Partida Rol por web

Santiago, Dios y el Rey

IV - A la oscurecida...

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04/05/2014, 23:26
Director

En cuanto a don Diego, asintió al obispo, al tiempo que le invitaba con un leve gesto de mano a acompañarle hacia el interior del castillo.

- Non vos preocupéis, Excelencia. Los aposentos de vuestro criado estarán junto a los vuestros, para que de este modo pueda atender todas vuestras necesidades.

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04/05/2014, 23:28
Damián

Entre tanto, acercose el criado que acompañaba a don Diego, et fízole un gesto a Jorge para que le acompañare.

- Venid conmigo. - dijo con voz agria, et más agrio gesto en el rostro - Vos indicaré dónde dejar todo eso, et cuales son las estancias de vuestro señor.

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04/05/2014, 23:29
Don Diego de Castro

Separáronse así el obispo et su criado. Encaminábase don Pedro acompañado de ilustres caballeros, mientras el Maestre don Diego continuaba hablando con calma. Parescía su gesto atribulado por las preocupaciones, mas se esforzaba en mantener el tono que requería la ocasión.

- Bien me gustaría fablar en la cena, pero como a buen seguro recordaréis, nuestra regla exige que se coma en estricto silencio. - comentó el Maestre.

Pronto recordó el obispo lo rígidos que podían llegar a ser los miembros del clero regular. Bien sabía que guiábanse los santiaguistas por la regla agustina. Poco acostumbraba él a tales rigideces, mas al menos aquesta non implicaba voto de pobreza, por lo que a buen seguro que sería bien dado de comer.

- Como dezía, vuestra llegada se ha producido en un momento difícil para nuestra orden. Recientemente me he visto obligado a tomar preso a uno de mis caballeros, por la sospecha de que aqueste pudiere estar relacionado con temas de bruxerías. Todo aquesto sumado a otras desgracias que han acontecido en los últimos días, en los que el Señor nos ha puesto a prueba.

Caminaban a buen paso, et al tiempo que fazíanlo, miraba el obispo el castillo, que gozaba de buenos muros, et de un amplio patio de armas, aparte de un pozo en el medio. Los pasos lleváronles a una de las alas, a la izquierda del acceso al castillo, donde se adentraron en los muros de piedra.

- En la misiva que mi hermano don Íñigo os mandó ya se hablaba de la muerte de un hermano, don Martín Salcedo, el cual, dicho sea de paso, era un noble caballero et hombre de confianza. Et non acaban aquí las tribulaciones, pues aquesta mañana, durante la misa oficiada en su honor, su cuerpo ha sido animado por el diablo en plena iglesia. - santiguose - A tales bruxerías enfrentámonos, don Pedro, et vuestra llegada sin duda ha sido providencia, pues de tantas manos necesitamos como podamos reunir.

Llegaron al fin a la que debía de ser la sala común, usada tanto para reunirse como para las comidas. Era aquesta austera, adornada tan sólo por algunos pendones con la cruz de Santiago en ellos dibujada. Los bancos eran de madera, como correspondía, et non había lugar de privilegio ni tan siquiera para el Maestre, dando a entender que, aún gobernados por él, eran todos hermanos en el interior de aquel castillo.

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05/05/2014, 00:43
Jorge, el Flaco

 Asiento a las palabras de Damián y le sigo a donde me lleve con las cosas de Su Excelencia. No digo nada pero no pierdo detalle a las instalaciones del castillo.Intentando memorizar los sitios por los que me lleva y teniendo muy en mente las palabras de Don Diego, mis aposentos estarían al lado de los de Su Excelencia, me sentí aliviado, no solo por poder servirle mejor. Si no por tener cerca a una cara conocida y amiga.

Esta era mi primera salida fuera de Cáceres quitando mi niñez. En la diócesis siempre había estado arropado por los otros criados . Ahora estaba en una ciudad extraña,en un castillo del que no conocía nada y con gente completamente desconocida, y el tal Damián no parecía ser muy amigable, pero quien era yo para juzgar por las meras apariencias. Sentía vértigo, quería desempeñar mi trabajo lo mejor posible y no dejar en evidencia a Su Excelencia por mi falta de conocimiento en estas lides.

