Partida Rol por web

Sangrientas Navidades

Merry Christmas

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11/01/2016, 16:45
Director

Birchmont era un tranquilo pueblo del norte de Estados Unidos que contaba con una población aproximada de quince mil habitantes y dónde, como solía decirse, todo el mundo se conoce. El pueblo se situaba en Minnesota, a orillas del lago Bemidji, y tenía temperaturas bajo cero en invierno, con frecuentes y constantes nevadas que podían durar por días. Las casas eran en su mayoría casas unifamiliares con jardín. Había un único instituto, Highbrooke, y un centro comercial con bolera, pista de patinaje y multicines, que lo convertían en el principal lugar de ocio para sus habitantes. El pueblo, además, contaba con una oficina del Sheriff, si bien algún robo menor y ocasionales trifulcas domésticas eran los grandes crímenes que ocurrían en el lugar.

El instituto Highbrooke era un centro público de estudios que debía su nombre a una celebridad local de Birchmont, un oriundo del pueblo que llegó a convertirse en jugador de la liga nacional de fútbol americano en los años 60. Las Panteras de Highbrooke, antiguamente conocidas como Las Panteras Blancas, es el equipo de fútbol del instituto, que recibe unos fondos desproporcionados para los resultados mediocres que obtiene, pues lleva años sin ganar nada. El instituto en sí es un edificio con dos plantas y un sótano, que se dedica al almacenaje de equipamiento. Tiene un gimnasio bastante bien equipado y, desde luego, grande para el número de alumnos. También cuenta con un campo de fútbol de dimensiones oficiales. Pese a los esfuerzos de la potente calefacción, el instituto resulta un lugar frío y húmedo.

Meses después de aquel trágico accidente que habían presenciado, se encontraban en el último día de clase antes de las vacaciones de Navidad. Los alumnos reciben las notas y hacen los últimos preparativos para el baile de Navidad del instituto: pensar la ropa con la que acudirán, encontrar la pareja de baile para los más rezagados, o concretar el plan necesario para introducir alcohol en el ponche, son varias de las ocupaciones que mantienen despierta su mente en aquellas horas improductivas de clase. No en vano, el baile de Navidad será al día siguiente, y todavía quedaban algunos detalles por ultimar.

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11/01/2016, 17:42
Troy Jacobson

Apoyado contra la pared exterior cerca de la entrada del instituto, intentando hacer caso omiso del frío, Troy fumaba un cigarro mientras intentaba reunir las ganas necesarias para entrar y recoger sus notas. No esperaba ningún milagro, aunque aquel trimestre le había ido algo mejor. Escuchar la misma cantinela que el año pasado ayudaba bastante a familiarizarse con el tostón de temario, y tener a Sidney como tutora le había brindado un par o tres de momentos de explosión mental, cuando algún concepto imposible de tragar se convertía, como por arte de magia, en algo tan simple como 2+2=4.

Llevaba puesto uno de sus auriculares, pero por el otro oido podía escuchar a otros chicos hablando sobre el baile de Navidad. Se quedó pensando en ello por un instante, para después volver a sumirse en la canción que escuchaba. Por el auricular que quedaba colgado podía oirse...

"I'm head of the class, I'm popular
I'm a quarterback, I'm popular
My mom says I'm a catch, I'm popular
I'm never last picked. I got a cheerleader chick"

Notas de juego

La canción, por si a alguien le pica la curiosidad: https://www.youtube.com/watch?v=RNc45FTenhg

Bastante acorde con parte de la temática de la partida :P

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11/01/2016, 18:25
Lindsey Wells

Un nevado día comenzaba en Birchmont dando inicio al pequeño mundillo de Lindsey. A lo lejos se podía apreciar una música tenue sonando en toda su habitación mientras su voz acompañaba al pie de la letra la canción. Bien entonada y perfecta cantaba de pie frente al espejo, solo con el pijama y una mirada de felicidad al verse tan radiante como siempre. 

Treat me like you do,

 Treat me like you do,

 How does it feel,

To treat me like you do,

 When you've laid your hands upon me...

 And told me who you are...

Las clases se acercaban a su arduo final y las calificaciones eran meramente importante para ella, anhelaba entrar en Harvard por más que sea una utopía pero el esfuerzo acompañado de un interesante prestigio, elevaría al máximo su popularidad y también cumpliría un sueño, el de ser médico. 

I thought I was mistaken,

And I thought I heard your words, 

Tell me how do I feel, 

Tell me now how do I feel...

Poco a poco el estribillo comenzaba a ser eco en la habitación y Lindsey afina su garganta, dejando un sentimiento en cada estrofa sin dejar de centrarse en su atuendo, aquel que la enaltecía como una princesa causando miradas o suspiros de amor en sus compañeros. Algo que inflaba su ego al máximo, generando alguna que otra represalia con la clase baja, osea sus plebeyos, entre ellos Kat o Sidney.

Como todo el colegio lo sabe, Linnie tenía el potencial de una reina, por su belleza y carisma pero podía ser un arpía si se lo proponía. Durante años mantuvo esa imagen de animadora irresistible, luchando contra su hermana por ese minuto de popularidad extra hasta que comprendió que ella era única, no necesitada una guerra tonta y en el fondo quería a Mercy por más que le haya clavado el tacón en más de una vez. "Si no puedes contra el enemigo, únete a él" era su frase célebre.

Una vez que la canción había terminado, sonriendo ya totalmente arreglada bajó hacia el comedor y tomó asiento junto a su hermana. Luego de una conversación banal, cogió las llaves de su auto y salió con su vaso de yogurt en una mano. - Mercy, te veo allí ponte algo que te haga menos gorda o empieza con la dieta... Adiós a todos. -dijo dibujando una estela invisible de un perfume importado, embriagando o ahogando al que se interpusiera en el camino mientras una sonrisa maliciosa surgió de sus labios.

Cuando se sentó en el auto otra canción comenzó a sonar mas depresiva y no comprendía que cuernos hacía allí. En ese momento hubiera deseado tirar el reproductor al infierno pero su mente no estaba preparada para momentos de violencia extrema, sus cursos en control de la ira más las terapias de choque y lectura psicoanálitica en donde la culpa de todo la tienen los padres, no le permitían semejante atropello. 

