Partida Rol por web

Sangrientas Navidades

Roja Navidad

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14/04/2016, 15:33
Director

Cuando volvió a abrir los ojos se encontraba tirado en el suelo de su cuarto, completamente desorientado y con un dolor tremendo de cabeza que no paraba de punzar su cerebro. Troy se incorporó a duras penas. Recordaba la pelea, y el puño de su padre viajando hacía su cara antes de sentir como le estallaba una bomba nuclear en la cabeza y todo se volvía negro. La sangre de la herida de su boca se había quedado seca en la mejilla sobre la que había estado tumbado.

Tambaleante fue hasta la puerta de su cuarto, allí trató de escuchar el resto de la casa. Ningún sonido hacía indicar que su padre todavía permaneciera en la casa. Se volvió y miró la ventana de su cuarto, el sol se colaba por el cristal e incidía sobre su cama. Dedujo entonces que debía ser por la mañana, miró el reloj de su pulsera y descubrió que eran las diez de la mañana del día de Navidad. Había permanecido inconsciente durante toda la noche.

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14/04/2016, 15:50
Director

La cena de la noche anterior se desarrolló de manera cívica hasta su conclusión. Esto quería decir que los cuchillos no habían volado para terminar clavados en el pecho de alguien. Sin embargo las miradas afiladas y algún que otro comentario mordaz salió a relucir durante la cena, a pesar de los intentos de Ryan y Chloe por normalizar la situación. Agradecieron que la cena terminaran sin mayores incidentes y sin que se montara la ya típica discusión de todas las cenas familiares con ataques a diestro y siniestro. Podían considerarlo como un pequeño milagro navideño.

No cantaron villancicos, ni celebraron la noche alrededor de una hoguera como se suponía que las películas mostraban que tenía que ser aquella noche. Después de cenar cada una de ellas regresó a su habitación individual y allí se encerraron a hacer sus cosas. Preparar el vestido para la noche siguiente, mandar mensajes a su pareja, o como en el caso de Kat leer una de sus novelas de ficción favoritas.

La noche pasó y cuando la mañana del día de Navidad llegó el árbol de la familia estaba colmado de regalos para todas ellas. Ryan y Chloe habían preparado un grandioso desayuno en la mesa de la cocina que incluía tortitas con sirope, zumo de naranja recién exprimido y los dulces favoritos de cada una de ellas. Era la sorpresa que sus padres habían preparado para ellas. Querían que esas Navidades terminaran por unir a la familia.

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14/04/2016, 15:50
Director

Jim celebró la Nochebuena con su madre. Cenando todo lo que ella había preparado y ofreciéndole su compañía para que olvidara al cabrón de su padre y lo sola que se sentía. Cenaron alegremente, hablando y riendo. No había muchas cosas en su casa, apenas tenían lo justo para ir tirando, pero lograron que la cena fuera algo especial. Jim se preguntaba como sería la cena en la casa de las Wells. Sus mayordomos habrían preparado una lujosa mesa llena de vasos y cubiertos diferentes que él no sabría ubicar, todavía se preguntaba porque el tenedor del pescado era distinto al de la carne y para qué diablos servía que cada comensal tuviera cinco copas diferentes con tamaños y formas tan dispares. Pero la familia Wells estaría acostumbrada a ello, comerían la suculenta cena con elegancia, se darían regalos y brindarían con champan del caro. En realidad Jim sabía que la familia no tenía sirvientes a su cargo y que aunque fueran una familia adinerada, la felicidad en esa mesa sería más bien escasa. El fuego cruzado de las gemelas pillaría en medio a Kat y su madrastra mientras el juez aporreaba con su martillo para poner orden. Seguramente sería un lugar hostil e incomodo para alguien como él. Miró a su madre y se sintió feliz. Ellos no tenían los problemas de los ricos.

Después de cenar fue a su cuarto e intercambió varios mensajes con Lindsey. Se acostó y cerró los ojos pero no podía dormir. Algo le impedía hacerlo pero no sabía que era. Tal vez fuera todo el conjunto de emociones tan dispares que había vivido el día anterior. Fue hasta su ventana sin saber muy bien porqué se sentía atraído hacía allí y miró hacía la calle. Allí lo vio. Observaba fijamente, como si estuviera vigilando su ventana. El Santa Claus que les había perseguido por el centro comercial, no podía verle la cara porque nuevamente la barba blanca se la cubría, pero reconocía su mirada. Le miraba fijamente, Jim sintió como su mirada se clavaba en él y tragó saliva incomodo. Después de que el Santa Claus sonriera a Jim, éste escuchó un ruido detrás suyo y se giró alarmado. La puerta se había abierto y su madre le daba las buenas noches, se iba ya a dormir. El susto casi mata a Jim pero logró disimularlo para no preocupar a su madre. Cuando volvió a mirar hacía la calle el Santa Claus ya no estaba allí.

