Partida Rol por web

Cuando tras uno de los innumerables giros que el vehículo de Lindsey efectuó la figura del siniestro Santa Claus no se mostró por ninguna parte, Jim respiró aliviado. Sus pulsaciones estaban por las nubes, aunque imaginaba que el corazón de su novia estaría aún más acelerado, siendo ella la conductora encargada de despistar al perseguidor. Soltó un largo resoplido y se dio cuenta de que tenía las manos rojas y sudorosas de apretar los puños por la tensión.

- Ya está, Linnie, ya ha pasado – dijo casi susurrando, sin energías para hablar con su habitual tono de voz despreocupado.

Jim abrió la puerta cuando Lindsey le dio el mando, y revisó una vez más los retrovisores para asegurarse de que nadie les seguía. Lindsey le pidió que durmiera con ella, a lo que el chico asintió sonriendo ante la idea. No solo le encantaba quedarse con Lindsey, además esa noche no le apetecía pasarla solo en su cama, sabiendo que soñaría con el hombre del traje rojo. Cuando se estaba quitando el cinturón, ella le avisó de la presencia de Kurt en la casa, que el coche a la entrada confirmó al joven, y antes de que pudiera responder a la chica, se bajó del automóvil, y él la siguió fuera.

- Bueno… sí, claro que sí. Ahora somos pareja, y mejor quitarnos de encima la presentación con tu… con Kurt. Además, si se pone tonto mañana le… bueno, si se pone tonto ya lo verás mañana.

Jim dejó relucir una sonrisa ligeramente malévola, y la idea de una venganza contra un agravio que aún no se había consumado disipó rápidamente la tensión del viaje en coche.

- ¡Vamos dentro! ¡Tengo ganas de presentarnos!

Con mucha decisión y envalentonado al sentirse intocable ante Kurt, Jim se adelantó a Lindsey y fue directo a la puerta. Sabiendo que no estaban sus padres, no tenía por qué recatarse, y podía permitirse darse paso a sí mismo. Esperó ansioso a que Lindsey introdujera la llave, y tan pronto como la puerta estuvo desbloqueada el chico la abrió con brío.

La puerta principal de la casa de los Wells resonó con el ruido de la llave, e inmediatamente después se abrió de par en par, dejando entrar una bocanada de aire gélido procedente del exterior. El cambio de temperatura entre el interior y el exterior era evidente.

Sin observar el interior, y antes de poder localizar dónde se encontraban los ocupantes de la casa, Jim asomó medio cuerpo por el hueco de la puerta y saludó en voz muy alta en dirección al interior:

- ¡Buenos días! ¡Somos Jim y Linnie! ¡Enhorabuena por tus notas Mercy! ¡Vi que las subiste a Internet!

Jim se apresuró entonces a pasar, para dejar entrar también a Lindsey, y echó un vistazo afuera antes de cerrar la puerta tras de ellos.

Linnie ingresa a la casa luego de Jim dejando entrever un largo y profundo suspiro de alivio, atrás había quedado la tediosa situación del Santa Stalker ya que el confort de su hogar le brindaba la seguridad que tanto necesitaba. Además, allí justo a su lado se encontraba su novio siendo el primero en romper el silencio al saludar con tanta algarabía. 

- Hola Mercy, Kurt... - dijo en un tono tranquilo al dejar la cartera y su abrigo en el perchero mientras hacía lo mismo con la chaqueta de Jim. Incluso esbozando una sonrisa de enamorada, se coloca al lado del chico para sujetar su mano en clara señal de que ya no eran amigos, sino algo más. 

Y como el silencio reinaba en la gemela (Mercy) Wells, se dirige hacia la cocina para traer dos gaseosas. - Toma amor, algo para beber o prefieres un té, café... - expresó con cierto aire meloso sin dejar de observar a su hermana enarcando una ceja. Se preguntaba sobre el asunto de vestirse como Kat y la visita de Kurt en la casa, desde ya que todo a su tiempo. Demasiado tendría con ver a la animadora de novia con Jim. 