Ahora descargaría las cosas, si su Excelencia precisaba algo más de mi estaría dispuesto. Y en cuanto pudiese iría a cuidar a los caballos. Me gustaría conocer al cocinero para pedirle un par de zanahorias para el caballo de su Excelencia, tal vez en la cena pueda hablalle

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05/05/2014, 10:27
Pedro de Alarcón

Non recordaba ya, efectivamente, la rigidez del claro secular el obipo de Cáceres, acostumbrado a las opulentas comidas que solía degustar en el suyo castillo sin acto ninguno de remordimiento. Et pensando ya en un buen faisán dando calor al suyo estómago encontrábase don Pedro cuando aquellas funestas palabras atrajeron por completo la suya atención. Santiguóse el religioso con calma et pensativo, pues costábale creer lo que don Diego estaba contándole.

-Funesta situación, don Diego, funesta situación la vuestra. Pero contadme, contadme un poco más -poco importaban en ese momento las intrigas de la orden et el por qué del asesinato al obispo (que bien sabía de envidias et tramas extrañas con tal de amasar poder et fortuna, et ya habría tiempo de encontrar al culpable si era menester), si no saber realmente qué oscura bruxería era aquesa- ¿Qué ha sucedido exactamente durante la misa? ¿Qué ha sucedido con... el cuerpo?

Notas de juego

Supongo que Íñigo no mencionaba nada sobre la brujería en la carta porque la misiva se envió antes de la misa (corrígeme si me equivoco).

PD: No marco a Jorge porque supuse que estábamos separados y no escucha mi conversación con el maestre.

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06/05/2014, 15:54
Don Diego de Castro

- Levantadose ha el cuerpo de nuestro hermano en la muerte, como si de él tiraren hilos que non pudieremos ver. - díxole - Prodigio poco frecuente, et sin duda causado por la mano del Maligno o de alguno de sus servidores.

Hablaba don Diego de aquel asunto como si tal cosa, et nadie replicó ni añadió nada. ¿Podría ser cierta tal cosa? ¿En el seno mesmo de una iglesia? Non parescíale al obispo que mintiera el presente, et non sería la clase de historia que uno contaría delante de tantos sin haberla visto.

- Ahora, si me disculpáis, Excelencia, sería menester que váyase preparando la pitanza. Ordenaré que vos muestren vuestros aposentos, et pronto seréis advertido de que es momento de comer, lo que sin duda estaréis deseando.

Llamó entonces el Maestre con un gesto a un mozo, al que dio indicaciones para que guiase al obispo a sus aposentos.

Notas de juego

Tus suposiciones fueron correctas ;)

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06/05/2014, 16:00
Director

Separábase por un momento Jorge del que era su señor, pues aqueste se marchó con los caballeros, et a él le tocó ser guiado por el tal Damián, que habíale parecido de poco hablar en un principio, et así permaneció durante todo el trayecto. Diríase que a Damián non gustábanle los forasteros, o tal vez sólo le desagradaren los que acababan de llegar. Fuera como fuese, non dirigiole palabra al chico en todo el trayecto.

Sus pasos guiaron a Jorge hacia el ala que estaba frente a la de la puerta, atravesando por completo el patio, et pasando junto a un pozo. Vio en el suelo Jorge algunas manchas de sangre, mas non tuvo tiempo de detenerse ahí, pues Damián andaba a toda prisa. Cuando entraron en el ala del castillo, pudo éste ver estrechas paredes de piedra que iluminaban las teas encendidas (pues era ya noche cerrada), et sintiose muy lejos entonces del palacio obispal. En comparación, era aqueste castillo frío et austero, et también lo eran los aposentos que habíanles asignado. Hasta los del obispo eran parcos en disfrute, apenas una celda en la que dormir et una mesa en la que escribir. Jorge gozaba de mejores aposentos en Cáceres de los que disfrutaría su señor aquí.

