Partida Rol por web

Scripta Barchinone

VI. El Cuarto Jinete

Cargando editor
09/12/2016, 11:47
Director

Mareo, cacofonía de sonidos y formas que apenas duró un instante... y entonces un fogonazo de luz os invadió las retinas, y no supísteis más.

* * *

Despertásteis entonces, tirados en mitad del suelo, en una colina rodeada de huertas a orillas de un gran río. Os levantásteis poco a poco, y vuestros cabellos estaban despeinados y vuestras ropas sucias y polvorientas. Las nubes cubrían el cielo, todas ellas de un color gris plomizo, y tras unos instantes vísteis una ciudad amurallada allá a lo lejos, hacia el norte, a media legua más o menos de distancia. En el ambiente flotaba un pestilente olor a leña joven y carne quemdada, producto de de las hogueras que , aquí y allá, ardían tanto dentro como fuera de la distante ciudad, casi a vuestros pies...

No muy lejos de allí, yendo en dirección a la ciudad, vísteis una desvencijada choza, de cuyo interior una voz borracha cantaba una canción...

A vuestro lado se encontraba Richard McCormack, aún como inconsciente y también tirados en mitad del camino, y junto a él a Charles de Lupo, de la misma guisa. No había bestias cerca ¿Dónde diantres habríanse quedado? De Rasiq ni rastro...

Notas de juego

Próxima actualización: martes 13

Nota: Jaume tiene consigo el cuenco de barro y don Álvaro el medallón de las inscripciones.

Cargando editor
12/12/2016, 15:58
Álvaro de Ulloa

Había sucedido, después de todo. Habíamos hallado el cáliz, aunque en verdad parecía imposible que aquello fuere cierto. ¿Cómo habíamos viajado tan lejos, tan de repente? ¿Qué milagro se había obrado para llevarnos al jardín del Edén, y de allí volver a la Tierra, sin enloquecer ni alcanzar mayor gracia?

Recordé entonces el medallón que el templario me había entregado, y saqué este de donde se ocultaba, contemplando las inscripciones que en él se leían. Quizá Charles de Lupo pudiera darnos el pergamino y así hubiera ocasión de comparar lo escrito en un lugar y en otro. Mas, antes de nada, hube de recordar lo que dijo la muchacha, la referencia a sir Richard. ¿Sabía él lo que significaba todo aquello? Quizá eso explicare muchas cosas...

- Sir Richard. - saludé, con sequedad - ¿Como es que sodes aquí, o lugar exacto en que eu e los demais hubimos de aparescer?

Realmente aquel hombre debía guardar numerosos secretos. Quería preguntarle por el medallón, pero temía una nueva traición. Miraba a Charles de Lupo y al propio sir Richard, sin comprender dónde estábamos. Y eso fue lo que pregunté.

- ¿Do estamos?

Cargando editor
12/12/2016, 17:09
Nadir Bahar

Lo último que recordaba era que le había desaparecido el cuenco de las manos de improviso. Le pareció ver que no todos habían desaparecido aunque justo en el momento en el que pensaba en ello perdió el conocimiento y se despertó allí, en medio de la nada.

Intentó sacudirse las ropas mientras se ponía en pie lentamente en el momento en el que Álvaro preguntaba -no tengo la menor idea...- miró en derredor -allí hay una choza. Vayamos a ver... -se percató de que alguien cantaba tras haberse bebido un buen tintorro-¡ Sir Richard! ¿estáis bien? no os había visto... Charles, estáis también vos.

Se acerca a los dos hombres mientras les habla e intenta ayudarles a levantarse si es que ello es posible.

Cargando editor
12/12/2016, 20:08
Jaume de Castell i Fabres

Miré con curiosidad el cáliz, antes de guardarlo a buen recaudo entre mis pertenencias. Era una suerte que tuviera una apariencia tan humilde, ya que así sería difícil que alguien me lo robara, sin saber lo que era realmente.

A continuación me fijé en que nos habíamos encontrado con nuestros desaparecidos compañeros de viajes y esperé a que respondieran a las preguntas de mis compañeros, ya que yo también quería escuchar con mucho interés sus respuestas y saber que hacían aquí y el por qué...