A penas entrar Kurt y sin darle tiempo a contestar a Mercy, la puerta de la calle se abrió. Mercy se quedó pálida pensando que sería su padre y la cara que pondría al verla allí, sóla en casa, con Kurt. Pero para un mayor asombro fue la cabeza de Jim la que asomó por la puerta. Hoy no tenía clase con él. ¿Qué hace aquí?¿Y como ha abierto? Le saludó con la mano mientras le daba vueltas a esas dudas. Gra... gra.. gracias. Balbuceó con sorpresa.

Las respuestas a las preguntas de Mercy entraron justo detrás de Jim, en forma de hermana animadora. Linnie les saludó y Mercy la respondió como a Jim, levantando la mano mientras observaba a la pareja. Sabía que eran amigos, era algo que no habían ocultado nunca. Pero esta vez notaba algo más.

Mercy se percató del gesto de Linnie con Jim agarrando su mano, como le miraba, la cara de tonta que tenía al hacerlo. No podía ser. ¿Están juntos? Mi hermana: los hombres son como los clinex, usar y tirar.... ¿enamorada?

Para cuando Mercy reaccionó, su hermana ya le había traido una bebida a Jim.

Osea... esto es super mega fuerte! Estais... Juntos! Osea, no? Mercy rompió a reir. No sabía exactamente si reía pues la situación le hacía gracia, por el estrés de lo ocurrido durante la mañana o porque de alguna manera, veía que las cosas podían cambiar y se alegraba por ello. Osea ¿Qué te parece Kurt? ¿Les ves como rey y reina del baile, no? Ya saes... Osea, Jim, espero que sepas donde te metes, saes ¿no?

Tenía mucho que decir, pero prefirió no meterse más con los tortolitos. Una guerra de Wells antes del baile de invierno no era buena idea para ninguna y a fin de cuentas a Mercy le caía bien Jim, a parte de ser su profesor de apoyo.

Casi no le había dado tiempo a responder, quedándose un poco embobado en pensamientos de todas las posibilidades que se le habrían estando a solas en la casa con Mercy, cuando la puerta se abrió unos minutos después para dejar paso a Lindsey y Jim. 

Saludó con un gesto de cabeza al primero y un guiño a la gemela en respuesta, y luego se acomodó en el sofá de manera despreocupada. Cuando escuchó la palabra "amor" refiriéndose a alguien estuvo a punto de responder, pero decidió que era mejor no hacerlo; al fin y al cabo, pretendía ir con Mercy al baile, no era buena idea enfurruñarla. Ella, en cambio, en vez de notar la reacción que casi tenía, se echó a reír. ¿Qué estaba pasando? 

Miró a la animadora levantando una ceja y entonces se dio cuenta. 

- ¿Tú y... él? - Señaló a Jim como si no terminara de creerlo - Sin ofender tío - Abrió mucho los ojos, negando con la cabeza -. ¿Cuando...? 

Aquél chico no le caía mal, tampoco era su mejor amigo, pero era un buen tipo. Sin embargo, era amigo de Troy, y además, ¿después de sí mismo acababa con ese? ¡Venga ya! 

Tardó unos segundos más en moverse y rehacerse, y entonces se movió hacia Mercy y la pasó el brazo por la cintura. 

- Yo diría que vamos a tener pocos problemas este año princesita - Rió por lo bajo, recordando lo sucedido en la cafetería - Sobre todo ahora que Dereck tampoco irá con la puta de Sarah.

A pesar de mantener una expresión tan ilegible como siempre, el corazón de Jim se había acelerado un poco al ver a Mercy y a Kurt dentro de la casa. Era de esperar que al encuentro de las Wells y sus ahora respectivas parejas surgiría un incómodo proceso de comparación, acentuado por la relación de Lindsey con ambos. Pero el chico aguantó con compostura mientras, sin necesidad de palabras, se confirmaba si relación sentimental con la animadora. Jim miró con dulzura a su pareja cuando le ofreció una bebida, y para reforzar lo evidente contestó con un tono meloso que nadie hubiera esperado del usualmente ensimismado joven.

