Partida Rol por web

Santiago, Dios y el Rey

V - Caza de bruxas

Cargando editor
06/10/2014, 17:33
Fernando de Rojas

¡Don Jofre! ¡credo he hallado algo! ─referíame al rastro de sangre que colábase entre los tablones del suelo. ─Debiere haber trampilla por aquí ─dije convencido ─témome que encontraremos algo non grato aquí abajo, más debemos ver de que se trata ─esperé entonces a que el caballero diera con el tirador de la trampilla, pues mis mermadas fuerzas no serían suficientes para levantar madera alguna...

Notas de juego

Lo dicho. Le indico a don Jofre el lugar y espero que sea el quien se encargue de abrir y dar la cara primeramente (que no estoy para más disgustos y sorpresas ;)).

Cargando editor
06/10/2014, 22:35
Jofre de Castellvell

Entonces busqué presto la manera en que pudiéramos abrir aquesta trampilla et rápidamente encontrela et dispúseme a abrirla, coltell en mano, alerta y preparado por lo que me pudiera encontrar... sin embargo algo decíame que iba a ser una sorpresa mucho más desagradable que peligrosa... aunque cierto era que antes ya habíame equivocado más veces en mis sospechas...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lo dicho, me dispongo a abrir la trampilla porque creo que he descubierto bien cómo hacerlo, no? 

Me resto uno de suerte.

Cargando editor
07/10/2014, 10:11
Director

Sin mucho esfuerzo, apenas introduciendo los dedos entre los tablones del suelo, don Jofre consiguió despejar la trampilla que conducía al sótano de aquella choza maldita. De abajo venía un olor a tierra et humedades, mezclados con el hedor infecto a sangre et podredumbre que invadía el piso de arriba (et que resultaba, incluso, más intenso abajo. El modo de bajar era una escalinata de madera toscamente labrada, que conducía hasta el sótano. Fue el primero en bajar don Jofre, seguido por Fernando, quién a duras penas sosteníase en pie, et hubo de fazer grande esfuerzo para lograr alcanzar el piso inferior.

Allí se encontraron prácticamente a oscuras, pues non había medio de iluminación, et la luz que entraba por la trampilla era muy escasa. Buscaron casi a tientas, esperando a que los ojos se les fiziesen a la oscuridad, et al fin hallaron un candil sobre una mesa, que don Jofre encendió con premura.
La luz anaranjada que este arrojó sobre la estancia reveló un panorama digno de los mesmos infiernos. Escaso mobiliario adornaba el lugar: un par de estantes, et una larga mesa. El suelo era en realidad una gruta natural, de tierra et rocas sueltas, et en la única región en que el firme era plano habíase dibujado un símbolo con forma de estrella de cinco puntas, para el cual habíase utilizado algún compuesto marronáceo que podía ser sangre reseca, con alguna otra cosa. Los estantes estaban llenos de frascos de barro, et non había necesidad de abrirlos para imaginar qué podían contener, pues claro era que debían de guardar materiales usados por la bruxa. La mesa, por último, parescía lugar de tormentos, pues sangre había por todas partes derramada en ella, et también casquería, vísceras de animales (hasta algún que otro ojo) utilizadas sin duda en algún ritual malicioso.

Ya non quedaban dudas: aquel lugar era el hogar de la perniciosa, et aquesta non hallábase allí.

Notas de juego

No era necesaria tirada de Descubrir para hallar el modo de abrir la trampilla (era simplemente una trampilla oculta, bastaba con introducir una daga por el hueco). Puedes reponerte el punto de suerte ;).

Cargando editor
07/10/2014, 11:26
Jofre de Castellvell

-¿Qué hago, Fernando? -preguntéle presto- vuestro consejo necesito pues bien perdido encuéntrome en estos momentos respecto a qué hacer... et vuestro juicio en otras ocasiones ha resultado acertado et vuestro consejo aprecio sobremanera... ¿quemamos el lugar con todo lo que en él queda et salimos de aquí et buscamos alguien que pueda hacer algo por vuestras heridas? ¿qué pensáis? ¿podría aquesto de alguna manera debilitar el poder de la bruja?

Notas de juego

Ok ;) gracias!

Cargando editor
09/10/2014, 18:16
Director

Notas de juego

¿Queréis hacer algo en el subterráneo?