Cargando editor
13/12/2016, 12:22
Richard McCormak

Charles de Lupo y Richard McCormak tomaron la lanza que Nadir les invitó a coger de manera horizontal. Tirando de ella, el judío hizo levantar a los dos hombres a la vez. Éstos, a su vez, miraron extrañados en derredor: a vosotros, la choza no lejos de allí y la ciudad amurallada con cierto humo a media luega.

¡Santa María Madre de Dios Padre...! -musitó McCormak,que ya tenía desde hacía años el idioma castellano bien interiorizado-. ¿Cómo diantres...? -y volvió a mirar en derredor, y al cielo, sin dar absoluta cuenta ni explicación  de lo que en esos momentos estaba viviendo... Si yo estaba... estaba...

McCormak, respondiendo a don Álvaro, no tenía ni pajolera idea de dónde estaba o cómo había llegado hasta ahí.

Cargando editor
13/12/2016, 12:25
Charles de Lupo

¡Durmiendo! ¡Estabas durmiendo! ¡Y yo también, en la misma habitación en la posada de Valencia! -dijo acabando el comentario el prelado de Lupo-. ¿Cómo hemos llegado... hasta aquí, sea donde sea? -Charles se llevo las manos a la cabeza, y se colocó un poco la ropa-. Éste llevaba su vestimenta de viaje y McCormak sus prendas (sin armaduras*). ¿Y el Cáliz? ¡Hay que ir a por el cáliz! ¡Hay que volver a Valencia!

Notas de juego

*Recordad que quedaron en la cueva de la sierra de la cripta, cuando le quemaba o algo así y se las hubo de quitar precipitadamente.

Os dejo a vuestra elección decirle que ya tenéis con vosotros. Charles insistirá en volver a Valencia constantemente (ahora mismo es su prioridad) hasta encontrarlo y obtenerlo.

Álvaro: si le quieres preguntar algo a Richard, adelante (no daré nada por hecho). Tampoco os enviaré en esta escena a ningún sitio si nadie lo narra en su post (aunque ello nos estanque un poco). Os pido claridad en vuestros post (ya que las actualizaciones son sólo 2 a la semana).

Próxima actualización: Viernes 16.

Cargando editor
13/12/2016, 14:10
Nadir Bahar

Ya todos en pie, el judío acomoda el peso del cuerpo en el lado derecho valiéndose de la lanza. Escucha con interés y sonríe -si os contáramos.... nada tiene sentido en esta búsqueda pero por fortuna mis señores hemos tenido suerte y nuevamente hemos triunfado. Ya tenemos el cáliz, la Santa Copa. De la manera más extraña que uno puede imaginar, en un lugar que nos pareció el Paraíso mismo y de manos de una mujer que decía ser su guardiana. El caso es que lo tenemos... -no especificó más porque no pudo recordar quién lo tenía en aquel momento, pero estaba seguro de que lo tenían.

- No es buena idea quedarnos aquí parados. Propongo asomarnos a la choza primero y luego ir directamente a la villa y enterarnos de dónde estamos, buscar cobijo y alimento y una manera de volver a Valencia si es que no estamos lejos.
 

Cargando editor
14/12/2016, 15:27
Roderigo de Lorca

Roderigo estaba hecho un lio, pero ansiaba lo que tenían sus compañeros. Jaume tenía el frasquito que les había dado el demonio, y más importante el cáliz sagrado. Ambas cosas las quería para sí, pero por azares del destino se le alejaban.

Non estamos indo a Valencia, non imos estar a procurar. Fuxir e buscar o papa para darlle a copa- Y es que Roderigo todavía recordaba los guardias y el fanático en el castillo y no quería vérselas con ellos. Volver a por el papa le parecá lo más acertado. Huir y ¿entregar el cáliz? Eso ya se vería

Notas de juego

No vayamos a Valencia, allí nos estarán buscando. Huyamos y busquemos al papa para darle el cáliz

Cargando editor
15/12/2016, 20:25
Álvaro de Ulloa

Asentí ante las palabras de Nadir, quién hubo de aclarar a Charles de Lupo la circunstancia relacionada con el hallazgo del grial. Aquello, sin duda, facilitaba en gran medida nuestra labor, aunque el no saber dónde nos encontrábamos sin duda podría rezagarnos, y causarnos grandes males.

