Partida Rol por web

Scripta Barchinone

VI. El Cuarto Jinete

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19/05/2017, 00:49
Jaume de Castell i Fabres

 No sabía que era peor, si la versión del cadáver, el pestazo o la mala manera en que cantaban esa canción. Rechacé educadamente la bebida ofrecida, porque a saber lo que contenía la bota, y pregunté, con voz que pretendía ser sosegada, pese a las circunstancias:

 - Disculpe, ¿podía decirnos donde estamos?. Llevamos día viajando y estamos un poco perdidos...

 Esa era lo mejor que se me ocurría decir, ya que la verdad me parecía demasiado inverosímil para ser creída.

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19/05/2017, 11:00
Cantarín

No hubo respuestas ante las preguntas de Álvaro y Jaume. Aquel tipo era extraño, enfermo de cuerpo y tal vez de mente. Al ver la reacción de Roderigo, el tipo se rió como quien se rie de un buen chiste.

¡Idiotas! Ja ja ¿Tenéis miedo de la muerte? ¡Cómo podéis tenerle miedo, si ya estáis muertos! ¿O no os habéis dado cuenta de que la muerte es más poderosa que los Papas y los Reyes?

Acto seguido el tipo se levantó y marchó hacia el cadáver que había al fondo de la maltrecha cabaña. Se recostó sobre él, lo abrazó, y colmándolo de besos, os lo mostró.

¡Es mi mujer! ¡Nos casamos ayer! Ja ja ¡me estaba ersperando aquí! ¿Verdad que es guapa? ¿eh?

Un terrible olor pestilente os invadió las fosas nasales al mover el cuerpo inerte. Acto seguido, el leproso comenzó a gritar maldiciones contra la ciudad, una ciudad,  salió de la cabaña (habiéndoos apartado vosotros previamente) y miró hacia la gran villa en llamas, no muy lejos de allí, gritando como si se tratase de un profeta bíblico.

¡Yo te maldigo -señalaba a la ciudad-, Zamora, nueva Babilonia, pues te has prostituido en el Templo y te has revolcado en tu inmundicia! ¡Caigan sobre tí las siete plagas, que sea desterrada de tus casas la alegría, que solamente se oigan en tus calles el llanto, la agonía y el crujir de dientes!

Y en esos momentos arrojó la bota de la que bebía al suelo, cayendo luego de rodillas sobre el camino y echando a llorar como un niño.

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19/05/2017, 11:00
Nadir Bahar

PNJOTIZADO.

No está en sus cabales... no os acerquéis -interfirió Nadir-.

McCormak y Charles de Lupo estaban detrás de vosotros, algo asustados.

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19/05/2017, 18:52
Roderigo de Lorca

Cuando Roderigo vió salir al leproso saltó como si hubiera un resorte debajo de él. Mantuvo las distancias y no dejé que se le acercara demasiado. Viéndolo arrodillarse y maldecir a Roderigo se le revolvió algo en su ser, no le gustaba eso....las llamas ayudaban y que un leproso maldijera la ciudad era señal de mal agüero. Se santiguó, así como se lo digo, se santiguó. Luego se quedó pensando, si eso era Zamora ahora tendrían que ir por...¿allí?-Imos ir a continuación. Nada está perdido aquí.-Roderigo empezó a andar queriendo alejarse de allí.

Notas de juego

Vayamos pues, nada se nos ha perdido aquí.

No se si tendré idea alguna de orientación :/

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19/05/2017, 19:01
Jaume de Castell i Fabres

 Definitivamente, tenía ganas de irme, al menos sabíamos donde estábamos, si el loco este nos había dado el nombre correcto de la ciudad:

 - ¡Vayámonos, por Dios!. - Añadí, asqueado por lo que veía.

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20/05/2017, 22:36
Director

Notas de juego

¿decís/preguntáis/habláis algo más con el cantarín?

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20/05/2017, 23:55
Roderigo de Lorca

Notas de juego

Roderigo quiere poner tierra de por medio con el leproso. No pregunta nada, se va marchando.