- Cualquier bebida estará bien, mi amor, además no tengo el estómago para nada más pesado después de las emociones de hoy.

Jim agarró la bebida que le dio Lindsey y sonrió a los otros dos ocupantes de la casa mientras éstos trataban de asimilar la noticia del noviazgo. Mercy fue la primera en reaccionar, presa de la sorpresa, pero con un tono inusualmente benigno para estar hablando del novio de su hermana. Jim estaba preparado para lo peor, pues ya conocía la tendencia a despedazarse cariñosamente que las Wells mostraban entre ellas cuando no tenían otra víctima más propicia contra la que aunar fuerzas. Fuera por la enorme sorpresa o por cualquier otra razón, la cordialidad de Mercy le tranquilizó enormemente.

- Si, claro que sé dónde me meto – contestó riendo y mirando tiernamente a Lindsey – Aunque ahora me vea obligado a competir para “reinar “ en el baile.

Jim miró a Mercy y a Kurt, que se había levantado del sofá al oír reír a su pareja. El contacto visual con él se le antojó largo y tendido, pero es un momento para el que venía preparándose mentalmente todo el día. Pero esperaba que fuera mañana, no hoy… me ha pillado muy desprevenido. Evidentemente, al darse cuenta el capitán del equipo se vio desconcertado por la revelación.

- No te preocupes, no hay ofensa. Pero no me tomes a la ligera, que ahora están de moda los reyes humildes… ya verás como este año nos coronan a nosotros.

Jim estaba claramente bromeando. Fuera de Hollywood el chico humilde no era nunca coronado como ejemplo a seguir, y el haber logrado “llevarse a la chica” ya era un estadio mucho más cercano a la ficción fílmica de lo que hubiera imaginado nunca. Entretanto, el quarterback juzgaba la relación , tal como era natural. Jim era el novio de su ex-novia, así que el cambio podía poner en evidencia los defectos y virtudes de cada uno de ellos, y Jim no estaba seguro de poder salir ganando. Sin embargo, lo que le vino a la cabeza al mirar al Kurt no fue esta comparativa sino la “escena” de la mañana y por consiguiente la reacción de Cameron. Desde luego el director se había quedado marcado a fuego en su mente.

- Oye Kurt, hablando del baile, te has saltado el castigo de hoy, ¿no? ¿Qué vas a hacer con Cameron? Parece que está un poco… irascible. Más bien violento. Espero que Troy y tu no arméis jaleo, porque el director es capaz de tiraros la ponchera a la cabeza.

-Osea... Osea... Osea... ¿Por qué no te haces esa misma pregunta a ti misma? - dijo poniendo los ojos en blanco, Lindsey era consciente de que su hermana tenía un lenguaje reducido pero ya era el colmo. -  Nada Mercy. Si, somos novios pero la verdad es que hace ya un tiempo dejamos de ser solo amigos... Y sí, Kurt... no es reciente esto pero considerando que quieres acostarte con mi hermana no te quitará el pensamiento. - pronunció con cierto halo irónico pero sin broncas, esa historia era parte del pasado. Sólo le llamaba bastante la atención y en cierta forma le irritaba la actitud de su hermana. 

Al margen de las palabras que iba soltando la animadora, se la notaba muy feliz y enamorada de Jim, por lo tanto este ir y venir dialéctico era algo que la parejita ya había tenido en cuenta. Así que estaba preparada para esto o algo mucho peor, sólo esperaba que su hermana ahora no se fijase en Jim ya que solía gustarle los chicos que estaban con ella. 

Y mientras la conversación tomaba forma al tratar el tema de los reyes del baile, la animadora suelta una carcajada ante la respuesta de Jim, dándole un cálido beso en sus labios a modo de felicitación. -Si amor, cuanta razón tienes. Igualmente he sido tantas veces reina que sinceramente es todo tuyo Mercy, ni ganas de ser el centro. Ahora sólo me importa pasar una hermosa noche con él y no ser la estrellita superficial que todos veneran. - respondió abrazada a su novio esbozando una sonrisa. Le daba soberanamente igual todo aquello, otras cosas tenían en mente y no eran precisamente eso. 

