Partida Rol por web

Sam y Barbara llegaron casi a la vez al local, sorprendentemente. Allí podían disfrutar de un buen libro, de puffs, algunas mesas con sofás, un wifi no muy allá, música jazz/pop a un volumen lo suficientemente bajo como para que no fuera más que un simple acompañamiento durante una conversación.

Pero si lo que querían disfrutar eran sus paladares, podrían degustar del mejor café del pueblo, además de muffins y otros postres caseros.

Barbara pudo reconocer allí a Veronica Park, la ex-novia "pardilla" de Jordan, la cual andaba con un libro entre sus manos y el móvil no demasiado lejos tampoco.

Veronica, de vez en cuando miraba al móvil y respondía antes de volver a meter la cabeza en su libro, hasta que finalmente, se echó una mano al mentón, pensativa, escribió un último mensaje y guardó su móvil, para enterrar completamente la cabeza en su libro.

Me fui de allí con la sensación de que me iba a perder algo importante.

La llegada de la pija-Madre, superviviente de hace 10 años, fue más un recordatorio de las cosas podían ir a peor que decir que la caballería estaba en camino. Sobre todo por ciertas cosas que dijo, me pusieron en alerta. Aunque de momento, acudir a la "cita" con Bárbara, era lo primero.

- ¿Qué hay rubia?- Pregunte a Bárbara al llegar hasta ella. Intente sonreír, pero estaba bastante cansada y apesadumbrada para hacerlo. De momento, dejaría mi mordaz humor para otro momento. A fin de cuentas, había perdido a una de sus... ¿Amigas? ¿Súbditas?

- Siento lo de Mia.- Me atreví a decir de una forma algo más amable de lo que lo hacía cuando halaba con ella.

Podía mandarla a la mierda, arrancarle el pelo de cuajo, pegarle dos ostias o cagarme en su puta madre. Pero tanto como matarla... eso era para insensibles. ¿O no? Quizá ser asesino fuera algo que se llevaba en la sangre. 

No me tranquilizó, precisamente ese pensamiento.

Veronica, se sorprendió al notar vibrar su móvil, ya que no solían escribirle, lo sacó para revisar y al ver de quien era el mensaje, su rostro se tornó muy enfadado. Guardó furiosamente el móvil y continuó leyendo, pero claramente enfadad y con falta de concentración.

Cuando llegué al café vi que Samantha justo acababa de llegar también. Mi rostro lucía una sonrisa ligeramente prepotente pero sin lucir tan hostil como siempre. Aún tenía presente lo pasado la noche anterior y no estaba de humor de un duelo de gatas en aquel momento.

- Sabía que aparecerías - dije con una sonrisita mientras cruzaba los brazos. Sin embargo, mi sonrisita desapareció cuando mencionó a Mía. Aparté la mirada mordiéndome el labio con un gesto de contenido dolor - era una buena chica a pesar de no ser muy espabilada, si pillo al que lo hizo...

Me senté en una de las mesas y cambié rápidamente de tema para no tener que hablar de ello, mientras llamaba al camarero para que nos tomara el pedido.

- ¿Qué quisiste decir con que te habían pinchado el móvil? - dije refiriéndome al mensaje que me había mandado - un latte de vainilla para mi, ¿qué quieres tomar? - dije cuando llegó el camarero.

Mi rostro estaba serio.

Realmente no sabía que hacía allí, juntándome con "mi peor enemiga". En realidad era la de todo el mundo, pero ahora en concreto, me preguntaba por qué quería quedar conmigo y no con otra persona más cercana. 

- Un Cappuchino.- Respondí a la oferta de tomar algo. Desde luego, aquel sitio, además de ser un lugar sibarita, así como muy... new reto... lo que fuera... hacían bien café.

- No sé si a mí o más gente. Pero Diana me dijo que había recibido algunos mensajes de mi parte... que yo no he mandado.- Alcé la ceja mientras me repantigaba en uno de esos pufs enormes. Me crucé de brazos antes de seguir hablando y miré a Barbara fijamente.- La cosa se ha puesto chunga, rubia. A Doe lo hirieron en una pierna y escapó por los pelos con River. El Gipsy King encontró el cuerpo del negro y luego degollaron a Mia mientras Bryony estaba desnuda en el lago con ...

Demasiada información, quizá. Y, sin embargo, me percaté de la presencia de la ex de Jodan. No la conocía, salvo por lo que Ryan me había contado. La miré de reojo antes de decir nada más.

-...Jordan.- Si esa chinita estaba con la oreja puesta, vería su actitud al nombrar a su ex.

Volví a mirar a Bárbara.

-No sé que coño está pasando, pero realmente me estoy asustando.- Me incline hacia Bárbara con la tensión palpable en mí.- Y de repente quieres quedar conmigo ¿Por qué?- Suspiré mientras veía al camarero venir con el café.- Por cierto, les dije a todos que perdí ayer. 

