Partida Rol por web

Rantos, Ser Heine y Lady Katherin ingresaron al castillo con gran facilidad gracias a las habilidades y experiencia de la señora de la casa. A los guardias solo tuvo que sobornarlos y una vez dentro pidió hablar con Lady Dhalia. La mujer se presento ante los visitantes mostrando un aspecto devastador, su cabello estaba algo enmarañado y sus ojos hinchados de tanto llorar. La desesperación cubría a esa pobre mujer.
 Sin embargo Lady Katherin supo como consolarla y darle ánimos, la tomo de la mano y hablo con ella un rato, la animó a rezar a los siete por la salud y la integridad de sus hijas.
 Luego hizo su petición que fue concedida sin muchos problemas. Todos Hospedarían en una habitación, era lo mejor que la mujer podía hacer contra la orden directa de su marido. Lady Dhalia se retiro a cuidar a Rhialta y los miembros de la casa Kelmstiern fueron a la habitación

-Bien Mañana usare mi jugada de hablar con Lady Dhalia, ahora voy a hacer una apuesta más grande.- Comenzó diciendo la señora de la casa. -Ser Heine tu serás el encargado de mi custodia por lo que se espera que recorras el castillo, aprovechando eso te quedaras cerca de la habitación de Rhialta cuidando a la chica. Si una cosa es segura es que la maldita bastarda posee un don y si ese don funciono puedo lograr mucho más que un acuerdo para salvarnos.- Comentó mientras miraba a su hijo y a el caballero.
-Si la bastarda tiene razón entonces Rhialta es un problema para Lady Liane y Ser Shawney. Ese "problema" está vivo y esta noche tiene que dejar de estarlo.- dijo retomando la palabra.
-Ser Heine, estoy seguro que de algún modo u otro alguien hará salir a Dhalia de la habitación para poder entrar y ejecutar a la niña. Cuando eso suceda informa a Rantos que estará toda la noche despierto con migo.- Dijo y giro para ver solo a Ranto.
En ese momento tu iras a la habitación de la chica y esperaran al agresor. No esperan verlos así que se llevaran una sorpresa, cuando eso pase Tu hijo mío deberás buscar un guardia de la casa Tully mientras Ser Heine detiene al agresor. Es importante que quien busques sea un Tully y no un Vance, no sabemos quién le es fiel a quien.- enfatizo la mujer.
 Si todo sale bien, la chica declarara en contra de su hermana, Lady Liane será castigada severamente, tal vez se una a las hermanas silenciosas. Si eso pasa Rhialta será la heredera y como tu, hijo, la salvaste podre pedir que consideren el matrimonio con la Jovencita.- Hizo una pausa para ver si todos entendían bien el plan.-Conservaras estas tierras a costa de tener una esposa lisiada.-  
 -Y si la bastarda se equivocó entonces mañana temprano hablare con Dhalia llegar a un acuerdo.
Como veras no le estoy dando una oportunidad de salvarse a la bastarda sino tres. Ahora piensa bien quien es la mala del cuento hijo.- Dijo guardo silencio

Con semblante serio el caballero asió la vaina de la espada con la mano izquierda.

- Cuente conmigo mi Señora -tras pensar un poco en el descabellado plan de la dama siguió- Disculpe la pregunta mi Señora ¿Cómo vamos a saber cuando Lady Vance abandona la habitación de la chiquilla? No creo que sea tan sencillo colocarme en algún sitio donde no me vean desde la puerta de la habitación pero yo si sea capaz de verla.

Rantos pensó en el plan, le parecía bien:

-Para conseguir un guardia Tully lo mejor es hablar con Lord Tully y decirle que nos asigne un par de guardias a nuestra habitación, que no nos importa estar "vigilados", que vea que no estamos aquí para formar jaleo ni problemas..que como él, nosotros también queremos volver lo antes posible a casa y no queremos dar problemas... seguramente acceda Madre. Lo que menos quiere es que hagamos algo o nos hagan algo, sería un escándalo mayúsculo y debilitaría su autoridad... el resto del plan lo veo bien, a mi no me importa que esté lisiada, es bonita y dará buenos hijos. Y no sabemos como está realmente, lo mismo pueda volver a caminar...aunque con dificultad, solo los dioses lo saben.- se encogió de hombros.

Rantos le sugirió a a Sir Heine como estar cerca de la habitación:

-Sir Heine, en ese pasillo habrá guardias y guerreros, de los que llevan horas haciendo guardia..un poco de compañía sería bienvenida por ellos. 

