Valar Morghulis

¿Y qué haces tú aquí? El Valar Morghulis es tierra de nadie, situado en la zona éste de la ciudad, a mitad de camino entre la zona Cruoris y la Acerbitas, a él se puede callejear por la zona franca, siguiente el único puente que hay en Sanguinum, sin riesgo de pisar zonas que no te pertenecen. Te han hablado mucho de ese lugar, aunque nunca jamás has ido, según uno de tus contactos apenas tienes que llamar a la puerta negra como la noche, y mostrar tus colmillos, no necesitas nada más, el tipo de la puerta te abrirá. Él no sabía lo que había ahí dentro, pero sabía que conocerías a más como tú,  y vérselas con otra bestia nocturna siempre resulta interesante así que nada más caer la noche la idea aborda tu mente de tal manera que no puedes escapar.

- Al abrir la puerta el tipo te apuntará con un arma extraña, y deberás mostrarle tu mascara, a partir de ahí, podrás entrar con ella puesta, si no llevas máscara no podrás pasar.

Eso te dijo tu informante, y con máscara en mano, tus pies se encaminan al El Valar Morghulis, hasta la calle Slave Walk.

Tal y como te informaron, un tipo, con la cara quemada y unas gafas de soldados redondas te abre la puerta, tú le muestras tus colmillos y al abrir, te apunta con un arma extraña, no tienes ni idea de lo que dispara pero desde luego no será nada cariñoso lo que salga de ahí. Le muestras tu máscara, te cubres la cara y entras.

Al fondo de un largo pasillo oscuro que te lleva unos quince minutos recorrer a paso ligero, una puerta roja, y al pasarla, un local, abarrotado de gente (*primera imagen), una barra llena de botellas con nombres de licores que no te resultan familiares, varias camareras, la música sonando, todo el mundo enmascarado, incluso los del escenário.

En ello estás aún, observando el local, cuando te topas con ella, sentada en la barra, con sus dos "mascotas" atadas a su taburete:

(Ves lo que hay en el dibujo, sólo que ella está enmascarada)

En serio no se quien se lo comento a quien pero por algun motivo ese nombre acabo llegando a mis oidos. Uno de los miembros de mi banda, Jacob en mitad de una de sus borracheras, Preshea en un simple comentario. Ni la mas puñetera idea pero tampoco es que importe demasiado, solo basta decir que una vez el maldito nombre del local, Valar Morgulis decidio meterse en mi cabeza no ha salido de alli. El local en si se encuentra en una especie de zona gris, a mitad camino entre mi familia y la Cruoris. Y ese simple hecho ya me gusta, si ademas se incluye que es un lugar reservado solo para los de mi raza, el gusanillo de la curiosidad ya llama de frente, sin tapujos y con un puto ariete bajo el brazo. Miro la palidez de mi rostro, mi raza... mejor dicho mi nueva raza. Vampiro, quien diria que un niño nacido en la zona mas baja del apestoso lodazal de la calle de los Ajos, llegaria un dia hasta donde estoy. Por un lado tengo mi propio lugar en los Barrios Bajos y por otro... soy... algo parecido a un mueble para la familia Acerbitas, pero al menos un mueble revoltoso... si esperaba esa niñata que me comportase como uno de esos snobs chupacaracoles va bien jodida. Ahhh... deja de pensar en esas mierdas y sal antes de que a la reina de hielo se le ocurra llamarte, sino estoy no puede decirme nada.

Salgo de mi local recibiendo un mas que obvio repaso por parte de Preshea, asiente lentamente como aceptando mi manera de vestir. Niego lentamente mientras salgo por la puerta a la fria noche. Noto como el vaho se forma gracias a la respiracion del par de matones que hay en la puerta, al verme se apartan con respeto murmurando una disculpa. Les sonrio sin mostrar mis dientes y le doy una suave palamda en el hombro a uno de ellos. - Atentos chicos, esta noche tiene pinta de que sera buena. - Sin nada mas que añadir me pierdo entre los callejones en busca del camino mas rapido al puente. A partir de ahi sera facil encontrar el Valar. Las calles estan como siempre, vagabundos, pillos y algun ladron, es uno de estos ultimos el que cabecea en mi direccion... mas yo no digo nada y entro ya en la calle que me lleve al puente... atravieso el mismo permitiendome echar un breve vistazo a la oscuridad del cielo y permitiendome que esas tinieblas me reconforten. Adoro la noche y ahora vivo en ella, no entiendo mucho y espero poder sacar algo en claro en ese local. Camino con tranquilidad, no me gusta llamar la atencion y prefiero observar a ser observado... hasta que por fin veo la puerta del local.

A ver, enseñar los dientes y despues ponerme la mascara... la gente urde unas cosas un tanto raras. Tal vez se a bueno tanto teatro, deberia aplicarlo a alguno de mis locales... no se, le preguntare a Preshea que piensa. Me acerco a la puerta y golpeo dos veces, un individuo con toda la pinta de ser un exsoldado aparece, su cara esta marcada a fuego... interesante. Le muestro mis afilados caninos y su respuesta es una bonita arma en la cara... la mascara. Sonrio y levanto la mano mientras busco en el lado derecho de mi chaqueta, no... no esta. Palmeo el izquierdo y tampoco esta... le miro y veo como su dedo se tensa sobre el gatillo. ¿Podre esquivarla? Aun asi decido que hoy no es la noche para esto, asi que saco una de la parte de atras, una mascara de lobo albino que coloco sobre mi rostro. El hombre baja el arma lentamente y me permite pasar, sin poder evitarlo pienso que si alguien no se sabe el truco sera divertido ver que pasa... tal vez deberia probarlo algun dia.