Decidió no preocupar a Lindsey después de los problemas que había tenido con su padre y trató de dormir algo. A la mañana siguiente un sol pálido recibió al nuevo día. Si hacía buen tiempo, todo cambiaría. El día sería mejor. El baile sería memorable junto a su Linnie.

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14/04/2016, 15:50
Director

Al día siguiente, Derek no apareció en la cafetería donde habían quedado. Sidney esperó durante un rato largo a sabiendas de que Derek era un chico despistado con el tema de los horarios y no era raro que se quedara dormido, y más cuando tenía una cita por la mañana en un día festivo. Sidney creía recordar que habían quedado a las diez de la mañana, pero igual le había dicho a las once. Por si acaso esperó hasta esa hora y un poco más. Pero Derek no apareció. Igual le había dicho otra cafetería, pero no sabía si moverse por si aparecía o no hacerlo. Seguramente se había quedado dormido, no podía ser que se hubiera olvidado de ella. Esperaba que no hubiera vuelto con Sarah. ¡Y que no se hubiera olvidado que iban a ir al baile juntos!. Derek sería incapaz de hacerle una faena como aquella. No podía dejarla tirada. Después de comprar el vestido, arreglarse y tomar tantas ilusiones... Derek no era de esos. No, él aparecería. Estaba segura. Cinco minutos más y entraría por la puerta de la cafetería.

Sólo que no lo hizo.

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14/04/2016, 15:51
Director

La noche de Nochebuena de Kurt había sido una mierda. Había logrado beber en un bar solitario con su carnet falso y mantenerse alejado de su casa durante buena parte de la noche. Cuando llegó para dormir, la cosa estaba tranquila y pudo meterse a su cuarto sin que nadie se enterara de que había llegado.

Cuando despertó al día siguiente miró el móvil, Derek no le había vuelto a llamar. La noche anterior le había dicho que necesitaba hablar con él y habían quedado cerca del campo de entrenamiento. Kurt llegó allí puntual, pero Derek no aparecía. No era la primera vez que Derek se quedaba dormido y había que ir a buscarle. Afortunadamente vivía cerca del campo de entrenamiento y Kurt pudo llegar hasta allí de un paseo.

Cuando llego a su calle se encontró con varios coches patrulla de la oficina del sheriff acordonando la zona en torno a la casa de Derek. La puerta de la casa estaba abierta, alguien la había destrozado de un hachazo. Kurt pudo ver a varios policías entrar y salir de la casa. Enseguida se le revolvió el estómago. Algo malo había pasado.

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14/04/2016, 19:01
Troy Jacobson
Sólo para el director

Dolor. Era lo único en lo que podía pensar Troy en aquel momento. La cabeza iba a explotarle, le dolía la cara y tenía el cuerpo entumecido de estar toda la noche en el suelo. Se asomó por la puerta de su habitación. Silencio. Lo último que necesitaba era toparse de nuevo con su padre. Se dirigió al lavabo y se miró en el espejo.

- Joder... -dijo en voz alta.

Tenía un ojo morado, algo cerrado, y el labio partido. Se duchó como pudo, sintiendo pinchazos de dolor cada dos por tres. Bajo el chorro de agua, reflexionó sobre todo lo ocurrido en los últimos años y tomó una decisión. Llevaba tiempo queriendo marcharse y buscarse la vida en otro lugar, lejos de su padre y de todo el circo que era el instituto. En Birchmont nunca lograría su sueño de ser músico. Estaba decidido, se marcharía aquellas mismas Navidades. Aquel mismo día, si podía.

De nuevo en su habitación, sacó una vieja bolsa de viaje del armario y comenzó a guardar en ella parte de su ropa. No tenía mucho que llevarse, pero su intención era viajar ligero. Cogió alguno de sus cds favoritos, odiando tener que dejar allí todos los demás. Cogió su guitarra, dispuesto a guardarla en su funda, pero se paró frente a ella. A sus piés, la foto de su madre y él seguía tirada en el suelo. La cogió y la retiró del marco roto, guardándola en su bolsillo. Parecía que todo estaba listo. Por último, sacó una bolsa dle armario que no le pertenecía. Era la ropa de Mercy. Resopló, sin saber exactamente qué hacer. Finalmente decidió llevársela, ya decidiría después cómo se la devolvía.

