Partida Rol por web

Santiago, Dios y el Rey

IV - A la oscurecida...

Cargando editor
23/05/2014, 11:20
don Íñigo Robledo

Miró don Íñigo a Fernando et Mauricio alternativamente, et relajose un tanto al comprobar que allí estaban. Después volviose al obispo.

- Excelencia, aquestos son los hombres de los que vos fablé, los siervos de don Jofre: Fernando, alguacil de Trujillo, et Mauricio, hombre de don Jofre que abastécenos en el castillo ocupándose de los comercios. - miró a ambos dos - Vos agradezco que hayáis acudido en tiempos tan difíciles como aquestos, en los que lo más fácil habría sido abandonar la villa et non volver a pisarla. Aquesto demuestra que sois leales a vuestro señor, lo que vos honra, et sin duda será recompensado cuando todo aqueste asunto háyase resuelto, para lo cual necesito de vuestra entera colaboración.

Miró en derredor, como si temiera que alguien pudiere andar observando, para continuar fablando.

- Necesito que me comuniquéis cuando hayades averiguado. - se refirió al obispo, presentándole - Su Excelencia, Monseñor Pedro, es un buen amigo mío et ilustre Obispo de Cáceres, et nos ayudará en aqueste asunto, pues dado su cargo et las evidencias de bruxería que aquí en Trujillo se han dado, le corresponde ocuparse dello. Por tanto, habedes también de responder a cuantas preguntas él vos plantee. Et ahora contadme los frutos de vuestras indagaciones.

Cargando editor
23/05/2014, 11:34
Director

Sintió Mauricio que la mirada de Íñigo clavábase en él, et vínole a la mente la reunión que el caballero et él mismo habían tenido en el castillo esa mesma mañana. Paresciérale al mediero que había pasado una eternidad desde entonces, por cuanto había acontecido. Sin duda don Íñigo non había olvidado aquesta, et aún tenía esperanzas puestas en el mediero.

Cargando editor
23/05/2014, 18:08
Mauricio de Alconétar

Et que me quedé como pasmado, tan sólo unos segundos, delante de la figura del obispo de Cáceres, et de sus otros dos acompañantes; y me quedé embobado mientras veía cómo Fernando agachábase, tomaba con presteza la mano extendida del obispo. Et que en cuanto acabó, que hícele yo reverencia similar (no sé si bien ni procedente, pues pocas veces solía hacerla más que un ligero movimiento de tronco), et que entonces beséle también el anillo. Mas no lo hice ipso facto, sino que miré el anillo bien (aunque rápidamente) para verle el valor de éste (por si incluso fuera falso, es decir, un anillo de pega por si perdíasele)*

Isultrís... Ilustrísima... -díjele mientras ya me elevaba de la reverencia et trabábase mi lengua-. Et que entonces noté cómo don Íñigo clavaba su mirada especialmente en mí, y yo se la aguanté, más no en desafío: que bien sabía yo porqué me miraba así, y que sin duda que querría tener conmigo conversación pendiente cuanto antes.

Antes de nada, Ilustrísima..., es por mi buen señor... -dije interrumpiendo, pues era lo que más me importaba-: ¿preso está? ¿... vivo al menos, verdad?

Notas de juego

¿Los obispos iban de rojo como los cardenales?

* Querría tirar algo para "tasar" (ojear, vaya, en la medida que pueda) el susodicho anillito obispal ;)

Cargando editor
23/05/2014, 19:00
Pedro de Alarcón

-Según ha informádome Íñigo, así es, el vuestro señor sigue con vida, mas non sabemos por cuánto tiempo. Es por eso que es importante que contéisme lo antes posible todo lo que sepáis sobre lo ocurrido, especialmente sobre aquesa bruxa que mencionábais que tiraba de los hilos del cadáver del hermano fallecido, et sobre por qué habrían de aparecer los restos de un ritual al Maligno en aquesas dependencias adonde non pertenecían.

Esperaba don Pedro que fablasen rápido et pronto pudiere marcharse, pues non gustábale estar tan expuesto, et bien notábasele en los suyos gestos. Si cualquiera descubriese que non encontrábase en los suyos aposentos, bien podía buscarse una ruina...