Camino por un largo pasillo, e incluso yendo a buen ritmo es una puta pesadilla de caminata de asi quince minutos... asi es normal que incrementen sus ganancias, con semejante paseo a cualquiera se le abre el apetito. Por fin llego a una puerta roja y ala travesarla no puedo mas que sonreir, una sonrisa escueta pero marcada por una mezcla de deprevacion y emocion a partes iguales... llegase de donde llegase ese consejo ha merecido la pena. El local es una delicia, las mujeres desnudas y semidesnudas atraen sin ninguna duda mi vista pero unicamente durante un instante mientras visualizo el lugar en toda su extension. Me acerco a la barra para darme cuenta de que no reconozco muchos de los licores, o mejor dicho la mayoria de ellos. Las botellas son exoticas tanto en forma como en color y entonces caigo en la cuenta de que todo el mundo inclusive camareros y bailarinas llevan mascara... pero aun asi, aun con todo lo nuevo una figura se impone sobre las demas. Incluso con la belleza que rodea el lugar, los cuerpos y el ambiente, una persona irradia un aura tal que se yergue sobre los demas como si fuera una rosa en un campo de cardos. Su aura, su belleza sin duda son avasalladores y me doy cuenta de que ya he encontrado a mi presa de esta noche. Humana o vampira tengo que conocerla... aun mas tras dejar caer mis ojos sobre sus mascotas. Puedo notar como esa sangre que no bombea en mi frio cuerpo pide a gritos acercarse a ella.

Me adelanto hasta quedarme cerca de ella, no demasiado, solo lo suficiente como para que repare en mis vestimentas y en mi fisico, para despues mirar a sus mascotas con verdadera curiosidad antes de sentarme en la barra. Su fisico me impresiona pero no dejo que eso salga a relucir en mis movimientos. Las mascotas en si ya atraen la atencion mas que de sobra, la manera en las que las lleva, atadas, con cuero desperita aun mas mi curiosidad pero tambien tengo en cuenta que por mucho que me interese ponerla a prueba no quiero irme de este local tan pronto... al fin y al cabo la noche es joven y quiero, aprovecharla al maximo en todos los sentidos. Sin mirarla hablare en voz lo suficientemente alta para que me oiga. - Unas magnificas mascotas. - No hay ironia en mi tono, sino todo lo contrario. Las macotas son dos bellas mujeres. - Son lo suficientemente bellas como para atraer las miradas y lo justo, para aumentar la vuestra sin eclipsarla. Un gusto exquisito sin duda.

(Cuando se vuelve la ves, la máscara es un rostro humano, del color que debe tener el tiempo cuando las muñecas con viejas, está toda resquebrajada, el artesano lo ha hecho tan bien, que puedes ver los surcos negros en la máscara - más rota que en la foto, pero siguiendo el mimso estilo- con los labios rojos, ves sus ojos a través de las cuencas de la máscara, de color rojizo, a juego con el color de los labio, es una de las máscaras más humanas del local).

Nada fuera de lo común, la noche estaba resultando muy aburrida, incluso Bastet y Sekhmet están demasiado tranquilas.

Frente a mi mano, un Infintum, una de las bebidas más fuertes de este tugurio, se lo han montado bien pero podría ser infinitamente mejor. Observo mi copa, de color azul eléctrico, con evidentemente, unos toques de rojo vitae, aunque el color azulado se haya comido el rojo sangre, lleva más cantidad de sangre que de… no sé lo que es, no sé si es alcohol, o qué contiene, nadie lo sabe, pero pega fuerte y eso es lo especial y divertido aquí dentro.

En ello estoy pensando cuando escucho una voz a mi espalda, y me vuelvo. Observo al hombre, repasándolo con la mirada, lentamente, delatándome en la espera, y tardo varios segundos en responder, observándolo con curiosidad.

Bastet y Sekhmet se acercan a él, lo huelen, Bastet abraza una de sus piernas, atraída de una manera animal por el hombre y yo lo miro curiosa, intentando no parecer sorprendida ¿Qué haces Bastet? Tiro un poco de la correa de su cuello para quitársela de encima.

- Discúlpala, a veces le pierde el instinto, parece que no ha podido contenerse… El gusto es mío, sin duda alguna, qué adulador…. – doy un par de golpecitos en el taburete de al lado, invitándolo a sentarse - apuesto a que logra sacarles los colores incluso a las muchachas más atrevidas… - el atrevimiento animal de Bastet ha despertado en mí curiosidad por este hombre, pues jamás había hecho nada parecido – por suerte yo no soy ninguna muchacha, y me temo que ya no puedo sonrojarme, aunque sus palabras bien lo valen. ¿Nuevo en el Valar Morghulis?

Intento trivializar la conversación, poniéndolo así a prueba, con la esperanza de que no sea tan aburrido como el resto, si decide responder a mi tediosa pregunta, y llevar la conversación por un camino tedioso, soporífero y predecible, haré caso omiso a Bastet, y me marcharé a ver si encuentro alguna garganta que llevarme a los labios.

Su rostro se gira, permitiendome deleitarme en su gusto con las mascaras. La belleza singular de su falso rostro es increible, como si de una muñeca rota se tratara, retrata a la perfeccion el rostro humano lleno de hendiduras en uno de sus lados, pudiendose ver incluso la oscuridad en los surcos que dejan las piezas rotas., el rojo de sus labios y al subir la mirada poder enctrarme en los ojos que me miran tras la misma. De un color rojo sangre que me llaman incluso con mas fuerza aun que la misma vitae. Antes de fijarme en sus ojos y su mascara ya la habia considerado un especimen unico dentro de este lugar, ahora solo puedo asegurar que la quiero para mi... y que es hora de ponerme manos a la obra. Veo como su mirada me repasa, como se toma su tiempo en observar cada detalle mientras sus ojos suben hasta los mios y ven que yo estaba haciendo exactamente lo mismo.