Se giró hacia la cama para recoger su móvil. En cuanto lo cogió, recordó que aquella noche era el baile del instituto. "A la mierda", pensó. Guardó el teléfono y lanzó un último vistazo a su cuarto. Estaba a punto de dejar su antigua vida atrás. Bajó las escaleras en silencio y se encaminó hacia la salida. La casa le parecía, de repente, extraña. Se paró frente a la puerta y respiró hondo. "Vamos allá". Abrió y salió a la calle. El sol brillaba y la carretera estaba despejada. Parecía una buena señal. Sonrió, a pesar de la tirantez que sentía en el labio al hacerlo. Buscó su reproductor de música en los bolsillos de la chaqueta pero no lo encontró. ¿Cómo podía ser? Siempre lo llevaba encima. Lo llevaba ayer cuando salió del instituto, lo llevaba cuando subió al coche de... Miró la bolsa de Mercy. El reproductor estaba en su coche. Parecía no haber mas remedio, tendría que decirle de quedar. Tan solo esperaba que la vena Wells no le saliera en venganza por el supuesto video que las amigas de su hermana le hicieron. "Me ocuparé de ello después" pensó mientras echaba a andar, "ahora lo primero es pillar un billete de bus a Bemidji y de ahí coger...". * Entonces cayó en la cuenta: Era Navidad. ¿Habría viajes aquel día? ¿Estaría la estación abierta, siquiera? Su poco elaborado plan se iba complicando a cada momento. Posiblemente necesitaría que alguien lo llevara en coche hasta Bemidji, e incluso una vez allí quizás debería esperar hasta mañana. Se paró de nuevo y dejó los bultos en el suelo. Se pasó la mano por el pelo, pensando. Su mirada volvió a posarse sobrela bolsa de Mercy. Recapacitó un instante y sacó el teléfono, escribiendo con rapidez.

Hey, tengo tu ropa. ¿Cómo te va bien quedar apra que te la devuelva? Por cierto, necesit...

Paró de pronto. ¿En serio iba a pedirle a Mercy, la chica que quizás esté pillada por él, que lo ayuda a largarse y no verle más? Bravo, Troy. Borró el mensaje y cerró los ojos, intentando pensar como un ser humano, esta vez. Decidió escribir a Jim. Si necesitaba ayuda, él era el único en quien podía confiar plenamente. Quizás podría pasar parte del día con él y terminar de decidir qué hacía. Troy estaba un lio, pero siguió caminando hacia la estación de autobuses. Era la única parte del plan que estaba clara: O había viajes o no. * Así haría tiempo hasta que Jim le contestara.

Notas de juego

* Lo de los autobuses ha sido por decir algun tipo de transporte. Si tenías pensado que hubiera otra cosa, o que no haya forma de salir mas que con vehículo privado, dímelo y lo cambio o edita lo que creas conveniente. De todas formas, yo mismo ya me he puesto el inconveniente de que sea festivo y tal, para forzar al personaje a quedarse hasta que pase el baile. No soy ningún rompepartidas, por eso no te preocupes :P

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14/04/2016, 21:03
Troy Jacobson

Troy escribió:

Shaggiermeister, ¿haces algo esta mañana? Estaré por el pueblo, dime algo cuando puedas.

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16/04/2016, 04:31
Lindsey Wells

Por suerte la cena de nochebuena terminó siendo una velada amena, considerando la falta de predisposición por parte de Lindsey ya que no dejaba el móvil ni para beber un poco de jugo, como así también la presencia de Kat y Mercy en una misma mesa, siendo un determinante fortuito de dardos verbales asesinos. Al margen de todo y pese a los esfuerzos tanto de Ryan como de Chloe, las expectativas fueron superadas, al punto culmine de que cada una se retiró en paz a su habitación sin peleas de por medio. 

Un nuevo día... 

Eran las 9 hs de la mañana cuando el sonido de su móvil la despierta, claro estaba que Jim era quien le daba los buenos días, como todo novio preocupado por su chica. Al leer el mensaje, Linnie se incorpora de la cama portando un semblante irreconocible, se la notaba feliz, radiante e incluso llevando consigo esas ganas locas de pasarlo bien. 

Como era de esperar, aún siendo Navidad, enciende su reproductor de música considerando que siempre lo es y será un martirio para Mercy escuchar a su hermana cantar, por tener su habitación justamente al lado. Poco le importaba a la animadora las quejas de la gemela, puesto que una nueva melodía comenzaba a sonar y para nada se reprimió de acompañar con su voz las estrofas de la canción. 

Will you still love me
When I'm no longer young and beautiful?
Will you still love me
When I got nothing but my aching soul?
I know you will, I know you will
I know that you will
Will you still love me when I'm no longer beautiful?