Cargando editor
23/05/2014, 19:15
Jorge, el Flaco

Poco a poco fuime relajando, viendo como los emboscadores non eran tales sino ommes de bien et aquestos con los que fabiamos de reunirnos. Mostraban el debido respeto a su Excelencia,  hiceme a un lado para que pudieran llegar a el mejor.

Escucho las palabras de Don Iñigo presentandoles et escucho las súplicas del tal Mauricio de saber algo del suyo señor. La verdad que me entristece pues non face poco perdí  a mi Señor, el anterior Obispo, más quiso la providencia que encontrase pronto a su Excelencia et me acogiese bajo su protección. Pero puedo sentir la pena en el, et non quiero imaginarme en su situación.

Entonces acordeeme del ruido de las murallas, estos omnes fabían salido del arbusto.....¿.quien o qué acechaba desde la muralla? Puede que fuesen solo suposiciones mías, mas quise aclarar el asunto lo antes posible non fuese que estuviésemos en grave peligro. Excelencia,discúlpeme un momento. Et salí raudo hacía los muros con el arco et la flecha preparado e intentando ver o escuchar lo que allí acaecía.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Intento acercarme sigilosamente por si hubiese alguien allí escondido.

Cargando editor
24/05/2014, 23:06
Fernando de Rojas

Asentí con deferencia et dispúseme a intentar relatar, con todo el lujo de detalles que permitíame mi mente fatigada por el cansancio et aquel frío, los funestos acontecimientos que habíannos acontecido con anterioridad:

Ilustrísima, atrévome a iniciar aqueste relato diziendo que obscuras fuerzas et ilustres apellidos han confábuladose con el fin de alterar el orden natural de las cosas ─et que ese orden al que referíame non era otro que la elección del próximo Maestre de la Orden de Santiago.

Aparesció, en la fría mañana, el cuerpo del caballero don Martín Salcedo muerto en el patio del castillo. Hallábase su torso e armadura partidas en profundo tajo. Un tajo extraño, como produscido por una fuerza imposible de ser aplicada por el brazo de un homne. Aquello fue la primera sospecha de que algo maligno andaba tras aquella muerte.

Intenté, en vano, calentar mis manos con el vapor de mi cuerpo ─Al día siguiente, cuando celebróse el Oficio por la muerte del difunto confirmáronse nuestras sospechas; su cuerpo alzóse bajo techo sacro, et humores sucios et mal olientes salían de todas las fosas de su cuerpo. Un homne, un tabernero de la villa, agora preso en el castillo, hallábase en trance, como poseído en medio de la ceremonia. Agora puedo afirmar que aquel homne había sido fechizado con el fin de desviar la atención de la bruxa. ─Un escalofrío recorrió mi cuerpo al recordar aquellos ojos verdes esmeralda clavándose en la mia alma ─La bruxa, embozada, hallábase entre la multitud congregada. Lancéme contra ella, junto a un joven que acompañábame de nombre Pablo Bestregui. Apunto estuve de asestarle tajada, empero aquesta con leves gestos et murmuros consiguió dejarnos paralizados. Como si una enorme mano apretáranos con fuerza aterradora, et sin poder fazer nada más que mirar con ojos impotentes et llenos de rabia, aquesta escapó impunemente... ─mi puño se apretó con fuerza.

Non poco hubimos de indagar hasta hallar una pista a seguir, et fue la esposa del tabernero antes mentado quien púsonos tras los pasos de la bruxa de nombre Ostatxu, una moza de buen ver y de ojos verdes cual esmeralda al parescer venida del norte. Dimos ansí con la su guarida, una pequeña estancia arrendada frente a la taberna. Tras testarudo examen de sus aposentos descubrimos bajo falso suelo las evidencias de sus malas artes ─saqué entonces el trozo de tela en el que andaban enrollados los ingredientes de las brujerías ─He aquí la prueba ilustrísima ─dije mientras desenvolvía el paquete et dejaba a la vista aquellos extraños componentes para que el Obispo diera fe de mis palabras.