-Ser Heine esa parte de la tarea es necesario que usted la resuelva.- Dijo Lady Katherin al caballero. -Confió en que encontrara la solución, además sabe usted de sobremanera que será bien recompensado por esta ayuda.- Agrego mirando al hombre con ojos de complicidad.

Lady Katherin negó con la cabeza.
-Si los guardias Tully están aquí entonces cuando llegue Ser Heine a avisar que la chica esta sola entonces ellos acudirán a verla, ya no serás necesario para nada.- Dijo la mujer a su hijo.
-Necesito que estés implicado para que esto funcione, ¿si tu no ayudas a salvar a Rhialta entonces como acuerdo el matrimonio luego?
La mujer hizo silencio y pensó si en realidad le estaba pidiendo mucho a su hijo.
-Si no quieres hacerlo entonces vete a dormir. Mañana trataré de llegar al mejor acuerdo posible con Dhalia y luego me iré a pasar el resto de mi vida con mi buen hermano y su hermosa familia, no voy a sufrir los frutos de la desgracia que nos trajo la bastarda y tu ciego padre.- Lady Katherin se sentó en la cama ya dispuesta a descansar para hablar al otro día con Lady Dhalia.

Había una variable que su madre no había tenido en cuenta:

-Imagina madre que seguimos tu plan y que el agresor entra y se siente sorprendido... podría empezar un altercado y en ese momento acusarnos a nosotros de querer matarla... por eso quiero un guardia Tully con nosotros. Cuando Sir Heine nos avise, iré con el guardia y cuando sorprendamos a los agresores, los detendremos hasta que Sir Heine aparezca de nuevo... habrá un testigo, de la guardia de los Tully, que contará que ha pasado. De la otra forma, sin este guardia, es la palabra de los agresores contra la nuestra, la cual vale poco en este castillo. Piénsalo.

¿Hijo cual sería su beneficio si nos acusa de querer matar a la chica? El la necesita muerta y si nosotros lo sorprendemos y él llama a los guardias entonces la chica estará a salvo hasta el otro día que pueda hablar e inculparlos.- Contestó la mujer.
 Lo más probable es que si los ve a ustedes intente escapar y ahí es donde necesito la espada de Ser Heine. Si además de salvar a la chica capturamos a su agresor entonces no tendrán reparos en cumplir lo que pedimos.- Agregó
-De todos modos creo que me estoy preocupando de mas, lleva a cabo el plan como mejor te plazca yo me preparare para hablar con Lady Dhalia mañana. Toma las riendas, sé el líder que se espera que seas, las consecuencias finales de todo esto te afectaran a ti y no a mi.-

Había muchas cosas que podían salir mal con el plan de su madre...pero también con el suyo. Suspiró y finalmente se decantó por uno:

-Seguiremos el plan como vos indicó, Madre... por mucho que planeemos muchas cosas se pueden torcer igualmente, así que me quedo con la primera impresión - dijo con incertidumbre.

No era sencillo el papel que le dejaban a Ser Heine, pero tampoco tan complejo como en algún momento le pareció. Hizo una ligera reverencia seguida de una sonrisa a la insinuación de la señora y se giró después hacia Rantos:

- Mi señor, podéis confiar en mi, trataré de entablar conversación con la guardia para ver la salida de la señora. Si veo que no puedo ya encontraré otra solución.

Ser Heine se alejo de la habitación de lady Katherin y Rantos e hizo unas rondas por el castillo. El lugar a la noche era tranquilo pero se podía notar el mal animo que había en el ambiente tras todo lo sucedido en un día que se suponía que sería festivo.
 En la habitación en la que se encontraba Rhialta había un guardia apostado y Lady Dhalia se encontraba dentro acompañando a la chica que había sido puesta a dormir mediante medicación por el maestre. Hasta el momento todo parecía ser normal, nada diferente a una noche normal en un castillo.
 Entrada ya la noche y cuando la mayoría del castillo ya estaba plenamente dormido dos personas se acercaron a la habitación de Rhialta, uno de ellos era Ser Shawney el otro era el maestre que venía con cara de preocupación y cansancio, si alguien no había dormido esa noche era aquel anciano que se ocupaba de la salud de los miembros de la casa.
 El guardia frenó a Ser Shawney y al maestre para que no ingresaran a la torre.

