Partida Rol por web

Roderigo cogió la antorcha, con una mano esgrimía el estilete y con la otra portaba la antorcha. No quería ser el primero en aventurarse en la gruta, pero su curiosidad natural hizo que cometiese una insensatez. Se aventuró hasta la tumba de marmol y empezó a abrirla...la verdad que no era la primera vez que saqueaba tumbas, pero si una de semejante valor.

- ¡Espera!. ¿Estás seguro de que es buena idea?. No sabemos que tipo de protecciones, mundanas o esotéricas puede tener esa tumba... - Detuve a Roderigo, cuando se disponía a abrir la tumba. La verdad es que nada en este lugar me daba buena espina.

Ves que hay una inscripción en latín en la tumba de mármol.

Namir estaba de acuerdo con la advertencia de Jame, no sabían que trampas o ingenios podía contener la tumba. De modo que agudizo la vista, buscando alguna inscripción en la piedra o alguna grieta sospechosa que delatara la presencia de algún ingenio.  Hay que tener mucho cuidado, los templarios siempre demostraron  no solo ser grandes guerreros sino también grandes estrategas y pensadores. No les subestimemos. 

Uno a uno descendimos al interior de aquella gruta, sin que pudiere yo saber mucho más de aquel lugar observando los árboles que lo cubrían. Entramos ayudados por buena soga, a la que yo aferréme con empeño, dudando en si caería a plomo en el interior del agujero y me descalabraría o iría a parar a los mismos infiernos. No fue así, sino que llegué abajo, y luego, ayudados de una tea, pudimos ver lo que parecía una tumba, una vieja estatua que sin duda guardaba algún secreto. Presto dispuso Roderigo el abrir ésta, mas Jaume le detuvo, sabio él, temiendo que tal profanación pudiere costarnos enorme maldición.

- Seamos cautos.

Sentía en la espalda el peso de mis pertrechos, que seguro hacíanme sentir...

Mientras que Jaume alertaba a su compañero Roderigo de abrir las tumbas (el cual ningún escrúpulo tenía pese a tener delante a dos personalidades eclesiásticas), éste no advirtió peligro alguno que anduviera oculto. Más bien encontró, al igual que todos sus compañeros (excepto un ahora despistado don Álvaro) unas leves inscripciones de dos líneas bajo la tapa de la tumba que estaba abriendo Roderigo. La inscripción contaba toda ella de letras.

Claro que, Roderigo, en su afán de saquear constantemente sin atender tampoco al sabio consejo de Nadir, empujó la lápida por encima de la tumba. Ésta, sin mucho esfuerzo comenzó a moverse (la lápida era una plancha fina del mármol negro del que hablamos), y acto seguido pudísteis observar lo que había dentro: un esqueleto yacía en el interior cubierto con una armadura oxidada e inservible, una espada en la mano y cuya calavera estaba agujereada en su frente... y en dicho agujero había enrollado un pergamino, introducido en él.

Namir se detuvo a leer las runas que había en la tumba antes de continuar con el espolio, puede que fueran algún tipo de maldición o encantamiento. Namir no creía demasiado en esas cosas pero la precaución nunca estaba de más. 

Rasiq se sorprendio ante la velocidad y la falta de seguridad de las artes de sus compañeros. Habia oido hablar de Djinns que habitaban en cavernas y que protegian tesoros... tal vez...

Se mantuvo expectante, lejos de los demas y cercano al acceso a la gruta, con el arco presto y la flecha cargada. Preparo una Antorcha y la coloco a pocos pies de distancia.

Tened cuidado con essso. No sabemoss si algo o alguien guarda este sitio.  ¿Es acaso todo esta obra de tipo sacro para vosotros?

- ¡Que nadie toque nada, joder!. - Dije, enfadado, en un tono malsonante nada habitual en mi, ya que habitualmente era una persona sosegada y educada, pero lo que había hecho Roderigo me había sacado me mis casillas, sobre todo teniendo en cuenta a que nos podíamos estar enfrentando. A continuación procedía a examinar las inscripciones de dos líneas bajo la tapa de la tumba, para saber lo que decían, sin tocar el pergamino, de momento.

Miro las letras tratando de desvelar su significado, pero fue imposible. ¿Alguien puede leer que pone aquí? Dijo mientras se rascaba la cabeza, no le gustaba quedar como un inculto, pero esa no era su religión y no tenia porque saber que decían otras falsas religiones. 

Besteira abondo, a ver que diaños é iso. Roderigo no podía más. Estaba claro que ese pergamino era una especie de tesoro, de modo que lo cogió sin ningún pudor pese a la reticencia de sus compañeros.Toma. O que di? dijo alargando el pergamino al de Lupo, para acto seguido ponerse a mirar en los ropajes del cadáver por si tenía algo de valor.

Roderigo hizo caso omiso de la advertencia de Jaume. Era natural en el de Lorca el tocar todo, et llevárselo también si se pudiere. Justo extendió la mano entregándole el pergamino al de Lupo, éste lo miró extrañamente (a Roderigo y al propio pergamino), y luego carraspeó un poco y extendió las suyas manos (no le hacía demasiada gracia saquear muertos, pero aquel hallazgo era demasiado peculiar como para no interesarse mínimamente).

Veamos... -entendiendo el rollo-. Parece... parece que esto está escrito en clave secreta -repuso mientras negaba con la cabeza sin dejar de mirar lo que allí había escrito-, ¡mirad!:

Rasiq ojeo en la distancia aquel papel... ¿acaso eran simbolos para algun misterio futuro? Asi lo deseaba el Arabe, que viendo que poco tenia que aportar en estos menesteres, se prepara en un vasito un poco de Jamguri...

Nadir no consiguió ver nada interesante en el pergamino, lo suyo era la teología hebrea no la criptografía. Puede que lo mejor sea llevárselo al Papa Luna, puede que él tenga los medios o los conocimientos necesarios para interpretar estos signos.  Comento sin mucha ilusión pensando en el nuevo viaje que le aguardaba y el reencuentro con el arrogante Papa.

Al ver que sus conocimientos eran de poca ayuda y que seguir mirando el pergamino no iba a reportar nada, mientras esperaba la contestación de sus compañeros a su proposición de viaje, Nadir volvió a registrar la sala y el cuerpo, ya profanado por Roderigo. 

Tuve que contenerme para no lanzarme al cuello de Roderigo debido a su insensatez, que podía habernos costado muy caro. Tras sosegarme, señalé las inscripciones de la tumba y sugerí a mis compañeros:

- Si nadie es capaz de entender eso, deberíamos de copiarlo también, por si fuera importante, para que alguien nos lo tradujera.

A continuación miré a mi lado, buscando cualquier otra cosa de interés que pudiera servirnos en nuestra búsqueda.