Sus mascotas se acercan hasta mi para olerme, las miro con sana curiosidad, su manera de moverse felina y atrevida, como pasan sus rostro por mi pierna para captar mi olor y como una de ellas se agarra a mi pierna mientras me huele. Miro a esta con especial interes y me agacho levemente sin retirarla de mi pierna. Veo como la cuerda de la correa se tensa mientras la ama se disculpa. Mi mano agarra la correa impidiendo que la preciosa mascota se retire y asi pueda ponerle una mano sobre la cabeza, acariciandola lentamente. - No puedo hacerlo, disculparla me refiero. El instinto es algo que debemos seguir, siempre... sea cual sea el precio a pagar. Y vuestra mascota parece entenderlo muy bien... me gusta y en ningun momento podria sentirme ofendido por ello. - Termino de acariciar a la criatura antes de aceptar su invitacion a sentarme. Dejando aun asi el brazo derecho extendido para permitir a esa preciosa mascota olerme, si lo desea, sin necesidad de que su ama la regañe. A veces se gana, otras se pierde y su audacia y su instinto me han llamado mucho la atencion... y por ende, de su ama. - Y siento decir que no estaba siendo adulador, si asi lo fuera no os preocupeis, seriais la primera en daros cuenta. Simplemente describia lo que tengo delante... la verdad, y nada mas que ella. Ellas son bellas, vos magnifica. - Sonrio con sinceridad ante sus siguientes palabras haciendo un leve mohin al oir que no puede sonrojarse, pero que bien lo haria si aun pudiese. - Y eso si era ser adulador. - Y entonces pregunta... una pregunta superflua, superficial... es mas que claro que soy nuevo y la verdad, es que no me gusta comportarme como un saco de sangre buscando donde vaciar mis fluidos por la noche. La miro notando su juego y despues mirando al camarero, indicandole que traiga otra copa igual a la que tiene ella delante y para ella tambien.

Alargo mi mano y tomo su copa, bebiendo de un largo trago, mas de la mitad de la misma, sin separar mis ojos de los suyos. Jugando con ellos mientras noto la fuerza de la vitae asi como la del alcohol al recorrer mi esofago. Un trago magnifico. Fuerte, muy fuerte... me encanta. Dejo que esa sensacion pase a mis ojos y los envuelva de tal manera que ella vea lo mismo que yo siento. Dejo la copa sobre la barra, en mi lado mientras a ella le sirven la suya. - Y ahora que tal si nos dejamos de topicos. - Le muestro una sonrisa picara, una sonrisa ladeada. - Me llamo James y si me he acercado a ti es por un simple motivo. Me gusta ese aura de peligro que te rodea, ese aroma de mujer fatal capaz de arrancarme la cabeza o de hacer que tus mascotas lo hagan por ti. Odio las cosas aburridas y creo que eres la persona adecuada para no aburrirme y si eso implica jugarme esta nueva vida en el proceso... no es un problema.

Él sujeta la correa un momento, para acariciar a Bastet, que para mi sorpresa agacha las orejas y le ronronea, frotándose contra su pierna, casi jadeante. Frunzo el ceño tras mi máscara ¿Qué le pasa a ese bicho? Lo observo a él, y lo escucho, dándole vueltas al extraño comportamiento de Bastet, que parece encantada con la presencia del grandullón.

Pide otra copa igual, a la mía, si es la primera vez que viene, y parecía perdido, así que debo suponer que lo es… la bebida le encantará.

Curiosa, recorro sus hombros, su pelo, su ropa, al llegar a sus ojos y de volviéndole la intensa mirada que arroja sobre mí, noto como alarga su mano hacia mi copa, casi rozándome, y bebe descaradamente casi todo mi coctel. Río divertida, cuando nota el líquido recorrerle la garganta. No está mal… no está nada mal…

- Es fuerte ¿eh? - murmuro, mientras se sienta a mi lado, y yo bebo un trago largo, impasible, sin inmutarme, acostumbrada ya a este fuego líquido.

Lo miro, curiosa, miro sus labios, que sonríen con maldad, y tengo que reconocer que el tipo tiene magnetismo, amén de que a medida que habla y va dejando caer las palabras… no puedo más que abrir los labios y…. jadear.

- Yo soy Valeria, la que se ha echado a tus pies con una clara intensión de chupar algo duro y grande, y te aseguro que lo hace muuuy bien, es Bastet, la otra más paradita es Sekhmet, a ella le va más lo salado. No creo que ninguna de las dos quiera arrancarte la cabeza, son muy juguetonas ¿sabes? – murmuro, mirando al frente, al espejo que hay al fondo de la barra – Yo… soy algo más peligrosa – lo miro de reojo, sonrío con descaro, mirando sus músculos – pero algo me dice que puedes lidiar con el peligro – vuelvo a mirar al frente – así que te has acercado a mí para… no aburrirte… ¿Y qué diversión esperas? – miro mi copa, tranquilamente - ¿Quieres follar, o quieres beber? -  Pregunto directamente, mientras elevo mi brazo y me termino la copa.