- Habemos o grial, tal como Nadir ha mentado. - confirmé a Charles - E non solo aquesto, tambem habemos un medallón, que paréscese a cuanto había sido inscrito en o pergaminho, que vos poseeis.

Extraje, de entre mis ropajes, aquel extraño medallón, entregado por las aún más extrañas gentes del lugar en que habíamos estado, que, según nos dijo la muchacha, era en verdad el jardín del Edén.

- E tambem sé que vos - añadí, mirando a don Richard - habedes resposta aquesto, e credo que ya es hora de que la compartáis con nos, pues aqueste asunto, en verdad, algo ha de esconder.

Miré a Richard a los ojos, de igual a igual, dejando claro que ya habían quedado lejos los tiempos del señor y del vasallo. Noble era yo, señor legítimo de Ulloa, ahora enzarzado en una búsqueda que parecía escapar al entendimiento humano. No había lugar a más engaños.

Cargando editor
16/12/2016, 13:32
Charles de Lupo

Volver a Valencia... ¡si ni siquiera sabemos dónde estamos! -replicó Charles a Roderigo-. Ya teneis pues la pieza del Bien -miró extrañado a Nadir, el cual le había referido que ya tenían el Santo Cáliz, la copa sagrada que durante generaciones y edades muchos hombres y mujeres habían intentado hallar... y la boca le hacía hablar nervioso -ya que supuso que la teníais en algún zurrón o algo-. Aparte, hemos de encontrar la pieza... del Mal. Su Excelencia habló de ambas partes para aunar el Cielo y el Infierno... Hemos de volver con ambas.

Charles luego escuchó a don Álvaro.

Sí, el pergamino... -se tocó apresuradamente bajo las ropas, y lo extrajo: aquel rollo sellado y lacrado. Luego lo abrió y lo comparó con el medallón que portaba el infanzón de Ulloa-.

¡Vaya! Claro que coinciden, son los mismos... caracteres, y en el medallón también hállanse cifrados... -decía sorprendido, mirando con vosotros codo a codo el problema-. Luego se acercó Richard.

Cargando editor
16/12/2016, 13:37
Richard McCormak

¿Algo he de esconder? -decía sorprendido el escocés, dolido por dentro con evidencias en su rostro-. Vosotros quisísteis que os siguiera acompañando, y yo entonces húbeme de alegrar por ello, pues sé que esta redención en forma de viaje podría devolverme la honradez... ¿Hasta cuándo habéisme de lapidar como hacen los más insanos musulmanes? -ciertamente, a vuestros ojos y comentarios don Richard, a quien tanto tiempo hubísteis de servir, no era sino todavía más que un pequeño traidor-. Nada que esconder tengo... Es más... si queréis que marche ahora mismo, marcharé... Un momento... esos caracteres... es un lenguaje templario... -alcanzó a decir marcando sus cejas hacia abajo sin dejar de mirar medallón y pergamino-. Los antiguos miembros de Montesa tenían algo parecido, según leí no ha mucho...

Notas de juego

Pues vamos a pausar la partida. La próxima actualizacion será a comienzos de Enero, en torno al día 9 o 10. Podéis, si queréis añadir algún post más.

Os recuerdo que estáis en mitad del campo, con una cabaña no muy lejos de allí y al fondo a media legua hay una ciudad de la que sale humo en varios puntos y algunos incendios visibles.

Cargando editor
16/12/2016, 20:45
Nadir Bahar

- ¿La Orden de Montesa decís? he oído mencionarla. Creo que la creó el Rey hace algún tiempo... -no recordaba haber oído nada más sobre ella. Pero el nombre le era familiar, desde luego -¿Sabéis dónde tienen su fortaleza? quizás puedan descifrarlo...-cayó en la cuenta de la cabaña -voy a asomarme a la choza a ver qué veo.

