El judío escucho con atención la disertación del Papa, más propia de un loco profeta que de un hombre santo. ¿Cómo los cristianos pueden ser rectos en su fe, si tienen a dirigentes tan descarriados? Pero prefirió no realizar sus observaciones teológicas en alto.
¿Su santidad no está pidiendo que recuperemos esos objetos? Pregunto con suspicacia. Por ahora el Papa solo había hablando de su visión, pero estaba claro que en sus palabras había una petición velada. Sera una tarea peligrosa y difícil que requerida muchos esfuerzos. ¿Qué ganarían estos humildes siervos, aparte claro está, de la satisfacción de participar en una misión tan elevada? Pregunto el judío que pensaba en algún tipo de dispendio por el trabajo.
Motivo: Teología (CUL)
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 92 (Fracaso)
Cuando escuché al judío, no podía creerlo. En verdad, aquel hombre, al que muchos considerarían impío por su fe, ¡osaba pedirle al Papa que pagare con pecunias el suyo servicio! Más aún: el mero hecho de ser siervos y vasallos de un señor que habíase mostrado a su vez siervo y vasallo del Maligno bien nos había de valer poco más que el sufrir horribles tormentos, y luego morir en el cadalso; y el judío bien podía ser acusado de haber sido el causante de la perversión de don Richard...
- Disculpe a sua Santidade - que fuere éste el legítimo Papa o no andaba por ver, mas que en tal situación conveniere así tratarle era claro - as palabras d'aqueste ome, que habiendo estado a pan e agua tantos días, hásele secado l'entendimento, e así fabla agora. Que si sua Santidade considera, por o suo suenho, que nostras personas han de recobrar tales reliquias, nos seremos honrados d'aquesta misión acometer, e nada más.
Con tales palabras confié en que el judío entendiere que no convenía ahondar en la herida, sino más bien atender a la ocasión que Dios nos brindaba con esto.
* Disculpe su Santidad las palabras de éste hombre, que habiendo estado a pan y agua tantos días, ha perdido el entendimiento, y así habla. Que si su santidad considera, por su sueño, que nosotros debemos recobrar tales reliquias, estaremos honrados de acometer tal misión, y nada más.
Máster: ¿saco algo en claro de la tirada de Teología?
Éstá claro para tus oídos y tu entendimiento que Ramiel ("el que se coloca por encima de los que se alzan”) no es sino uno de los tres "ángeles del infierno", aquellos que realizan paralelamente las funciones de embajadores celestiales y las de supervisión de los castigos que se infligen a los condenados.
El médico Jaume estaba un poco fuera de sí, pero parecía morderse la lengua. Pensaba que Su Santidad allí presente y con tan de buena mañana aspecto andábase no en sus cabales...
Así es, joven -le respondió a Nadir-. Seríais los encargados. Mis siervos no pueden, según mi revelación. Vos sois... bueno, extranjeros; ovejas descarriadas del rebaño del señor -notábais cierto sarcasmo, aunque viejuno y casi sin intención-. Con suerte, el único pago sería no devolveros al pozo en el que vosotros mismos mercísteis ser metidos... Tranquilo buenhombre -decía ahora a Álvaro-, Ramiel me ha hablado, et con delicadeza he de vos hacerlo igual.
Luego respiró profundamente, como sopesando los acontecimientos venideros.
Todo aquesto agrandará la Bondad del Padre, y puede que acabe con el Infierno. Et que un servidor no podrá tener cabida para tanta gloria y felicidad. ¡Me alzaré con esta empresa como úmico y verdadero Papa legítimo! ¡Uniendo Cielo et Infierno, mis detractores se arrodillarán, y la Iglesia volvera a ser Una! ¡Guardias! -les gritó-. Dadle ropas limpias a estos hombres, et bañadlos et darles de desayuno en abundante.
Luego os miró de nuevo.
Cuando estéis aseados venid a verme.
Sus palabras de grandeza no eran sino bastante claras: una misión celestial a través de un sueño, cuya única misión no era sino, ni más ni menos, reestablecer el Cisma de Occidente y encumbrar a uno de los Papas como Mesías (con permiso de Nusetro Señor Jesucristo). No sólo era negarse a esta gran empresa divina, sino aferrarse a la posibilidad de volver al pozo del que procedíais de una forma inminente.
Et que anduvísteis entonces por los pasillo, et que fuísteis llevados a una sala donde os dispusieron de barreños grandes con agua, previamente calentada. Allí os dejaron bañaros (no sin dejar de vigilaros con ballesta y demás otros filos), y aquello fue reconfortante: el agua quedó oscurecida por el barro, heces y restos de lo que había en aquel pozo.
Et que la comida andúvose abundante también: huevos, leche y miel con unos dulces que a Su Santidad gustábales de encargar a cierto monasterio no muy lejano de allí. Eso sí, de armas aún no contábais con ninguna. Et tal que así, que volvísteis a presencia del Papa. Él habíase cambiado, pero su rostro aún denotaba sorpresa por aquel sueño y por aquella revelación.