Fue después de aquel hallazgo, cuando intentando averiguar quien pudiere vender tales cosas, cuando conoscimos a un comerciante moro, si es que pudiere llamársele ansí. Resultó que era aqueste quien proveía a la bruxa de tales enseres, et tras endulzar su bolsa nos contó que la bruxa moza codeábase con homnes importantes et de renombre en la villa.

Et que fize una pausa, pues lo que agora iba a decir era lo más importante et peligroso. ─Un apellido afloró entonces. Uno importante et conoscido...

Tragué saliva ─Carrillo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Intento hacer memoria tras relatar lo acontecido, pues el cansancio y el frío pasan factura y no quiero dejar ningún detalle importante en el tintero... ;)

Cargando editor
25/05/2014, 10:54
Pedro de Alarcón

Apartó la vista el obispo de aquellos componentes de la bruxería et caricióse el mentón, pensativo. 

-¿Carrillo? ¿Vos referís a don Fernando Carrillo?

Truculento asunto era aquel, sin duda. Don Fernando de Carrillo era noble et de gran familia castellana, por lo que cualquier acusación contra él habría de ser tratada con el más sumo de los cuidados. 

-Interesante lo que me contáis, buenos omnes -hizo una pausa don Pedro-. Mas agora he de regresar a los míos aposentos, antes de que nadie percátese de la mía ausencia. Faré las averiguaciones pertinentes durante el día de mañana. Vos habéis de guardaros bien, pues a buen seguro la bruxa echará en falta los suyos ingredientes, et non tardará en usar sus artes malignas para intentar localizaros, que bien es sabida la naturaleza vengativa de los siervos del Oscuro -dióles entonces la espalda el obispo, dispuesto a marcharse-. Íñigo nos pondrá de nuevo en contacto. Vos mantendré informados de cualquier novedad, mas sed cautos como hasta agora: non mentéis el apellido Carillo, et cuidaos de la tal Ostatxu.

Cargando editor
25/05/2014, 12:04
Fernando de Rojas

Asentí al escuchar las palabras de don Pedro ─Asi faremos. Gracias por su tiempo Ilustrísima.

Miré entonces al mediero, como intentando averiguar con su mirada si pensaba lo mismo que yo; usar aquellos componentes para atraer a la bruxa a una trampa. Las palabras del Obispo fueron como lux esclarecedora, pues non habíaseme ocurrido tal cosa con anterioridad, cosa normal, ya que la mia mente non estaba últimamente para mucho maquinar...

Cargando editor
26/05/2014, 17:01
Mauricio de Alconétar

Asentí ante la disposición del obispo después de la tan bien contada por Fernando historia acontecida a nos; que sin duda el alguacil no habíase dejado detalle alguno al referirse a la bruja, al Salcedo y a las localizaciones. Claro que, mientras se daban la vuelta aquestos tres con los que nos encontramos, que enseguida di un pequeño gritito para avisar a uno de ellos:

¡Don Íñigo! ¡Aguarde! -dije como si fuérame la vida en ello; y en entonces andé raudo hacia él, poniéndome a su altura-. ¿Recuerda vos del que hablamos cuando fuí al su aposento? -por supuesto, me refería a aquel sujeto del que me habló-. Nada habemos averiguado sobre él, si es que tenía vos esperanzas en ello por mi parte. Et vos ¿averiguó algo del mismo?
 

Cargando editor
26/05/2014, 17:52
don Íñigo Robledo

Disponíase a marchar el obispo, mas non parescía haber tanta prisa para don Íñigo, quién sin duda algo tenía que añadir, et non fizo amago de marchar de allí.

- Aguardar un instante, Ilustrísima, que por ese camino, si vos fuereis solo, a buen seguro descalabraríais sin remedio. - díxole, et volviose a Mauricio - Nada he podido averiguar de Llorenç, mas que andaba tras vuestro señor, et al final ha logrado sus pretensiones para con él. Fue aqueste caballero el que fizo encarcelar a vuestro señor tras hallar en sus aposentos el cuerpo sin vida del tabernero al que mentáis, et junto a él pruebas inequívocas de bruxería. Una trama urdida sin duda con gran mezquindad, pues non cábeme sombra de duda de que vuestro señor non es más que una víctima en todo aqueste entuerto, algo de lo que non pude convencer a don Diego, como tampoco pudo mi hermano Onofre, quién largo ha insistido en aquesto. 