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06/05/2014, 16:06
Director

La conversación suavizó un tanto la velada, et ayudó al paso del tiempo, que por otro lado parescía pesarles como si cargaran a hombros a un mulo. Fazía ya tiempo que había oscurecido, et de cuando en cuando escuchaban pasar a un alguacil, que rondaba sin mucho entusiasmo por las calles. Non diríase que les andaren buscando debajo de las piedras, pero cualquiera podía fiarse. Fernando había recordado, al escuchar el apellido de Carrillo, la mirada que su superior habíale lanzado el día anterior, cuando dirigiose al castillo a indagar acerca de la muerte del caballero. ¿Tendría algo que ver su superior, Severo, con Carrillo? Cualquiera podía figurárselo...

De cualquier modo, las horas al fin pasaron, et la noche dio paso a la luna, que brillaba clara sobre la villa. Las calles parescían tranquilas et podíase caminar sin ayuda de una antorcha u otro medio de disponer de luz, aunque a buen seguro en los callejones non se verían tres en un burro. Al fin doblaron las campanas a Maitines, aunque Íñigo habíales advertido que tardaría un tanto en alcanzarles, ellos podían sufrir contratiempos por el camino, sobre todo si non querían ser vistos.

Notas de juego

Dado que no añadís nada más doy por hecho que habéis finalizado la conversación. Cuando salgáis, especificadme lo que lleváis encima, especialmente si utilizáis algún medio de iluminación o no.

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06/05/2014, 16:35
Jofre de Castellvell

Niego con la cabeza con gesto serio.

-Gracias por vuestra visita y por las noticias. Sois un buen amigo.- Dije con una sonrisa débil. Las noticias eran cuanto menos inquietantes. ¿Que motivaba la aparición de un Obispo? Y en cuanto a lo de hacer entrar en razón al maestre... Veia el asunto muy negro.

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06/05/2014, 17:06
Jorge, el Flaco

A medida que avanzábamos por el castillo crecía mi desilusión. Esperaba un castillo más imponente, lleno de caballeros ejercitánadose en el patio al grito de ¡Santiago! por contra me encontré  un criado tan parco en palabras como yo et un patio vacio et lleno de sangre, pareciome que aquí los criados se tomaban su trabajo muy a la ligera, aunque extrañome que faziesen la matanza al lado del pozo, sea lo que fuese intentaría enterarme.

 Cuando vi mis aposentos non dije nada, a fín de cuentas me fazía a cualquier cosa, como si tenía que dormir con los caballos.....de seguro que dormía más caliente con ellos. Pero al llegar a los aposentos de Su Excelencia se me cayó el alma a los pies,¿De verdad pretenden que Su Excelencia duerma aquí?  Me dirigí  a Damián ,con la cabeza gacha, sin mirarle directamente a los ojos. No pretendía que mis palabras sonasen a reproche, pero muy a mi pesar sonaron como tal.  Non es persona de grandes lujos el vuestro Señor ¿eh?

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07/05/2014, 00:02
Fernando de Rojas

Notas de juego

Por mi parte podemos ir ya a nuestra "cita".

Llevaré exactamente lo que hay especificado en mi inventario en el apartado Fernando lleva encima:

Las antorchas las tengo en las alforjas del caballo, así que iré con la ballesta cargada colgada en la espalda y lanza en ristre.

Mauricio será el iluminador ;), aunque si tiene más de una antorcha o la posadera me puede dejar una, yo también llevaré otra (en la siniestra, pues la lanza irá en la diestra, y en caso de combate soltaré la antorcha al suelo).

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07/05/2014, 02:03
Pedro de Alarcón

-Gratitud, don Diego. Faced llamar a Jorge también para que visíteme en los míos aposentos en cuanto haya acabado con sus menesteres -despidióse entonces el obispo del maestre- ... Et que Dios asístanos si realmente es bruxería lo que aquí ha sucedido, ¡El maligno en mitad de una misa!

