Partida Rol por web

Al veros dudar, o al menos dar bandazos en las indicaciones a la tripulación, Crimson Cogward se acerca tímidamente al capitán del Grindylow Embrujado para sugerirle, por lo bajo y sin ánimo de ofender:

-Disculpe, Feijud. Está claro que podemos romper la Roca de muchas maneras, pero un servidor trataría primero de conocer pacíficamente quienes se hayan en el interior de la fortaleza. Y una vez tengamos la información necesaria podremos adoptar la mejor decisión al respecto, mi señor.

¡Mariconadas!

Sentencia el gnomo con voz de pito y muy airado.

¿Pacificamente..? claro y a lo mejor podemos pagarles por la Roca o incluso ofrecer un alquiler. Espera, si lo pedimos por favor a lo mejor abandonan la Roca sin oponer resistencia. ¡Y una mierda, Mr. Plugg tiene mejores ideas!

Cuando parecía que el intendente iba a colgar al pobre marinero del trinquete, se echa a reír.

Jijiji, Cowgard estoy de broma. Creo que es una buena idea, al menos para saber a qué nos enfrentamos. Podemos pedir asilo diciendo que huimos de un gran buque chelaxiano, lo cual es verdad, o decirles que queremos comerciar con ellos, en este peñasco no abundarán las provisiones.

Tras los múltiples comentarios, que ninguno me convencía en absoluto, opte por concentrarme en el timón, mientras avanzábamos inexorablemente hacia roca. 

Era evidente que los vigías ya nos habían visto hacía tiempo y la cuestión era, si íbamos a detenernos y pedir alojamiento para un avituallamiento o seguir recto pasando de largo para, más adelante poder escondernos y volver sobre nuestros pasos.

A pesar de que me entretiene vuestra cháchara espero que os decidáis rápido, pues estamos a pocas millas y, si vamos a detenernos deberíamos de izar la bandera correspondiente para que no nos ataquen. Y si vamos a atacarles, me gustaría saberlo para no acercarme demasiado y nos tomen por una amenaza. 

Tras el comentário, miro a la resto, uno a uno y deteniéndome en Feijud ¿y bien capitán? Digo con clara intención de que sea el capitán quien tome la última decisión, que para eso tiene ese título. 

Feijud se dio cuenta de que para gobernar un barco no se podía dar demasiada cuerda a la gente. Después de todo, cada uno tenía... Todo tipo de gustos.

Bien. Se acabó la cháchara. Vamos a mi plan original. Nos acercaremos a reponer provisiones y agua y así ver quién mora en esta fortaleza.

Conforme se aproxima a la rugosa costa vuestra nave, observáis que los nerviosos vigías toman posiciones en torno a las ballestas. Además, un par de nuevas figuras hacen acto de presencia entre las almenas. Se trata de un soldado de mediana edad y una fornida dama de apariencia noble. La mujer, atractiva a pesar de encontrarse también rondando los cuarenta y tantos, se dirige hacia vosotros con voz firme, cuando os encontráis a la distancia suficiente como para escucharla, empleando un tono ciertamente autoritario:

-¡Saludos, marineros! Decidme: ¿qué os trae a la Roca de las mareas?

Saludos, bella dama. Mi nombre es Feijud y soy el capitán del Grindylow Embrujado. Solicitamos permisopara parar aquí a reponer ague y comida.
 

La aristocrática mujer murmura algo por lo bajo al hombre de armas que ha subido con ella antes de responder a Feijud:

-¿El Grindylow Embrujado? Si os soy sincera, lo cierto es que nunca había oído hablar de vuestro... navío. Apuesto a que acaba de ser "rebautizado". ¿Me equivoco? No, ¿verdad? Si se nota a la legua. 

-Lamentablemente, no solemos hacer negocios con amotinados. No obstante, hoy me pilláis de buenas. Decidme: ¿por qué motivo debería confiar en vosotros?

Acercándome hacia la baranda, agarrando el timón con la punta de los dedos de una mano, alzó la cabeza si te refieres a unos valientes que lucharon por su libertad y lograron robar un barco al mismísimo capitán Harrigan el "sucio y miserable" y tuvieron la posibilidad de bautizarlo con el nombre del Grindylow, si, nos puedes considerar unos amotinados, pero también te podemos decir que todo lo que hemos hecho es para seguir adelante y poder sobrevivir en este duro mundo que nos ha tocado vivir, bajo el amparo de Besmara, aunque no dudes que volverás a oír el nombre de nuestro navio.