Resignada con el reproductor y sus elecciones musicales (las puso ella misma pero no lo admitirá), condujo hasta el colegio, aparcó y al ver justo a Troy. Primero miró hacia un lado y luego hacia el otro, como no había nadie alrededor lo saludó con un inverosímil gesto acompañado de cuatro palabras. - Hola Troy, adiós Troy. -pronunció aireada, no compartían tema de conversación y lo respetaba en "cierta" forma. 

Ya dando el momento social por finalizado, ingresó al colegio con el fin de esperar a su amigo o en su defecto a su hermana. Aprovechando aquel tiempo muerto, chequeó sus redes sociales, tomó alguna selfie y saludó con un beso en al mejilla a toda aquel de su misma clase social, mientras regaló algunos insultos al gordo del colegio. - Niño gordo, te sugiero una dieta baja en calorías, pura verduras y mucho ejercicio. Vamos querido que ese traje debe entrar y por lo que veo está complicado. - pronunció guiñando un ojo, totalmente maliciosa. 

Luego de soltar ironías a diestra y siniestra, siguió con su móvil... Era más interesante saber cuantos "me gusta" había recibido de su selfie. 

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12/01/2016, 07:21
Mercy Wells

Entusiasmada con la llegada de las vacaciones de invierno y el baile, Mercy se levantó casi dos horas antes de lo habitual para asistir a clase. Durante la tarde anterior había estado mirando y probándose ropa para encontrar la combinación perfecta para este día tan especial. Además, estaba el otro problemilla. Mercy aun no entendía como, siendo la chica más guapa del instituto y la más popular, no había recibido ninguna invitación al baile de invierno por parte de ningún chico. Y era algo extraño pues, normalmente, siempre tenía que rechazar invitaciones, acompañadas siempre de una humillación en público por parte de Mercy hacia el solicitante. Es más, desde hacía un tiempo, Mercy andaba tonteando con Kurt Williams, el capitan del equipo del instituto, con el cuerpo digno de un dios y esos ojos tan hermosos y brillantes que hasta un ciego podría ver.

Mercy tardó finalmente dos horas y casi veinte minutos en encontrar esa combinación que buscaba y arreglarse para ello. Estaba casi lista para bajar a desayunar cuando comenzó a escuchar música que venía de la habitación contigua. Ya esta Lindsey dando por saco, ahora se pondrá a berrear como las mulas en celo. pensó mientras cogía sus cosas y bajaba a desayunar.

Mercy entró en la cocina y se encontró con su papi querido. Le saludo efusivamente y le dió un beso en la mejilla. Luego se puso un café con una tostada y se sentó en la mesa. Al poco bajo la arpia y envidiosa de su hermana melliza, sentándose en la mesa con ella. Buenos días hermanita, vale.... no? Osea... ya te cansaste de super destrozar la canción osea, no? Al menos el campo, osea... te lo super agradecerá, saes...no? dijo Mercy con ese tono pijo y repipi que la caracterizaba, rompiendo a reir a continuación.

Quedó claro que a Lindesy no le gustó el comentario de su melliza y se marchó, no sin antes tratar de hacerla sentirse mal consigo misma, cosa que no logró pues Mercy sabía perfectamente que todo lo que tenía su hermana era envidia mal sana.

¿Ves papi?¿No? Osea... oiste a Lind, no? Osea... sabe que mi super coche está en el taller, saes? Y.. esto es mega fuerte! Se va sin mi al insti, saes no? Osea... Le puso carita de ángel a su papi, sabía que el Juez Wells, cedería a lo que ella le pidiese a continuación. Papi... déjame a Elise! vale? No? Osea porfiiii papi...

Elise era un coche, exactamente un Lotus Elise. Ryan se lo compró a Mercy y le prometió regalarselo cuando sacase mejores notas, pues él sabía que ella podía dar más de lo que parecía, aunque, tras un año en el garaje, Ryan comenzaba a pensar que no podría darselo nunca.

Mercy se salió con la suya. Corrió al garaje y sacó a Elise de allí, haciendo rugir el motor con fuerza. A pesar de el coche que llevaba, sabía que, si cometía una infracción con él, se le acabaría el poder tocarlo nuevamente en meses, así pues no hizo el tonto al volante.

Al llegar al insti, vió donde había aparcado su hermanita y a Troy en su lugar predilecto, fumandose un cigarrillo. Mercy llegaba con tiempo y, siempre venía bien meterse con alguien del insti a primera hora de la mañana, asi que decidió aparcar cerca de Troy, para poder pasar delante suyo caminando y soltarle alguna pullita.

Después de estacionar el coche y coger sus cosas, Mercy se encaminó al instituto. Paró brevemente a cruzar cuatro palabras con Troy y luego se despidió con un Si quieres super reirte de un tonto,saes? Osea... no vayas muy lejos, no? Oseaa mírate al espejo, saes. No?  Y uniéndose con sus amigas de la "chupi-pandi" y riéndose todas de la pullita que Mercy le dedicó al chico duro del insti.

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12/01/2016, 08:15
Mercy Wells

Después de estacionar el coche y coger sus cosas, Mercy se encaminó al instituto. Paró brevemente a cruzar cuatro palabras con Troy, con voz no muy alta le dijo Hola Troy. ¿Nos vemos en un par de horas detrás de la caseta del conserje?

Mercy esperó la respuesta del chico. Me parece perfecto. Volvamos a mi mundo entonces. y  se despidió con un Si quieres super reirte de un tonto,saes? Osea... no vayas muy lejos, no? Oseaa mírate al espejo, saes. No?  reuniéndose con sus amigas de la "chupi-pandi" y riéndose todas de la pullita que Mercy le dedicó al chico duro del insti.

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12/01/2016, 11:53
Kat Smith

Kat no había dormido apenas en toda la noche, pero eso no era ningún problema, tenía una preciosa colección de literatura para degustar. Se levantó y cogió al azar un libro, *Hola señor Gray, nos vemos de nuevo* el retrato de Dorian Gray, con esa sería la tercera vez que se lo leería, cosa que no desagradaba a Kat. Siempre se puede sacar algo nuevo al releer un libro, pequeños detalles, matices, sutilezas, y eso le encantaba. Para cuando escuchó como alguna de sus insoportables compañeras de vivienda se levantaban a casi 3 horas antes de empezar las clases Kat cogió sus cascos y se puso la música para no tener que escuchar las insoportables voces de esas arpías y así poder continuar en paz con la lectura. 