Fizo pausa et tomó algo de aire, al tiempo que miraba al sirviente del obispo, que alejábase un tanto. Mas dejole ir et nada dijo.

- Extrañábame, sin embargo, que Llorenç pudiere haber preparado tal asunto en solitario. Es, como don Jofre, caballero joven, impetuoso en demasía para tan arteras confabulaciones... todo lo contrario que don Fernando. - referíase a Carrillo - Larga es su experiencia, et non es secreto para nadie que la suya es familia de gran ambición, et que esta transmítese de padre a hijos. Bien engañados nos tenía el fideputa, pues ni yo ni Onofre sospechábamos dél.

Miraba don Íñigo a Fernando mientras pronunciaba aquestas palabras, aunque su vista saltaba en derredor de tanto en tanto, como si temiere que alguien les pudiere caer encima en cualquier momento.

- Agora ya sabemos a qué nos enfrentamos, aunque ignoramos cuan largo llegan los brazos de nuestros enemigos. Empero, aquesta información que habedes traído es de gran valor. - miró a Mauricio et Fernando - Témome, sin embargo, que nuestros enemigos non van a demorar sus acciones más tiempo. Las acusaciones que pesan sobre vuestro señor son graves, et ya he oído rumores que hablan de un tal Pablo, el cual credo que era amigo vuestro, et hallábase al servicio de don Jofre. Aquestos rumores parecen culparle de las bruxerías acontecidas en la estancia de don Jofre, et la desaparición del joven fáceme creer que pueda haber sido cogido por los hombres del enemigo, algo harto probable siendo alguien como Carrillo.

Fizo una pausa et rascose el mentón, como pensando.

- En tanto non traigamos a la bruxa et la pongamos ante don Diego, será vuestra palabra contra la de quienes acusan a vuestro señor. Habemos de encontrarla cuanto antes, pues la vida de vuestro señor pende dello. - miró al Obispo - ¿Creéis que la bruxa realmente intentará volver por sus pertenencias?

Notas de juego

No marquéis a Jorge, que se ha alejado del grupo (entiendo que habláis en bajo para que no se os descubra).

Cargando editor
26/05/2014, 18:15
Director

Apartose el muchacho de su señor et los demás, quienes parescían hablar de cosas que para él resultaban incomprensibles, cuanto menos. Más entendía de acechanzas nocturnas Jorge, pues unas cuantas de estas había realizado en su vida, lo que habíale vuelto desconfiado.

Andó, pues, con sumo cuidado de no pisar rama ni hoja seca, lo que non era moco de pavo, mas su pericia et ligereza de andares parescieron valerle, pues ni él mesmo se oía. Tras de sí, las voces apagadas de su señor et los otros hombres escuchábanse escasamente. Nada revelaban sus ojos, pues la oscuridad era casi total, por más que empeñábase en fijar la vista et tratar de discernir algo. Ya casi estaba por volverse cuando un sonido fízole parar en seco, uno que había escuchado non pocas veces, pues non era otro que el del yerro rozando contra el cuero, el mesmo ruido que podía fazer una hoja saliendo de su vaina. Venía aqueste sonido de entre la maleza, de la dirección por la que habían llegado el Obispo et él junto a don Íñigo et su escolta. Parose en seco Jorge, escuchando en la frialdad de la noche, preguntándose si non lo habría imaginado, cuando el sonido vínole de nuevo. Non sabía contar hasta mucho el mozo, pero sabía que había escuchado el ruido más de dos et de tres veces, a buen seguro.

Notas de juego

No marques al resto (aunque les grites). Aunque pueden oirte, tengo que acompasar su conversación con los acontecimientos, así que tú pon sólo para mi lo que hace tu PJ y si les tiene que llegar el sonido ya se lo transmito yo ;).

Cargando editor
26/05/2014, 18:24
Director

Sintió don Jofre cómo Dios acudía a su lado una vez más, bendiciendo aquestos alimentos et librándolos de cualquier mal que pudieren contener, si es que lo había, et así púdose alimentar el caballero sin miedos ni renuncios.