Los pensamientos de los muertos... -os dijo-. Eso fue lo último que dió en cuenta Ramiel -os recordó-. ¿Qué puede ser aquello? -preguntándoos-. Supongo que habéis de empezar por ahí, pero... ¿cuáles son?
- Los pensamientos de los muertos... ¿Una biblioteca, tal vez?. - Pregunté a los presentes. - En los libros aparecen escritos los pensamientos de la gente que incluso llevan años muerta...
Esso parecze... ¿tal vez vuessa merczed possea una inmensssa y valiossa biblioteca? Esss... posssible que hayeiss ahi la localizsacion de estos curiossos objetos.
Rasiq trata de parecer seguro de si mismo aunque le cuesta creer este tipo de revelaciones, si bien es cierto que desde que el que fuera su señor actuase de forma tan rara y ...¡desapareciera! Algo habia cambiado en su forma de ver las cosas. Cierra delante de si los brazos en actitud defensiva a la vez que cierra los ojos y resopla.
No creo que debamosss perder tiempo...
Con gozo disfruté de las ropas limpias, el baño, y la comida caliente. En verdad, pasar tanto tiempo en aquel pozo habíame hecho perder la esperanza y olvidar lo que era disfrutar de una buena comida y un descanso digno. Entre tanto, hube tiempo de reflexionar sobre las palabras del Papa, los nombres que había mencionado, y lo que pudiere esconderse tras tan magnífica misión, que encomendaba a poco más que un puñado de desharrapados. ¿Escondería doble intención todo aquello?
Tiempo no hubo de discernir nada, pues pronto nos encontramos de nuevo ante Su Santidad (para algunos), y allí hubimos de escuchar de nuevo sus palabras. Presto acudió el médico catalán a ofrecer posible explicación a las palabras escuchadas en sueños por nuestro anfitrión, y ciertamente algún sentido podía tener. Mas no era yo hombre de libros, pues nunca en mi infancia me interesé por ellos, y por los tiempos en que el aviñonés me apresare, no podía yo creer que en tan pesados tomos pudiere haber respuesta alguna.
- Quizá, si su Santidad me concediere la merced de fablar en más detalle do suo suenho, pudiéremos algo más discernir.
Álvaro no es hombre de libros, así que si Jaume (u otros cultos) quieren tirar por ahí, casi mejor que tomen las riendas. Yo quiero probar otra cosa ;).
Ciertamente, había yo escuchado hablar de Ramiel entre tantos sermones como hubiere de presenciar en mi infancia, y también ya más tarde, habiendo tornado de vuelta tras perderme en los profundos bosques gallegos, donde Roi, el brujo que acogiéreme, enseñárame lecciones que no contábanse en otros lugares. Y siendo así, no pude sino pensar, muchas veces, que en verdad estaban unas con otras conectadas, y que las historias del brujo y los cuentos de los sacerdotes no eran sino diferentes versiones de un mismo cuento, y de tal modo pudiérese saber una cosa por la otra. Entonces traté de recordar si entre tanta historia hubiere alguna que hablare de ánimas, y que pudiere, de algún modo, tratar de Ramiel, o de él hablar.
Tirada oculta
Motivo: Leyendas
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 96 (Fracaso)
Voy a probar de nuevo suerte con Leyendas, por si hay alguna historia popular que hable de Ramiel, de las almas de los muertos, o algo por el estilo. Como siempre, si consideras que no tiene relación alguna, pues no hay ningún problema.
Aparte, ¿conservo mis talismanes y demás? El del hada es poco más de un matojo de pelo (y el de manto de sombras más me vale conservarlo, o igual me empiezo a poner nervioso xD). Si es el caso, igual aprovecho algún momento de tranquilidad para rezarle a mi feérica patrona ;P.
El judío pensó en el curioso acertijo, pero no encontró ninguna respuesta. Al hablar de muerto solo le venía a la cabeza una palabra. ¿Y un cementerio? En las lapidas de los cementerios también se inscriben los pensamientos de sus moradores.
Aunque todo esto le daba mala espina, pero era la única manera de escapar de aquel castillo maldito y del aura de influencia del decrepito Papa.
Así es -le dijo el Papa a Rasiq, tras prestar antención a Jaume-. Inmensa no, pero... tengo una pequeña biblioteca personal -afirmó-. No sé si tendrá algo que ver, pero... ¡Guardias! -gritó su Santidad-. ¡Llevad al que quiera a ver la mía biblioteca, et que no dejéislos solos una vez allí! -et que los guardias dieron un paso adelante para acompañar a quien quisiese ir-. Et que luego escuchó las palabra del de Ulloa, et que no era momento de hablar de nada, según dijo con su rostro. Estábais allí en calidad de "invitados forzosos", y aunque os había dado ropas, baño y comida (tras una inmerecida condena en un pozo anegado de barro y otros restos) era él quien tenía la sartén en el mango, como suele decirse. Las palabras de su sueño eran Preclaras, como las de las Santas Escrituras, y quería por todos los medios discernirlas y encontrar las dos ¿reliquias...?