La mascota ronronea y baja sus orejas mientras la acaricio, noto su deseo, como ese gutural sonido sale de su garganta casi expresando un anhelo y un deseo de ser tomada. Disfruto de el, haciendo especial hincapie en mis caricias detras de las orejas. El ama deja de tirar de la correa y por algun motivo caigo en que esta acostumbrada a que sus mascotas obedezcan sin rechistar y que lo que esta haciendo esta pequeña gatita no es normal.

Me siento, la silla es comoda y mi mano se desplaza hasta la bebida casi rozandola, soy capaz de notar su mirada, esos rojos rubies me taladran inquisitivamente, como queriendo adivinar que escondo tras mi mascara y mis ropas... disfruto de esa mirada en el momento en que cojo su bebida y casi la termino de un trago. Sus palabras me alcanzan mientras ese fuego liquido cruza mi garganta y disfruto de la brutalidad con que quema mi cuerpo. - Lo es... y tanto que si... - La miro descaradamente, dejando que se note lo mucho que me ha gustado la bebida, y lo mucho que me gusta la compañia. Me mira y se pierde en mis ojos como yo en los suyos, piscinas de vitae que me impulsan a hacer mas locuras de las que ya habitualmente haria. Me escucha mientras hablo y mientras esos rojos labios se abren, la escucho jadear. Mi cuerpo entero reacciona de la unica manera que sabe, queriendo oir mas, queriendo deleitrase con esa voz emitiendo ese mismo sonido al maximo volumen de sus cuerdas vocales.

Su nombre llega hasta mi tras mi presentacion. Valeria... fuerte, duro... con carisma y potencia. Delicioso. Saboreo mis labios, tanto por el fuego liquido que acabo de beber, como para saborear su nombre, que emito en un leve susurro, grave, gutural, casi anima y lleno de deseo... solo para ella. - Valeria. - Las explicaciones son claras, directas y sin ningun tipo de censura, exactamente como me gustan... sonrio mientras ladeo la cabeza para mirarla y dejo mi brazo delante de Bastet, extendiendo dos dedos hacia su boca pero sin dejar de mirar a su ama. Si tan juguetonas son, habra que ponerlas a prueba. Sonrio mientras ella se autodenomina como la mas peligrosa de las tres, cosa mas que obvia... no solo por su presencia, sino por el hecho de que ha sido ese aura suya la que me ha atraido con tanta fuerza. Su mirada de reojo es no excitante, no... brutal, sino fuera porque mi corazon ya no bombea ahora mismo estaria fuera de mi pecho casi con toda probabilidad. La sensualidad, el exotismo, la fiereza y la pura malicia que desborda por cada centimetro de su cuerpo me tiene cautivado... ella lo sabe y yo tambien lo se, entonces viene su pregunta, al igual que el resto sin ningun tipo de contemplaciones. Irrumpe exactamente como un ariete y no puedo mas que ampliar mi sonrisa, no sorprendido, sino excitado y con unas claras ganas de saltar sobre ella y follarmela aqui mismo.

Aguanto el impetu de mi cuerpo, aun asi mis labios y mis ojos delatan claramente mis intenciones. Sonrio mientras levanto mi vaso y termino el coctel sin dejar de mirarla.-  ¿Tengo que elegir? - Sonrio con picardia de nuevo, exactamente como ella hace. - Si es asi prefiero follarte. Si en cambio prefieres hacer algo mas divertido que solo follar... prefiero beber mientras te follo o me follas tu a mi. Dudo mucho que seas de las que se quedan quietecitas esperando a que se las follen, y la verdad es que tienes toda la pinta de ser de las que dan tanta caña como reciben... - Mis ojos y mis labios lo gritan a los cuatro vientos, aunque ni una palabra salga de mi boca, el hecho de que seas asi hace que toda esta situacion me guste incluso aun mas. Y morir por un polvo de esa envergadura, sin duda merece la pena... aun mas si incluimos a algun saco de sangre enmedio para delitarnos mientras follamos... la sola idea de verla desnuda cubierta de sangre mientras nuestros cuerpo retozan se me hace simplemente irresistible.

Lo miro de reojo, apurando el último trago de mi bebida, sin inmutarme, mientras habla, me acerco a él, lo suficiente para olerlo, y para traspasar su espacio personal, sin mirarlo, sujetar su bebida, me bebo casi media copa de un trago, la vuelvo a dejar en su sitio, y vuelvo a mi butaca.

- Así que quieres follarme...

Río divertida, muy divertida, ante el comentario, ha sido muy directo, lo que me resulta interesante, observo sus hombros, y su complexión, es un tipo grande y fuerte quizás no esté mal un poco de sexo porque sí, yo suelo prefiero beber hasta hartarme, pero he de reconocer que el sexo tiene su pulsiones, demasiado humanas, pero pulsiones divertidas al fin y a la postre.

- No… no me va mucho eso de tumbarme en una cama, abrirme de piernas y esperar a que me penetren a placer. – Comento con total normalidad.

Saco del bolso mi cartera, y dejo un par de billetes sobre la mesa, luego me levanto, y lo miro de frente.

- ¿Y bien?

Termina de beberse su copa, observo como el liquido pasa por su garganta y esta se mueve ligeramente para tragar el delicioso y abrasador liquido. El momento se vuelve erotico en suma medida al verla de perfil de esa manera, mi instinto me grita que salte, que beba ese infierno liquido de sus labios para luego deleitarme con sangre entre ambos, no nuestra por supuesto, pero sangre en gran cantidad. Permito que se note, permito que mis pupilas se dilaten ante la expectativa de tamaño placer... despues ella se gira, pasando su rostro al lado mio para tomar mi copa. Siento como me huele antes de beberse mi copa, una que hace rato que tengo olvidada, cuando empieza a retirarse mi brazo se mueve con facilidad tomandola de su ceñido vestido unicamente con el pulgar y el indice, evitando que pueda retirarse. Acerco mi rostro a su cuello y al igual que ella, me deleito en su olor corporal y en el dulce perfume que emana de su precioso cabello de obsidiana. Noto al depredador en ella, al igual que en mi mismo... noto como ambos se retan el uno al otro y como los instintos llaman a ambos antes de dejar de sujetarla para que vuelva a su butaca.

