Celda 4 - Darwin, La Bestia, Tiff y Veintidós.

Se subió a la litera de arriba, sin preguntar a nadie, gruñó un poco también mientras subía. - Grrr... - Miró de reojo a sus compañeros. - Del melenas me fío de los que estamos aquí, ha dicho cosas coherentes, de los demás... - se quedó callado un segundo, pero enseguida acompañó con un. - GRR...

-Visto lo que ha pasado, no estoy por la labor de confiarme demasiado. Tendremos que pasar la noche lo mejor posible, así que por mi parte me pillo un catre y si no hay más que decir, me la ronco. Lo que les pasó a los compañeros no me quita el sueño. Seguro que alguno se lo merecía

Tiff trataba de ver lo mejor de aquella horrible situación en la que se había visto envuelta: al menos le había tocado una habitación en la que ya había quedado un hueco. Y el melenitas que tan bien había hablado antes estaba allí también. Al menos tendría algo con que distraerse del dantesco espectáculo que había tenido lugar unos momentos antes.

-Bien, si no les importa y aunque lo haga, me quedaré una de las dos literas. Una señorita tiene sus necesidades de espacio personal -dijo sentándose sobre el colchón de la litera contraria a la que había quedado ocupada por La Bestia.

-Bueno, yo ya dije que el pervertido ese no era trigo limpio, bien merecido lo tiene como ha acabado. Ugh, solo de pensar que casi comparto habitación con él... -respondió Tiff al comentario de la Bestia, haciendo un gesto con el dedo meñique en la boca, como si le fuese a dar una arcada. -Aunque al final acabé votando al chalado del papel de plata en la cabeza...

-Yo voté a uno que apenas habló. No tenía motivos para más, pero está claro que a partir de ahora habrá que afinar más la puntería. Desperdiciar votos cuando la gente es así de culpable como ese tipo es tontería, y no hay peor cosa que un traidor. 

Pero era obvio ¿no? Ya lo dije yo.

 Yo soy un hombre de campo, no destaco por ser muy listo, pero que alguien vaya diciendo que es capaz de ver que son los demás, que vaya pidiendo protección, que defienda al parlanchín y que además, hayan pasado solo unas pocas horas desde que entramos aquí, me parece un lobo disfrazado de oveja.

Y tal como prediqué, acerté. - se rascó la calva un poco, sin levantarse de la cama. - Seguramente los demás traidores no sean tan estúpidos... O igual sí, quien sabe, pero de momento llevamos la delantera los inocentes, aún perdiendo a dos de nuestro bando... Aunque el parlachín no me importa que se muriera, más que ayudar nos distraía con tanto parloteo, GRRR...

-y ya que se te da bien, ¿sospechas de alguien más? Sinceramente, a mí no me da buena espina nadie, no os conozco. Así que de momento no sé qué pensar

Grr... - no le gustaba la gente, ni tanta pregunta, pero ya que no tenía nada mejor que hacer, respondió. - No se me da bien, soy más de campo, pero si alguien pide protección sin motivo aparente, ese es el malo seguro. Además el que hace de preso protector fue tan tonto de creérselo... GRRRR... - gruñó de rabia ante tanta inutilidad. - De momento no desconfío de nadie más, nadie ha sido tan tonto como él, pero tampoco confío en nadie, claro está.

-Creo que estamos todos igual -dijo Tiff, espatarrada en su cama, sin siquiera mirarlos. -Al menos, los que estamos aquí parece que tenemos ojos en la cara -siguió, soltando una risita. -No es que confíe en vosotros, claro, pero al menos no me habéis dado motivos para desconfiar.

Luego soltó un laaargo bostezo. ¿Qué maldita hora era? Difícil saberlo en aquel maldito pabellón.  -Buaaaah, si me disculpáis, voy a intentar pegar el ojo un poco.  Una no se mantiene así, si no es con una buena cura de sueño. Aunque sea en un agujero como este...

DULCES SUEÑOS, DULCES MUERTES...

De repente, la "CELDA 4" se abre muy ocasionalmente para dar paso a uno de los guardias, que llega custodiado por tres guardias más, más armados si cabe. Se trata de "Big Hadrian", y es el responsable número uno de los perros de Trafford, y quien en principio no viene a matar a ninguno de los reclusos que ocupan esta celda (en principio).

El hombre trae una tablet bastante sencilla, y la intención de mostrar a los tres reclusos el contenido de la misma, tres grabaciones recientes. Y son mudas, pero bastante gráficas - Pensabais que os ibais a librar de esto, eh?