El amor había inundado el corazón de Lindsey y poco le importaba las opiniones del resto, era la primera vez que se encontraba tan bien, por esa razón, cantaba con tanto sentimiento que ni siquiera había sentido algo similar por Kurt. Al parecer el nerd bohemio, le había pegado muy fuerte o tal vez la relación se consolidó luego de un largo período en la indecisión. Lo único que pesaba aquí era el cambio de ella y su reinante felicidad. 

Luego de un largo baño de burbujas y sales aromáticas, se viste con un atuendo invernal: Sueter negro al cuerpo, falda marrón corta, medias negras largas y botas marrones. Una vez organizado el cuarto, deja la música sonando en su habitación mientras baja por las escaleras hasta el living donde se encontraba el árbol de Navidad y un elaborado desayuno. Sólo que antes de siquiera apreciar todo el trabajo realizado por sus padres, es su perro "Blue" quien la recibe dando pequeños saltos, con él en brazos espera al resto de la familia para abrir los regalos. 

Y de paso, enviar un mensaje a su novio.

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16/04/2016, 05:11
Lindsey Wells

Mensaje de texto o whatsapp: 

Amor. ¡Feliz Navidad! Una noche sin ti carece de sentido porque extraño estar en tus brazos. 

Te amo Jim. 

Linnie.-

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16/04/2016, 14:45
Kurt Williams
Sólo para el director

El dolor de cabeza que le producía la cerveza tras pasarse la noche anterior hacía mella ahora en él. Por suerte era un tío bien acostumbrado y se levantó pronto sin problema, condujo con el cariño acostumbrado a su bebé, y llegó con puntualidad suiza al lugar donde había quedado con Dereck. 

Era normal que su amigo se retrasara, no sería la primera ni la última, seguro, que el chico se quedara dormido y no diera señales de vida hasta varias horas después. Sin embargo, hoy no iba a ser uno de esos días; Dereck llevaba actuando raro desde el día anterior, y se moría de ganas de saber que ocurría, así que decidió que el frío aire de la mañana le ayudaría a pasar la resaca mientras se acercaba a casa de su colega y le despertaba al fin. 

Mientras caminaba con tranquilidad, no tenía prisa ninguna, fue pensando en lo que sabía. Dereck había dejado a Sarah, algo ya de por si tan extraño como un perro verde, luego no había ido a entrenar, algo preocupante, y encima no había querido salir la noche anterior tras la cena, tal como hacían desde hacía varios años, sobre todo sabiendo lo mal que lo pasaba él desde que su madre no estaba. 

Pese a todo nada le había preparado para lo que vio al llegar a casa de su mejor amigo. Los coches de policía bloqueaban toda la zona y los hombres del sheriff iban de un lado a otro hablando con la gente, entrando y saliendo del hogar del chico e intentando evitar las miradas curiosas de vecinos y transeúntes. 

¿Qué había pasado? No quiso pensarlo y no pudo. Una alarma se encendió en su cabeza y salió corriendo antes de siquiera darse cuenta de lo que estaba haciendo. Se sentía fatal, algo iba jodidamente mal. Le falto poco para atravesar el control de las patrullas, pero uno de los agentes logró interceptarle y pararle de golpe. 

- ¿Qué ha pasado? ¡Dejádme entrar! - Las palabras salieron atropelladas, nerviosas, dichas mientras forcejeaba y empujaba al policía para que se apartara de él, haciendo uso de su gran fuerza. Luego se quedó mirando la puerta destrozada, como si estuviera vencido -. ¿Dónde está Dereck...? 

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16/04/2016, 23:44
Jim Thompson
Sólo para el director

Los tenues rayos de luz del lívido sol invernal atravesaron la cortina entreabierta que cubría la ventana de Jim Thompson e impactaron sobre sus párpados cerrados, haciéndole despertar. En ese preciso momento todo era perfecto. El chico holgazaneó durante un par de minutos entre las mantas, arropado por el maravilloso estado en el que, recién desvelado, el cerebro aún no funciona correctamente, y la realidad parece un tenue manto de nimiedades. Pero esto no dura más que in instante, y tan pronto como su cabeza comenzó a funcionar, todos los sobresaltos del día anterior asediaron su mente. Jim se incorporó sobre la cama, y dejó pasar los primeros cinco minutos de la mañana rememorando todo lo que había ocurrido el día anterior: La pelea, Cameron, Lindsey, el stalker, Cameron de nuevo, el Santa Claus, Ryan Wells… ¡Y el Santa Claus de nuevo!