- Sin ninguna duda. - Si ella no piensa ser recatada, y dos gracias por ello, yo no pienso serlo ni por asomo... hacia mucho tiempo que no encontraba una pareja de baile tan feral, tan instintiva y eso llama a mi ser con toda su fuerza. Sus siguientes palabras me arrancan una sonrisa franca y sincera, llena de lujuria, llena de sed. - Y yo que me alegro, sino eso haria que una velada que ha comenzado muy bien, se convirtiera en algo soporifero y aburrido. - Termino lo que queda de la copa. - Y odio las cosas aburridas...

Se levanta y paga, sin darme opcion a nada y yo no pienso comportarme como el caballero que no soy. Si quiere pagar por mi bien, hay mil maneras de devolverle el favor y todas ellas suenan mas divertidas en mi cabeza, que hacerme el ofendido por semejante chorrada. Me levanto tras ella, esquivando a sus mascotas para acercarme a ella, lo suficiente como para que si fueramos humanos pudiera sentir mi calido aliento sobre sus preciosos labios carmesis pero no es por eso para lo que quiero esa distancia, algo que ya hemos hecho antes el uno y el otro. Esta vez quiero hundirme en sus ojos, quiero nadar y bucear en esos lagos de sangre con los que me mira. El tono de mi voz se vuelve aun mas grave, denotando tanto el deseo como el instinto animal que me impele a regar su cuerpo con sangre humana y despues limpiarla a lametones. - Follar esta bien, es mas viendo la compañia estoy seguro de que seria increible... pero solo follar es algo aburrido que hacen los sacos de sangre. Asi que te propongo algo mas divertido, cacemos. Busquemos una presa a la que cazar juntos y disfrutemos de beber de ella... y cuando su sangre cubra nuestros cuerpos, entonces follaremos y podre deleitarme chupando la sangre directamente de ti. - El brillo de mi ojos es delatador, se nota las ganas que tengo de ella, pero tambien que estoy dispuesto a aguantarme con tal de hacer de esta noche algo diferente a lo acostumbrado.

Me llevo la mano a la máscara, y la rompo por la mitad, justo a la altura de la nariz, que queda intacta, sin embargo la parte de los labios se desportilla, tornándose afilada y algo grotesca. Pero he dejado libres mis labios reales, que sonríen al escucharlo, que disfrutan de su cercanía, incluso me acerco algo más a él. Haciendo que sus labios y los míos se rocen al hablar. Él está frío, pero mis labios están calientes, casi febriles, me he encargado de que lo estén.

Es un buen ejemplar, no recuerdo cuándo se anunció el vínculo en sociedad con la inocente muchacha Acerbitas, la rubia de labios carnosos. Esa muchacha debe divertirse mucho con él, tan fornido, tan dispuesto, tan feroz. Tengo curiosidad por ver si el lobo sabe cómo morder.

- Sacos de sangre… me gusta. – Susurro.

Rodeo su nuca con los brazos, todo mi cuerpo es cálido y tierno como el de una mujer humana, mi piel es suave, el dolor de mis brazos es rosado. Cuesta caro en sangre, un litro de sangre por hora, tengo que invertir en parecer tan humana como cualquier mortal, sin embargo, creo que eso le sorprenderá. Mis dedos se enredan en sus cabellos con total y absoluta confianza, como si lo conociera desde siempre, parece que voy a besarlo, pero no lo hago, sonrío, muerdo muy levemente su labio inferior, dándole un pequeño tironcito.

- Quiero verte cazar a una pobre humana, quiero ver cómo le das el mayor placer que puedan darle en su vida, y luego la dejas seca… - suspiro, por primera vez se me ve algo descontrolada, mi aliento tiembla ansiosos, mi cuerpo se frota contra el suyo como el de una fémina en celo, en medio del local que parece no reparar en nosotros, pues cosas más raras han visto – si logras complacerme, quizás te deje probar mi sangre. – Me obligo a controlarme, se parándome de él un paso.  

Su mano se dirige a la mascara y tras unos breves segundos rozando la aprte inferior de la misma, sus dedos se marcan con fuerza rompiendo la parte mas baja de la misma. Los labios de ceramica y pintura se rompen para dar paso a unos muy reales. Rojos, suculentos, sabrosos y con un toque casi hipnotico que reclama mi atencion. Su sonrisa se ensancha mientras el espacio entre nosotros deja de ser poco para ser mas bien nimio. Sus labios rozan los mios cada vez que habla, permitiendome notar el calor que despiden, la urgencia que reclaman y las ansias que envian en poderosas oleadas hacia mi cuerpo. Mis musculos no muertos se tensan, mis ojos se iluminan como cuando un depredador vislumbra a una presa mas que apetecible... aunque en este caso no sea una presa, sino una depredadora como yo, y eso lo hace infinitamente mucho mas interesante.

Sus susurros me arrancan una sonrisa feral cuando escucho mis palabras en su boca. Su aliento calido impacta sobre mi helada piel casi propagandose como si de un incendio en una epoca seca se tratara. Cada roce, cada minusculo atisbo de calor que emana de ella es casi como el sol de la mañana que quema mi cuerpo, con la diferencia de que este no otorga muerte sino deseo y vida de una manera dificil de explicar.