 

Secuencia Puerta 1 - John C. Lester Jr La primera toma de secuencias muestra como dos guardas llevan a al nazi a rastras, uno de cada pie, y tras haberlo reducido con tasers y apaleado lo suyo, el cabronazo supremacista todavía está consciente... e incluso escupe media sonrisa. La siguiente toma ya muestra al Psicologo del centro (Thiery Pierre) tomando notas, y dando la orden de que "aten" al nazi en la camilla. Los guardias proceden...  Durante los siguientes segundos los guardas tiran a JC Lester sobre la camilla, lo atan, y le ponen una especie de casco de ondas. Y aquií, pues, es donde comienza un show de convulsiones, fuerte electroshock y apuntes que duran unas cinco o seis rondas, y que pareciesen indicar que nuestro "querido" John C. Lester Jr está a punto de convertirse, definitivamente, en un vegetal....  - La versión oficial (gracias a Travis Pelier) dirá que Lester se dio un golpe en la cabeza tras una caída por las escaleras del centro. Menudo gilipollas el supremacista blanco este... - añade Big Hadrian mientras terminan las últimas imagenes

 

Secuencia Puerta 3 - Darwin Tremor En la secuencia que ofrece las imagenes tras la puerta número 3 podemos ver como Darwin Tremor es arrastrado prácticamente insconsciente, hasta que la cámara cambia de plano. Ahora vemos como tumban al delgado tartaja sobre una camilla donde lo atan de brazos, rodillas, muñecas y también tobillos. Una enfermera le corta el traje de recluso de uno de sus brazos, mientras otra lo abofetea deliberadamente para despertarlo. Y para cuando Darwin pareciese abrir ligeramente los ojos, aparece en escena el Doctor del centro, Dan Gonzalves. El tartamudo eleva cuanto puede la cabeza para ver como, sin más dilación, le están aplicando la Inyección letal.  Esto nos deja imaginar que sus venas arden los nueve circulos del infierno desde el brazo como punto de partida hacia pies y cabeza. La grabación muestra como el Darwin muere retorciéndose con todas las venas del cuerpo hinchadas durante 122 segundos de agonía; y siempre antes de soltar el alma por la boca, en forma de sangre... - Todas las versiones oficiales dirán que la muerte de este retrasado mental murió por paro cardíaco. Suicidio por exceso de barbitúricos filtrados desde el patio hasta su propia celda. Fácil... - añade el hombre de Trafford, nuevamente.

 

Secuencia Puerta 4 - Andreas Colonomos  En la toma de la puerta número 4 se puede ver como Andreas fue arrastrado por su carisma natural (pero también por los rudos y desagradables guardias) hasta un exterior oscuro y bastante extenso. Allí donde lo golpearon, patearon y aporrearon mientras éste se cubría en posición fetal, a duras penas... Y en algún momento, se retiran.  Pero no tendría tiempo para absolutamente nada, ni para ponerse en pie, ya que allí le esperaban nada más y nada menos que tres terroríficas mandíbulas impacientes, las cuales sueltan a tan solo unos metros. En la grabación se ve como estos dopados perros de raza Pinscher Doberman de unos 50 KG y 78cm trincan al Hacker griego para empezar desgarrando y zarandeando allí por donde pasan sus colmillos como si de un peluche se tratase. Y entre otras atrocidades, el suelo se tiñó en sangre. Hacia el final de la grabación aparecen las cocineras, entre ellas la señorita Baddy Coleman, con seis cubos de fregonas mientras los guardas arrastran el cadáver del informático... - No os preocupéis, las versiones oficiales dirán que este pedazo de mierda trató de escapar por las alambradas de seguridad de los muros del patio número uno, enganchándose y enmarañando su cuerpo aparatosamente mientras trataba de atravesarlas a toda costa. Je... para terminar mal-cayendo desde una altura de 15 metros y partirse el cuello. - Porque sí, en efecto, la propia unidad de perros le partió el cuello al Hacker - dice orgulloso...

Continuad con lo vuestro - dice mientras se retira... 

FIN DE LA NOCHE 1

La Bestia, Tiff y Veintidós

Es que lo sabía... ¡LO SABÍA! ¡GRRR! ¡COMO SE PUEDE SER TAN TONTO! - la bestia estaba claramente enfadada. - ¡Sabía que era el inocente pero que era retrasado mental! ¿Por qué mentir mil veces? ¿Por qué acusarme a mi, decir que soy el líder traidor y luego admitir que no me ha investigado? ¿Por qué provocar la muerte de la navajera y de la celestina? ¡Todo por mentiras! ¡GRRRRRRR! - golpeó un par de veces su cama, estaba muy muy cabreado por haberse topado con un tipo tan imbécil.