Jim saltó de la cama de forma maquinal y se acercó corriendo a la ventana, con el fin de observar los alrededores de su casa. El Santa Claus le había seguido hasta su casa, sabía dónde vivía. ¿Era él el objetivo del maniaco? Un par de minutos pasaron, y una nueva duda invadió al muchacho: ¿de verdad había visto al Santa Claus desde la ventana de su cuarto? ¿O tal vez fue todo una confusión producto de una mente agotada y sobresaltada? Jim pensó en hablarlo con su madre, o tal vez con la policía pero, ¿quién creería la historia de un Santa Claus macabro acechando la ventana de un joven adolescente? Especialmente cuando el joven adolescente en cuestión acumulaba sanciones por posesión de sustancias psicotrópicas. Jim resopló disgustado y frustrado, pues no solo no conseguiría que nadie le creyera, sino que no conseguía creérselo él mismo. Había desaparecido tan rápido que no podía asegurar que realmente hubiera estado ahí en primer lugar.

Intentando aparentar tranquilidad, Jim salió de su cuarto y se dirigió a la cocina. Con la cabeza tan llena de información como la tenía esa mañana, se sorprendió de encontrar su desayuno preparado, y a su madre en la cocina limpiando la mesa de la cena de la última noche. Evidentemente, era día festivo, comenzaba la navidad. Jim saludó con un beso cariñoso a su madre y la abrazó con fuerza. Aunque no pudo compartir la noche anterior con Lindsey, en su casa halló tanta o más felicidad que la que podría esperar en cualquier otro lugar. Su madre y él se las arreglaban para conseguir convertir sus escasos recursos en una fuente de inagotables momentos alegres, y la nochebuena no fue una excepción, sino una confirmación absoluta de esta capacidad. Jim charló durante todo el desayuno con su madre, placer que la mayoría de las mañanas no podía disfrutar ya que su madre se pasaba el día trabajando. Hablaron de todos los temas: de los estudios de él, del trabajo de ella, del tiempo en Birchmont, de lo maravillosa que era Lindsey (aunque sin desvelar aun su relación, a pesar de que Jim estaba seguro de que su madre lo intuía), de las notas de Mercy, su alumna, y sobre todo, del baile… pero no le comentó los escabrosos sucesos del día anterior. Sabiendo que ni él mismo estaba seguro de todos los sucesos, y de que el cuerpo de policía de Birchmont estaba ya informado de la presencia de un stalker y que por tanto andarían alerta, Jim decidió no preocupar a su madre en vano.

Cuando ambos hubieron terminado de devorar su desayuno, mientras tomaban un segundo café, como acostumbraban a hacer cuando desayunaban juntos, Jim escuchó el sonido de mensajes de texto de su teléfono móvil sonar una y después otra vez. El chico sonrió a su madre y se excusó para atender los mensajes, esperando que fuera Lindsey con algún mensaje de amor. No se equivocó en uno de los casos, pero el otro no era de la animadora, era de su amigo Troy. Jim no les hizo esperar y contestó inmediatamente a ambos.

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16/04/2016, 23:45
Jim Thompson

Apenas un minuto después de enviar su mensaje, el teléfono de Troy recibió una respuesta del chico.

Estoy completamente libre Mr. Troy. Y feliz Navidad, por cierto. Te propongo una quedad en el centro comercial. Birchmont no tiene mucho más. Aunque si se te ocurre algo, lo acepto de antemano :)

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16/04/2016, 23:45
Jim Thompson

Un par de minutos después de enviado su mensaje, Lindsey recibió la respuesta de su novio.

¡Feliz Navidad, amor mío! No hemos podido estar juntos, pero me he dormido mirando las estrellas, para poder imaginarme tu luz. Estoy ansioso por compartir un baile mágico contigo. <3 <3 <3

PD: ¿Qué tal la noche ayer? ¿Lo arreglaste con tu padre? ¿Me odia mucho?

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16/04/2016, 23:54
Lindsey Wells

A los segundos un mensaje aparecía en el móvil de Jim. 

¡Aww que tierno! 

Como verás no fue mala, dale tiempo y te querrá. Es más no he discutido en toda la noche con mi hermana. ¿A que no es un milagro de navidad? xD

Si, no te olvides de venir a buscarme. Me encantaría verte con el traje. 

<3

Selfie para ti...

 

 

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17/04/2016, 02:31
Sidney Evans
Sólo para el director

A pesar del susto que se había llevado con el Santa Claus acosador, Sidney se había sentido animada y feliz como hacía mucho tiempo no se sentía. El problema vino cuando, de camino a su casa y una vez separada de Kat, pensó en la cena que le esperaba junto a los despojos de lo que era su familia, si por ella fuera se encerraría en su habitación y no saldría hasta la mañana siguiente.

