Partida Rol por web

Santiago, Dios y el Rey

IV - A la oscurecida...

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12/06/2014, 00:33
Fernando de Rojas

Et que viendo al enemigo rendido a merced del filo del mediero et las palabras del Obispo, dirigíme presto en dirección a don Íñigo.

─Non dudéis en dar muerte, et una bien dolorosa, a aquesta rata si intenta atentar nuevamente contra vos ─atine dexir a Mauricio antes de perderme nuevamente en la negrura de aquella fría anochecida...

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12/06/2014, 12:01
Director

Corrió Jorge junto al criado de don Íñigo hasta el lugar en que el encuentro previo habíase producido. Allí encontraron ambos a don Íñigo, que limpiaba la sangre de su espada de mano, junto al cadáver de uno de los asesinos, cuya cabeza habíase partido en dos, desparramándose sus sesos por el suelo al suceder aquesto. Un segundo cadáver, también de uno de los atacantes, yacía en el suelo, con el pecho atravesado por una estocada a la altura justa del corazón. Al poco, vio Jorge llegar a otra figura desde las sombras. Púsose en guardia en seguida, mas tranquilizose al ver que el que llegaba era el tal Fernando, cuya lanza estaba también manchada de sangre, et salpicado su rostro.

Notas de juego

Nota: El que te vino a buscar fue el criado de don Íñigo, no el propio caballero ;)

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12/06/2014, 12:04
Director

Llegó Fernando en seguida al lugar en que se encontraba don Íñigo, que limpiaba la sangre de su espada de mano, junto al cadáver de uno de los asesinos, cuya cabeza habíase partido en dos, desparramándose sus sesos por el suelo al suceder aquesto. El cadáver del matón al que había dado muerte anteriormente yacía muy cerca, con el pecho atravesado por una estocada a la altura justa del corazón. Junto a don Íñigo encontrábanse su criado, ferido mas non de gravedad, et Jorge, el criado del obispo, a quién la sangre había salpicado, mas parescía hallarse ileso.

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12/06/2014, 12:06
don Íñigo Robledo

Alzó don Íñigo la testa para mirar a los recién llegados, et sonrió por primera vez en toda la noche.

- Tenéis buena voz, muchacho, et buen oído. - díxole a Jorge - Gracias a Dios que disteis aviso a tiempo, pues si estos desgraciados nos llegan a agarrar por sorpresa, a buen seguro que non salimos tan bien parados del lance.

Volviose entonces a Fernando.

- Lucháis bien, alguacil. Dezidme, ¿pudisteis hallar al obispo? ¿Se encuentra bien Su Excelencia?

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12/06/2014, 12:09
Director

Miraba alternativamente el bandido a Mauricio et a Jorge, temeroso del bracamante de uno et de la posición del otro. Mas paresciera que en sus ojos había un terror que ni el mismo demonio habría causado, et que paresciere impedirle fablar.

- Mis señores... - balbucía - por favor, non me den muerte, que non sabía yo que aqueste trabajo era para contra tan ilustrísimas personas... - casi salíanle las lágrimas del miedo - que bien está el divino perdón, mi señor, pero... - et quedose en silencio.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Para intimidar aplicaría más Mando que Elocuencia, pero bueno, a falta de pan buenas son tortas...
 

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12/06/2014, 12:18
Fernando de Rojas

Hállase bien el Obispo. Hemos capturado a uno de los malnacidos con vida, en aqueste momento Mauricio le tiene bien amedrentado con un filo en su pescuezo. Quizá pueda aqueste darnos valiosa información.

Tornóse mi semblante agora serio, pues había de decepcionar al caballero ─Non lucho tan bien como pensáis mi señor. Uno de los asaltantes ha escapádoseme, non pude seguirle pues temí en ese momento por la vida del Obispo y hube de tomar repentina decisión. ─inconscientemente agaché la testa ─Siento habervos defraudado, don Íñigo ─concluí.

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12/06/2014, 12:26
don Íñigo Robledo

Posó una mano don Íñigo en el hombro de Fernando.

