Partida Rol por web

La Clase. Como es una guardiana forestal, Irene será una Exploradora.

Características.

Como quiero que tenga una buena Destreza y un buen Carisma para tratar con los animales....

Fuerza. 11

Destreza. 16

Constitución. 13

Inteligencia. 14

Sabiduría. 14

Carisma. 15

Aprovecho y sumo directamente... y reajustamos.

Fuerza 17

Destreza 18

Constitución 16

Inteligencia 17

Sabiduría 16

Carisma 18

Si me he equivocado en algo me avisas :P

Ehm... si está mal como lo has hecho...

Fuerza. 11

Destreza. 16

Constitución. 13

Inteligencia. 14

Sabiduría. 14

Carisma. 15

Los resultados de tus tiradas son:

6,2,3,1,2,5.

Lo que significa que sumas lo siguiente y te queda asi:

Fuerza. 11+1= 12

Destreza. 16+2=18

Constitución. 13+1=14

Inteligencia. 14

Sabiduría. 14+1=15

Carisma. 15+1=16

Ahora te toca describir tu vida y el momento en el que te encuentras con el sátiro. Una descripción de un mundo real en un tiempo actual.

Esta mañana me desperté junto a Nacho. Su cuerpo estaba cálido y su piel era suave. Mis manos jugaban con su cabello castaño mientras sentía su pecho ascender y descender lentamente. Nacho es un hombre pragmático, ni siquiera podía recordar como habíamos terminado juntos, pues mientras él era hogareño y tímido, yo era espontánea y algo salvaje. A él le gustaba la ciudad, y a mi el campo. Sin embargo allí estábamos. Nuestros cuerpos unidos como pocas veces había sentido con otra persona.

Él aun descansaba mientras yo le preparaba el desayuno, y aun cuando salía para trabajar, seguía él durmiendo. Siempre me gustaba llegar temprano al trabajo, y además aun tenía que recorrer la distancia entre la ciudad de Huelva y el Parque de Doñana, así que siempre salía a las 7 de la mañana a recoger a mis compañeras y a tomar rumbo hacia el parque. Hoy era un día especial y tenía ganas de llegar. La lince ya había cumplido sus meses de gestación y todo indicaba que podía parir en cualquier momento, si es que no lo había hecho ya durante la noche. Si conseguía criar su bebe, el parque vería una generación más de linces y la recuperación de la especie sería una realidad.

Al llegar al parque rápidamente me preparé para internarme en él. Cogí mi mochila con algo de agua, un bocadillo para el medio día y los prismáticos. Todo lo demás había aprendido a encontrarlo en el camino. La senda hasta la madriguera la conocía perfectamente, aunque algo llamó mi atención por el camino. Unos altos cuernos sobresalían por el camino, por encima de los matorrales. Por alguna extraña razón el bosque se había callado. Ni la collalba de pecho blanco, ni el dorado carobero, ni la abubilla. Solo el sonido de los pasos en las hojas secas caídas del bosque. Extrañada por aquello, intenté acercarme. Seguí los extraños pasos. Parecían los de una cabra montesa por su forma, algo grande, a pesar de que los pasos se sucedían de manera extraña, como si sus piernas fuesen más largas, pues la separación entre los pasos eran demasiado amplios, y faltaban los de las piernas traseras.

A medio día llegué a un claro, aunque como ninguno que hubiese visto antes. No reconocía el lugar, a pesar de haber recorrido el parque durante los últimos 3 años. Miré de un lado para otro intentando ubicarme, pero me resultó dificil reconocer el camino de vuelta a la central, o a cualquier sitio, además las huellas habían desaparecido, así que no podía ni volver atrás en mis propios pasos. Ni siquiera conseguía distinguir las formaciones rocosas que se veían en la distancia, pues si mi orientación respecto al sol no había fallado, esas se encontraban hacia el sudeste, mientras que en Andalucía las montañas estaban en el norte, al sudeste debería encontrarse el mar y la desembocadura del Guadalquivir, no una cadena montañosa. Como podía ser esto posible?

Una aguda voz de águila, aunque más poderoso, silbó en el aire. No era muy buena, pero algunos sonidos podía identificarlos, sin embargo nunca había oido ese en la vida. Rápidamente mis ojos fueron al cielo en busca de su fuente. Podía ver una forma con las alas extendidas, pero no se ajustaba a la forma de ningún águila o ave conocida. La envergadura del ave era demasiado larga, su pecho demasiado amplio, y tenía una cola con apenas una sola pluma. Utilicé los prismáticos para mirar el cielo, para poder ver mejor la forma que volaba. Primero tuve que evitar la luz del sol para poder distinguir bien, aunque aun así no pude evitar quedar asombrada. Aquello no era un ave! era un león con alas... un, un griffo?