Veronica cerró de golpe el libro, pagó lo que debía y se fue mosqueada a algún lugar.

Samantha, cansada de esperar, decidió ir a la bolera, donde suponía que estaban todos los demás.

Diana se llevó el portátil desde su casa a el café de la ciudad, donde mucha más gente andaba tomando café, leyendo o trabajando en sus propios ordenadores. Llamó la atención de Diana que había una chica que se había llevado las manos a la cabeza y parecía bastante mal en comparación al resto.

Estaba a punto de sentarse en una pequeña mesita para dos personas, cuando se dio cuenta de la chica que reaccionaba a algo llevandose las manos a la cabeza.

Dejó su mochila en la mesa que había elegido, y se acercó a la chica. Primero tratando de ver lo que haya visto en la pantalla, y que la afectaba tanto. 

- Disculpa, estás bien? - le dijo preocupada.

Al mirar la pantalla del ordenador, Diana no pudo ver nada en concreto que fuera preocupante, pues solo había un montón de palabras que pertenecían a un libro que andaba leyendo la chica.

Veronica alzó la mirada. - Yo, eh... Sí, estoy bien, no te preocupes. Solo es que me había venido cierta tontería a la cabeza. - admitió, aunque no sonaba muy convencida. Parece que no iba a hablar así de la nada con una chica que a penas conoce, quizá era momento de que Diana sacara sus dotes de persuasión.

- Mira, no debes avergonzarte. - diciendo esto se sentó en la misma mesa sin preguntar. Y apoyando una mano sobre su brazo prosiguió.- Mí nombre es Diana, soy nueva aquí. Te he visto en la escuela? Me resultas familiar. - dijo tratando de crear un espacio para que la chica pudiera sentirse más cómoda en su presencia. - Qué leías? Soy muy fanática de los libros. Demasiado creería, leo más novelas y ficciones que lo que le gustaría a mis padres, si es por ellos me internarian a leer todo el material de la escuela una y otra vez. 

No es vergüenza. Es más bien miedo... - dijo casi en un susurro. - Perdona, no sé porque he dicho eso. - negó con la cabeza. - Soy Veronica, vamos juntas a clase. - comentó con una sonrisa ligeramente forzada mientras le tendía la mano. - Oh pues... - le mostró la pantalla a Diana. - Estaba leyendo una historia sobre un doctor que crea una poción que separa su lado malvado y se dedica a cazarlo ¡la cosa es que la poción nunca existió y él era todo el rato el malvado y el bueno, pero no se daba cuenta! Seguro que te suena, se llama "El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde" 

Pero aquella pequeña charla se vio interrumpida al ver entrar a dos chicas en el café, una de ellas la antigua acusada, Leslie Regine y la otra, la aclamada y rimbombante superviviente Madison Montgomery.

Descuida, si tienes miedo por lo que se dice en las noticias, te entiendo. Yo también tengo miedo. - Dijo tratando de empatizar un poco con Verónica. - Si, conozco el libro. Es un clásico. - dijo, y con un gesto le hizo entender que debía aguardarla un segundo. Fue rápido a recoger su mochila y a sentarse definitivamente con Verónica. Era la charla más normal que había tenido los últimos días. 
- Creo que la primera vez que escuché ese nombre, dr. jeckill, fue en La Liga Extraordinaria, la novela gráfica. Y así llegué a varios de los clásicos. El último que leí fue Notre Dame de Paris, y déjame decirte que no tiene nada que ver con la película de Disney. - en eso Diana se percató de las dos chicas que ingresaban, y su atención se fue directo a ellas. - Las conoces? Dicen que a la más pequeña la habían cogido porque sospechaban de ella. Se ve que las sospechas eran falsas. 

Secuaz sin enumerar _(Leslie) me abrió la puerta de la cafetería mientras se escuchaba la típica campanita.

-Menuda generación…- le dije a modo de respuesta ante la conversación que mantuvimos en el trayecto hasta llegar a aquel cutre local. Donde todo era igual a la última vez que lo visité. Tanto el toldo, como el mobiliario, decoración y... no quise pensar en las bayetas. Porque seguramente también eran las mismas.

Por inercia miré hacia la mesa en la que me senté hacía ya diez años con Nathan, la croqueta de Tessa y mi inseparable séquito de interesadas (entre otros). 

Qué recuerdos...

...Les pedí que fuera a 38 grados exactos y me lo pusieron casi templado. Pensé acerca del latte. ¿O qué esperabais? ¿Creíais que me acordaría de otra cosa que no fuera la incapacidad de los camareros?

Menos mal que renovaban cada poco tiempo de plantilla al hacerles contratos precarios –Quiero que me ponga un café latte descafeinado sin espuma con extracto de calabaza, extra caliente. Y échele un pequeño chorreón de leche condensada para que lo endulce. Todo a 40 grados. Rápido – pedí sin apoyar las manos en la barra (por el tema de la suciedad). Y desviando unos instantes la mirada, me fijé en dos chicas raras. Dos frikis que hablarían sobre multiplicaciones, átomos del universo o a saber si entraban en debates tratando de comprobar la existencia de un Yeti. E incluso David el gnomo -¿Las conoces?