Para su sorpresa, los ánimos en su casa estaban mucho más tranquilos que los últimos meses, en especial su padre que incluso había decorado la casa y preparado la cena. Y su madre... hacía mucho tiempo que no la veía tan serena, aunque sabía que eso duraría poco. Sidney, a pesar de que tenía ganas de subir a su cuarto para dejar todas las cosas preparadas para el día siguiente, tumbarse en la cama y soñar con lo magnífico que sería el día siguiente, hizo el esfuerzo de mantenerse alegre, o todo lo alegre de lo que fue capaz, sobre todo para que su padre no se sintiera tan frustrado y triste como estaba últimamente. Las conversaciones fueron triviales, las risas breves y el recuerdo de las cenas familiares de Navidades pasadas flotó en el ambiente durante unos breves instantes.

Pero como Sidney temía, las nubes volvieron a aparecer dentro del comedor cuando los dulces sobre la mesa trajeron recuerdos de su hermano. Aquellos días eran para pasarlos en familia y ellos, en esos instantes, sólo parecían extraños ante un plato de comida.

Sin motivos para seguir alargando la velada, Sidney se despidió de sus padres y subió a su habitación, donde los sueños podían hacerse realidad como bien demostraba el paquete que guardaba su vestido. El vestido que luciría del brazo de Derek. Emocionada, ilusionada, feliz y nerviosa, lo dejó colgado en una percha de tal forma que lo pudiera ver. Ese pedazo de tela era la confirmación de que las esperanzas, las ilusiones y los sueños, cuando se creía firmemente en ellos, podían hacerse realidad y que, por muy mal que fueran las cosas, siempre volvía a luz el sol.

Imaginando cómo sería el día perfecto, el día que iría al baile con su querido Derek, se quedó dormida casi sin darse cuenta. Esa noche no tuvo pesadillas. Esa noche, por fin, pudo descansar tranquila.

Ni siquiera hizo falta que sonara la alarma del despertador, Sidney llevaba en pie desde bastante antes, nerviosa y excitada ante la primera parte de su cita... El desayuno con Derek.

Se dio una relajante ducha, se vistió de manera sencilla con unos vaqueros, unas botas y un jersey de lana, caliente y confortable, y se dispuso a salir de casa. Incluso el día parecía acompañar a su buen humor pues había dejado de nevar y las calles se veían despejadas de nieve.

Unos minutos antes de la hora fijada, Sidney se encontraba sentada a la mesa de la cafetería donde había quedado con Derek. Una taza de café humeante se encontraba ante ella pero los nervios le impedían dar ni siquiera un trago a la bebida. La mirada fijada constantemente en la puerta de entrada.

El tiempo pasaba y Derek no aparecía. Al principio Sidney no se preocupó demasiado ya que sabía lo despistado y poco puntual que era el chico, pero después de media hora, la preocupación empezó a instalarse en su cabeza. Pidió un segundo café, imaginándose que con toda seguridad su amigo se había dormido y que aún había tiempo para que llegara. O quizás había sido ella la que se había equivocado de hora.

La mirada de Sidney no dejaba de bailar entre el reloj y la puerta, y la alegría inicial se había tornado en una tristeza y una preocupación cada vez más creciente. Sus negros pensamientos comenzaron a atacarla e imágenes de Derek volviendo con Sarah, dejándola colgada en el baile y cientos de cosas más, acudieron a su mente.

Una hora después ya no sabía qué hacer, su corazón le decía que seguramente no habría oído el despertador y estaría durmiendo a pierna suelta, en cambio su cabeza sólo le gritaba que la había dejado tirada, que se había reído de ella y que no merecía la pena seguir esperando.

Pero siguió esperando un poco más... Media hora más... Hasta que se dio cuenta que Derek no vendría.

Se levantó, pagó las consumiciones y se alejó con la cabeza hundida entre los hombros. Ahora la incertidumbre residía en saber si la invitación al baile seguía en pie y, para ello, tenía que hablar con él.

¿Iría a su casa para saber qué había pasado? No, eso no... se moriría de vergüenza. ¿Mandarle un mensaje? Sí, eso sería lo mejor, pero ¿cómo lo debería expresar? No podía sonar enfadada, tampoco ansiosa... ¿Preocupada? Sí, esa podía ser una solución.

Sacó el móvil y comenzó a teclear.

Derek ¿pasó algo malo? Te estuve esperando donde habíamos quedado pero no apareciste. Seguro que te has dormido. Lo de esta noche sigue en pie ¿verdad? Nos vemos.

Estuvo indecisa unos leves instantes antes de dar al botón de enviar. Si no tenía respuesta a su mensaje entonces ya sabría a qué atenerse y su noche especial consistiría en quedarse encerrada en su habitación, tirada encima de la cama llorando.