Cargando editor
18/12/2016, 00:22
Jaume de Castell i Fabres

 - Crees que es sensato?. No sabemos lo que puede haber en esa cabaña... - Le sugerí a mi compañero con precaución y preocupación, algo lógico, dado las circunstancias.

Cargando editor
20/12/2016, 23:33
Álvaro de Ulloa

No pude menos que sentir cierta satisfacción ante el dolor que lord Richard mostraba por mis palabras. ¡Mayor fue el dolor que él nos causara! Que por su pacto con el Maligno, su traición, y todo lo demás, estábamos ahora nosotros emplazados en aquella misión de locos que habíanos de conducir al peor de los tormentos, y quién sabe si a la muerte. Mucho me sorprendía que, habiendo sufrido tantos percances, estuviéremos todos de una pieza... todos salvo Rasiq. ¡Rasiq! Ninguno habíamos reparado en el musulmán, quién quedara en el palacio valenciano guardando las nuestras espaldas, y cuya suerte ahora nos resultaba desconocida. ¿Habría muerto el hombre a manos de aquellos beatos que nos asaltaran? Sólo Dios podía saberlo ahora, mas hube de continuar en lo que me ocupaba...

- Así que habedes conoscimento d'aquesta lingua... e non habedes dicho nada hasta aqueste mesmo momento. - observé con reticencias a don Richard - Bien, si pudieres aclarar aqueste asunto agora, bueno sería esto. Que la fortuna que o caminho nos depara puede d'aquesto depender.

Luego volví la vista hacia Jaume, cuyas dudas parecían detener nuestro paso. Mas no tenía yo sino total convencimiento de que habíamos de continuar con las indagaciones, y de que no podía ser nuestra ubicación fruto del puro azar.

- Sea esa cabanha llugar n'el que mirar, e que si ha de darnos pista del nuestro emplazamiento, que aclárenos. E si non, esa villa en llamas pudiere haber la respuesta... mais tal vez sea aquesto peligroso.

Notas de juego

Pues dejo un post para cerrar antes de la pausa :P. Me acabo de acordar de Rasiq, aunque imagino que su jugador desapareció sin dejar rastro, ¿cierto?

Cargando editor
28/12/2016, 12:45
Roderigo de Lorca

Roderigo no iba a ser menos que sus compañeros, y sin hacer mucho caso al arrebato de dignidad de Ricardito se dirigió a la cabaña. Poco importábanle al de Lorca lo escrito en el manuscrito, bueno sólo si con esto se obtenía un precio mejor de venta. Pero de momento tenían que seguir con toda esta aventura, deshacer la maldición y luego ya habría tiempo de intentar robarle al papa lo entregado...o tal vez no.

Cargando editor
17/05/2017, 11:31
Richard McCormak

Un lenguaje secreto digo. En la órden de Montesa, en sus inicios, había un lenguaje secreto: símbolos que representaban letras... ¿no será ésto algo parecido? -dijo Richard-. Sin embargo, Álvaro, es sólo referencia lo que tengo, y este medallón templario no sé si alberga siquiera algo parecido. Sólo sospecho que éstas dos partes, pergamino y papiro, pueden ser llave y cerrojo que nos abra algún camino... Pero no soy el indicado para saberlo, me parece -Aquellas suposiciones no os sacaban de vuestras dudas-.

Notas de juego

Volvemos (a excepción de Sir Balin, que veo que ha desaparecido de la web). Le iré PNJotizando. Y a la pregunta de don Álvaro: sí, el jugador de Rasiq marchó y le dí un final misterioso al PJ (la última pista que tenéis de él es en Valencia).

Por si seguís dudando de don Richard, os adelanto que McComark no oculta nada. Todo este viaje que le habéis dejado hacer con vosotros es para redimirse por lo que os hizo ante el papa (desapareciendo y quedándoos en calzoncillos delante de él).