Miró el reloj, era hora de empezar a prepararse. Metió en la mochila el libro, apenas le quedaban un par de páginas para terminarlo, en algún rato libre del día buscaría un lugar tranquilo para seguir con su amante lectura. Se quitó los cascos y se aseguró de que ninguna de sus hermanastras hubiese salido aún de su habitación para poder desayunar sin tener que ver sus horrendos caretos, tener que aguantarlas desde tan temprano le daría dolor de cabeza a cualquiera. Soltó el pestillo y bajó a la cocina. Estaba sola, al parecer era la primera en bajar. Se preparó algo rápido y salió, esta mañana le tocaba ir andando al instituto, su pequeña estaba en el taller, y prefería salir pronto y tomarse con calma la caminata. Volvió a colocarse los cascos y a sumergirse en la música, era una mañana fría y la nieve cubría todo el vecindario. Era divertido ver a una pequeña figura negra entre un impoluto paisaje blanco. 

Kat evitó la carretera, no quería ni cruzarse con el coche de alguna de sus hermanastras, atravesó algunos jardines y uso un par de atajos, se sentía como una niña al pisar la nieve con sus inmunes botas altas. Sin darse cuenta empezó a despistarse con detalles del paisaje, a este paso llegaría tarde.

Para cuando llegó al instituto, los coches de sus hermanastras estaban ya aparcados indicando su diabólica presencia en el lugar. Justo entonces empezó a escuchar con fuerza dentro de su repertorio de música... 

Undo these chains, my friend
I'll show you the rage I've hidden

Kat empezó a caminar entre los coches del aparcamiento. Kat inhaló el aire fresco, profundamente. Kat esbozó una sonrisa malévola... Kat sacó las llaves.

Al pasar desenfadadamente por el que sabía era el coche prometido del lindo papito de Mercy, con un ligero pero firme giro de muñeca, las llaves empezaron acariciar suavemente, en un primer momento, ese precioso coche, para acabar sacando agudos sonidos, casi como si el coche llorara, aunque sabía perfectamente que la que lloraría sería otra. Seguro que su papa cuando lo viera no volvería a dejarle el coche.

Kat ni siquiera se giró para ver su obra, no le hacía falta. Se había quitado los cascos para escuchar aquel cántico que a ella le sonó a puras voces de ángel.  Justo abrió los ojos para ver que a pocos metros de ella se encontraba Troy, fumando, para variar. Le esbozó una media sonrisa a modo de saludo y siguió su camino.

Some of us are destined to be outlived...

 

 

Notas de juego

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13/01/2016, 01:52
Jim Thompson

Birchmont amanecía nevado otra mañana más. A través de la ventana, mal cubierta por la cortina, se filtraba el blanco resplandor de la luz reflejándose en la nieve. Bajo esta luz invasiva que solo le dejaba entreabrir los ojos, Jim observó su habitación. El caos de libros desordenados y ropa mal doblada sobre todos los muebles le incomodaba, pero nunca encontraba tiempo para reordenar las cosas, o al menos así se justificaba a sí mismo. Al menos debía comprar marcapáginas y dejar de utilizar los calcetines que salían sin pareja de la lavadora para ese propósito. Entonces, como una súbita revelación se dio cuenta de que la canción de su despertador llevaba sonando en bucle desde hace rato. Se incorporó rápidamente y se dio cuenta de que se había quedado embobado más tiempo que de costumbre, y esa mañana tendría que darse prisa.

Salió de su habitación y se aseó rápidamente en el baño, mirando la hora en todo momento. Tras ello fue a la cocina a prepararse un café y un par de tostadas. Sobre la encimera una nota de su madre le avisaba de que esa noche no llegaría a tiempo para hacer la cena y que podía pedir una pizza. Jim suspiró y dio un bocado a la tostada que tenía en la mano. Se había olvidado de untarla, pero le dio igual, hoy tenía prisa, no quería llegar tarde otra vez a clase. Sorbió rápidamente su café, se puso una chaqueta y salió de casa.

Su madre y él solo tenían un coche para los dos, y Jim no quería gastarse sus ahorros en comprar cualquier antigualla de segunda mano, así que se había acostumbrado a caminar hasta el instituto. Del bolsillo de su chaqueta sacó un paquetito de cartón lleno de trozos recortados y se preparó lo que él llamaba el “remedio herbal mañanero”. Se encendió su cigarrillo manufacturado en la boca y se puso los cascos con ruido ambiente de fondo para relajarse mientras caminaba a paso ligero al instituto.

Caminando a paso ligero recorrió el camino absorto en sus pensamientos y en la observación de cuanto le rodeaba. Recordaba haber leído la noche anterior varios textos en los que se ponía en cuestión la presunción de que el sol saldría cada día, y se preguntaba si tal vez la nieve no volvería a derretirse más y tendría que vivir para siempre sumergido en el blanco invierno eterno luchando por conseguir madera para las hogueras y comida en un mundo sin cultivos y con el agua congelada y con los motores de los coches congelados y… parpadeó un par de veces y se sacudió ese sinsentido de la cabeza. Pero era verdad que allí en Birchmont la nieve parecía ser eterna. Tan al norte los inviernos duraban demasiado, y los veranos no eran tan cálidos como para compensarlo…

Cuando llegó encontró los aparcamientos ya bastante poblados. Más adelante, cerca de la entrada del insigne instituto Highbrooke, Troy Jacobson se apoyaba en la pared fumando también, aunque sus cigarrillos no compartían contenido, como ya sabía Jim. Como no había terminado de fumar, y no estaba particularmente ansioso por recibir las notas (sabía que serían muy buenas, pero no tan buenas como hubieran sido algunos años atrás), Jim reposó la espalda en la misma pared que Troy, a unos pocos metros de éste, para terminar antes de entrar.

Buenos días - dijo cordialmente, y miró a Troy inexpresivamente, quitándose los auriculares - Esta mañana hace un frío que pela. Despues sencillamente siguió fumando, esperando a ver si Troy respondía a su cordialidad, o esta era una de esas mañanas en las que el frío agriaba el humor de su compañero fumador.

Notas de juego

La canción del despertador: Alice in Chains - Rooster

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13/01/2016, 02:40
Sidney Evans

El último día de clase antes de las fiestas de Navidad dio comienzo. Sidney temía ese día por múltiples motivos. Se había perdido demasiados días de clase y, a pesar del esfuerzo que había puesto en recuperar todo el tiempo perdido, sabía que sus notas no serían tan buenas como cabría esperar, lo que sería un obstáculo en su camino a la Universidad. Además, darían comienzo las vacaciones, lo que implicaba pasar más tiempo en el seno de una familia que se desmoronaba por momentos porque, con todo lo que había sucedido, ¿quién iba a querer celebrar unas fiestas que se suponían familiares?