- Non habeisme defraudado, Fernando, ni mucho menos. Muchos en vuestro lugar habrían dejado Trujillo et habrían buscado mejor vida en otra parte, mas vos persistís, et corréis grandes riesgos en aras de servir a vuestro señor. Habéis plantado cara, aunque ese cobarde haya huido, et bueno es que sigamos todos con vida.

Dicho lo cual, soltó el hombro de Fernando, et fizo un gesto con la testa.

- Vayamos al encuentro de los otros, quiero hablar con ese al que habéis capturado.

Notas de juego

Doy un poco de margen por si Jorge quiere decir algo.

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12/06/2014, 13:19
Pedro de Alarcón

-¿Qué más pudiere un simple omne buscar, que la redención ante el Altísimo? Decidnos quién está tras todo aquesto, quién es el que mueve los hilos, quién vos ha informado de aquesta reunión, o si habéisnos seguido et porqué, et los motivos que mueven al vuestro emisario. Sólo así apiadaráse Dios de la vuestra alma desencarrilada, et podréis volver al su divino rebaño. -hizo una pausa el Obispo, et la suya expresión afable dio paso a una faz sombría, mucho más dura- En caso contrario, bien podría el mío compañero mandarvos derecho a arder en las eternas llamas del averno.

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12/06/2014, 19:46
Director

Abrió los ojos el hombre al oir mentar el infierno, et trató de arrodillarse como buenamente pudo, echando mano de la sotana del obispo para rogarle.

- ¡Non, por favor, mi señor! - díjole al obispo - ¡Non me mandéis al infierno! Que nada sé yo... sólo que nos dieron monedas por seguir al caballero e darle muerte... que vos seguimos desde el mesmo castillo, un criado nos dijo el modo de entrar, el que nos pagó las monedas. ¡Pero nada sé del emisario, ni tampoco del pagador!
 

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12/06/2014, 20:04
Pedro de Alarcón

-Habréis pues de rendir cuentas ante Dios, hermano, pues non soy yo quién para impartir su divino juicio en la Tierra.

Un gesto de su cara indicó a Mauricio que degollara al instante a aquel desgraciado que nada más parecía saber. Una auténtica lástima, pues non era más que un omne venido a menos que sólo buscaba una forma de ganarse el pan, mas don Pedro non podía permitir que siguiese con vida: habíale visto junto a los omnes de Jofre, et aquella información en las manos equivocadas podía costarle tanto la reputación como la propia vida.

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13/06/2014, 15:12
Jorge, el Flaco

Gracias Señor. Dije respondiendo al halago por parte de Don Iñigo a la vez que agachaba ligeramente la cabeza et me soreía et ruborizaba un poco. Mas de nada fabían de servir mis voces si non fuera por la fuerza de los brazos de vuesas mercedes. Hice una ligera pausa et dejé que terminasen de explicarse.

A lo que dijo el otro guerrero, non pude evitar sobresaltarme et cuando terminaron de fablar le miré fijamente et le disje en tono un tanto dubitativo et un tanto culpable pues sentime como si  le hubiese fallado a mi señor. .....Su Excelencia.....¿está bien entonces? ¿Do está?

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13/06/2014, 17:45
don Íñigo Robledo

- Por aquí, vamos. - indicó don Íñigo sin añadir nada más.

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13/06/2014, 17:45
Director

Bracamante en mano tenía Mauricio al reo, presto tal vez a cumplir el comando del obispo que ordenábale darle muerte, cuando aparecieron don Íñigo, junto a Fernando, Jorge, et el criado de don Íñigo. Parescían todos ilesos, salvo el último, que tenía una herida en el rostro, mas non grave.

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13/06/2014, 17:47
don Íñigo Robledo

- ¿Aqueste es el asesino? - preguntó el caballero, mas duda non quedaba - ¿Vos ha dicho algo de quién le contrató?

