cercanas al mar. En la aldea se percibe la actividad habitual, gente limpiando aparejos, granjeros y animales domésticos moviendose por todos lados. Si quizá algo diferencia esta aldea de Trudheim es que aquí todo el mundo esta armado, incluso el viejo que remienda unas redes en una de las casas más pegadas al mar.

Seguramente la chica esté en la casa del jarl. No es que sea un hombre muy de subterfugios...

Erik mira al resto del grupo mientras sopesa sus opciones.

Nosotros seis contra todos ellos no tendríamos muchas posibilidades, aunque si la puntería de Heda sigue siendo tan buena, podríamos diezmarlos antes de que pudieran reaccionar.

Sin embargo creo que hay dos opciones que nos pueden dar resultado. Una sería esperar a la noche e intentar hacernos con la chica valiéndonos de la oscuridad y del sigilo. La otra sería tratar de crear una distracción lo suficientemente poderosa como para alejar a buena parte de la aldea. El puerto parece menos vigilado. Quizá sería factible prender el drakkar del jarl... - Erik dice esto último señalando al barco más grande de los que hay en el puerto.

Creo que es mejor idea la distracción... Si conseguimos incendiar el drakkar casi todos correrán a sofocar el fuego, uno no deja perder su mayor posesión así como así. Además... quizás hasta pasemos más desapercibidos en el caos que se forme.

Miró hacia el puerto intentando evaluar los posibles puntos débiles en la vigilancia del barco.

Si elegimos esta opción será mejor que no vayamos todos, uno o dos de nosotros será bastante para provocar el fuego, así tendremos más opciones de no ser vistos y el resto mientras tanto puede ir a buscar a la chica. También, en caso de que nos descubran en el puerto, los demás tendrán todavía alguna posibilidad.

Y que tal si esperamos a la noche y quemamos el barco? Sera mucho mas facil moverse en la oscuridad. Ademas, asi podremos observar sus rutinas

Bjorn examina la escena antes de hablar con ellos hay un lago cerca pero también algo mas interesante bosques y casas creadas con maderas y pieles todo ello muy inflamable- Yo creo que tal vez Heda podría hacer algo mucho mejor disparar desde el bosque al amparo de la noche flechas en llamas perdiéndole fuego a todo lo que pueda en la aldea alejado de la casa del Jarl, después un poco de fuego al bosque para cubrirle la huida y podremos rescatar a la chica mientras se pelean con una aldea envuelta en llamas y un bosque que nos cubre la huida-

- Yngvår. Tú no eres del pueblo. Nadie sospecharía si te acercaras a ofrecerles algo... Y de paso podrías arrimar un poco la oreja y el ojo de parte de todos.

Lo que dice Rublev tiene sentido. Si Yngvår consigue la información sobre dónde la tienen retenida no perderíamos el tiempo buscándola.  También tendríamos que considerar que, aunque los distraigamos, seguro que alguien quedará para vigilarla, y si no los reducimos rápidamente podrían dar la voz de alarma, y no sería buena idea perder la poca ventaja que pudiéramos conseguir.

- No se si sera seguro mandar a nadie dentro de esa aldea pero si el quiere arriesgarse no sere yo quien se lo impida-

Yngvår considera la idea por un momento.

Podria funcionar. Aunque solo como distraccion, no creo que me digan nada de la chica. Si teneis un plan para actuar mientras yo les distraigo, salgo para alla.

- Mi plan sigue siendo el mismo entres o no tu en la ciudad ir lo mas rápido que podamos mientras creamos cualquier distracción y rescatarla y si es necesario matar a cada uno de los cuernos rojos-

Cualquier información que puedas conseguir nos vendrá bien. En cualquier caso lo de esperar a la noche para atacar parece una idea sensata.

Pues nada, Yngvår agarra la lanza, escupe en el suelo, mira un momento al cielo encapotado y se encamina a la Aldea

- Espero que tengas suerte- le digo a Yngvar mientras se encamina a la aldea- ¿Nosotros solos vamos a esperar?- pregunte despues a mis compañeros algo preocupado por simplemente esperar sin un plan

El mercader empieza a andar hacia la aldea de los Cuernos Rotos, en cuanto se acerca unos metros llama la atención de la gente del pueblo que abandona sus tareas y se acerca hacia el de buen humor. En cuanto esta un poco más cerca, un joven guerrero se acerca al mercader y le comenta algo que no llegáis a oír. Aparentemente la conversación es jovial.