Durante un tiempo me quedé mirandolo sobrevolar la zona, sin poder apartar los prismáticos de aquella criatura, ni siquiera cuando desapareció del alcance de los prismáticos, pude quitármelos. Entonces algo me tocó la pierna y llamaba mi atención. Al quitarme los prismáticos, allí, delante de mi, una forma antrópica con cuernos, piernas peludas y patas de cabra. Una especie de enrredadera se retorcía en torno a sus cuernos, y se presentaba como si fuese lo más normal. Yo solo pude balbucear 3 palabras.

Debo estar soñando...

¿Soñando? No, pequeña, hoy es el día en que por fin te has decidido a abrir los ojos y verme. Ya que has sido elegida para ayudarme, pero antes tenías que ser tú la que abriese los ojos para encontrarme y darse cuenta de que el momento ha llegado.

Ahora dime, ¿Nunca te habías imaginado la existencia de otros mundos?

Definitivamente esto no es un sueño. Con la mano toco a la extraña criatura delante de mi, extrañada y sorprendida por reconocer sus cuernos, su barba, su cara, sus brazos... Sorprendida echo atrás las manos y observo como la criatura parece reirse de mi. Aclaro la voz e intento pensar en lo que me ha preguntado con anterioridad.

O... otros mundos? Nunca había pensado en ello. Puede ser? Bueno, estoy aqui, y tu también, y antes no había estado aqui, o eso pienso.

Me giro y observo el lugar, intentando reconocer la zona, ya no estoy en casa, eso es seguro.

Pero donde estoy? porque yo?

¿Tú, pequeña? ¿Por qué tú? Porque tu eres la elegida, porque tu fuiste el fruto del amor entre dos dioses de nuestro mundo, eres la hija de Zeus y Gea. La hija a la que un terrible enemigo de ellos le quitaron sus poderes volviéndola una simple mortal. Pero ese momento se ha terminado y he llegado yo y tú has decidido verlo. Abrir tus ojos y ver la verdad, el lugar real al que perteneces, el sitio que tienes que proteger y para el que naciste. Pero todavía no estás preparada y yo me voy a encargar de enseñarte a ello.  ¿Por qué no me acompañas y te enseño tu mundo?

QUE!? Aquella noticia era más sorprendente que la de aquél extraño mundo. Tuve que determe un momento, pues sentía que el aire se escapaba de mi cuerpo y no regresaba, el respirar me costaba. Me incliné hacia delante, con las manos posadas en las rodillas, lanzando bocanadas de aire como un pez fuera de agua. Un poco después pude recuperar el aliento e intentar meditar a lo que se refería. Zeus y Gea?? Cielo y Tierra? El rayo y la madre de todo? Te refieres a los dioses griegos? Podía hacerme a la idea de las deidades griegas, rememorando algunas clases del instituto de historia e historia del arte, aunque todo me parecía imposible, pero después de todo estaba de pie frente a un sátiro, que cosa más rara podría haber más que aquello?

Estaba de acuerdo con la criatura de que no estaba preparada aun, así que lo mejor sería acompañarlo y observar el lugar.
De acuerdo. Por cierto, me llamo Irene, Irene Gomez.

- Encantado Irene, mi nombre es Sath y sí eres hija de los dioses Zeus y Gea, aunque no entiendo porqué dices griegos? No sé que significa "griegos" y no sé si será bueno o malo, pero tal y como los describes parece que son ellos a los que te refieres.

- Bien pues si estás lista, sígueme!

Comenzaron a andar y andar, el bosque cada vez se volvió más frondoso hasta convertirse en  una especie de selva y entonces llegaron a un lugar un poco extraño. Entre dos árboles había un cartel que colgaba y decía:

"Zona de entrenamiento para luchadores, gente mágica o dotados en actividades".

- Bien, ahora solo tienes que atravesar esos dos árboles y llegarás a un nuevo mundo. A tu verdadero mundo. Yo estaré al otro lado esperando. Sé bienvenida.

Asi que Sath, menudo nombre para un sátiro. Además parece que no conoce los mitos Griegos, puede que solo fuesen una adpatación de este mundo extraño.

Seguí al sátiro por el bosque. Apenas podía distinguir algunas plantas "Ya no estas en Kansas" me dije a mi misma pensando en el mago de Oz. La selva frondosa terminó en dos grandes árboles frondosos donde se detuvo el sátiro. Tenía que pasar por ellos para comenzar mi aprendizaje, pero estaba preparada? Estaba preparada para ser la hija de dos dioses? Puede que no, pero no podría esperar eternamente allí, así que lo mejor sería adentrarse y descubrir que había al otro lado.