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21/05/2017, 13:51
Charles de Lupo

¡Sí, marchémos de este sitio! ¿A dónde ir antes de regresar a Valencia? -Charles de Lupo seguía en sus trece, pero no teníais ahora recursos para hacer viaje alguno-. Lo más cerca era visitar aquella ciudad en llamas, no lejos de la cabaña.

Notas de juego

¿Váis a la ciudad?

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21/05/2017, 14:47
Álvaro de Ulloa

No podía yo creer la insolencia de aquel putrefacto. Enarbolando el hacha, aunque manteniendo la distancia con la pestilencia que el hombre emanaba, le hube de interpelar de nuevo.

- ¿Quién sodes? - inquirí - ¿E porqué dezides que somos mortos? Non estaréis amenazándonos...

La ira debía de verse en mi rostro, pues que me insultaran no solía ser algo que yo recibiera con gusto. En verdad, aquel malnacido habría de responder a mis preguntas, o pagar por sus pecados muy pronto.

- ¡Vos exijo que deis respuesta a las nostras preguntas!

No di mucha importancia al temor de mis compañeros, que, aún en la sagrada e increíble misión que nos encontrábamos, se asustaban de lo que no parecía más que un loco.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Mi PJ se pone en plan cenutrio. Luego, si nos responde, votará por ir a la ciudad.

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21/05/2017, 23:50
Cantarín

Ante las palabras de Álvaro, el tipo se mojó los labios con la lengua para seguir hablando.

La peste se declaró ¡puaj!  hace un par de semanas... ¡si estáis aquí sois cadáveres! Al principio cerraron las puertas... -señaló a la ciudad en llamas y humo levantado-, pero fue inútil. El Jinete de la Peste campa a sus anchas por los campos. Ahora muchos intentan llegar a la ciudad, ¡son cuántos! ¡y todo encierro fue en vano! Apestados llegaron a ella y llenaron calles, reventaron cerrojos y casas, y saquearon viviendas buscando refugio de la maldad de la carne ¡Todos parecían haberse vuelto locos!

El tipo entonces se desmayó. Éstas últimas palabras estaban siendo más vagas. Seguramente el efecto del alcohol o algún golpe de fiebre repentino lo hiciera quedar inconsciente un largo rato.

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21/05/2017, 23:50
Richard McCormak

Vamos, vamos..., caballero -dijo don Richard, tomando el brazo de don Álvaro para que no hiciese una tontería-. Nada podemos hacer ni apretarle los clavos podemos. Vayamos a ver qué ocurre a ese sitio para poder tomar un transporte... o algo. Debemos ir a Valencia -añadió para calmar a Charles-, o de vuelta a Peñíscola o a casa... pero salir de aquí.

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22/05/2017, 00:01
Director

Una vez que tragásteis saliva ante la presencia de aquel tipejo, marchásteis a indagar en aquella ciudad. Según el tipo era Zamora (nombrada así), y Zamora... andábase muy lejos de Valencia (Reino y medio de por medio). Vuestra dudas os asaltaron, pero en caso de que alguien os lo confirmara, otro misterio de todo este asunto se pondría sobre la mesa (al preguntaros cómo diantres habríais llegado o despertado en tal lugar).

Os íbais acercando por un sendero, y poco a poco veíais los muros exteriores de la ciudad. El leproso no exageraba:los que huyen de Zamora se cruzan en las puertas de la muralla con los que intentan entrar y a veces hay empujones y peleas. En derredor de las murallas y las entradas hay pequeños focos de caos, el fuego crepita ahora con más ruida y hasta vuestro olfato saborea el humo de material quemado que llega a vuestras fosas. No oléis en instinto nada bueno.