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18/04/2016, 01:56
Mercy Wells

Fue duro, pero Mercy logró superar la cena de Nochebuena sin sacarse los ojos con nadie, salvo las típicas pullitas que eran la canción de cada día en aquel hogar. Además, eran la salsa de la vida y a Mercy le llegaba a divertir ver hasta donde podían aguantar todos, incluida ella, aquellas frases y comentarios que se lanzaban como dardos envenenados sin tregua alguna. Cuando acabó el castigo de la falsa familia unida y feliz, Mercy se retiró a su cama. Tenía mucho que pensar y decidir. Antes de dormir le envió un mensaje a aquel chico tan especial felicitándole las fiestas, algo que no pudo hacer ni con él a su lado.

A la mañana siguiente, Mercy dormía feliz. Su cara lo decía todo. Soñaba con aquel chico, corrían por la nieve. Jugaban a lanzársela uno al otro. Ambos reían felices. Él derribaba a Mercy con una facilidad asombrosa y se sentaba sobre su vientre, para que no corriese, mientras continuaba lanzándola nieve encima. Mercy gritaba y reía, tratando de cubrirse inutilmente con las manos. Entonces el chico trató de inmovilizarla las manos, al hacerlo se inclinó sobre ella, quedando ambos rostros muy cerca. Las risas se apagaron y se hizo el silencio. Ambos se miraban a los ojos, luego a los labios. Lentamente él se acercó a los labios de ella para besarla y entonces.... Sonó la radio de Linnie, como no a todo volumen. Los berridos de su hermanastra acompañaban la canción.

Mercy no quería levantarse y menos aún para hacer el paripé bajo el árbol. Dios! Si ya tenían 17 años!!! Se dió la vuelta en la cama y se puso la almohada sobre la cabeza. Quería volver a dormirse. Quería continuar con ese sueño.

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18/04/2016, 02:16
Mercy Wells

Mensaje enviado el 24 de diciembre a las 23:57.

Espero que pasases una buena noche. Si no es así, no te preocupes, la mía fue un asco, así pues: bienvenido al clan. Buenas noches y Feliz Navidad. Hasta mañana.

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18/04/2016, 15:49
Director

Sidney decidió mandar un mensaje a Derek para saber que era lo que había ocurrido. Sabía que el muchacho era despistado y solía llegar tarde a todas sus citas, pero aquello era el colmo, o se había olvidado por completo o algo malo estaba sucediendo, como su posible reconciliación con Sarah. De todos modos, aunque hubiera regresado con su ex-novia, Derek no era del tipo de personas que dejaban colgada a una amiga y mucho menos de las que incumplían su palabra.

El mensaje que le había enviado reflejaba su preocupación, tanto por él por no haber acudido a la cita de aquella mañana como por el estado de su cita para aquella noche. Era el baile de Navidad y él la había invitado. Sidney había depositado muchas esperanzas en ese baile, en ir con el hombre al que amaba, en que el vestido que se había comprado lograra cautivarle, enamorarle, conquistarle...

Mientras caminaba de vuelta a su triste y roto hogar llevaba consigo el móvil, sujetado en la mano, a la espera de la respuesta de Derek. Miró varias veces el estado de sus mensajes por si le había contestado y no se había percatado de ello por ir caminando, pero Derek no le había contestado ni tampoco llamado. Ni tan siquiera una misera llamada perdida. Derek no daba señales de vida.

Pensó en él. Era muy amigo de Kurt, casi inseparables, uña y carne, como ella y Kat. Y Kurt era un idiota. Un completo cabrón que no paraba de atormentarla cada vez que se cruzaban en los pasillos. Pensaba que Derek era diferente, y que la defendía de Kurt cuando veía que éste se pasaba con ella. Incluso Kurt se había comedido en sus ataques a Sidney cuando Derek estaba presente. Pero después de aquel plantón, la muchacha empezaba a preguntarse si todo formaba parte de una elaborada broma pesada de mal gusto. De las típicas que Kurt sería capaz de realizar. No se imaginaba a Derek haciendo algo semejante. No podía ser verdad. Pero también cabía la posibilidad de que toda esa panda fuera igual de despreciable. No eran como ella, Kat o como el propio Troy, enemigo íntimo de Kurt. Ellos eran la élite, los tipos guays del instituto. Pertenecían a otro escalafón social, y los nobles nunca se mezclaban con la plebe.