Mientras esperaba a que el servicio mostrárale sus dependencias, echó mano el obispo del libro de oras que siempre portaba encima, echando un vistazo rápido a las sagradas escrituras en busca de alguna referencia a la resurrección de los muertos por parte de Satanás. Ya tendría tiempo, o eso esperaba, de buscar más detenidamente cuando estuviera en la intimidad de la suya habitación, pero un vistazo non estaba de sobra.

Poco pudo encontrar, sin embargo, pues ninguna referencia encontró sobre la vuelta a la vida mediante la intervención del mal. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él . . . Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras, decía el evangelio según San Juan.

Nada que pudiera ayudarle... Quizá el bueno de Jorge conosciera alguna leyenda supersticiosa de aquesas de las que tanto gusta el vulgo que mencionase algo parecido. O quizá pudiere encontrar algo en la gloriosa biblioteca que a buen seguro custodiaba la orden de Santiago en su fortaleza.

En cualquier caso, el obispo continuó esperando que mostráranle sus nuevas dependencias, con el estómago rugiendo de pura gula (pues realmente habían comido por el camino, et non encontrábase hambriento).

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09/05/2014, 22:32
Damián

Lanzole una mirada gélida el tal Damián a Jorge, et diríase que le habría acuchilla de haber podido.

- Veréis que aquí se rinde culto al señor, non como fázenlo los eclesiásticos en las villas, que parescen haberse contaminado della putrefacción de aquestas.

Claro era que non habría pronunciado tales palabras en presencia del obispo el desgraciado, mas ahora que non había autoridades delante, parescía sentirse fuerte para tales insultos.

- Ya sabéis lo que necesitáis. Non me molestéis más. - zanjó Damián, antes de agarrar el camino et largarse.
 

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09/05/2014, 22:36
Director

Fue conducido el obispo hacia la que habría de ser su estancia, lo que le obligó a atravesar de nuevo el patio, et introducirse en el ala norte, la más alejada de la puerta. Al llegar a aquesta, pudo comprobar Pedro lo que ya había discernido Jorge antes que él: que non eran en absoluto dados a los lujos los santiaguistas, pese a ser de las órdenes más laxas en cuanto a su Regla.

Para el obispo habían dispuesto una celda, en la que apenas había un camastro et una mesa con escritorio. Su criado, por contra, gozaba sólo de camastro, et debía acceder al pasillo para llegar a sus estancias. Aparte de aquesto, la celda era contigua, por lo que podría disponer de él con cierta rapidez, si así deseábalo.

Conteniendo los improperios et maldiciones, diose por contento el obispo, et marcharon los dos a la sala común al buen yantar. Non era costumbre que comieran los criados con los nobles, por lo que hubieron de separarse nuevamente: acudió Jorge a una mesa apartada de los bancos en los que dábanse a la pitanza los caballeros, mientras que el obispo ocupó un lugar de honor entre aquestos, junto al Maestre don Diego, de cuya conversación non pudo disfrutar, porque, tal et como habíanle advertido, la cena realizábase en silencio estricto. Silencio que por cierto, algunos parescían atreverse a quebrantar, fablando entre susurros, o bien lanzando alguna que otra mirada en aquesta o la otra dirección, junto con gestos que non parescían denotar amistad. Claro era que, hasta entre monjes, et caballeros, existían enemistades et rivalidades de toda clase.

Aparcado aqueste tema, al menos pudo decirse que el alimentario del castillo era digno de sus nobles ocupantes, pues carnero asado fue servido, con abundante vino aguado, salsa, et pan para mojar. A los criados non les cayó tanta bendición, sino más bien gachas de cebada, el mesmo pan (lo que non habían querido los señores) et algún pedazo de carne con más hueso que otra cosa, pero que al menos dábale sabor al asunto.