Osea... espera. Si... osea... yo me alegro por ti, Linnie! ¿saes? Jim es.. superfantástico ¿no? Osea.. un encanto y no podrías estar con nadie mejor, ¿saes, no? Y ya saes que si no es por él, yo no hubiese mejora las notas, ¿no? Respondió Mercy a su hermana. Nada de batallitas, nada de batallitas.

Hasta que salió el tema de la reina del baile. Oh si! Osea... ganaste porque en esos bailes yo estuve mala y no pude asistir, ¿saes, no? Osea, sólo te llevaste la corona de la perdedora, ¿saes? Mercy concluyó sacándole la lengua a su hermana. Luego recapacitó un poco, pensando en lo que habían dicho los chicos anteriormente.

Osea... ¿Dereck intentó ir al baile con Sarah? preguntó intrigada a Kurt. Osea, Que super fuerte, ¿no? Osea, me lo tienes que contar, saes? Y tu Jim también. Osea, ¿qué ha sido eso tan mega fuerte que te dejó el estómago tan mal? Es increible todo lo que me he perdido en una mañana. Dios! Si por las manañas nunca pasa nada!!

No es que no le gustara el estilo de ropa que solía usar su amiga, simplemente era que no se veía usándola, demasiado provocativa para lo que ella estaba acostumbrada. A Kat le quedaba genial toda esa ropa ajustada, sus corsets, sus botas imposibles, pero Sidney era más recatada, mucho más clásica. Le dedicó una sonrisa a su amiga imaginándose vestida con un corset negro y, aunque la oferta pudiera ser tentadora, la rechazó por completo... Se moriría de vergüenza.

—Ni siquiera sabría moverme con él.

Una vez terminada la comida y después de comprobar que el maldito Santa Claus no se encontraba por los alrededores, volvieron a la tarea de mirar las tiendas hasta dar con el vestido más adecuado para ella. Por fin, después de un montón de pruebas que ya empezaban a cansarla, Sidney encontró lo que andaba buscando. Era un vestido sencillo pero elegante, ideal para un baile en el instituto.

—Estoy cansadísima... —Necesitaba una pausa pues, entre los nervios, la emoción de las compras y el hecho de que no habían parado apenas, sólo lo justo para comer, tenía los pies doloridos—. ¿Qué te apetece hacer? Por cierto Kat, ¿al final vas a ir con alguien al baile? —Centrada e ilusionada como estaba en su cita, Sidney se había dado cuenta que aún no le había preguntando a su amiga si alguien del instituto le había propuesto ir al baile.

Escuchó con tranquilidad a Lindsey. Se estaba acostumbrando ya, aunque le parecía una estupidez, la nueva actitud de su ex, que parecía tomarse todo ahora igual que antes, es decir, mal, pero respondiendo como si fuera una listilla superior a los demás. Lo cierto es que no le importaba, aunque sí que miró de reojo a Mercy cuando comentó que su hermana "no podría estar con nadie mejor". Eso sí que no sabía como tomárselo, y como era normal, se lo tomó como algo personal y apartó un poco el brazo de la Wells. 

Luego se centró en Jim, que a pesar de todo no le caía mal y era bastante diplomático, y sonrió pensando en lo que había preguntado. 

- Cameron me ha dejado libre, Troy se comerá el castigo solito todo el mes que volvamos de vacaciones - Guiñó un ojo al chico, sabiendo que eran amigos y seguramente lo que dijera llegaría hasta el imbécil macarra al que odiaba -. Espero que mañana ni aparezca, no quiero que monte una escena en mi noche. 

Luego desvió la atención y miró a todos, centrándose al final en Mercy. 

- ¿Y no os habéis enterado? Dereck, que parecía estar pegado a Sarah con, bueno, con pegamento - La literatura no era lo suyo, que se le iba a hacer - la ha dejado justo a un día del baile. ¿Os lo podéis creer? Si por mucho que hiciera esa zorra tenía cogido a Dereck por los huevos siempre, ¡ja! - Hizo un gesto de triunfo - ¡Que se joda!