-pFFF, para ser "El Pacifista" -Tiff marcó las comillas con un gesto de los dedos. -En menudo lío nos ha metido el abuelo... ya no sé ni a quién estaba acusando al final... Bueno, al menos dijo una cosa cierta. Yo soy inocente. Pero si algo hay que sacar en claro de todo esto es que esto no va de encontrar a inocentes y culpables. ¡Esto es un concurso de popularidad! -concluyó Tiffany, incluso un poco más emocionada de la cuenta con esa idea.

-No  hay ningún concurso de popularidad. Ese bocachancla se pasó acusando a diestra y siniestra, y eso acabó con él. Quizás tuviese razón, y está claro que traidores sí que hay. Pero a Tinfoil le perdieron las formas. Hay que ser más listo y jugar bien las cartas que podamos tener. Muchos se decantaron por La Bestia al votar, antes de que a Tinfoil se le fuese la olla. Quizás de otra no te libres, compañero. Por mi parte, sigo sin tener nada claro.

La Bestia asintió ante las palabras de "22". - Puede que no salga de la próxima a la que me acusen, pero si lo hacen lucharé con uñas y dientes ¡como hoy! ¡QUIEN NADA DEBE, NADA TEME! ¡GRRR!

Aunque debo darle algo de razón a Tiff, al final perdió el menos popular, aunque al principio iba ganando. A Alfred lo creyeron naza más abrir la boca y se volvió el popular del grupo, pero después cuando se descubrieron todas sus mentiras resultó ser el menos popular.

DULCES SUEÑOS, DULCES MUERTES...

Nueva ronda de violencia gratuita en Santa Crystal, en la que Big Hadrian, todo un cabronazo, vuelve con su tablet a mostrar las grabaciones de la única y reciente ejecución. Obviamente no viene solo, aunque sí entra solo.

Una vez abre la celda, esboza media sonrisa... - Eh, vosotros tres, mirad esto...

Secuencia Puerta 1 - Alfred Tinfoil Olive La primera toma de secuencias muestra como uno de los tres guardas dispuestos se lleva al viejo aturdido por un pasillo. La siguiente toma, con la camara girando lentamente hacia la derecha, ya muestra al Psícologo del centro (Thiery Pierre) tomando notas de espaldas, y tan solo girándose cuando meten al viejo Al en la sala, cual saco de patatas. Para entonces se da la orden de que aten al anciano en la camilla, y se aprecia que está confundido por el par de porrazos que le acaban de meter en el cráneo, pero todavía así sus expresiones denotan que trata de balbucear a través del esparadrapo. El guardia procede a dejarlo sobre la camilla, mientras los otros dos se disponen a ajustarle los cinturones. Y durante los siguientes segundos el propio psicólogo le quita el esparadrapo para comenzar y terminar lo que sería un último pequeño cruce de palabras entre ambos. Acto seguido, le ponen a Al esa especie de casco que tapa sus ojos (se notan gestos de "callate" "SHHH" "Cierra el puto pico" en los guardas), casco que fue diseñado para apuntar directamente a sus sienes. Y aquí, pues, es donde comienza un show de convulsiones y apuntes por parte del personal que dura unas cinco o seis tomas de electrocutazos cerebrales, con una duración de entre unos 7 y 15 segundos, tan fuertes, crueles y desmedidos, que para cuando terminan la sesión Al ya no es Al, es "algo" que está soltando baba... - La versión oficial dirá que el viejo se resbaló en las duchas y logró el culmen de quedarse más tonto de lo que estaba, el muy hijo de perra. Es lo que tiene aboyarse la cabeza contra una llave de agua. En fin... una broza menos en Santa Crystal, eh? - añade mientras terminan las últimas imágenes.

Y por segunda noche consecutiva, Big Hadrían comienza a retirarse, ignorando lo que estuviesen hablando, e ignorando lo que pudiesen decirle.

FIN DE LA NOCHE 2

Tiff y Veintidos.

-Vaya, yo que había decidido confiar en él, porque estas noches no había intentado nada raro y va y resulta... -dijo Tiff, en clara referencia a La Bestia, tratando de llenar el silencio de aquella celda, que se iba agrandando con cada ejecución.

-¡Incluso he dejado K.O. a la chiquilla esa para que dejase de dar la vara con lo de que era la simpatizante! Ya sabes, por si nos estábamos equivocando con Juan. Y te puedo garantizar que me ha costado hacerlo... -dijo en un arrebato de sinceridad. Un golpe a una niña le había costado muchísimo más que todas aquellas veces que había apretado el gatillo, aquella noche de verano que parecía ahora tan lejana.