Cargando editor
17/05/2017, 11:33
Director

Marchásteis finalmente a la cabaña. Jaume de Castell era reacio a ello, pero finalmente siguió a sus compañero allá dentro. Richard os siguió y Charles de Lupo insistía por lo bajo en Volver a Valencia, a por el Cáliz Sagrado, según la órden del Papa Luna (aunque tampoco era vuestra culpa que hubiérais despertado en aquel lugar, que sabe sólo Dios dónde era y dónde estábais).

Al acercaros, vísteis que la choza era la típica construcción campesina de adobe y paja, con el suelo de arcilla apisonada, y alfombrada con paja. La puerta estaba abierta, claro. Os dísteis cuenta, entre aquella canción mal tarareada que procedía del interior, que estaba abandonada o quizá saqueada, fruto del desorden que veíais. En un rincón, tapado por una manta, había un cadáver. Parecía una mujer de mediana edad. Junto a un fuego central que crepitaba en un hogar con la madera de un par de sillas, un hombre cubierto con harapos estaba cantando (muy mal, por cierto) una canción de borrachos, mientras bebía de tanto en tanto unos tragos de vino en una bota casi roída en algún lado:

Cargando editor
17/05/2017, 11:33
Cantarín

Bebe el ama, beber el amo,
Bebe el caballero, bebe el clérigo
Bebe éste, bebe aqué,
Bebe el siervo con la criada,
Bebe el activo , bebe el perezoso
Bebe el blanco, bebe el negro
Bebe el constante, bebe el versátil
Bebe el rudo, bebe el mago
Bebe la vieja, bebe la madre,
Bebe ésta, bebe aquel,
Beben cien, ¡beben mil!

El tipo os vió asomaros, se giró y extendió la manos en señan de alegría (como por ver a alguien).

¡Anddaaa! JA JA JA -reía alegre ahora, como si os conociera de toda la vida, y luego extendió la bota como ofreciéndoos vino y beber con él (como planteba su curiosa cancion). Cuando extendió la mano que sujetaba la bota, lo vísteis: ¡la terrible marca de la lepra en ella!

Notas de juego

Al fondo hay una gran villa en llamas (os lo recuerdo)

Cargando editor
18/05/2017, 08:41
Roderigo de Lorca

Roderigo cuando entró y vió el cadáver se olió lo peor. El tipo cantaba su loa al vino, pero en esas circunstancias le pareció que era propio de un demente. Entónces vió la marca de la lepra y no se lo pensó mucho. Cogió la puerta y salió. Que uno no había sufrido todo lo que llevaban sufrido en la aventura para acabar leproso perdido tirado en una esquina dando asco a la gente.

Cuando llegó a la calle corrió un poco buscando un espacio "limpio", corrió hasta allí y allí cogió aire.-la puta que parió-Y allí se sentó a esperar a sus compañeros a los que trataría muuuuuuy de lejos.

Cargando editor
19/05/2017, 00:37
Álvaro de Ulloa

Muchos eran los asuntos que quedaban pendientes. El medallón, el pergamino, el código de la orden de Montesa... más y más enigmas, que se sumaban a los incontables prodigios que habían contemplado ya nuestros ojos. Entre reflexiones, hubimos de aventurarnos al interior de la cabaña, y que los hados nos amparasen. ¡Un leproso vivía en ella! No pude yo contener la mueca del más profundo asco, dando un paso atrás al verle volverse, aunque no huí como si lo hizo Roderigo, de cuya cobardía no me extrañaba lo más mínimo. En verdad, el hedor en la estancia era espantoso, y todo cuanto se veía invitaba a marchar de allí, no sin antes rociarlo todo con aceite y prenderle fuego, para que la obra del Maligno ardiese junto con las pestilencias.

- ¡Por todos los... ! - maldije - ¿Que est aqueste hedor?

Miré a Jaume, esperando que él confirmara con su vista de galeno lo que a todos se nos hacía evidente. Entre tanto, observé al cantarín, mas hube de echar mano del mango de mi hacha, pues no se me habría de acercar aquel desgraciado sin que apaciguara mi acero su lástima.

- ¿Quién sodes? - pregunté - ¿Que lugar est aqueste? ¿Do estamos?

Dejé que la autoridad de mi voz impregnase el lugar, rezando a los hados porque aquella pestilencia no entrara en nosotros.