Sus brazos rodean mi nuca, su calidez llama con fuerza a mi depredador, su color y la ternura de su cuerpo son una sorpresa no solo agradable sino estimulante. Mis manos se cierran con fuerza sobre mis piernas pues no quiero romper el momento, con vanas caricias sobre un cuerpo que ahora mismo es practicamente la apoteosis del deseo y la lujuria en mi mente. Su boca se aproxima a la mia, sus dientes se cierran sobre mi labio inferior tirando de el mientras la punta de mi lengua sale de entre mis afilados dientes para repasar levemente su labio superior, mezclando el frio con el calor, el deseo de un vivo con el deseo inmortal de los nomuertos.

Sus palabras traicionan su fachada, permitiendome sentir un deseo que en mi ya esta desbocado. Como se expresa, como usa las palabras, como sus labios se mueven en sincronia con sus ojos, como su cuerpo se pega al mio pidiendo algo mas que solo ese breve toque de labios y lengua mientras pide que la complazca con una muerte... con una caza de un saco de carne de sexo femenino para despues indicarme que si lo hago y ella se siente complacida me permitira, quiza pueda probar su sangre. Sonrio, mi dientes se muestran claros mientras la aprte mas salvaje de mi se enciende por sus palabras, tanto por la expectacion por la caza por ese breve intento de domesticarme. Veo como su cuerpo se predispone a alejarse y mis manos se cierra sobre sus ropas, posandose ambos lados de su cintura, con delicadeza, mas como una caricia que como una imposicion, impidiendo que se mueva de donde esta... obligandola a quedarse justo donde yo quiero. Al alcance de mis dientes y mis manos. - Cazare a ese saco de carne pero tras eso probare tu sangre...- Las palabras no son amenazantes ni mucho menos, son fuertes, duras, claras, demostrando que nadie dicta mis movimientos, ni siquiera una mujer que tiene mas de diosa que de mujer. Hago la suficiente fuerza como para que de nuevo nuestros cuerpo se encuentren a la distancia de los amantes para susurrarle. - No tengas duda de ello.

Siento sus manos aferrarse a mí cuando voy a separarme, el cuerpo grande y fuerte del vampiro se cierne sobre mí, pequeña y frágil, pero bastante más fuerte. Interesante, muy interesante, no se pliega, no se doblega, sabe que no me costaría nada zafarme de él, de hecho creo que podría arrancarle el corazón, eso no lo mataría pero perdería mucha sangre. Sabe qué clase de criatura soy, llevo a dos humanos por mascota, estoy degura de que se hace una ligera idea. Sabe que soy más antigua, y por lo tanto más fuerte y poderosa, sin embargo aquí están sus manos, demandando mi presencia, contraviniendo mis acciones. Su actitud es chulesca, pero educada, dominante, sin ser vulgar.

Siento su cuerpo pegado al mío, sus manos en mi cintura, y hago que mi piel se caliente, como se calientan las humanas cuando desean placer carnal. Suspiro, mi cuerpo tiembla, jugando con el deseo que los humanos experimentan, jugar a imitarlos me está resultando muy divertido.

- Veamos si eres capaz de ponerme tan, tan cachonda, que quiera regalarte unas gotas de mi sangre.

En un instante, todo se enfría, todo vuelve a ser yo. Y ahora sí, por la fuerza, me separo. Tiro de mis preciosas perras, y me dirijo a la salida. Al salir por la puerta, suelto sus cadenas, me agacho, abriendo las piernas, deliberadamente frente a él, no dejo mucho a la imaginación... acaricio a mis dos perritas, les quito el bozal a las dos. Y las beso, quizás con demasiada pasión, acaricio sus nalgas y les doy una palmada fuerte a cada una, las dos gimen.

- Marchaos al refugio, mis pequeñas, y esperadme a allí, yo no tardaré en llegar.

No quedamos solos, en medio del callejón neblinoso, mientras mi dos perritas se marchan como si fueran humanas. Sonrío, mirándote con curiosidad.

- ¿Qué te apetece comer?

Se deja coger, se deja someter levemente por mi. No necesito ni siquiera comprobarlo, se que este poder que me permite tener sobre ella es solo eso, su permiso y aceptacion hasta cierto punto. Es mas antigua que yo, mas poderosa y podria no solo zafarse de mi sino aplastarme contra la barra si lo deseara... pero no lo hace y eso junto con ese calor que desprende su piel me hace desearla mas y mas. Es una necesidad que poco a poco empieza a consumirme por dentro de igual manera que haria la sed, como un incendio que comienza como unas meras brasas y luego se converite en un rugiente infierno que arrasa con todo. Sus palabras son el principio y el fin de ese momento, pero no eliminandolo, no aplastandolo sino... postergandolo.

Su cuerpo se zafa sin ninguna oposicion por mi parte, de mi persona, y se encamina hacia la salida. La sigo, tal vez como un perro o tal vez no pero poder contemplar a semejante mujer, como sus caderas parecen romper el mundo y como su cuerpo se mueve haciendome perder el norte por completo. Mi instinto me dice que salte sobre ella que la tome, instintivamente mi lengua reccore mis labios hasta el momento en que se agacha apra dar instrucciones a sus perras. La falda se mueve, dejandome ver por unos momentos su total y completa anatomia. Mi boca se abre, jadeando mientras mis ojos parecen afilarse como un depredador cuando encuentra la presa perfecta... mas mantengo el ultimo gramo de cordura... pues se que si espero y le doy lo que quiere esta sera probablemente una de esas noches que merecera la pena recordar por siglos. sus mascotas le hacen caso, comparten sus fluidos mientras yo soy un mero espectador de la situacion... sino estuviera muerto creo que mi corazon hubiera explotado por el ritmo brutal de excitacion del resto de mi cuerpo.