Así transcurrió el rato que habíase destinado a tales menesteres, et, con una oración, dio por finalizada la comida el Maestre, et pudiéronse levantar, cada uno dirigiéndose a su celda, pues era momento del dormir, antes de levantarse a Maitines* para las oraciones pertinentes. Fue entonces cuando don Íñigo Robledo, aprovechando la dispersión de unos et otros, acercose, ya fuera de la sala común, al obispo.

Notas de juego

* Maitines: Las 12 de la noche, comienzo de la nueva jornada (aunque típicamente se duerme después de la misa).

Acelero un poco el tema por razones de trama (y porque como no he podido postear estos días en condiciones, quiero compensarlo un poco)

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09/05/2014, 22:46
don Íñigo Robledo

- Hemos de reunirnos cuanto antes, Excelencia. Lo mejor será que vayáis a vuestra celda et finjáis dormir. Nos encontraremos aquí mismo, mas darvos un tiempo. - díxole - Traed a vuestro criado et sed cauto, comprobad que non vos siguen.

Dicho lo cual apartose de él sin esperar respuesta, algo que habría sido un insulto en plena corte, pero común cuando uno dábase a las intrigancias palaciegas o de cualquier otro tipo, pues ser vistos hablando revelaría con rapidez el bando del individuo, lo cual suponía con frecuencia una gran desventaja, como Pedro bien sabía, e incluso Jorge comprendía.

Notas de juego

Os dejo un poco para que habléis/decidáis/actuéis. Podéis declarar acciones relativas a la escena anterior, o incluso mantener alguna conversación previa a la cena si queréis. También tenéis cierta libertad para narrar vuestros movimientos por el castillo y eso (dentro de lo razonable).

Cuando acudáis a la cita (si decidís hacerlo) especificadme lo que lleváis encima.
 

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09/05/2014, 22:54
Director

Asomáronse a la calle alguacil et mediero cuando dejaron de tañir las campanas, aprovechándose de la oscuridad que les rodeaba para non ser vistos. Llevaba Mauricio un candil en la mano, et al cinto su bracamante, además de algunos atavíos cristianos para protegerse contra el mal. En cuanto a Fernando, fízose con una antorcha que prestole la posadera, et blandíala en la mano izquierda, lanza en ristre en la diestra, aunque más valdríale non tener que usar aquesta última, pues de cruzarse con alguien, lo normal es que fuere con algún alguacil, et non le ganaría la inocencia el andar matando a sus compañeros de cuartel, aparte de lo mal que esto estuviera. Por non olvidar que a Dios poca gracia fazíanle los muertos, salvo que fueren infieles o adoradores del demonio, et nada de esto eran los guardias de Trujillo.

En estas reflexiones plantáronse en la plazuela que sostenía la taberna, preguntándose cuál sería el mejor camino a seguir. Desde luego, podían bajar por la calle del castillo hasta las puertas de la villa, ruta que a buen seguro les llevaría presto hasta las afueras de la villa, pero bien podían ser reconocidos en tal andanza. Por contra, si callejeaban podrían alcanzar algún punto de la muralla, et tal vez desde allí, tentar a saltarla. Aquesto a buen seguro faríales eludir patrulla, aunque corrían el riesgo de extraviarse, o de non poder saltar...

Notas de juego

En el post más o menos os planteo las posibilidades que tenéis: tomar un camino más principal y tratar de llegar a la puerta, o bien intentar callejear y saltar la muralla en algún punto (o seguirla después hasta dicha puerta).

En el mapa sería más o menos la zona de la izquierda del mismo (la taberna está cerca de la iglesia, en el centro). De todos modos el mapa muestra más o menos el Trujillo moderno y tampoco es una guía muy precisa (pero me vais a perdonar el anacronismo xD).

Podéis conversar brevemente para decidir. Como orthanc está un pelín mising, si no postea rápido dejo la decisión en manos de canario (que por otro lado es el alguacil, el PJ con mando, y el especialista en este tipo de incursiones, por lo que lo normal sería que dirigiese él).