Sidney no dejaba de pensar en lo que los próximos días le depararía, en la tristeza y la ansiedad que se viviría en la casa mientras que el resto de las familias celebrarían unas fiestas hogareñas y tranquilas, con sus cenas y sus regalos. Pero no, ellos vivirían el silencio, los reproches y, sobre todo, la ausencia de Malcolm.

Y para colmo, al día siguiente se celebraría el maldito baile de Navidad. Mientras terminaba de vestirse, Sidney meditó la idea de no acudir, al fin y al cabo ni tenía ganas ni, y eso era una parte muy importante, tenía pareja porque... ¿quién iba a querer acudir con ella?

Mientras recogía sus cosas y bajaba a desayunar, iba dándole mil vueltas al asunto de las parejas. Si por ella fuera tenía muy claro con quien le gustaría acudir y, en más de una ocasión, se había sorprendido soñando con el momento en el que se lo pediría, pero en el fondo sabía que eran sólo eso... sueños, fantasías que nunca se llegarían a cumplir.

Encontró a su padre terminando de desayunar y esperando por ella para llevarla al instituto. Desde la muerte de Malcolm y desde que había vuelto a clase, él era el encargado de acompañarla. No lo hacía por afán de controlarla, eso Sidney lo tenía claro, y seguramente sólo lo hacía por miedo a perderla a ella también, pero eso no implicaba que la joven se sintiera a gusto con la situación, aunque nunca se atrevería a decírselo.

Buenos días papá.

De su madre no había ni rastro, seguramente seguiría tumbada en la cama a oscuras. Al pensar en su madre y en lo que estaba sufriendo, Sidney se sintió culpable por estar fantaseando con el baile del día siguiente. Suspiró con resignación mientras se servía un vaso de zumo y se preparaba una simple tostada, que comió a pequeños bocados. Desde hacía ya un tiempo la comida no era precisamente algo a lo que le diera demasiada importancia.

Ya he terminado. Cuando quieras nos vamos.

El viaje lo hicieron en silencio, como todos los días, y la despedida sólo consistió en un escueto hasta luego que se perdió con el sonido de la portezuela al cerrarse. Agradeció el frío que hacía y se arrebujó en su abrigo, antes de colocar mejor la correa de la bolsa con sus libros. Se colocó la capucha de cualquier manera y avanzó por la nieve hasta la entrada del edificio, mientras buscaba a Kat entre los alumnos que ya se congregaban. No la vio por ningún lado, en cambio se encontró con Troy y con Jim, fumando como era habitual en ellos.

Hola.

Forzó una sonrisa y, sin esperar respuesta a su saludo, se adentró en la jungla del instituto.

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13/01/2016, 11:58
Kurt Williams

Era el último día de clases, los nervios afloraban y eso había hecho que Kurt se levantara varias horas antes de lo que debía. Cuando el despertador empezó a vibrar en su mesilla, sólo sirvió para que la música de la radio acompañara sus ejercicios. 

...cuarenta y dos, cuarenta y tres, cuarenta y cuatro... Un fino sudor hacía brillar sus tensados músculos mientras contaba las flexiones en su mente, ajeno a todo lo demás. Estaba acostumbrado a ese entrenamiento, al fin y al cabo, un cuerpo así no se mantenía sólo y mantener el ritmo que llevaba requería de una gran dedicación. Sonrió para sí mismo cuando llegó a las cincuenta por segunda vez y decidió que aún tenía tiempo para dedicar un tiempo a las pesas. 

Tardó casi media hora más en salir de su habitación, que casi podía considerarse un pequeño gimnasio, e ir hasta el baño, con nada más que una toalla atada a su cintura y la ropa en la mano. Como cada mañana, se duchó a conciencia, eliminando cualquier rastro de olor que pudiera quedar, aunque debía agradecer que en su caso no fuera apenas perceptible, y se lavó los dientes hasta dejarlos blancos y brillantes. Se había rapado hacía poco, tal como le gustaba, de aspecto militar, marcial, así que no dedicó mucho tiempo al pelo más que para aplastar algún indomable cabello que se gustaba de quedarse hacia arriba. Luego se vistió, unos boxer ajustados negros, unos vaqueros que lograban marcar su excepcional figura y una camiseta básica sobre la que se pondría la sudadera de su equipo adornada por el 13, su número. 

Una vez aseado y listo, bajó a la cocina. No desayunaba nunca, pero cada mañana preparaba un batido natural que se llevaba al instituto. Medio litro de leche desnatada, dos claras de huevo cocinadas previamente, un plátano, copos de avena y un par de cucharadas de miel natural. Asqueroso, pero eficiente. Con eso aguantaría hasta la comida y tendría energía para entrenar. 

Cómo era el último día de clases antes de las vacaciones de Navidad, obligaba como cada año a un último ensayo de equipo, como si de un partido se tratara. Dos tiempos y después una fiesta por todo lo alto. 

Mierda, hablando de eso, aún no tengo pareja para el baile. Espero que Mercy haya seguido con su política de rechazo, a ver si no se me olvida luego... La idea cruzó fugaz por su mente. Como casi siempre, se le olvidaría hasta que Dereck se lo recordara o alguna de las chicas le hiciera algún comentario casual que, con suerte, pillaría. 

Como fuera, no tardó más de otros cinco minutos en cruzar la casa, comprobando previamente que su padre continuaba tirado en el sofá sin duda tras una nueva borrachera, y llegar hasta la puerta del garaje, la cual abrió suavemente para cerrar al salir de un portazo que fue acompañado por un grito de sobresalto desde el salón. Jódete viejo, aunque con suerte no habrías despertado de nuevo. Pensó con malicia, mientras cogía las llaves de su coche y acariciaba el capó de este último mientras lo rodeaba por delante para ir al asiente del conductor. 

- Si bebé, ya estoy contigo, vamos a ver como ruges en la nieve. - Susurró para si mismo, eufórico, como siempre que cogía su preciado Impala del 67 que había fabricado pieza a pieza. Giró la llave y se deleitó con el bramido del motor, un clásico americano como ya no se hacían, mientras se habría la puerta del garaje. 

