Partida Rol por web

Al ver como el cuarto asaltante se avalanza contra mi, le golpeo com mi espadón en llamas, segando su triste existencia de un solo golpe. Tras esto, apago mis elementales mientras veo como los otros miembros de la expedición dan cuenta del último atacante.

recojo mi arco y lo guardo a sabiendas de no poder hacer nada con él, extraigo el botiquín y me saco la flecha clavada en mis carnes, taponando la herida con un trapo, después aplico un poco de aguardiente sobre la herida para evitar infecciones y tras ello la vendo lo mejor que puedo.

Tira por primeros auxilios.

Lo intentas durante un rato, pero no consigues para la hemorragia.

Vamos Elial, solamente queda uno, tu puedes acabar con él. Pienso tratando de herirle con mis dagas.

Ireth trata de asestar dos golpes con sus dagas, pero falla. Su oponente sin embargo, alza su espada y lanza una tímida estocada, que consigue herir levemente a la joven marinera, incapaz de parar su golpe.

Tenso el arco, apunto al bandido restante, tomandome un instante para respirar profundamente y asegurar un tiro certero y le disparo una flecha.

Justo cuando Ireth se disponía a volver a intentar atacar al ladrón, la flecha de Citan se clava en el cuello de su objetivo, atravesandolo de parte a parte. El pobre hombre cae instantaneamente al suelo, y tras unos segundos de agonía, muere ahogado por su propia sangre.

Tras la euforia inicial por la victoria contra los asaltantes, os dais cuenta de que falta alguien en la celebración. Elial está en el suelo, perdiendo mucha sangre, y haciendose un lio con las vendas del botiquín de primeros auxilios.

Corro hacia Elial y me pongo a su lado de rodillas Es una herida fea, pero lo vamos a arreglar, estate tranquilo, todo saldrá bien... Le digo con la cara pálida y con unos sudores en la frente mientras intento detener la hemorragia.