Pudieron escuchar que la puerta de la valla del exterior se abría y el sonido de las ruedas de un coche contra la gravilla al entrar a la finca. Poco después de que Kurt maldijera en contra de la ex-novia de Derek, la puerta de la casa se abrió y en ella entraron el señor Wells y la madre de Kat. El padre de las gemelas lanzó una mirada desconfiada a los dos muchachos pero no se detuvo en ellos y clavo sus ojos llenos de preocupación en sus dos hijas, mientras su mujer se mantenía tras él, con el gesto de preocupación también instalado en su rostro, pero aliviado al comprobar que su familia estaba a salvo en la casa.

-Menos mal... ¿Estáis bien, hijas?. ¿Qué es lo que ha pasado?. -Inquirió el señor Wells.

-Estábamos preocupados. -Añadió la madre de Kat.

Después del mensaje que Jim había mandado al señor Wells, este les había preguntado qué era lo que pasaba pero no les habían vuelto a responder. Tras no recibir contestación, la preocupación de la pareja fue en aumento y decidieron regresar a la casa.

-¿Por qué querías que esperara fuera, Linnie?. - Tras el susto, se encontraba más tranquilo y volvía a recuperar poco a poco la compostura.

Desde que Mercy se fuera de la casa no había hecho mucho más que tumbarse en la cama y darle vueltas a las cosas. Mercy parecía interesada en él, pero para Troy no había nada más allá de una recién descubierta amistad. No tenían muchas cosas en común, a pesar de que la chica parecía querer experimentar en el mundo de Troy. Quizá ese fuera el problema, eran de mundos diferentes y tal vez llegara un día en que papa Wells sacara la billetera y le comprara a su hija un coche nuevo con el que largarse de la vida de Troy. No podía evitar preguntarse cuánto de verdad había en la cara nueva que había visto de la Wells. Además no creía que sus sentimientos hacía ella pasaran de la amistad. Se lo había pasado bien durante aquella mañana con ella, pero ¿realmente había algo más?. Puede que no lo hubiera en realidad y terminara engañando a la chica, si es que de verdad ella sentía algo por él. Troy no sabía si salir con ella sería una buena opción, o tan sólo se estaba engañando a sí mismo para no estar solo.

Por otro lado estaba Sidney. Con ella si que había llegado a sentir algo de verdad, pero había esperado demasiado tiempo para decirle algo y ahora resultaba que Derek la había invitado al baile. Su primera reacción al enterarse fue golpear la nevera de su cuarto y llenarse de furia pero cuando se tranquilizó y lo pensó de nuevo le pareció algo desconcertante. Derek era un chico muy popular y Sidney en cambio era la diana contra la que se dirigían todas las bromas pesadas de los populares. También eran de mundos diferentes. Además lo último que sabía de Derek es que estaba con esa chica llamada Sarah, otra arpía del estilo de las Wells que además se aprovechaba de la bondad de Derek para putearle todo lo que podía y más.

Un golpe secó y fuerte contra la puerta de su cuarto le despertó súbitamente. Se había quedado dormido aunque no recordaba cuándo y el cuarto se había sumergido en la oscuridad después del atardecer temprano. Miró el reloj de su mesilla, apenas eran las siete de la tarde. Otro golpe contra la puerta volvió a llamar su atención. Era su padre.

-Eh tú. Gilipollas. Abre la puta puerta. -La voz sonaba pastosa y le costaba pronunciar las palabras.

Troy despertó sobresaltado. Por un instante no supo dónde estaba, sorprendido por la oscuridad. Un segundo golpe lo devolvió a la realidad. "Mierda", pensó al oir la voz de su padre. Se levantó como un rallo y encendió la luz.

- Ya voy.

Mientras sus ojos se acostumbraban a la claridad, hizo un repaso a la habitación, esperando que no hubiera nada que pudiera meterlo en problemas: nevera escondida, guitarra en su sitio, mesa ordenada, bolsa con la ropa de Mercy, cama hecha... La ropa. Cogió la bolsa y la lanzó dentro del armario. Respiró hondo y abrió la puerta, atento a la mierda que su padre estuviera a punto de lanzarle a la cara.