Tardó apenas diez minutos en llegar hasta el instituto, y pese a encontrar ya casi lleno el aparcamiento, no se arrepintió de haber perdido algo de tiempo probando a su bestia por la carretera; al fin y al cabo, tampoco tenía prisa por llegar a clase y recoger sus notas. Con suerte habría logrado raspar los suficientes y, como siempre, la matrícula en física. Y sin suerte, habría vuelto a suspender un año más. Tampoco importaba mucho, allí estaba a gusto, irse a la universidad estaba seguro de que lo cambiaría todo, y además primero tendría que hacer algo con las Panteras, debía llamar la atención de algún ojeador. 

Y hablando de ojear, justo en ese momento vio a lo lejos a Kat, caminando entre, ¿los coches de las Wells? Si, seguro que eran esos. Rió por lo bajo pensando en que eso no acabaría en nada bueno, pero pronto se le atragantó la gracia cuando vio a Troy un poco más allá. A Kat podía soportarla, incluso apreciarla a veces, pues le hacía gracia, pero no a ese tío. No entendía como Dereck le lograba dirigir la palabra, pero estaba claro que por su parte, no podía ni mirarle sin sentir náuseas. 

Aceleró para alejarse de allí, quemando rueda, y aparcó algo más lejos de aquél tipo, esperando que no cometiera la estupidez de tocar su coche, pero sin querer arriesgarse a que pasara. Después se metió en el instituto, saludando a algunos de sus colegas y disfrutando de como otros se apartaban de su camino con la cabeza gacha; aunque claro, siempre había alguna excepción, y en este caso, fue Sidney. 

La recordaba vagamente, era si no estaba muy confundido, la hermana del niñato que se había suicidado hacía poco, algo que se había hecho eco por todo Birchmont, sobre todo por la jodida cartita que había dejado. Al parecer, ella era igual de torpe y no miraba por donde iba, porque acabó chocando con él.

- ¡Eh! Cuidado tuercebotas, mira por dónde vas. Sal de mi vista anda. - Las palabras fueron acompañadas por un pequeño empujón, apartándola de su camino, para después continuar buscando a alguno de sus amigos o a alguna de las hermanas. Antes de las notas, intentaría ver si podía dejar hecho lo del baile...

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13/01/2016, 13:00
Troy Jacobson

Troy había escuchado hablar de la "muerte dulce". En lugares donde el frío llega al cualificativo de peligroso, donde personas mueren por, simplemente, quedarse quietas, se hablaba de éste fenómeno. Al parecer, llega un punto en que tu cuerpo deja de notar el frío. Y si ocurre eso, es que estás jodido. La muerte por bajas temperaturas ocurre poco después de que tu sistema nervioso diga "al carajo", pero los supervivientes dicen que esos instantes en que el frío desaparece son tan placenteros como arrimarse a una estufa. Troy se acordó de aquello cuando empezó a notar los dedos ligeramente entumecidos, y se cuestionó por qué seguía llevando aquellos guantes sin dedos. Dió un par de saltos para entar en calor y agradeció el forro de borrego de su chaqueta.

Justo cuando planteaba lanzar el cigarro a medias y meterse en el insituto, vió el coche de Lindsey llegar. "A ver qué me suelta hoy", pensó, y decidió esperar a que la animadora pasara. Cuando ésta le saludó, Troy lanzó un mordisco hacia ella con un gruñido, tras lo que no pudo evitar reir ligeramente. Siempre le había hecho gracia ese ligero rifirrafe entre ambos, a pesar de que, si uno se paraba a pensarlo, nunca habían tenido ningún problema el uno con el otro. Cosas del status, como Troy solía decir. Y hablando de status...

Troy vió llegar un coche que no acababa de reconocer, uno visiblemente caro. Pero cuando su conductora bajó, todo quedó mucho más claro: Mercy Wells luciendo juguete nuevo. Se colocó el cigarro en la boca, metió las manos en los bolsillos y se recolocó en la pared. Incluso con la cantidad de diferencias que hay entre las hermanas Wells, las similitudes seguían siendo demasiado obvias, así que sabía que ella también iba a dejar caer alguna lindeza por su boca. La mirada de Mercy mientras se acercaba lo confirmó. Intercambió un par de palabras con ella, y terminó la conversación con un tono algo sarcástico:

- Y tápate, que vas a coger frio.

Volvió a sumirse en su musica un instante, solo para ser distraido por un sonido chirriante y molesto. Cuando alzó la mirada, pudo ver a Kat "firmando" el coche de su hermanastra con una llave. Se la quedó mirando, con una mezcla de sorpresa y ganas de reir, hasta que no pudo evitar dejar salir una risa, disimulada con toses.

- Uhh, que malota! -dijo cuando Kat pasó por su lado.- Seguro que a Mercy le hace tanta gracia como a mí

Giró ligeramente la cabeza para ver el resultado de la obra de arte de Kat. Aquello iba a hacer saltar un par de chispas, no había duda. Mientras reía para sus adentros, vió a Jim llegar. Troy también iba caminando a todas partes, así que entendía la cara de frío que traía.

- ¿Frio? Tio, tengo las pelotas como canicas. Lo único que me hace sentir bien de este frío es saber que mañana en el baile, todas las princesitas se van a pelar de frio con esos trajes que llevan. -rió ligeramente.- ¿Tienes pensado ir?

En cuanto terminó la frase, vió a Sidney despedirse de su padre en el coche. Entendía que después de lo de Malcom quisiera estar pendiente de ella, pero no que la tratara como a una niña. ¿No fue eso lo que metió a Malcom en problemas, el no saber valerse por sí mismo? Sidney era una chica lista, solo necesitaba poder superar el bache en que se encontraba. Cuando pasó junto a ellos, Troy la miró y saludó con un movimiento de cabeza.

Se quedó un instante mirando al vacío, hasta que la inequívoca silueta del coche de Kurt apareció por el parquing. Cuando éste entró en el instituto, se limitó a seguirlo con la mirada. Una vez entró, Troy se giró hacia Jim con expresión maliciosa.

- Shaggy -apodo amistoso con el que Troy llamaba a Jim, por su cierto parecido al personaje de Scooby Doo.- ¿Cuánto rato crees que Kurt se ha pasado esta noche haciéndo el amor con su coche? -Terminó el cigarro y lo lanzó a la nieve.- Cuando acabes, entramos.