¿Qué querédeis hablar, hombre? -un poco despectivo a Álvaro-. Descifrad aqueste enigma, et que luego ya veremos qué hacer. Hablaba, pero tenía la mente en Ramiel, Dios, el sueño y todos estos "averientos"... ¿Un cementerio? -dijo a mirando a Nadir- ¿a qué vos referís?, ¿a un epitafio? -levantó una ceja en señal de duda-. Si querédeis ir allí, ire con los vos que vayan, et mi guardia conmigo. Mas si queréis conservar esas ropas, será mejor que seáis prestos en aguzar los sentidos o vos devolveré a todos al pozo que os corresponde...
Desde luego, el futuro consolidador de occidente era un hombre comprensivo.
Podéis ir a la biblioteca de Lunita :D , al cementerio o algún otro sitio (si le resulta convincente al Papa). Podéis separaros si queréis.
Ramiel, Daniel, Samael, ... ¿Habría querido decir... Samuel? ¿Pero qué diantres?
Lo cierto es que no sabías nada más de aquel ángel que, supuestamente, habíale llegado al Papa en sueños. Es más.. ¿acaso sería un ángel? Ciertamente, un brillo cegador iluminaba la sala de su trono y oscurecían las paredes de su corazón... El hombre que uniría Occidente...
Ir a la biblioteca me parecía la mejor de las dos opciones:
- Yo creo que es mejor ir a la biblioteca primero. Al cementerio siempre podemos ir más tarde, si resulta ser el lugar correcto...
El judío hizo una reverencia. Seré lo más breve posible. Dijo antes las indicaciones del Papa. Me acercare primero al cementerio a buscar en los epígrafes, luego también querría visitar la biblioteca.
Podeeeemosss ir juntoss a amboss sssitioss miss camaradash... creo que sssera lo mejor para todoss... asssi no perderemosss detallesss... dice Rasiq levantando las cejas desmesuradamente. Ni por todo el oro del mundo se quedaria a solas tras los extraños acontecimientos.
Miraba con indiferencia la conversación de aquellos que habían caído en desgracia al tiempo que yo mismo, mientras mascaba en silencio el exhabrupto de su iluminada santidad, así se pudriera aquel loco. Ciertamente, sus palabras no agradáronme, mas decidí no tomarlas por más que lo había sido todo lo otro: un insulto seguido de más, que empezaba con el nuestro encierro y sólo Dios sabía cuándo habría de terminar.
- Ruego entonces a sua Santidade que permítame andar libre por a Villa, o con escolta si así más le place, para que pudiere yo preguntar a las xentes si, en habiendo muertos recientes, han dexado aquestos, escrita o dicha, últmas voluntades que pudieren aclarar aqueste enigma.
De aquel modo confiaba en poder apartarme un poco de aquel Papa malhadado, y de paso respirar un poco de aire.
Álvaro va a ir un poco a su bola (de hecho pide sólo por sí mismo).
PNJOTIZADO.
¿Al cementerio, vos? -dijo el bandido Roderigo-. Hasta donde yo sé, que la sede de aquí Su Santidad... -esto lo dijo en bajo-, es población cristiana. Si ven a un judío entrando en su cementerio... -hizo como que se santuaga, pero se lo pensó, ya que no sabía y no era plan de "quedar mal" con la representación de Dios en la Tierra, osea, el Papa...-. En fin... Iré con vos a la biblioteca, Jaume... -dijo como misteriosamente-.
Et que Roderigo no tenía intención alguna de leer, et menos que diéransela, empero que quizás poder latrocinar algo fuera de provecho.
No vos pasará nada, que mi escolta irá con vos... -dijo el Papa Luna ante la precaución de Roderigo-. Et que además, os digo una cosa... ¡Guardia! -le dijo al que estaba dispuesto-. Traeme lo estipulado antes de ir a la biblioteca.
Et que sin rechistar, salió de la sala, para luego traer, minutos despues, una especie de redoma (un envase a modo de jarrón, bien engalanado y pintado).
Procede -le indicó su Santidad cuando volvió-.
Et que sería súmamente fácil largarse de allí, si vos dejaran salir al cementerio o a dar una vuelta por Peñíscola, alejándoos de los caprichos y cárceles de Benedicto XIII. Quizás tras salir del castillo, quién no diría que hiciéraisle un soberano corte de mangas al pobre Papa, et que huyérais de aquel lugar como alma que lleva el diablo. Et que por ello, Su Santidad había preparado una garantía de la vuestra nueva lealtad hacia el Papa.
Hizo mandar al guardia que vos hiciera un pequeñísimo corte con un cuchillo en el brazo, muy leve, lo suficiente como para que emanara un hilillo de sangre y cerrara herida esa misma tarde. Acto seguido, el guardia recogió cada uno de los hilillos de sangre en la redoma. El brillo en la mirada de Benedicto era implacable.