Un joven se acerca sonriente al tuerto.

- Buenos días, es raro que se acerque gente por aquí en el invierno, bienvenido a la aldea, en nombre de los Cuernos Rojos y nuestro jarl te doy la bienvenida - comenta en tono alegre - ¿De donde vienes?.

Hola! Soy Yngvår, mercader, guerrero y poseedor de la inigualable Gruangir! - Yngvår sonrie mirando la lanza y despues suspira de alivio al verse dentro del poblado –Me alegro de poder llegar a algun sitio donde dormir antes de llegar la noche. Por Odin, que en mi vida he tenido miedo a nada pero los ultimos acontecimientos harian preocuparse al mismisimo Tyr! – Yngvår se apoya en la lanza, menea la cabeza y continua al ver que tiene la atencion del muchacho –El Jarl de Trundheim, donde estaba durante la Feria, ha sido asesinado y su hija raptada por monstruosos trolls! La gente del pueblo ha perdido la cabeza, quemaron mi carromato, me acusaron de traer la desdicha al pueblo y consegui huir por los pelos. Al menos veo que los trolls no se han acercado por vuestra aldea. No tengo mucho con lo que comerciar, pero si pudiese al menos pasar la noche al abrigo de los Cuernos Rojos, evitaria a esas bestias...- Despues de localizar la posada dice - Quizas seria bueno que hablase con vuestro Jarl y le cuente lo que ha acontecido. Es una absoluta tragedia. Mi carromato quemado! - dice Yngvår desesperado

EL joven guerrero hace un gesto a a Yngvar para que lo acompañe mientras atiende a su conversación.

- Si esos locos de Trundheim siempre han sudo unos violentos. - comenta mientras andan - Acompañame a mi casa, te daré algo caliente.

A medida que los dos se introducen en la aldea, más gente ávida de noticias se une al grupo, saludando educadamente.

- Las buenas noticias es que la muchacha esta bien - comenta otro - nuestro Jarl la ha rescatado de los trolls.

- Así es, creo que la muchacha agradecida le ha pedido en matrimonio - dice una joven.

- De esa forma por fin esos locos de Trundheim dejarán de ser una amenaza para la paz de la zona. - comenta un joven guerrero.

- Yo hubiera preferido vengar la muerte de mi hijo - dice un viejo vikingo mientras escupe en el suelo - Esos asesinos no merecen vivir.

El grupo alcanza una de las casas más grandes de la aldea donde el joven hace un gesto de invitación hacia el mercader.

- Ya basta - dice sonriente - lo vais a volver loco, en cuanto haya comido algo le pediré que hable con vosotros.

Yngvar continua hablando con el joven y empiezan a caminar hacia el centro de la aldea. Poco a poco más gente se va uniendo a la conversación hasta que el mercader se convierte en el centro de un grupo bastante nutrido que avanza por el pueblo, aparentemente hablando sin cesar. Al llegar a una de las casas más grandes el joven hace señas a Yngvar para que entre en la casa.

En serio, la chica esta aqui? Puedo verla? Tiene que saber el estado de su pueblo. Las cosas seguro que se calmarian si ven que esta bien. Quizas hasta me paguen mi carromato! - Yngvår sonrie feliz, pensando en eso – Y tengo que enterarme de como vencisteis a los trolls! Fuiste tu uno de los valerosos guerreros? O deberia hablar con el Jarl? Tengo que saber como enfrentarme a esas bestias en caso de que me cojan por el camino!– Al comentario del Viejo vikingo, Yngvår mira extrañado – Teneis problemas con ellos? Pense que os llevabais relativamente bien, yendo a la Feria y todo eso.

Cuando llegan, Yngvår mira la imponente casa. – Vaya, vaya. Con quien he tenido la suerte de encontrarme? Señor, es un honor para mi.