Esperó a que Jim terminara de fumar, se recolocó la chaqueta y entró en el instituto. La diferencia de termperatura fue abrumadora. Se notaba que las clases terminaban, todo el mundo parecía entusiasmado por las vacasiones. No pudo presenciar la escena completa, pero vió a Kurt siendo "simpático" con Sidney al final del pasillo. "Ya estamos...", pensó. Cuando Kurt siguió caminando, se acercó a ella.

- Kurt es un encanto por las mañanas -dijo con la mirada puesta en Kurt mientras éste se alejaba- El biberón que le da su mamá le pone un poco nervioso. -centró su atención en Sidney- ¿Estás bien?

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13/01/2016, 14:49
Troy Jacobson

Se despegó ligeramente de la pared, acercando al cabeza para que pudieran hablar en voz baja. Tras la propuesta de Mercy, Troy sonrió durante unos segundos y respondió:

- Sí, no hay problema. Pero cuidado, no te vayan a ver tus amiguitas y te chafen el baile de mañana a puñaladas. -apoyárdose de nuevo contra la pared, ahora hablando a volumen audible- Y tápate, que vas a coger frío.

Cuando Mercy se despidió, volvió a sumirse en su música.

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13/01/2016, 18:20
Sidney Evans

Iba demasiado ensimismada pensando en todo lo que estaba sucediendo, en sus sentimientos por todo lo acontecido hasta el momento y, sobre todo, sintiéndose faltal por estar pensando en el dichoso baile del día siguiente. Tenía sentimientos encontrados al respecto, por una parte no tenía demasiadas ganas de fiestas pero por otra parte... Su vida debía continuar, no podía mantenerse estancada en el pasado y lo que le había sucedido a Malcolm había sido una desgracia, pero esa desgracia no tenía porqué condicionar toda su vida. Por lo menos su padre así lo entendía. La vida continuaba y los vivos eran los que tenían que seguir adelante. Pero lo dicho, por otra parte un poco de diversión, distraerse de todo lo malo que había vivido y que aún vivía, seguro que le vendría bien, o eso le habían dicho los especialistas. Sin embargo, seguía sintiéndose culpable por querer volver a su vida cotidiana, a la vida de una joven de diecisiete años.

No hizo falta que se adentrara demasiado en el edificio para encontrarse de frente con el primer problema... Kurt. De todos los alumnos del instituto tenía que darse de bruces con el único, aparte de las hermanas Wells, al que no le apetecía ver ni en pintura.

Gilipollas.

La influencia de Kat era palpable en su vocabulario, aunque éste sólo se redujera a su mente. Se apartó del camino de Kurt al sentirse empujada mientras musitaba una disculpa que, por otra parte, no sentía.

Per-perdona... No te había visto.

Se quedó observando como se alejaba con los ojos entrecerrados, imaginándose algún tipo de situación en la que Kurt quedara en ridículo, algo por otra parte que veía imposible de que sucediera, hasta que una voz a su lado la rescató de su ensoñación.

Sí, tranquilo... Ya estoy acostumbrada a sus tonterías... —Le dedicó una sonrisa ante su comentario. De todo el mundo era sabido lo mal que se llevaban esos dos—. Gracias por preocuparte. —Se quitó la capucha que llevaba por la cabeza e intentó peinarse lo mejor que pudo—. Será mejor que entremos.

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13/01/2016, 20:09
Derek Spencer

Un joven alto y delgado, de pelo rubio y ojos claros como el zafiro que se encontraba sentado en las escaleras interiores que conectaban ambas plantas del instituto se quedó mirando a Kurt con cierto reproche mientras éste se acercaba a él. A Derek no le gustaba que Kurt anduviera siempre molestando a cierto tipo de gente, en especial a Sidney, pues sabía lo mal que lo había pasado con el asunto de su hermano. Muchas veces, Sidney descubría a Derek mirándola con compasión en los ojos cuando coincidían en la biblioteca. Aún así, Derek saludó a Kurt efusivamente y le preguntó si estaba preparado para el baile.

-Yo voy a ir con Sarah.- Anunció.- Volvemos a intentarlo.- Sarah era la chica que se aprovechaba de la bondad de Derek y le utilizaba como quería, cuando quería y hasta que le diera la gana. Derek era inteligente como el que más, maduro como pocos y un gran deportista. Pero todo eso quedaba anulado cuando Sarah absorbía su vitalidad y se adueñaba de su personalidad.

-¿Y tú con quien vas a ir?. Me apuesto el dinero del almuerzo a que no se lo has pedido a nadie todavía. Como no te espabiles te va a tocar ir con la señora Hibbert. - La desagradable profesora de Lengua de 56 años, y famosa en el instituto por acumular la mayor colección de partes de comportamiento a alumnos por dormirse en sus clases, era quien acompañaba a los que se quedaban sin pareja en los bailes del instituto. Algo la transformaba durante esas veladas y siempre se animaba a sacar a bailar a algún pobre desgraciado que terminaba siendo el hazmerreir de todo el instituto.

Derek vestía con una holgada sudadera de la NBA, concretamente de los Minnesota Timberwolves, era azul oscura y tenía la cabeza de lobo gris y negro del equipo del estado en el pecho. Los pantalones vaqueros grises del muchacho caían ligeramente por sus piernas. Derek no vestía como un rapero gangsta de esos que salen en los vídeos de la MTV pero sí que gustaba de llegar la ropa algo más ancha de lo normal, jugaba a baloncesto en el equipo del instituto donde era la estrella y su grupo favorito era N.W.A., grupo celebre por su vocabulario violento y que abochornaría profundamente a la señora Hibbert, algo que contrastaba totalmente con la manera de ser de Derek, quien en su vida había roto un plato ni se había metido en problemas.

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13/01/2016, 21:06
Lindsey Wells

Lindsey luego de haber chequeado sus redes sociales alzó la mirada buscando a alguien conocido, en el camino vio pasar a su hermana que estaba en su nube de pedos y a Kurt. Era muy extraño para ella observar desde aquella distancia como durante ese tiempo habían estado los dos en modo tonteo, siendo que él había sido su novio anteriormente. *

Pese a lo incómodo que podía resultar ver a su propia hermana buscando al chico que has dejado, pues ella intentaba pasarlo por alto, eran mellizas y quizás hasta tenían los mismos gustos. Sin embargo, no se había alejado de la entrada porque tenía la intención de esperar a su amigo ya que Mercy pasó rápidamente sin notar su presencia. 