Cargando editor
09/10/2014, 18:51
Fernando de Rojas

Me alagáis, don Jofre, más temo que en aqueste momento non soy digno de tales cumplidos. Temo defraudarvos, pues non ocúrreseme otra cosa que quemar aqueste cubil infernal, más tal acción eliminará las pruebas que necesitamos para limpiar vuestro buen nombre.

Ciertamente no sabía que fazer en aquel momento y lugar. Me sentí aturdido y desosegado, pues no poco fue el precio que hube de pagar para abatir a la criatura protectora para ahora no sacar recompensa alguna...

...y que seguro que la teníamos ante nuestros ojos, ansí que rebusqué a conciencia.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Perdón por la tardanza, he tenido una semana algo liada. La verdad es que no se me ocurre que hacer, así que voy a rebuscar un poco por el cubil a ver si doy con algo que encienda una chispa en la mermada sesera de Fernando :)

Cargando editor
09/10/2014, 22:05
Jofre de Castellvell

-Et ¿qué os parece si llevámosnos algún objeto o utensilio que claramente denote prácticas de brujería? -pregunté pues, tratando de discernir cuál de todas esas cosas podría ser la más exculpatoria para mí- mas non sé qué hacer con el resto... si quemarlo o traer rápidamente a alguien de la Orden a que lo vea...

Así pues, miré en derredor, tratando de decidir cuál de todos esos objetos sería el más útil para demostrar aqueste descubrimiento et al mesmo tiempo para exculparme a mí...

...mas todos los objetos parecíanme completamente iguales et non era yo capaz de discernir cuál llevarme, ni siquiera para qué serviría cada uno. Et aquesto facía que non fuera capaz de decidirme.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He estado a punto de decir que le hiciéramos una foto al lugar jajaja pero luego he recordado que estamos en la Edad Media jajaja

Cargando editor
10/10/2014, 17:16
Fernando de Rojas

Quizá si su ilustrísima el obispo don Pedro viera aquesto... ─musité por lo bajo ─podría brindarnos buena ayuda...

La verdad es que non se bien como obrar ante aquesta situación. Nunca heme visto en un brete similar. ─dije mientras le daba a la testa desesperadamente...

Cargando editor
10/10/2014, 20:50
Jofre de Castellvell

-Llevémonos pues algo algo incriminatorio, por si acaso, para dar prueba si la bruja decidiera deshacerse de aquesto ahora que ya sabe que hémoslo descubierto... et llamemos pues al obispo, como bien dices, amigo quizá él pueda aconsejarnos cómo actuar, et ayudarte a reponerte que falta hace también -dije pues, aunque aún dudaba si sería lo correcto marchar con sólo una prueba móvil, pues bien podrían pensar pues que era mía incluso...

-Mas non sé aún si debiéramos hacer como he propuesto... 

Volví a mirar de nuevo en derredor, intentando dilucidar si había algo en aquesta habitación que pudiera dar prueba fehaciente de que non había sido yo el asesino. Et fue entonces, cuando -nunca mejor dicho por inspiración divina-, creí descubrir tal objeto. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Master: Los destinataaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarios ;)

PD: Mañana actualizo

Cargando editor
11/10/2014, 11:51
Jofre de Castellvell

Notas de juego

ooops... :S
Sorry xD

Cargando editor
11/10/2014, 11:55
Director

Observaban la escena ambos hombres sin saber bien qué sacar de aquel lugar infecto en el que la bruxa parescía haber guardado su personal botica de horrores. En verdad costaba discernir qué pudieren sacar de todo aquello, pues el ser descubiertos con cualesquiera de las muchas pruebas de bruxería que allí abajo encontrábanse sólo valdría para ser acusados ellos mismos (o más bien, para confirmar la suya acusación). Era aqueste lugar, todo él, prueba de los actos de la bruxa. Desde luego, podía don Jofre afirmar sin reparos que non era él quién había reunido todos aquellos frascos, pues non era hombre que abandonare con frecuencia el castillo. Mas, hasta que non hallaren a la bruxa, nada quedaría probado del todo...

Fue entonces cuando escucharon los dos hombres pasos en el piso de arriba, et voces de hombres. Eran pasos pesados los que escuchábanse, pertenecientes a una buena caterva, et el sonido metálico de las grebas contra la madera diéronles a entender que había de tratarse de hombres bien pertrechados, lo que llevaba a pensar sin asomo de dudas en los caballeros del castillo. Entonces oyose una voz.

- Mi señor, ¡ahí hay una trampilla! - dijo alguien.
- Bajemos entonces. ¡Tened las armas prestas! - ordenó otra voz, impresa de autoridad.