Cargando editor
26/05/2014, 18:25
Clara

Agachó la cabeza la muchacha, de nuevo aterida por las palabras del caballero.

- Non entendáis mal mis gestos, don Jofre, que siento gran admiración por vos, et mi tío, don Onofre, habla maravillas de vuestras virtudes. - díjole - Él mismo me contó cómo derrotasteis al enviado del Maligno aquesta mesma mañana con la fuerza de vuestra fe et vuestra espada. Es tan sólo que me duele ver a tan noble hombre aquí encerrado, nada más.

Brillábanle los ojos a la muchacha, et cierto sonrojo acudía a sus mejillas. Púsose en pie.

- He de marcharme ya, mi señor. - fizo una breve reverencia - Volveré en unas horas, por si necesitareis algo más.

Notas de juego

Cuando decía "turbada" lo decía en el buen sentido ;) [osea que Jofre le hace tilín a la moza]

Perdona que vaya tan lento con tu parte, estoy resolviendo la de los otros jugadores, que va a requerir más posts.
 

Cargando editor
26/05/2014, 18:36
Pedro de Alarcón

-En cuanto descubra que alguien ha entrado en las suyas dependecias et ha descubierto su secreta adoración a Lucifer, es de suponer que non tardará en buscar al o los responsables antes de que aquesto tráigale problemas con la justicia por herexía. Non sé hasta qué punto podrá controlarla Carillo, que seguramente tendrá algo más de seso e intente pararle los pies, mas bien sabido es que pudiere conseguir lo que quiera con las suyas bruxerías.

El obispo también miraba de un lado a otro, temiendo que el buen Jorge descubriera a oídos ajenos por los alrededores.

-Haré lo que esté en mi mano por fablar del asunto con Carrillo durante el día de mañana, mas poco más puedo facer por agora. Paréceme buena idea tender trampa a la infiel, mas llevarla de los cabellos ante don Diego non ayudarános a realizar acusación formal contra nadie. De nuevo sería la vuestra palabra contra la de Carrillo (si es que realmente está involucrado), quien sin atisbo de duda cuenta con mayor credibilidad.

A don Pedro ocurriósele una idea entonces.

-Íñigo, ¿habría algún problema en que yo mismo oficiara mañana la eucaristía a Prima? Quisiere tener el placer de conceder el sacramento de la confesión a los fráteres...

Cargando editor
26/05/2014, 21:35
Jofre de Castellvell

Miré a la joven ligeramente estupefacto. La mujer... Vaya... Agaché la cabeza y negué lentamente.

-Me atribuís méritos que no me corresponden... Yo solo hice lo que debía. Vuestro tío fué quien liquidó al ser. Si no fuera por el mas que un celda, ahora estaría en un ataud bajo tierra.- Digo con los hombros caídos.- Sois demasiado buena conmigo Doña Clara. No se que ángel del cielo habrá tenido a bien enviaros a alegrarme estas horas de de pesadumbre, pero  se ha ganado mi devoción sempiterna.

Alcé la cabeza al saber que se iba y me erguí cuan alto era.

-Oh, si sin duda. Non quisiera que vos perdierais mas el tiempo por hacerme mas ameno mi encierro. Os lo agradezco mucho, mi señora.- Dije bajando la cabeza en una inclinación sin apartar los ojos de los suyos.- Ha sido un placer poder conoceros, gustad de venir cuanto queráis. Mucho me temo que no habré de moverme de este lugar en algún tiempo.

Cargando editor
26/05/2014, 21:43
Jorge, el Flaco
Sólo para el director

Trague saliva al oir el ruido de los muchos aceros desenvainarse. Non fabía sido yo omne de armas y jamás fabía matado a nadie. Por un momento consideré el huir, et que allá se las compusiese su Excelencia y aquestas extrañas personas. Más non podía permitir que mi Señor, el Obispo de Cáceres, pastor de omnes y voz de Dios en la tierra muriese en aqueste lugar como un perro.