Es justo que receléis de nosotros, así que dejaré que la explicación sea de mujer a mujer.

Malickud se acerca hasta la proa y eleva la voz tras hacer una breve reverencia.

Técnicamente para ser amotinados se debe pertenecer a una tripulación y haber jurado fidelidad a un capitán. Pero nosotros no tuvimos la posibilidad de elegir, nos enrolaron a la fuerza. ¿Se puede acaso culpar a una persona por recuperar su libertad? Creo que no.

Dijo con una sonrisa encantadora.

Somos marineros libres y nuestro barco también lo es. Por supuesto, rebautizado, pero su anterior dueño tampoco lo adquirió de forma legítima, así que tampoco puede decirse que fuese de su propiedad. Somos empresarios y tenemos muchas noticias de los puertos cercanos, necesidad de agua y víveres y la posibilidad de establecer buenas relaciones comerciales con las que abastecer a este apartado bastión. ¿No son buenas razones para al menos comenzar a hablar?

La Señora de la Roca sonríe a vuestras explicaciones. De hecho, creéis notar cierta satisfacción cuando Sandara menciona que no sois amigos de Barnabus Harrigan.  

-Sí, realmente son suficientes--asiente la bella dama antes de volver a comentar algo en voz baja con su asistente.

Inmediatamente después, la mujer vuelve a dirigirse hacia vosotros, pero esta vez empleando un tono mucho más amable y persuasivo:

-Podríamos invitaros a cenar para discutir con calma esas relaciones comerciales que habéis sugerido. Si aceptáis la oferta, que por motivos de seguridad sólo incluye al capitán y oficiales, deberéis anclar el Grindylow Embrujado a unos 30 metros de la Roca. Además, como muestra de buena fe, y dados los tiempos que corren, uno de los vuestros ha de presentarse como "invitado forzoso". Quiero decir que lo mantendremos a buen recaudo en nuestras dependencias. Por supuesto, tratado a cuerpo de rey mientras nuestro despacho sea el adecuado y se mantenga la cortesía por vuestra parte para con los habitantes del enclave. 

Con una sonrisa, asiento a Malic ante la gran oratoria del intendente, antes de volver al timón y dirigir la embarcación al lugar que nos han indicado

Creo que sería conveniente que, aquel de nosotros que esté como invitado forzoso sea alguien que pueda valerse por sí mismo sin su equipo. Comento sin dejar de mirar la Roca, con cuidado de no tocar ninguna de las rocas del acantilado. Por mucho que intentaba pensar en cuál era la mejor alternativa, todas las soluciones acababan en la misma persona, yo.

Seré yo quien me presente voluntaria como prisionera. Ninguno de vosotros podríais prescindir de vuestro equipo, pero Besmara me concede sus bendiciones a pesar de no tener mi equipo.

¿Qué os parece? digo rascándome la nuca, por debajo del pelo y ahucándome la melena

Si quereis puedo ser yo. Podría intentar escapar por mis propios medios en cuanto hagais como que salis.

O podría casarse algun voluntario con la jefa...

Raymond se mantuvo algo aparte de la conversación, aunque procuraba de no perder detalle de la misma. No sabía qué era, pero algo le decia que aquella mujer tenía alguna cosa en mente. Aunque pareció reaccionar bien ante el comentario sobre Harrigan, lo cual había sido un tiro a ciegas por parte de la timonel.

No obstante sí que comentó sobre lo del invitado forzoso.

No es algo habitual, pero tampoco nada extraño. Eso sí, no van a querer a un marinero cualquiera. Seguramente alguno de los oficiales. No tengo ningún problema en presentarme voluntario. No han hablado de  privarle de sus cosas, tan solo de ser su "invitado". Yo puedo desenvolverme bien en ambas situaciones.

Malickud vuelve la cabeza para escuchar a sus compañeros antes de responder a la mujer, pues según parece ahora es el interlocutor oficial del Grindylow. Asiente despacio y levanta un pulgar hacia Raymond.

Agradecemos de todo corazón su oferta y vemos más que razonables los términos en que ha sido expresada. No lamentará la decisión, que sin duda será el inicio de una gran amistad y como mínimo de una agradable velada.