Cargando editor
11/10/2014, 19:04
Jofre de Castellvell

Comencé a desesperarme. En aquesta situación encontrábame totalmente perdido si hallábanme allí... A no ser... Agucé el oído para ver si discernía alguna voz conocida...

Notas de juego

Madre mía... Estoy perdido jajaja
No pongo que busca en ningún sitio en concreto porque en realidad no tiene ni idea de qué buscar... XD
Me gustaría inspeccionar rápidamente todos los muebles a ver si encuentro como me has dicho alguna carta o algo así jajaja puedo?

Cargando editor
12/10/2014, 13:38
Director

Abriose la trampilla, et comenzaron a bajar los primeros hombres por aquesta, mientras Jofre buscaba desesperadamente en los estantes cualquier cosa que pudiese servirle como chivo expiatorio. En mientras tanto, el bueno de Fernando esperaba, ya resignado al que fuere su destino, pues de todos modos las feridas sufridas bien podían infectarse et mandarle al otro barrio en cualquier momento.

Llenose la estancia rápidamente, pues en ella comenzaron a entrar caballeros sosteniendo las suyas espadas. Fue de aqueste modo que don Jofre reconoció en primer lugar al Maestre, don Diego de Castro, et a continuación a dos de sus mayores aliados: don Onfre de Castelar, et don Íñigo Robledo. Venían también tres caballeros más: don Gabriel de Lara, don Guillermo de Montesinos, y un caballero al que todos apodaban "El Francés" debido a su origen.

Cargando editor
12/10/2014, 13:49
Director

Descendieron entonces los caballeros con cuidado, pues disponían de apenas una escala para fazer tal cosa. Fiziéronlo de uno en uno: a la cabeza el Maestre, seguido de don Íñigo Robledo et don Onofre de Castelar. A continuación fiziéronlo don Gabriel de Lara, el Francés, et por último Guillermo de Montesinos, al que siguieron el Obispo don Pedro et Jorge el Flaco.

Del piso de abajo ascendía un hedor profundo, a sangre, que ya notaran cuando entraran en la estancia, et que fazíase más intenso a medida que descendían. Al llegar a aqueste, encontráronse con una segunda estancia. Escaso mobiliario adornaba el lugar: un par de estantes, et una larga mesa. El suelo era en realidad una gruta natural, de tierra et rocas sueltas, et en la única región en que el firme era plano habíase dibujado un símbolo con forma de estrella de cinco puntas, para el cual habíase utilizado algún compuesto marronáceo que podía ser sangre reseca, con alguna otra cosa. Los estantes estaban llenos de frascos de barro, et non había necesidad de abrirlos para imaginar qué podían contener, pues claro era que debían de guardar materiales usados por la bruxa. La mesa, por último, parescía lugar de tormentos, pues sangre había por todas partes derramada en ella, et también casquería, vísceras de animales (hasta algún que otro ojo) utilizadas sin duda en algún ritual malicioso.

Sorprendioles sobremanera el hallar, además de todo aquesto, a Fernando et don Jofre en el interior. Tenía un aspecto deplorable el primero, con llagas mal cicatrizadas por toda la cara, et sosteníase en su lanza como si fuere un bastón. El caballero parescía non andar en tan mal término, aunque varias feridas recorrían su cuerpo.

Cargando editor
12/10/2014, 13:55
Director

Reconoscieron, en último lugar, a dos hombres que vieran la noche anterior: el obispo, don Pedro de Alarcón, et su leal siervo Jorge.

Cargando editor
12/10/2014, 13:55
Don Onofre de Castelar

El primero en fablar fue don Onofre, quién non podía disimular la suya sorpresa.

- ¡Don Jofre! - exclamó - ¿Qué fazéis en aqueste lugar? Vuestro siervo díjonos que hallaríamos aquí a la bruxa.

Notas de juego

Marcaos los cuatro para intervenir.

Cargando editor
12/10/2014, 13:58
Don Diego de Castro

Alzó una mano el Maestre para acallar los murmullos enfurecidos que surgían a sus espaldas.

- Ya basta. - miró fíjamente a don Jofre de Castellvel - Debeisme una explicación, don Jofre, et de aquesta penderá vuestra vida. Vos fugasteis del cautiverio al que fuisteis sometido, a orden mía, et aquesto ya ha sido usado por algunos como argumento contra vuestra inocencia. - dijo - Hallarvos aquí non mejora la situación. ¿Dónde se halla la bruxa de la que fabló vuestro siervo, el tal Mauricio? ¿Qué es aqueste lugar?