Entonces nos quedamos solos, en el callejon lleno de niebla mientras me pregunta cual sera la cena de esta noche. Sonrio mientras miro mas alla de los edificios. No quiero una presa facil, los mendigos abundan en la ciudad pero seria casi como echar una de esas asquerosas salsas sobre un buen filete... no... tiene que ser algo diferente, algo suculento y que merezca la pena para la compañia que tengo. El peligro me es indiferente, bien merece la pena por estar con alguien como ella... con esa idea en mente. Recordando que en los alrededores del Coliseo, ademas de venderse mucha mierda... suele haber sacos de carne que saben como defenderse. Las damiselas, putas y demas escoria no me interesan... quiero algo emocionante para esta noche... algo que emocione a la bestia que hay dentro de ella... que la haga babear y desear mas.

- Sigueme. - Se que es jugar con fuego, se que mantenerla a la expectativa puede hacer que quiera arrancarme la cabeza pero me da igual... ella queria jugar y me ha dado el mando. Ahora tendra que seguirme a cualquiera que sea mi juego y disfrutar de el. Me gusta la idea de tener a semejante mujer tras mis pasos, a sabiendas de que puedo darme mas placer del que soy capaz de imaginarme o la muerte definitiva en cualquier momento, en cada paso que doy... y eso me emociona, me excita como hacia mucho que no conseguia.

Sonrío de medio lado, mis brazos que parecen frágiles y ahora están fríos, se cuelgan del tuyo, y abrazo tu bíceps, como si fuera una humana cualquiera. El gesto te desorienta un poco, y en mi mirada vez que eso me gusta, me gusta tenerte algo desorientado, jugar a ser la mujer fatal que soy, y las pobres humanas a las que debes estar acostumbrado. Ese magnetismo, ese poder que desprendes cada vez que se te ocurre mover un dedo… las debe de volver locas. Pero yo sé controlarme muy bien.

Apoyo la cabeza sobre tu hombro, y caminamos, o más bien caminas, desenvolviéndote perfectamente entre las calles de la ciudad.

La fatua fachada del Coliseo no tarda en aparecer, y si bien hemos caminado por calles bastante peligrosas para un ser cualquiera, nada amenazante se ha mostrado aún. Más la noche es joven y la ciudad sanguinaria, en estos momentos deben de estar cobrándose unas cuantas vidas. En eso estoy pensando, cuando un callejón parece llamar tu atención. Una figura, grande, delgada, casi raquítica, se vuelta completamente sobre alguien que tiembla. Veo su brazo, asomar entre los pliegues de su ropa, lleva una capa cara, y el sombrero se le ha caído, y aunque la víctima ya no se resiste, el sonido claro y evidente de la sangre paseándose garganta abajo, se vuelve un eco en mis oídos y en los tuyos.

Es un Vampiro, a juzgar por su presa, que parece ser un niño, de muy corta edad, y apariencia muy humilde, a todas luces ha buscado la más desvalida que ha podido encontrar o raptar.

Un momento, no… lo que ha buscado es alguien que pudiera vencer… La figura se levanta, y apenas llega al metro y medio de altura, tendrá unos 13 o 14 años mortales. No sabes si es una niña o un niño, pero sientes mis manos, y mis uñas, clavándose con fuerza en tu bíceps, mirando a la criatura. Muerdo mi labio inferior, una cría, o un crío, no sé qué es… pero su sangre debe ser deliciosa… Te suelto, a penas te miro, si no haces algo, lo haré yo. No me suena el vampiro, así que no es uno de los intocables… el resto me sobra, quien sea su humano, mala suerte por él, quiero comérmela, sí o sí.

Una vez tengo claro donde quiero ir, simplemente me pongo en camino. Apenas he dado un aso cuando un brazo frio y que parece estar a punto de romperse se cuelga del mio, obligandome a pararme y colocarme de tal forma que su brazo no se me escape. La miro sin saber el motivo, es fuerte, antigua y poderosa y aun asi aqui estamos. En mitad de la ciuda, con la nieve cayendo a nuestro alrededor y con los brazos enlazados. La situacion me pareceria ligeramente comica si ella no fuera quien es... y lo mas importante lo que es. Ella me mira con una sonrisa que denota que esta jugando y que le ha gustado mi reaccion, asi que decidio seguirle el juego aunque no sea lo mio y acerco mi mano para retirarle un mechon de pelo de la cara y pasarselo por detras de la oreja. Pues que hay mas peligroso que jugar con quien te deja mandar.

Tras mi gesto acomoda su cabeza contra mi hombro y asi, cogidos como dos humanos enamorados nos disponemos a recorrer la ciudad. Un paso y otro, atravesando callejones que deberian ser peligroso a estas horas de la noche mas nadie interrumpe nuestro paseo. Esta ciudad esconde bestias en la noche, no solo nosotros mas ni aun asi somos atacados por ellas, aunque sin duda se esten cobrando su peaje en sangre a lo largo de todo el ciclo nocturno.