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13/06/2014, 19:50
Pedro de Alarcón

-Nada, me temo, mas Dios dará buena cuenta de él -volvió a mirar a Mauricio, con una mirada que parescía gritar ¿A qué estáis esperando para enviar su alma inmortal adonde sea que corresponda?-. ¿Et los demás? ¿Viven?

Acercóse entonces al suyo criado, el púsole la mano enguantada del sello obispal en el hombro.

-Alégrame verte ileso, muchacho. Temí, al ver la fiereza con que aquestos malnacidos luchaban, que non volviera a verte.

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13/06/2014, 23:52
Fernando de Rojas

Mantúveme en vilo esperando por ver que sería de la vida de aquel desgraciado. Al parescer non había dado respuesta aqueste alguna al Obispo, empero quizá don Íñigo o un servidor fueremos capaces de soltar esa viperina lengua...

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14/06/2014, 00:11
Mauricio de Alconétar

Sin duda que el obispo me miraba, y con el sólo pestañeo de los sus ojos que sabíame yo lo que quería (aparte que me lo había mandado explícitamente). Mi bracamante en mano, y mis compañeros allegados a la escena, dudé entonces;

Con todo el respeto Vuecencia -le dije sin llegar a mirarle a los ojos por desobedecer-, pero no es Vuaced quien está preso en el castillo, sino mi señor Jofre, grácil donde los haya...

Entonces cogile de la cabellera al asaltante y púsele con más fiereza el bracamante en la garganta, bajo la nuez.

¿¡QUÉ CRIADO!? -le grite al tipo con rabia pensando que por aquesta trama insólita podía estar, quién sabía, don Jofre muerto-. ¡Hablad! ¿Pocero era o estaba en el establo? ¿Quién era? ¡Hablad que os mato ya mismo!

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14/06/2014, 13:35
Jorge, el Flaco

Viendo a Su Excelencia ileso alegreme mucho, mas non pude contenerme cuando a la mia persona se dirgió et tireme a sus rodillas entre lágrimas et un balbuceo casi que non fabía Cristo que lo entendiesese, mirando al suelo et sin atreverme a tocalo por miedo a onfendele. PerdónemeExcelencianonfaberpodidoestaralsuyoladoqueelmuybribónaguantabacuchilladatrascuchilladaetnonmoria..et..yoet...yo.....muertocayoseenmisbrazos....quenonqueriaquepasasemaspaso....

Et en esas estaba yo, et los gritos al otro hideputa para que fablara, aquesta aventura non era como yo imaginabamela.Que ya fabían habido muertos et podría faber sido su Excelencia et yo mesmo si no fuese por el fuerte brazo de Don Iñigo.

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15/06/2014, 14:10
Director

Caía de rodillas el reo, ya en lágrima viva llorando por temor a su mesma vida, et non sabiendo a dónde aferrarse.

- ¡Non sé! ¡Non sé! - díjole a Mauricio - Era achaparrado, calvo, et olía a rancio. Non díjonos su nombre, sólo que habíamos de seguir a aqueste, et darle muerte a él et a cuantos con él se encontraren. - alzó la vista - Fízonos entrar por las cocinas, et díjonos que non habría criado esperando, que todos andaban durmiendo. Su voz era ronca...

Después volviose hacia el caballero, viendo ya que merced non tendría del obispo.

- Por favor mi señor, non me matéis. - díjole - Puedo decirvos quién fue con sólo verle, estoy seguro.

- Tiradas (3)
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15/06/2014, 14:17
Fernando de Rojas

Tras oir aquellas sus palabras quien primero vínome a la mente era Damián; el impresentable capataz de los criados. Non había olvidado yo aún el contronazo acontescido con aquel...

─¿Era aqueste que dedices, homne corpulento et de malas pulgas quien responde al nombre de Damián? ─et le describí con todo el detalle que pude, al infame capataz del servicio*. Observé detenidamente su rostro al responder**, pues non era la primera vez que había presenciado como, los que ya sabíanse muertos, asentían a todo con esperanza de alargar sus sentenciadas vidas.

- Tiradas (2)

Notas de juego

*Memoria
**Empatía