Partida Rol por web

El malherido bicho no puede soportar más daño y sucumbe al certero sablazo del pirata de Puerto Riesgo, que sigue luchando con arrojo.

Harper lanza una nueva estocada pero falla en su golpe de nuevo. 

Malickud sigue castigando a la avispa con la poderosa varita, chamuscando las alas del bicho sin temor a alcanzar a ninguno de sus amigos con los poryectiles de energía.

Por desgracia en esta ocasión el artilugio no funciona correctamente y el gnomo no consigue activar la varita. En la refriega, la avispa gigante vuelve a punzar salvajemente a Harper en el abdomen, que queda considerablemente malherido.

La pantera, enfadada por su error anterior, se revolvió nuevamente contra la avispa gigante queriendo resarcirse. Esta vez, sus garras arrancaron trozos de carne.

Por su parte, Nicholas siguió con su dardo acido molestando a la avispa gigante.

Alado como un murciélago de pesadilla, Alcaudon lucha con fiereza. Mientras, Nicholas vuelve a quemar una de las alas de la maltrecha avispa gigante.

Intentando ayudar a mis compañeros, enarbolo la pica por encima de la cabeza para dejarla caer sobre una de sus alas que esta a punto de quebrarse

El movimiento de la sacerdotisa de Besmara es la gota que colma el vaso. La avispa no puede soportar más vuestro ataque y sucumbe entre estertores, aunque el ponzoñoso aguijón sigue moviéndose durante un buen rato en busca de venganza. 

Rápidamente, cogéis a la mujer inconsciente y volvéis a buscar refugio en el salón comunal. Allí sois ovacionados y vitoreados como auténticos héroes por los pueblerinos.

Al cabo de unos interminables minutos, la cosa parece haberse despejado. Ya no se escucha grito ni zumbido alguno por los alrededores y, poco a poco, La burla del raquítico trata de volver a la normalidad.

Harper sigue a sus compañeros cojeando levemente por las heridas sufridas hasta la sala común. Compañeros necesito recuperar fuerzas.  

Viendo que la situación parece controlada, al menos de momento, juntaos un momento digo a Harper para qué se acerque a la mujer herida tu también Al digo antes de agarrar lanzar una pequeña plegaria.

en el momento que acabo, veo que parte de las heridas se cierran, aunque todavía presentan heridas que no tienen buena pinta. Esta vez, agarrando el símbolo sagrado me acerco primero a Harper y luego a Al pronunciando una leve letanía. Mientras receto la letanía, un calor se desprende de mi mano cerrando gran parte de las heridas

Por fin pudieron derribar a la última avispa y esconderse todos en el salón comunal, lo cual fue agradecido por los lugareños. No obstante quedaba todavía curar las heridas, ya que en esta ocasión sí que habían recibido más ataques, sobretodo Alcaudon.
Nicholas toca a su pantera y sus alas desaparecen. Una cosa es estar fuera, pero dentro son un poco aparatosas. Por suerte la sacerdotisa tiene a punto sus curaciones.

Alcaudon ronronea a Sandara cuando esta le cura, e incluso deja que le acaricie un poco. Después se vuelve junto a Nicholas y le gruñe un poco.

Sí. Lo sé. Te han hecho algo, noto el como te mueves, pero no puedo remediarlo. Me temo que habrá que esperar.

Habéis luchado bien, muchachos, pero no os confiéis. La próxima vez no serán avispas grandotas sino bucaneros dispuestos a destriparos.

Cuando volvéis al exterior comprobáis que hay varios cadáveres y unos pocos desaparecidos, probablemente arrastrados a la jungla por las avispas gigantes. No obstante, por fortuna parece que encontráis menos bajas de las que cabría esperar ante el súbito y despiadado ataque.

De pronto, alguien da la voz de alarma y los habitantes del asentamiento vuelven a salir corriendo en busca de refugio. Anclado en la ensenada de La burla del raquítico distinguís un galeón chelaxiano. Además, un grupo de bucaneros armados escalan a los muelles desde un bote. En un santiamén, los intrusos forman un semicírculo para proteger al que parece su líder y se mantienen en actitud defensiva. La premonición de Feijud toma forma de manera asombrosa. ¿Acaso el capitán del Grindylow Embrujado posee también el don de la visión? 

Hay algo que no cuadra. Estás seguro de que es improbable que la armada chelaxiana conozca la localización exacta de La burla del raquítico. De otro modo, habrían acabado hace tiempo con los oscuros negocios que los piratas, sus peores enemigos en este lado del mundo, desarrollan aquí.

¡Qué raro! Te percatas de que los miembros de la patrulla invasora no visten ropas típicas de los marinos chelaxianos.

Los invasores no tienen una actitud realmente agresiva. Está claro que se han visto tan sorprendidos como vosotros. Parecen estar esperando a verlas venir.

A Nicholas todo aquello le parecia sumamente extraño. ¿Cómo ha encontrado la armada Chelaxiana este lugar después de tanto tiempo?

O alguien se ha ido de la lengua recientemente o...No están ahí. Pero ¿una ilusión tan grande? Eso requiere poder.

El joven se agachó a Alcaudon y se comunicó mentalmente con la pantera.

No me fio, hay algo que no cuadra en esa escena. ¿Puedes oler algo? Si es necesario acercate.

Después miró a todos lados por si veía a alguien o a algo conjurando o que estuviera fuera de lugar.