Negando con la cabeza Linnie deja pasar las respuestas de su hermana, estaba claro que la realidad era otra y al ser la líder de las animadoras el éxito como Reina siempre estuvo asegurado. Sin embargo, no tenía sentido continuar increpando sobre ello y más aún cuando ella quería dejar todo ese mundo superficial para ser feliz junto a Jim.

Aunque no se le pasó por alto la actitud de Kurt ante la respuesta de Mercy. -Ahora se lamenta... Ja, es muy gracioso. - pensó la animadora al sonreír y tras dedicarle una mirada a su ex novio como diciendo: "he captado el detalle de tu pequeño disgusto", besa los labios de su novio afirmando las palabras de su hermana. - Claro, eres una gran persona amor... Por esa razón no puedo estar con nadie mejor. Eres perfecto. - dijo en un tono meloso aún en sus brazos.

Hasta que el sonido de la puerta logra distraer a Linnie, al punto de sujetar la mano de Jim con firmeza sabiendo que su padre era quien había ingresado a la casa. - Hola papá, Chlöe. - saludó con una sonrisa mientras notaba la preocupación en sus rostros. - Nosotros también, la verdad es que nos ha estado siguiendo un hombre desde que salí con Jim del Instituto. Al principio no le dimos importancia pero todo se tornó demasiado perturbador y en verdad estaba atemorizada papá. - bajó la mirada ante su confesión y continúo explicando. 

- No sabemos quien es y por esa razón él... - señaló a Jim.- Te escribió el mensaje desde mi móvil, estaba conduciendo y tratando de evadirlo hasta que finalmente logramos perderlo de vista. -  terminó por decir esperando la respuesta de su padre o la colaboración de su novio al relatar los hechos acontecidos. 

- Deberías sacarle más partido a tu cuerpo, ¡deja de esconder tus curvas! - Sidney no tenía remedio, tiene una buena figura y sin aprovecharlo - venga vayamos a por tu vestido - Kat agarró del brazo a Sidney y siguieron con su misión.

Por fin, lo encontraron, la verdad es que era bastante bonito y lo más importante... le quedaba espectacular. Justo en ese momento Kat se dio cuenta de lo cansada que estaba, había sido un día muy largo y era ya tarde. 

- La verdad es que debería volver a casa - comenta Kat mirando el reloj - ¿Pareja? ¿Para el baile? ¿Yo? Ni lo había pensado jaja - casi parecía como un chiste malo.

—Tienes razón, es muy tarde ya, será mejor que volvamos a casa.

Aunque Sidney sabía que apenas dormiría esa noche por la expectación que le causaba la cita del día siguiente, necesitaba descansar, aunque fuera tirada en la cama leyendo un libro, ya que conversación con algún miembro de su familia sería una misión imposible.

—No entiendo porqué nadie te lo ha pedido. Aunque también se lo podías haber pedido tú a alguien, por ejemplo a Troy.

No es que Sidney considerara al muchacho una buena influencia para Kat, pero el tiempo que había compartido con él mientras duraron las tutorías la había hecho cambiar de opinión. Troy era alguien inteligente, prueba de ello era la subida que habían tenido sus notas, y cuando se encontraba tranquilo perdía la imagen de camorrista que solía tener en el instituto, convirtiéndose en alguien amable y divertido. De acuerdo, no era la mejor influencia para su amiga pero tampoco era la opción peor, y los dos parecían llevarse bastante bien.

Seguían hablando mientras sus pasos se dirigían hacia sus respectivos hogares.

El padre de Troy entró en la habitación y echó un vistazo alrededor, como si comprobara que todo estaba en orden o, como diría Troy, alguna excusa para montarle la bronca. Apenas se mantenía en pie, se iba tambaleando de un lado a otro y su mirada medio perdida evidenciaba su embriaguez. Probablemente no había hecho otra cosa más que beber desde que había llegado a la casa. Prueba de ello es que todavía sostenía una lata vacía en la mano. La alzó frente a él y la sacudió ligeramente para mostrarle a Troy que estaba vacía.