Y al detener la mirada en Troy, sonrío por lo bajo ya que su mordisco había resultado gracioso. No existía un problema entre ellos y era divertido para Lindsey picarlo de vez en cuando, a modo de reacción- respuesta. Lo bueno de todo aquel panorama de reos fuera de servicio, fue la aparición de Jim y en ese momento la animadora decide salir al exterior para saludarlo, matando el aburrimiento inicial. 

- Jim, hola. - lo saludó con cierta incomodidad dado que estaba Troy, aunque la presencia del rebelde no minimizó aquella actitud seudo social en general de Lindsey. - Troy, si al menos mordieras en serio y no tiraras tarascones podría valorarlo, sino siempre serás un salvaje ante mi magnificencia. - bromeó sacando la lengua pero dejando ese toque de acidez propio de ella, no era tonta como su hermana pero sí muy sarcástica. 

Notas de juego

* Se refiere a alguna situación que ha habido de tonteo, no de ahora. 

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14/01/2016, 18:14
Sidney Evans

Ni siquiera había logrado dar un paso cuando todo su cuerpo se tensó. La presencia de Lindsey había conseguido provocar en ella la misma sensación, o peor, que hacía tan sólo unos instantes cuando se tropezó con Kurt. Por fortuna, la animadora o no había reparado en ella o ese día se había levantado magnánima.

Haciendo una de las cosas que mejor se le daban, Sidney intentó pasar inadvertida e, igual que una sombra, se fue alejando por el pasillo. No tenía ganas de aguantar estupideces de niñatas mal criadas en aquellos momentos, dos encuentros seguidos con la flor y nata del instituto eran demasiados para cualquiera.

Mientras se acercaba a la zona de taquillas, se fijó en Derek saludando a Kurt en las escaleras. Sin dejar de observarlos, abrió su taquilla para dejar los libros y coger sólo los que iba a necesitar, mirando de reojo el lugar donde se encontraban los dos chicos. No entendía como alguien como Derek podía mantener tan fuerte amistad con Kurt, era tan distinto al resto de populares que a Sidney le sorprendía mucho que pudieran aguantarse entre ellos.

Sí, Derek era muy distinto al grupito guay del instituto. Por lo menos él no iba molestando al resto y por lo general era amable con todo el mundo. Incluso a ella solía saludarla e incluso, en algunas ocasiones, se había parado a hablar. En más de una ocasión Sidney le había sorprendido observándola, lo que no sabía era cómo interpretar esas miradas. Quizás se preocupaba por ella de verdad o quizás sólo fuera lástima y pena lo que sentía.

Ante ese pensamiento, Sidney cerró la puerta de la taquilla con fuerza, produciendo un sonido metálico que se elevó por encima de las voces de los alumnos. Al darse cuenta de su acto, miró a su alrededor sonrojada. No era normal en ella tener un acto violento de cualquier tipo, a no ser que la enfadaran demasiado, pero pensar que la gente sólo sentía hacia ella compasión la hacían sentirse una inútil. Estaba empezando a hartarse de que todo el mundo la viera como la pobre niña indefensa sumida en el dolor.

¿Por qué Malcolm? ¿Por qué tuviste que hacernos esto? Todo se ha ido a la mierda ¿sabes?

Respiró hondo intentando calmarse antes de retomar la rutina diaria, volviendo a sentirse culpable por todo... por perder los estribos, por echarle la culpa a su hermano muerto, por ser sólo una sombra que inspiraba lástima. Cerró los ojos apoyando la frente en la taquilla intentando visualizar imágenes más relajantes, como le habían enseñado en la terapia y, cuando por fin lo consiguió, su mente había quedado vacía de cualquier pensamiento negativo... por el momento.

¿Dónde se habrá metido Kat?

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15/01/2016, 00:21
Jim Thompson

Jim no pudo evitar dejar escapar una risita ante el comentario que Troy le dedicó a la gelidez del día. Creo que por mucho que hubiera buscado las palabras adecuadas nunca hubiera podido describir este frío de forma tan certera pensó. Era por cosas como esta por las que le caía bien Troy.

- Bueno, ellas sabrán lo que hacen. Yo tengo la teoría de que las chicas han evolucionado hasta no sentir el frío si se sienten guapas, ¿no sé si me explico? Si no, no entiendo cómo pueden siquiera pensar en ponerse un vestido en invierno. - Jim le dio una calada a su pitillo - Pues no sé. Supongo que sí, iré al baile. No sé si iré con alguien, pero supongo que iré, a modo de despedida de Highbrooke, supongo.

Mientras terminaba de hablar, Sidney surgió del interior de un coche frente a la entrada del instituto. Tan pronto como terminó su frase, Jim apartó sutilmente la mirada y se centró en la arquitectura del bordillo de la carretera, en concreto del lado de la carretera en dirección opuesta a la entrada. No podía mirarla a la cara. Cada vez que la miraba se acordaba de Malcolm y sentía un nudo en el estómago que no se desvanecía hasta bien pasadas las horas. Apenas fue capaz de darle el pésame cuando Malcolm murió, y lo hizo sin poder aguantar la mirada más de un par de segundos. Cuando escuchó los pasos de la chica desaparecer en la entrada Jim no pudo ahogar un suspiro de alivio avergonzado.

Por fortuna el siguiente comentario jocoso de Troy logró sacarle de su ensimismamiento. El comentario sobre Kurt y su coche hizo que se le escapara una rápida carcajada.

- Algún día escribiré todos los comentarios que Kurt y tú os habéis ido dedicando a lo largo de vuestra vida. Podría escribir un manual de insultos ingeniosos - bromeó 

Su compañero terminó su cigarrillo y le instó a hacer lo mismo. Jim apuró el final de su canuto hasta casi el filtro en una profunda aspiración que casi le hace toser.

- Vamos dentro antes de que nos congelemos – Dijo frotándose las manos desnudas.

La diferencia de temperatura dentro del instituto le resulto casi dolorosa. Sentía las manos entumecidas como si ahora ardieran. Todo se acaba. Después de tanto tiempo creo que hasta voy a echar de menos este ecosistema – pensó mientras acercaba los dedos a la boca para calentarlos con su aliento – con sus jerarquías y con sus disputas y con… Mientras pensaba oyó como una voz familiar le saludaba.