La sensación que sufriste al atravesar el lugar fue... ninguna, no sentiste nada, pero lo que veían ahora tus ojos eran un montón de muchachos corriendo por todas partes con espadas y hachas en las manos. En otros lugares combates de hechiceros y magos lanzándose bolas de fuego y de rayos. Otros tratando de hacer pruebas de equilibrio, saltando por los árboles o trepando a ellos.

Muchos estaban junto a animales de varios tamaños y otros en cambio estaban sentados estudiando libros. Todo el lugar estaba lleno de sátiros como Sath y cada uno con un chico o una chica, explicándoles o ayudandoles.

- Bien preciosa, pienso entrenarte para ser una heroína y tu vas a ser una druida, la encargada de la naturaleza y de los animales. Cuando avances en tu aprendizaje serás capaz de canalizar algunos conjuros y desarrollar algunas habilidades.

Pero ahora, aquí tienes a tu compañero que te ayudará en tu viaje. Este es tu...

Al pasar hacia el otro lado del portal, esperando sentir un cambio repentino en mi, solo encontré a muchos chicos por el lugar. Llamaradas de fuego, flechas verdosas, estallidos de luz y color... todo era tan nuevo y sorprendente que me quedé rezagada en la puerta mientras Sath se adelantaba. Una piña cayó, de uno de los pinos que me rodeaban, sobre mi cabeza. Cuando miré hacia arriba una chica, acompañada por un mono, me miró y se disculpó al ver que había caído sobre blando, la piña, y no sobre el suelo. Pero así volví yo a reaccionar y me uní a Sath.

Un compañero? heroína? druida? hija de dioses? esto es mucho, y aun no pueden ser ni la hora de almorzar! Entonces ví los ojos del lince que se acercaba hasta mi. Casi al instante sentí la conexión ente ambos. Sus patas fuertes se posaban en el suelo sin hacer ruido, sus ojos ámbar atentos y clavados en los mios. Por algún motivo el nombre de él se manifestó en mi mente. Te llamas Ris. Fue más una confirmación que una pregunta, y el lince pareció comprender y asintió.

Miro entre las diferentes armas dispuestas, a mi lado el joven Ris me mira inquietado por saber qué arma elegiré. La contundencia del hacha, la fuerza de una maza, la destreza de una espada o la velocidad de una lanza. Cogía una y otra y las sopesaba, las manejaba intentando determinar la fuerza y habilidad de cada una.

Con la lanza aun en la mano, me giro hacia el sátiro. Me quedo con esta Sath.

 La lanza ¿verdad? Interesante elección, qué tal si me muestras de lo que eres capaz de hacer con ella y después yo te enseño algunos trucos para dominarla mejor.

- Vayamos a aquella zona de allí, ese será un buen lugar para enfrentarnos y así puedes enseñarme de lo que eres capaz de hacer.

El sátiro se apoya en un árbol se cruza de hombres y te dice.

- Bien imaginate que tienes un enemigo, practica un poco a ver de que eres capaz

Sopeso la lanza, intentando determinar de donde es mejor manejarla para sacarle mejor provecho. Si la cogo más alta, obtengo más control sobre su movimiento, pero pierdo en capacidad. Si más baja, aumento el alcance, pero es difícil manejarla. El punto medio es el mejor, permitiendo controlar la parte trasera de la lanza y la punta.

Respiro con profundidad y me preparo con la punta de la lanza apuntando hacia arriba, la vara sostenida por ambos brazos y bajo el brazo derecho. Empiezo dando dos pasos hacia delante y proyectando la lanza hacia delante, en paralelo al suelo, con los brazos estirados, como había visto alguna vez en la tele en las películas de romanos cuando éstos veían la llegada de los enemigos a caballo. Sigo con un giro lateral del cuerpo, y un barrido lateral de la lanza. Saco la lanza de debajo del brazo derecho, pues parece que limita su movimiento a los barridos y las estocadas. Con la lanza entre las dos manos y una, parece que se gana en movilidad. Continúo con una serie imprecisa de punzadas, tajos laterales en uno y otro sentido, ascendentes, descendentes, hacia un lado y hacia el otro.

Termino intentando girar la lanza entre ambas manos, aunque no con gran éxito, pues en el segundo giro, la lanza se escapa de mis manos y cae al suelo, de donde la recogo rápidamente.