Tras lograr entrar en la ciudad por una de las puertas, veíais que en las calles había gente que se entregaba a todo tipo de libertinaje y excesos; cuadrillas de saqueadores entraban a robar en la casas de los muertos (y de los enfermos o indefensos); un grupo de nobles y soldados, que amén tienen pinta de ser el corregidor y sus súbditos se apostan en el castillo junto con el caos y la locura que gobierna la ciudad. Además, muchos de los habitanes de la ciudad que iban de acá para allá, cruzándose o no en vuestro camino, llevaban boca y nariz tapadas por un trapo. Algunos incluso llevaban grotescas máscaras en forma de pico de pájaros, con hierbas aromáticas en él, pues se creía que se propagaba por el aire. Por ello, muchas familias estaban encerradas en sus casas, o inclusos en los sótanos de éstas si contaban con ellos, con puertas y postigos bien cerrados par ano dejar entrar ni un sólo miasma de aire mortífero...

Efectivamente, parecía que el Jinete de la Peste estaba arrasando la ciudad con locura y desesperación.

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22/05/2017, 00:13
Richard McCormak

Nosé, nosé... ¿Porqué nos mandaron a este sitio? ¿Porqué desperamos... AQUÍ? ¿Qué planes tiene el Altísimo para con nosotros? -se preguntaba en alto don Richard-. De momento no tenemos pista alguna, no podemos regresar a Valencia así como así... No tenemos nada... ningún hilo por el que seguir...

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22/05/2017, 00:15
Nadir Bahar

PNJOTIZADO.

No es del todo así, Richard -interrumpió entonces Nadir, que había estado callado-. En el cielo de los profetas, en el Cielo de Jehová o el "quinto mundo" ví algo. No estaba muy seguro de ello, pero cuando aquellas voces resonaron en mi cabeza, lo comprendí: ví el medallón con claridad: estaba cuajado de signos,  los mismos signos que los que estaban dibujados en el pergamino de la cripta del monasterio de Monreal.

Entonces lo recordásteis. Don Álvaro había tomado el medallón de un caballero envuelto en armaduras "allá arriba", en aquel "Limbo".

¿Acaso podrá descifrarse... EN ESTA CIUDAD? -especuló el judío-.

Notas de juego

Bien. Os he descrito más o menos lo importante de la Ciudad de Zamora en la escena de Apéndices. Si hay alguien de Zamora, que me perdone, pues es un brevísimo resumen de todo cuanto puede encontrarse en tal ciudad ;)

La situación es caos generalizado en la ciudad. Decidid qué hacer/a dónde ir. (este capítulo es más abierto). Podéis si queréis visitar los sitios descritos en el Apéndice.

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22/05/2017, 09:46
Roderigo de Lorca

Roderigo estaba asqueado. Habían escapado del leproso para meterse en este nido de muerte de muerte negra. Imitó a los que se tapaban la cara y cogió una de sus prendas, la rajó un poco y se hizo un pañuelo improvisado para cubrirse la cara. Después miró a Nadir dar las explicaciones y añadió-O que se pediu que os artesáns?-Roderigo no lo tenía claro, pero era un lugar tan bueno como cualquier otro para empezar a buscar.

Notas de juego

Voto por la ciudad vieja y preguntar a los artesanos. Y si no meternos en las iglesias....pero no se que buscaríamos(lo bueno que están al lado)

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25/05/2017, 12:13
Director

Sin saber muy bien dónde buscar, excepto por la proposición del bueno de Roderigo, avanzásteis por las calles de la ciudad dispuestos a e internaros en la parte más vieja de la ciudad (que era la Ciudad Vieja). Aquel barrio lo componían palacetes grandes y pequeños, pero también se veían lo que debían ser graneros y establos antiguos, ahora reconvertidos en negocios de todo tipo.

Mientras andábais por sus apestadas calles (cadáveres arrojados a un lado, fuegos en un par de vivienda y ventanas rotas y abiertas en las alturas de los palacetes), os encontrásteis también con un grupo de perros callejeros. Cuando se acercaron a vosotros parecían que no llevaban miedo en sus ojos por tal situación, incluso parecían más salvajes que un can suele ser (cuando no es entrenado para ello). Comenzaron a devorar un cadáver, pero nada más llegar vosotros dejaron su presa de carroña y se lanzaron hacia vuestro rostro ferozmente, dispuesto a atacar a los vivos...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirad Iniciativa (1d10+AGI).