- Hey Linnie. ¡Buenos días! – Jim sonrió al ver a Lindsey. Pese a todo el esfuerzo de Jim por tratar a todo el mundo por igual no fue hasta conocerla a ella que venció su recelo hacia los populares y pudo confraternizar con ellos. - ¿Qué tal todo? ¿Nerviosa por las notas? – Jim estuvo a punto de quedarse en silencio, pero siendo Lindsey una chica tan popular asumió que estaría interesada por la celebración, y añadió - ¿Y por el baile? Espero que tu hermana y tú no compitáis demasiado por el título de reina.

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15/01/2016, 15:40
Mercy Wells

El pasillo era largo, lleno de taquillas para los estudiantes a ambos lados. Se notaba el frío que hacía en el exterior, pues dentro había más gente de la que cabía esperar. Mercy fue cruzando el pasillo, con ambas amigas, una a cada lado. Lo bueno de ser tan popular y de tener su status, es que la plebe te abre paso sin que se lo pidas. Y si alguno no lo hace, tienes entera libertad para desahogarte y humillarle en público. Normalmente nadie se interponía, es más... hacía meses que nadie lo hacía, y hoy parecía que tampoco.

Mercy y su chupi-pandi pasó cerca de Sidney, la cual tenía la cabeza tan metida en su taquilla que no se percató de nuestra presencia. Oseaaaa... miradla.. río Mercy .. la nueva mascota del insti, no? Osea.. Sindeystruz, la avestruz del insti, saeis.. no? las tres rompieron a reir, aunque la afectada por el comentario parecía estar tan centrada en sus pensamientos que ni se enteró de lo que había dicho. Mejor que sea así, la primera Navidad sin Malcolm, ya tiene bastante con eso. pensó Mercy para sí.

Y es que Malcolm y Mercy encajaron muy bien desde siempre. Cada vez que discutía o se peleaba con su hermana, Malcolm acudía a su amiga para desahogarse y luego, al cruzarnos con Sidney, ya fuese en la calle o en clases, Mercy se metía con ella defendiendo a Malcolm. Pero el tiempo pasó.... y él confundió una amistad con algo más. Mercy nunca imaginó que es chico guardase tanto dentro, ella supuso que se distanciaron bastante al entrar en el instituto y las cosas cambiaron para ambos... demasiado.

De pronto, un golpe seco de una taquilla cerrándose  hizo despejar la cabeza  de Mercy y girarse a ver que ocurría. Sidney tenía que ser. Que super fuerte! Osea Sid! Lo que llegas a hacer es muy fuerte... no? Y todo para llamar un poco la atención.. saes, no? Osea, para la próxima, saes? Podrías... no se.. osea.. pillarte un dedo de la mano super fuerte con la taquillas, no? Osea... así con el super golpe y el mega grito te haremos más caso aún, saes.. no?  nuevamente las tres rompieron a reir, alejándose después de allí, con sus conversaciones tribiales, en dirección a sus taquillas.

Notas de juego

Edito, corregido de primera a tercera persona, perdon, la costumbre.

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15/01/2016, 20:26
Kurt Williams

- ¡Venga tío! Otra vez esa bruja, ¿no vas a aprender nunca? - Suspiró tras saludar, de colegueo, a Dereck. Ese chico era seguramente su mejor amigo, pero a veces no entendía como con lo listo que era acababa tropezando una y otra vez con la misma piedra. Era algo que a él nunca le pasaría; jamás llegaba a apreciar tanto a nadie como para pasarlo mal. - Deberías buscarte alguna otra piva, no sé, ¿no has probado con alguna de las animadoras? - Sonrió golpeándole con el codo suavemente, de coña. - Venga, dime que no te has fijado nunca en como te miran, y ya has visto como se mueven. 

Sus risas cesaron de golpe cuando sonó, tras ellos, un fuerte ruido producido por la taquilla de Sidney. Giró la cabeza justo para ver como miraba, azorada, a su alrededor, y poco después se fijo en Mercy, que, como siempre, estaba haciendo alguna de las suyas. 

- De verdad, esa niña, ha salido como el idiota de su hermanito. - Las palabras, en voz bajas, apenas fueron oídas más que por él y su compañero, y rápidamente cambió de tema. - ¡Pero bueno! Tampoco importa, mira, allí está una de las Wells. ¡Ya verás como no acabo con la Señora Hibbert!

Salió corriendo, dándose la vuelta para despedirse de lejos de Dereck, a la par que seguía a Mercy por los pasillos. 

 

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16/01/2016, 19:01
Derek Spencer

-Esta vez no, tío. -Le aseguró a su amigo. -Esta vez va a ser distinto. Me ha prometido que ha cambiado y que va a cuidarme como nunca. -Aquello era lo mismo que decía todas las veces.

El golpe del taquillazo que había provocado Sidney hizo que todo el mundo se girara hacía ella, quien avergonzada trató de pasar desapercibida sin mucho éxito a juzgar por las palabras viperinas que le dedicó una de las Wells. Mercy, para ser concreto. A pesar de que Derek se llevaba bien con ella, no le gustaba que se metiera con Sidney.

Derek se quedó mirando a Sidney sumido en sus pensamientos por unos segundos hasta que la voz de Kurt le sacó de su ensoñación y le hizo centrar su atención en Mercy de nuevo. Por lo visto quería pedirle salir, después de haber estado saliendo con Lindsey pensaba que sería la última chica a la que Kurt querría pedir salir, la perfecta copia de la hermana gemela.

-Y dices que lo mio es obsesivo. ¿Qué tienes tú con esas chicas?. ¡Corre anda, qué se te escapa!.

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16/01/2016, 20:05
Lindsey Wells

Lindsey ya caminaba por los pasillos con su traje de animadora conversando animadamente con Jim, poco le importó lo que hacía el resto ya que la chica estaba muy centrada en su amigo. Luego de llegar a su taquilla se apoya de espaldas a la misma para continuar lo que allí se estaba gestando de forma muy entretenida y sonriente. 

Sólo que se acercó un poco al chico para hablar de una forma más privada, libre de todo cotilla aburrido ansioso de información. Al margen de ello, no se le pasó por alto el ruido de Sidney o como Kurt avanzaba hacia su hermana. No le generó un sentimiento en especial porque estaba muy pendiente de Jim y de lo que estaba diciéndole.