Tras girar una ultima esquina el Coliseo se muestra ante nosotros en todo su esplendor, fijo mi mirada en el edificio y ella parece hacer lo mismo cuando algo atrae mi atencion. Movimiento y sonido, doy un pequeño giro y nos asomamos a un callejon que esta practicamente a nuestro lado, para descubrir a un vampiro alimentadose. El ruido de la succion de la sangre es inconfundible y el movimiento por encima de una capa cara tambien. Nos quedamos ahi fijandonos como la criatura se alimenta. Sin duda ha buscado a alguien desvalido y sin capacidad para defenderse para alimentarse. Patetico. Casi me dan ganas de matarlo... mas entonces noto sus uñas. MI compañera de esta noche esta excitada, lo noto en como me aprieta el biceps, en como sus ojos estan mas abiertos mirando al vampiro que se alimenta y cuando sigo su mirada me doy cuenta de porque.

Un niño. Un niño vampiro en esta ciudad. Ahora si que creo haber visto casi de todo. Aun asi mi sorpresa pronto desaparece, al notar de nuevo la ansiedad de mi acompañante. Se despega de mi mientras sin duda empieza a moverse como un depredador... mis ojos miran a la criatura y no hay sentimiento alguno en ellos. La vida es una mierda y a este pequeño vampiro le ha llegado la hora, que sea un crio, una mujer me la resbala bastante. Ademas la hembra ue tengo a mi lado bien vale la sangre de todo un puto orfanato. Asi que me desprendo de cualquier trozo de humanidad que aun proyecte mi rostro y sin pensar, ni siquiera discutir nada me lanzo contra el niño.

Mis movimientos utilizaran el callejon a sabiendas de que si le damos tiempo de correr demasiado es posible perderlo. Se como se mueven estos niños, yo mismo fui uno d ellos hace mucho tiempo. Solo que esta vez la caza es entre dos tipos diferentes de depredadores. Solo quiero cogerlo, usarlo y asi poder hacerlo mi juguete para con Valeria. Jugar un poco con ella y con esas ganas de beber de ese recipiente que parece tener... al fin y al cabo aunque sea la mas antigua ha sido ella la que ha querido jugar. Pongamoslo un poco mas interesante para los dos.

Te observo, corres, la criatura ni siquiera nos ha intuido, está tan glotón que no se da cuenta de nada en absoluto. Es su organismo quien lo alerta, cuando ya es demasiado tarde. Tu mano su sujeta por el tobillo, su cuerpecito se estrella contra el suelo, la ves intentando escapar, clavando sus uñas en los adoquines, pierde un par de uñas en el intento, pero tú estás sobre él, inmovilizándolo contra el suelo.

Ahora si lo ves de frente, mientras mi cuerpo tiembla ansioso, en el mismo lugar en el que estaba, esperando, quiero ver qué haces ahora. Es un vampiro, de alguna de las cuatro familias, un vampiro nuevo, yo no lo conozco, no sé si tú lo conoces, pero los Sanguinarius esta vez se han lucido, un niño… sonrío, la extrema crueldad que conlleva convertir a un niño en vampiro es algo que me erizaría la piel de estar viva, me encanta… cada vez adoro más está maldita ciudad podrida.

El olor de la sangre inunda el callejón, la sangre del mortal que el niño estaba bebiéndose receloso. La garganta abierta por una bestia más que por un vampiro, hasta carne ha engullido ese pequeño.

Te mira, aterrado, como si no hubiera visto otro de los suyos en su vida, mientras tu los sujetas del cuello él no lucha, no se defiende. Ni siquiera grita.

Corro por los adoquines de la calle, salto por encima de unas cajas apiladas en un lado con todos mis sentidos centrados en mi presa. Estoy seguro de poder oler la sangre, de percibir el lento goteo que asoma por entre la boca de mi dulce presa. Justo cuando estoy sobre él me percibe, se da cuenta de su error, de como dejarse llevar por la sed le ha puesto en una mala posicion. Despega los dientes de su presa, mostrando un cuello destrozado, cual animal, ha devorado no solo la sangre sino carne en el proceso.

Intenta correr, mi mano se cierra como un cepo sobre su tobillo. Su joven cuerpo cae al suelo, sus uñas intentan agarrarse al adoquinado, tirar de él mientras yo sigo presente. El ruido de sus uñas al romperse, deberia ser escalofriante para la gente de a pie, no para mi. Tiro de él con fuerza, apresando su debil cuerpo contra el suelo, acercandome a su nuca oliendo su miedo, su desesperacion pero sin olvidar que dentro de él hay una bestia muy similar a la que poseo yo. Tal vez parezca derrotado pero es en momentos asi cuando las ratas muestran sus dientes. Mi otra mano se cierra sobre su cuello, levantandolo y mostrandolo cual trofeo, no grita, no corre, ni siquiera se defiende. Demasiado facil... en otras circusntancias no perseguiria a alguien asi pero en cuanto mis ojos se fijan en la mujer que viene conmigo, tengo claro que siempre merece la pena hacer excepciones.

Se lo muestro, mientras mi rostro esta semioculto tras el del chico y mi nariz posada sobre su cuello, mi boca entrebiaerta. Esperando a Valeria, esperando a verla en accion... a que se mueva, a que venga a mi, si desea su parte del cocktel. Cuando lo haga, jugare con ella, apartandolo de sus garras mientras mis ojos dejan claro el juego. El chico tal vez sea la presa, tal vez sea el delicioso souvenir que unira esta noche nuestros cuerpos, pero antes de probar una sola gota de sangre, quiero probarla a ella. Quiero notar su cuerpo contra el mio, notar el deseo, la sed de sangre del chico y el hambre de mi que atenaza e inunda su cuerpo... solo entonces la dejare beber, aun a sabiendas de que podria hacerlo de todas formas. Mas el primer trago, la primera lametada de sangre quiero que venga de sus labios...