 Me guié por el oido, una vez maté un venado, non tenía que ser tan distinto de matar a un omne. Tensé la cuerda y disparé al lugar del que provenía el sonido. Con suerte heriría a alguno, sin ella los abría alertado et obligado a ser más cautos. Acto seguido salí corriendo y gritando¡ EXCELENCIA,NOS ATACAN, OMNES EN EL BOSQUE!

Faziendo esto delataba mi posición, pero daría tiempo a Su Excelencia a huir......o a Don Iñigo et compañía de preparar las armas, que mucho fabía oido yo fablar de las hazañas que un caballero bien entrenado podía fazer.

Después de ganar unos metros intento ocultarme en la maleza et preparar otra flecha esperando que sean ellos los que delaten su posición.

- Tiradas (5)

Notas de juego

OK ;)

 La tirada del arco imagino que la hago con -bastante, hago la tirada y ya me restas lo que toque.(tiro daño x si acierto)

Disparo,grito y corro,me intento ocultar.

Cargando editor
27/05/2014, 10:19
Fernando de Rojas

Claro quedaba que nuestra única opción por el momento era dar con la maldita bruxa.

Sólo ocúrrenseme por agora dos formas de dar con la bruxa; esperarla et emboscarla en la su propia guarida, en caso de que non hállase dado cuenta aún que ha sido descubierta claro, o esperar que aquesta venga a nos con intención de recuperar sus ferramientas bruxeriles. ─rasquéme el menton, pensativo et temeroso ─empero non estoy seguro que pudiere salir bien ninguna de las dos. Ya topéme una vez con la bruxa et bastóle una sóla mirada et cuatro gestos de la mano para inmovilizarme. Aquello lo fizo en la propia iglesia, rodeada de cientos de parroquianos. Non quiero pensar de que pueda ser capaz si nos la enfrentamos en soledad.

Miré entonces a Mauricio ─et aqueste homne que me acompaña es presto de entendederas et hábil de lengua, más non sabe manejarse en el arte del combate.

Se que aqueste es un momento complicado et que non es fácil para ninguno de nos movernos, pues los ojos del enemigo acéchannos en las sombras, empero he de pedirvos toda la ayuda que podáis darnos si habemos de enfrentarnos a la bruxa ─dije al de Robledo y al Obispo.

Miré en derredor, ojos et oídos alerta mientras esperaba respuesta alguna...

- Tiradas (2)

Notas de juego

NdM: No marquéis a Jorge ;)

Cargando editor
27/05/2014, 19:44
Mauricio de Alconétar

La bruja, si me lo permite, don Íñigo -dije adelantándome, aunque más bien crei yo que respuesta de cualquiera, a no ser que fuera de baladí, sería propicia-, puede que no vuelva a por sus pertenencias. Lo perdido perdido es, y aquí don Fernando y un servidor, que tanto dimos con las ponzoñas que usábase para la brujería como con el tendero que se las proporcionaba... Et que si requiere de más ponzoña desa para "hechizal" a cuantos crean necesario, que volverá a por más...

Carraspeé un poco, y me llevé la mano tras la oreja, para rascarme.

¿Y si mantenemos vigilado al comerciante al que visitaba la Ostanatxu o como diantres llamárase? Si vamos en busca con sobreaviso, comeremos tierra en este asunto... ¿que vos parece, señores?

Cargando editor
27/05/2014, 19:57
Pedro de Alarcón

-Sea como fuere -contestó el obispo al tal Mauricio- habréis de ser cuidadosos en extremo si pretendéis tender la trampa a la bruxa, pues ya habéis visto la magnitud de la oscuridad de su alma et el poder que alberga.

Personalmente, poco más puedo facer por vosotros agora mismo o contra la adoradora del oscura, más allá de bendicir algo de agua si así lo queréis, pues vos puede ser útil, o incluso vuestras armas. Mañana, como vos digo, intentaré impartir la eucaristía et la confesión a los fráteres, a ver si pudiere averiguar algo sobre Carrillo o quien fuere que esté implicado en aquesta siniestra trama.

Cargando editor
28/05/2014, 00:07
Fernando de Rojas

Sea pues Ilustrísima ─susurréle al Obispo ─non vos robamos más tiempo.

Miré entonces a Mauricio ─credo habemos de marchar agora.