-Hazte a un lado muchacho.- dijo con tono cordial pero presuroso el maestre. -Necesitamos ver a Lady Dhalia, es sobre su hija Liane. La chica esta gritando de dolor, teme que alguien la haya envenenado, pide ver a su madre.- Dijo el Maestre.

Acto seguido el guardia dejo ingresar al Maestre y a ser Shawney dentro de la habitación.

Esto no era en absoluto lo que esperaba que ocurriera el caballero. Que Sir Shawney aprovechara la visita del maestre para colarse en la habitación no era algo que estuviera ni remotamente en sus cabilaciones sobre como iría la noche. Sin embargo, las ordenes eran avisar a Rantos cuando la madre hubiera salido de la habitación y aún se encontraba dentro. Pero si esperaba a que esta saliera y dejaba a Sir Shawney en la habitación con la muchacha toda la planificación podría ser en vano. 

Sopesando la complejidad de la situación Sir Heine decidió quedarse un rato más y acercarse al guardia para charlar.

- Buenas noches muchacho -le dijo en tono cordial- noche movida esta eh. He oído por casualidad lo que comentaba el maestre, que la muchacha estaba gritando. Has oido tu algo? A mi me parece que la habitación está bastante tranquila...

Los guardias miraron extrañado a ser Heine que se había acercado a hablar con ellos.

-Lady Liane no se encuentra en esta habitación, aquí se encuentra Rhialta, el maestre habló de la heredera.- Contestaron los guardias secamente al caballero de la casa Kelmstiern.

La puerta de la habitación se abrió y de adentro salieron Lady Dhalia acompañada del Maestre a toda prisa y en dirección a lo que se suponía que era la habitación de Lady Liane, tras ellos salió Ser Shawney y se dirigió a los guardias.
-Resguarden a la señora de la casa.- Ordenó. -Acompáñenla a ver a su hija.- Agregó y se encontró cara a cara con Ser Heine.
-Usted no pertenece a la guardia de la casa Vance.- Dijo en tono muy serio. -Retirese, estoy a cargo de la seguridad de la familia Vance y usted entorpece mi labor.- Agregó tomando agarrando la empuñadura de su espada en claro signo de amenaza.

Sir Heine, sin inmutarse por las amenazas del caballero, asió fuertemente la vaina de la espada con su mano izquierda, listo para desenvainar con la diestra si fuera necesario.

- Los Klemstiern se encuentran en castillo por invitación de Lady Dhalia -espeto serio y sin tacto alguno, siguiendo después algo más suave- pero no es mi intención entorpecer su labor, por supuesto. Solo pasaba por aquí.

Eberhard quería impedir a toda costa que Sir Shawney se quedara solo con la muchacha, o todos sus esfuerzos caerían en saco roto. De ello dependía su mayorazgo.

-Aqui adentro no hay ningun Kelmstiern que tenga que cuidar, retirese a donde Lady Dhalia le dijo que se quedara y no moleste.- Dijo muy seriamente.
-Aqui han pasado cosas muy malas y no dejare a la señorita Rhialta sola con un caballero Kelmstiern merodeando. Esta es mi ultima advertencia, retirese o llamare a la guardia para que se lo lleven.- Ser Shawney parecia muy serio al hablar, sin embargo ser Heine vio tambien nerviosismo en sus expresiones.

- No tengo intención de merodear Sir Shawney. Me quedaré aquí con vos donde podáis verme para que no realice ninguna fechoría -dijo el caballero, no sin sorna.- Si quiere llamar a la guardia le animo a ello, así habrá más gente aquí que nos vigile a los dos. Cuantos más ojos haya sobre la pobre muchacha muchísimo mejor.

El caballero se daba cuenta de que las palabras podrían traer la ira del campeón de la casa. Tenia ambas manos prestas para cualquier movimiento extraño por la parte contraria.

Ser Shawney, que era aun muy joven y temperamental, no tomó muy bien los dichos del caballero de la casa Kelmstiern y se arrojo contra este cuando ser Heine dejó de hablar.
Con su mano dio un fuerte empujon contra su rival y este cayo con un sonoro golpe, las intenciones de ser Shawney ya habian dejado de ser persuasivas para pasar a ser Asesinas.

Pese a que la arremetida no pilló por sorpresa al caballero Sir Shawney fue suficientemente rápido como para derribar al caballero. Pero no iba a dejar que las cosas terminaran así. Era su vida lo que ahora estaba en juego.