Mientras divagaba sobre todas estas teorías pensativa no se dio cuenta de que Troy venía frente a ella hasta que fue demasiado tarde para evitarle. Sus ojos estaban húmedos y enrojecidos y no quería que le vieran así. Estaba al borde del llanto y ya se hacía a la idea de que esa noche en lugar de ir al baile la pasaría llorando, pero no estaba segura de poder aguantar las emociones si Troy le preguntaba. Alzó la vista tímidamente hacía él y se percató de que llevaba un ojo morado, casi completamente cerrado, el labio partido y lleno de sangre reseca. Su aspecto estaba totalmente demacrado. Cargaba con varias bolsas, su mochila y su guitarra.

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18/04/2016, 16:21
Director

Troy había decidido poner punto y final a la situación que vivía con su padre. Los puñetazos que había recibido hasta caer inconsciente habían sido el detonante para mandar a la mierda todo eso. No podía aguantar ni un segundo más en Birchmont, odiaba ese pueblo, odiaba a su padre y odiaba todo lo que había vivido allí desde que su madre se fue. Cogió sus cosas y las metió en una bolsa de viaje, lo que no le cabía allí lo metió en bolsas y recogió la foto del marco roto que había tirado su padre al golpearla con la lata la noche anterior, también se llevaría con él un pedacito roto de los recuerdos de su vida anterior. También cogió la bolsa de la ropa de Mercy, debía devolvérsela antes de irse y recuperar su reproductor de música. Iba a escribirle un mensaje pero se dio cuenta de que no podía pedirle que la hiciera participe de su fuga. Se dio cuenta entonces de que tenía un mensaje de ella en su teléfono, en él comparaba su "asquerosa" Navidad con la de él. Seguramente, estar colmado de regalos, pavo y una gran familia era mucho peor que el que tu propio padre te golpeara hasta dejarte sin sentido. Así pues, decidió avisar a Jim, mientras le contestaba iría a comprar su billete sin retorno.

La estación de autobuses de Birchmont, la cual era la vía más rápida para llegar a Bemidji, se encontraba abierta pero en el puesto de venta de billetes la trabajadora le informó de que aquel día sólo trabajaban dos autobuses: uno había salido a las 8 de la mañana y el otro lo haría a las 8 de la tarde, pero éste último estaba completo y ya no podía emitir más billetes porque no quedaba ninguna plaza por cubrir.

Lamentando su suerte se dirigió hacía el centro comercial, dónde Jim le había sugerido quedar. De camino allí pasó por una calle de casas de una planta con un pequeño jardín. Era el barrio de la clase media de Birchmont, allí vivía la gran mayoría de sus compañeros del instituto, aquellos que no tenían los suficientes recursos como para no vivir en su barrio y no contaban con tantos como para ser vecinos de las Wells. Frente a él apareció Sidney. Caminaba por su misma acera, y ya era tarde para disimular no haberla visto, aunque no estaba seguro de que ella se hubiera fijado en él pues mantenía la vista en el suelo y caminaba pensativa. Finalmente alzó los ojos humedecidos y tristes y vio a Troy. Pese a que su cara mostraba abatimiento la vio muy guapa, vestía de forma sencilla, sin alardes, pero manteniendo su belleza natural. Troy sintió que las emociones que sentía por ella volvían a apoderarse de su pecho.

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18/04/2016, 16:41
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Contestó a los mensajes que Troy y Lindsey le habían enviado mientras hablaba con su madre y disfrutaba de un rico desayuno y de una placentera charla con ella. Lindsey le decía que por su casa todo iba bien, que la cosa se había tranquilizado y que con el tiempo su padre le apreciaría. Jim todavía recordaba la visión del Juez Wells aplastándole con su martillo y eso le hizo tragar saliva nervioso. Por su parte, Troy le invitaba a quedar en aquella mañana y, puesto que últimamente había dejado algo de lado a su colega por la atención que le dedicaba a su nueva novia, decidió dedicar esa mañana a afianzar su amistad con Troy.

Se dio una ducha y se despidió de su madre. Al salir giró a la izquierda y al llegar a la siguiente calle de su vecindario se encontró con algo que no esperaba y que le dejó de piedra. Varios coches patrulla de la oficina del sheriff habían acordonando la zona en torno a la casa de Derek Spencer, quien vivía cerca de Jim. La puerta de la casa de los Spencer estaba abierta, alguien la había destrozado de un hachazo. Jim pudo ver a varios policías entrar y salir de la casa mientras otros trataban de contener a los curiosos que se habían empezado a congregar entorno al cordón de seguridad. Enseguida se le revolvió el estómago. Algo malo había pasado. Vio a Kurt discutiendo con uno de los policías e intentando que le dejaran pasar, gritaba alarmado preguntando por Derek, pues ellos dos eran grandes amigos. Kurt tenía demasiada fuerza para ser contenido y tuvo que acudir el sheriff a calmarle.