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09/05/2014, 23:10
Director

Despidiose don Onofre aceptando el cumplido, et fízose el silencio nuevamente en la celda. Aquella espera exasperaba al caballero, quién non veía el modo en que podía defender su honor, allí apresado a merced de sus enemigos, con sus siervos et amigos ocultos, et uno de ellos (aquel de más extrañas costumbres, et sin duda el que más podía valer para incriminarle) desaparecido.

Fízosele eterna la espera, aunque trató de paliarla el buen caballero entre rezos et lecturas, hasta que al fin comprendió que lo mejor sería dormir. Fue entonces cuando alguien abrió la puerta de nuevo (nadie salvo el carcelero), dando paso a una muchacha.

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09/05/2014, 23:14
Clara

Entró la muchacha en la celda, cerrándose tras della la puerta, portando una escudilla con pan, et una jarra con agua. Pobre alimento, mas al menos mantendríale vivo, et ya tenía don Jofre la garganta seca. Sal

Saludó con propiedad la muchacha, inclinándose levemente. Sus ropajes eran humildes, aunque la tela non era basta como la de un campesino. Sin duda la chica vestía austeramente por encontrarse en el lugar en que lo hacía, mas en la corte de un noble habría vestido telas finas con la delicadeza adecuada. Non eran, sin embargo, suficientes las humildades para ocultar la belleza de su rostro, la cual caló en Jofre de inmediato, aunque la moza mostrose recatada et cortés en todo momento.

- Vos traigo agua et pan, don Jofre, por orden de mi tío Onofre. - mirole fugazmente a los ojos - También me manda mi tío preguntarvos si necesitades de alguna cosa para calmar vuestro ánimo, et si dispone de bastante aceite el vuestro candil.

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09/05/2014, 23:21
Jofre de Castellvell

Me levanté del jergón en el que me había postrado con un gesto raudo al ver que tenía visita.

-Sois muy amable, mi señora. Sois un agradable cambio en mi arresto, y eso debo agradecérselo a vuestro tío.- Dije permitiéndome una pequeña sonrisa. Buena mujer, sin duda, recatada y hermosa, y con una lengua de oro. Pero debía calmarme. Esta era una situación muy crítica como para perder el seso por una mujer.

Acepté con un asentimiento las viandas que portaba, pobres alimentos, pero mejores que nada, sin duda.

-¿Quizás queráis compartirlos conmigo? Así podríais contarme sobre lo que ocurre fuera de estos muros...- O sobre vos, que tampoco sería rato mal gastado. Pensé para mí.

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10/05/2014, 09:48
Pedro de Alarcón

Antes de la cena


 

Halló al bueno Jorge en la hedionda pocilga a la que los santiaguistas llamaban celda et que habían dispuesto para él como sus aposentos, finalizando sus quehaceres, et tras cerrar la puerta et el postigo, fabló en voz baja el obispo:

-Macabro asunto tráenos aquí, muchacho. El mismo Belcebú, según me cuentan, ronda por aquestos pasillos levantando a los muertos -non es que don Pedro tuviere mucho pudor en mencionar el nombre del Maligno-... Mas cuéstame de creer que aquesto sean bruxerías et no obra de la mano de omne, en una complicada trama de intrigas por conseguir el puesto de maestre en la orden, con la que está cayendo ahí fuera -referíase al poco discreto enfrentamiento por el puesto entre el candidato del rey y el de la orden que todo el mundo conocía.

Observó el rostro del suyo criado et, tras una breve sonrisa que más pareció de complicidad que de otra cosa, añadió:

-Nunca has estado en la Corte, ¿verdad? Mucho quédate por aprender, muchacho... Mas por ahora ocúpate de aparentar que crees lo sucedido, zagal, et asentir todo lo que yo afirme. ¿O es que acaso... crees que realmente el Diablo pueda estar metiendo sus garras en aqueste castillo? Dime, ¿conoces alguna leyenda o alguna sagrada escritura que fable de tales resurrecciones por parte del Oscuro?

Mientras Jorge terminaba de arreglar la habitación, el obispo colocábase bien las ropas para ir a cenar.