-¿Dónde están mis cervezas?. -Inquirió con notable dificultad en la pronunciación. -Te las has bebido, ¿no?.

Troy entrecerró los ojos, intentanto discernir si aquello era una broma o era que su padre había perdido la cabeza del todo.

- Yo no he tocado tus cervezas, he estado toda la mañana en el instituto y la tarde aquí metido. -le enseñó la papelera, para que viera que no había ninguna lata en ella.- ¿Por qué no te acuestas un rato? Mañana iremos a comprar.

Se quedó de pié, con la mirada fija en su tambaleante padre, esperando haber sido lo bastante convincente como para que diese media vuelta y se largara. "Hoy no", pensó Troy, dándole vueltas a todo lo que había ocurrido aquella mañana. No era el mejor día para aguantar los delirios de nadie, y menos de su padre.

-¿¡Qué!?- Dijo alarmado el padre de Lindsey y Mercy. -¿¡Un tipo os perseguía!?

Su padre estaba tan preocupado que ni siquiera se había dado cuenta de que Lindsey sujetaba la mano de Jim. La historia que narró su hija provocó que el hombre se mostrara intranquilo y su preocupación fuera creciendo. Perturbador y atemorizada fueron palabras que hicieron que la expresión del rostro del señor Wells se contrajera como si estuviera sufriendo un ictus. Poco a poco la preocupación fue dando paso al cabreo y le pudieron ver apretar los puños mientras su cara se enrojecía y profería insultos en voz alta contra aquel misterioso perseguidor. Normalmente, Ryan Wells era un tipo sosegado y tranquilo, pero cuando alguien pretendía hacer daño a su familia estallaba como una fiera. Su mujer trataba de calmarlo con poco éxito.

-Voy a llamar a la policía ahora mismo, deben detener a ese hijo de puta.

Como juez del condado, tan sólo le bastó realizar una llamada para ponerse en contacto con el mismísimo jefe de policía de Birchmont. Mientras le explicaba lo sucedido se quedó mirando a Jim y Kurt como si se acabara de percatar de que estaban allí. Después de estar hablando un pequeño rato colgó y se dirigió a los muchachos.

-Chicos, ¿necesitáis que la policía os acompañe a casa?. -Dijo ya con un tono de voz calmado. -Me quedaré mucho más tranquilo si sé que no corréis peligro. - Se preocupaba por ellos y si era cierto que había un loco por ahí rondando no quería que les pasara algo, pero aquellas palabras también eran una invitación velada a que se fueran y le permitieran estar a solas con su familia después de aquel mal trago.

Mercy notó como Kurt se distanciaba de ella por el tonto comentario. Se acercó a él Osea... ¿qué quieres que diga?Osea, no?¿qué eres tú y nos peleemos por ti?¿saes? le susurró a la par que le pegaba un pellizco cariñoso sobre sus trabajadas abdominales.
Cuando menciono Kurt a Troy de esa manera, Mercy no pudo evitar poner mala cara. Son cosas que no cambiaran nunca. pensó para si misma.
Oseaaaaa que super mega fuerte, no? Osea! Me alegro de que Dereck por fin decida pasar de ella, saes?. Osea que super lástima no haberlo visto! Saeis? dijo. Mercy con tono triston.
Tras esto, Mercy escucho otro vehículo estacionar junto a la casa. Se asomó a la ventana. ¿Papá? preguntó super mega sorprendida.
No sabía que hacían allí tan temprano, ni por que su padre tenía el gesto tan serio y preocupado, asi pues, decidió mantenerse al margen hasta saber que pasaba.
Escuchó atenta la conversación que mantuvieron su padre y Linnie. Luego llegó la invitación de su padre hacia los chicos, para que se marchasen a casa..
Mierda! Otra vez que me quedo sin invitación para el baile! Al final me tocará ir sola! gruñio para si al ver como se desarrollaban las cosas.