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25/05/2017, 12:52
Jaume de Castell i Fabres
- Tiradas (1)
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25/05/2017, 13:17
Roderigo de Lorca

Roderigo al ver a los canes que se le acercaban....bueno que se acercaban a todos, pero lo que le jodía es que se le acercaran a él. Echó mano del morral y tiró a los perros todas las porciones de cecina que le quedaban. No sabía si eso iba a ser suficiente para calmarlos, pero esperaba ganar algo de tiempo.No las tiró todas al mismo sitio, si no que las fué sacando, las daba a oler un poco y luego las tiraba lejos. Lo más lejos que pudiese tirarlas pero lo suficientemente cerca como para no las viesen-mirando para chucho, buscar.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Las lanzo cerca para tener el bonus de lanzar

-Busca chucho, busca( esto pretendo decir,el traductor lo pone así)

25 Iniciativa.

 

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25/05/2017, 16:04
Álvaro de Ulloa

Nos habíamos encaminado a aquella pestilente ciudad guiados más por la desesperación y la falta de comprensión del momento que porque realmente hubiere nada que averiguar en ella. Claro estaba que alguna pista nos daban el medallón y el pergamino, pero, sin otros referentes, pareciera imposible descifrar su mensaje. Así que nos adentramos en la villa, y allí vimos la perversión y la muerte por todas partes. Saqueos, robos, cuerpos quemados, pestilencia... la peor de las pesadillas, hacia la que nos habíamos encaminado sin pensar demasiado en las consecuencias. Tal vez debiéremos habernos preparado mejor, pero ya estábamos allí, y no pude hacer más que cubrir también mi rostro, para no respirar los malos humores. Encaminados por la sugerencia de Roderigo (preguntábame yo qué buscaba realmente aquel en tal barrio), tomamos camino, y así topamos con las dos bestias.

Pútridos animales, alimentados con carne de hombres muertos por la plaga, quién sabe si también ellos lleváranla dentro. Eché mano del pesado hacha a mi espalda, dispuesto a rematar a aquellas criaturas para que así dejaran de devorar a los muertos y atacar a los vivos.

- Animales da pestilencia... - maldije.

- Tiradas (1)

Notas de juego

17 de Iniciativa.

He dejado narrado un poco más, por compensar mi falta de post previo.

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26/05/2017, 20:01
Director

Cuando don Álvaro echó mano de su espada, Roderigo ya había sacado de su morral algo de cecina... ¡más bien toda! y había esparcido en un área alrededor delante de sí los trozos. Los canes detuvieron la marcha divisando la comida en mejor estado que el alimento que llevaban comiendo jornadas atrás, y se detuvieron embelesados por el regalo. Nadir aprovechó para codear a don Richard y al clérigo de Lupo para arrimarse a una de las fachadas de la calle y pasar de largo tras los perros. El resto hicísteis lo mismo, huyendo de allí cuanto antes...

* * *

Avanzásteis por  las calles empedradas, y el olor a pútrido aumentaba. Debía haber cadáveres hacinados en las viviendas; el olor a quemado impregnaba también vuestras fosas nasales y gente corriendo de acá para allá, desesperados, volvísteis a encontrar. Aquella ciudad estaba en decadencia, y sólo Dios sabía desde cuantos días atrás...

Llegásteis a una zona apiñada de casas colocadas a los lados de una gran rúa, llamada del Mercadillo, y veíais cuantiosos talleres con portones característicos, pero todos cerrados. Sabíais que había gente en el interior de las casas, pero se protegían de los que querían entrar portando la peste, desesperados. Delante de vosotros, a unas cuarenta o cincuenta varas, se hallaba la catedral, el palacio del corregidor y el Episcopal y una de las puertas, la llamada Puerta nueva. Mercaderes de renombre había en la ciudad, pero no era época de ellos. ¿Sabría alguien en aquel lugar descifrar el mensaje encriptado en dos partes, medallón y papiro?

Notas de juego

Roderigo, réstate toda la cecina.