Su mirada era de hielo, et la espada de mano aún hallábase en ristre. Ninguno de los caballeros había bajado aquesta, et algunos continuaban mirando en derredor, temerosos tal vez de una emboscada de la bruxa, o algo peor.

Cargando editor
12/10/2014, 20:41
Jofre de Castellvell

Di un profundo suspiro, serenando mi mente, mientras alejaba vistosamente las manos del cinturón del que pendía mi cuchillo... a pesar de que bien sabía que aqueste ayudarme contra tantos hombres non podría, ni tampoco pretendía hacerlo, eso sin duda. 

-Permitid pues, mi señor, que os explique lo que aquí sucede con toda la verdad et nada más questa -respondí entonces sereno, echando un vistazo al alguacil para tratar de comprobar si podría aguantar en pie unos minutos más- desde el momento mesmo en que vos encerrastéisme en aquella celda. Mas tendré que fablar presto et mucho resumir pues no soy hombre de muchas palabras; amén de que si la bruxa volviere et halláranos a todos aquí, non muy difícil sería quemarnos a todos aquí dentro. Bien pues, suerte fue que hubiéseis mandado a una criada1 del castillo a llevarme algo de agua et pan -me abstuve de decir quién era esa criada, por si acaso- puesto que fue en ese preciso momento cuando dos hombres encapuchados entraron para asesinarme a sangre fría, mientras yo languidecía durmiendo y desarmado. Si ella non hubiese aparecido et hubiéseme despertado, yo non hubiérelos oído llegar. Vencílos -abstúveme también de mencionar que Mauricio et Fernando estaban allí ya- con ayuda de Mauricio et Fernando que andaban cerca et vinieron al escuchar ruido de peleas. Uno de ellos llevaba esto -dije señalando con cuidado el coltell, pero sin hacer ademán de sacarlo-; puesto que ya no podía confiar en mis propios hermanos pues miedo tenía de que intentaran asesinarme de nuevo, decidimos atajar este asunto de raíz et encontrar a la bruxa definitivamente. En llegando a esta casa, siguiendo Fernando sus pistas, apareciósenos un elemental diabólico de viento et malignidad et opúsonos resistencia. En resumidas cuentas, Mauricio fue a buscar ayuda o agua bendita o lo que fuere et nosotros continuamos haciéndolo frente. He de reconocer que si non hubiese sido por aquí don Fernando, nada habría quedado de nosotros dos. Mas así como veislo terminó el buen alguacil, malherido. En logrado aquesto, decidimos pues investigar presto la casa de la bruxa antes de ir a avisar a nadie, sabiendo además que Mauricio había ido a buscar ayuda, et por si ella volviese et deshiciésese de las pruebas. Et en aquesto habéisnos encontrado pues. Así que juzgad vos, mi señor ahora, qué hacer conmigo, si creéisme o non. Mas una cosa pídoos: sea cual sea el mío destino, por favor, vos pido que ayudéis al buen Fernando, pues graves son sus feridas y grande su coraje...

Notas de juego

1No sé si sería correcto llamarla así, ¿lo es?

Sé que don Jofre no da este tipo de discursos tan largos pero no he podido resumir más.  XD

Cargando editor
13/10/2014, 12:26
Don Diego de Castro

Escuchó don Diego con calma las explicaciones que dábale don Jofre, el que fuere su siervo durante tanto tiempo et tan lealmente sirviérale. Cuando aqueste concluyó con su discurso (conciso et claro, sin grandes florituras) asintió el Maestre.

- He de suponer, entonces, que los dos muertos que halláronse en las celdas fueron muertos por vos et vuestros siervos en vuestra huida, et que son aquestos asesinos que alguien envió a terminar con la vuestra vida. - dijo don Diego, et volvió la mirada hacia Fernando, quién manteníase dolorosamente apoyado en la suya lanza, resistiendo con bravura pese a su deseo de desmoronarse - Et que las feridas del vuestro buen siervo son el fruto de la lucha con el ser que mencionáis...

- Tiradas (2)
Cargando editor
13/10/2014, 12:39
Fernando de Rojas

Cuando el ilustre don Diego de Castro fijóse en mi, asentí con la testa dando así fe de las palabras de don Jofre. Non atrevíme a fablar, pues además que las fuerzas tampoco acompañábanme para tal, tampoco quería interrumpir aquel asunto de caballeros con palabras inoportunas de plebeyo.