Leslie le comentó a Madison que Diana era la hija de un famoso reportero y que llevaba poco en la ciudad, por lo que no sabía demasiado de ella. Respecto a Veronica, comentó que era una empollona, que se quedó bastante chafada cuando Jordan se marchó del pueblo y la dejó aquí tirada.

Por otra parte, Veronica le comentó a Diana que Madison era una de los supervivientes de los primeros ataques de Ghostface, aparte de una "diva" al nivel de Barbara. Respecto a Leslie comentó que estaba en el club de arte y si bien no era tan perra como las del club de animadoras, tenía un gran afán por ser famosa.

El café no era excesivamente grande y a pesar de que habían más personas en el local, era evidente que las dos parejas de chicas se estaban mirando entre ellas y hablando la una de la otra, por lo que la conversación de las acompañantes de nuestras protagonistas, acabó en una mirada incómoda, acompañada de un silencio igual de incómodo.

Diana se quedó sentada junto a Verónica tratando de no hacer mucho caso a las chicas. Lo único que hizo fue hacerle un gesto a Leslie, un mini saludo con la mano. Indicando que la había reconocido de la fiesta, pero algo impersonal para que Leslie no sintiera que la tenía que ir a saludar personalmente. 

En lo que responde a Verónica, siguió charlando amenamente con ella acerca de libros o haciendo comentarios cada cierto tiempo. Pero dejó a la chica seguir leyendo en su computadora. Mientras ella por su cuenta buscaba en internet lo que había venido a investigar en un principio. 
 

Tenía decidido buscar y leer las noticias en línea que haya acerca de Madison, del primer caso de asesinatos, y de Jordan. Todavía no le cerraba en su cabeza lo que había visto, y no quería bajar la guardia con el muchacho. Y ahora que veía a Leslie tan compañera de Madison, también iba a googlearla para ver qué encontraba. 

Diana rebusca información sobre Madison para descubrir que aparte de ser una de los supervivientes de los primeros casos, es una multimillonaria que posee una empresa de éxito, compartida con otro de los supervivientes del primer caso. Además, también se casó con un tercer superviviente, con el que se fue a vivir bien fuera del pueblo, aunque no pone nada de sus motivos por los que volvió aquí.

De Jordan no encontró nada que no supiera ya por su padre. Un chico de un pueblo decadente que se ha hecho increíblemente rico por sus proyectos móviles. Era curioso ver que no había mucho respecto a su pasado, sin embargo, ya había escuchado Diana por el colegio que había sido un friki, al igual que Ryan, sin embargo, parece esforzarse por dejar de lado ese aspecto de su pasado.

Leslie a penas tenía información, más allá de ver que tenía fotos con Matt Phoenix, su ex pareja, en Instagram, red a la que solía subir bastantes actualizaciones con hastags com "#CaminoALaFama" o "#ActressGoals"

Por último, pero no menos importante, Diana pudo encontrar toda la información pública que había respecto al caso en varios enlaces, nada que no conociera ya. Si Diana quería encontrar alguna información que a la opinión pública le pareciera menos interesante o bien fuera lo suficientemente peliaguda para ser más confidencial, debería buscar en otra parte.

La información de la nueva integrante de mi séquito en fase experimental _(Leslie) me aclaró, entre cero y nada, lo siguiente: en primer lugar, que el padre de la gafotas _(Diana) debía ser un reportero de mala muerte. ¿Cómo sale en televisión y deja que su hija se digne a pisar la calle con esas pintas? Era incoherente. Por lo que deduje que si no lo conocía, era porque tampoco tendría tanta reputación.

Y segundo, que la asiática aquella de pelo encrespado estaba ocupando el lugar que le tocaba en la sociedad: el de solterona amargada. 

-¿De verdad crees que esta es la bebida que acabo de pedir?- Pregunté indignada hacia el camarero mientras bajaba la taza después de probarla –Parece que hay un poco de café latte con extracto de calabaza en esta leche condensada… y debería ser al revés.

Llevando los ojos con molestia a las frikis que simulaban ser chinos trabajando para el estado (sin levantar ni siquiera la cabeza de sus libros u ordenadores), decidí acercarme con paso decidido hacia la mesa que acaparaban ambas –A ver, no estoy de humor. Así que pasemos de fingir presentaciones -dije mirándolas de pie -¿Habéis encontrado algo interesante ya, gremlins miopes?

Jordan llegó a la cafetería y pudo ver que no había demasiada gente en la cafetería, sin embargo desde fuera y aprovechando que las ventanas estaban abiertas, podía ver y escuchar lo que pasaba dentro sin ser detectado, al menos de momento.