Partida Rol por web

Observo que la gran bestia se coloca justo en frente de mí y solo me deja tiempo para dejar caer el arco y desenvainar rápidamente mi espada larga y atacarle, de este combate depende mi vida. Raudamente desenvaino mi espada y trato de asestarle un golpe a la gran criatura.

Sueltas el arco y desenvainas tu arma con pestreza, intentas asestar un golpe a la criatura pero éste falla, rozando el costado de la bestia.

La bestia muerta viviente arremte con todas sus fuerzas, lanzándote dos zarpazos con sus afiladas garras e intentando asestarte con un mordisco de su poderosa mandíbula.

Esquivas una de sus garras y su mordisco con gran habilidad, mientras que el otro ataque resulta ineficaz gracias a tu armadura.

Aramil esquiva con facilidad dos de los ataque del muerto viviente pero uno de ellos acierta en el pero se ve reducido a nada por su armadura, era el momento apropiado para desenvainar su espada corta y tratar de atacarle con las dos armas a la vez, de seguro tendría mas posibilidades de herirle.

Desenvainas tu espada corta y arremetes contra la bestia. Propinas un buen golpe con tu espada larga y luego otro excelente con tu espada corta, podría haber sido letal, de no ser por su naturaleza esquelética...

Nuevamente, la criatura te ataca con todas sus fuerzas, lanzándote dos zarpazos e intentando morderte...

La bestia te arremete con una de sus afiladas garras con una fuerza impresionante, tu armadura ha parado algo del daño, pero aún así ha sido doloroso. Luego, intenta golpearte dos veces más, pero los evades con facilidad...

Aramil lanza un pequeño ruido con su boca como quejándose del zarpazo que le provoca la bestia, pero aun así arremete contra esta con mayor fuerza.

Propinas un par de buenos golpes a la bestia y ésta responde, asestandote un golpe con una de sus afiladas garras. La sed de su sangre es casi palpable cuando tus ojos se fijan en el resplandor que emiten sus cuencas vacías.

Aramil golpea duro, pero su rival no se queda atrás, este combate se estaba alargando más de la cuenta, aun así no dudo en lanzar otros golpes contra la bestia, temía que algo le pudiera pasar a su fiel Elinore que estaba sobrevolando el combate.

Nuevamente, aciertas con tus dos espadas, aunque esta vez tus golpes no son tan fuertes.

A pesar de todo, la bestia no aminala sus ataques y te muerde fuertemente en el brazo.

Aramil larga un grito y sin dudar con gran enojo ataca nuevamente a la gran bestia.

La bestia emite un grave sonido gutural y te acierta un poderoso garrazo. El ataque atraviesa la armadura y la sangre sale a borbotones.

En el cadavérico rostro de la criatura parece esbozarse una malvada sonrisa, aunque sabes que no es posible, estas aberraciones no piensan.

La situación no es buena, la batalla parece acercarse a su fin y no es favorable para ti.

En eso, sientes un ruido de una rama al romperse desde los arbustos, analizas la posibilidad de que sea otro enemigo...Miras de reojo, puedes ver a John agazapado. Este se tarda unos momentos en darse cuenta de la gravedad del asunto y, en cuanto lo hace, corre hasta tu altura y te hace tomar una poción el mismo, la bestia, aprovechando la oportunidad ataca, acertándole un garrazo al hombre.

Jhon se tambalea y cae inconsciente al piso, quedando al alcance de la criatura...

Amirov ve el gesto de sacrificio que John hace para curarle y así trata de asestarle un buen golpe a la bestia.

La bestia golpea ferozmente al John y se voltea hacia tí cuando le asestas un golpe con tu espada corta, sin embargo, este ataque parece no tener efecto.

La criatura ataca y te golpea con su garra derecha.

Mañana posteo...hoy ya se me hizo muy tarde...

Descargas dos espadazos sobre la bestia, pero éstos apenas si hacen un rasguño en su duro esqueleto. La criatura responde con furia, esquivas sus ataques con pestreza.

Aramil intenta nuevamente darle un buen golpe a la criatura con sus espadas.

Tu último golpe no es por mucho el mejor, pero, a pesar de no hacer casi nada de daño a la bestia, esta permanece inmóvil por unos breves momentos que se hacen eternos. El fulgor en sus cuencas comienza a desaparecer y, de repente, se despoma con un fuerte ruido.

La noche aún es joven, pero Jhon no se encuentra en una situación agradable, pareciera estable, pero no sería capáz de pararse en ese estado, mucho menos montar.

Aramil no puede evitar soltar una pequeña risa de satisfacción al ver que su enemigo había caído, luego de ello observa a John que prevalecía en el piso, pero en esas condiciones de seguro no podría continuar.

Vamos Aramil, el te ayudo tu le debes algo, ayúdalo, vamos.

En eso Aramil saca una poción de su mochila y de la da a John para que se cure y puedan seguir con el viaje en esa hermosa noche.

Una vez toma todo el líquido, John se levanta de repente, aunque no logra los mejores resultados. Se queda a medio camino y se pone en cuatro patas, tosiendo un poco de sangre.

Luego de unos instantes, se repone lentamente. Te mira fíjamente y, nuevamente, tiene esa actitud hosca, asiente con la cabeza en señal de, supones, agradecimiento. Hace un gesto hacia la espesura y se dirige hacia allí, puedes oir como gruñe por lo bajo, sin duda aquejándose de la reciente herida.

El hombre vuelve casi inmediatamente con las monturas y te tiende las riendas de la tuya.

Seguiremos camino, ¿Vale?

Puedes observar como da una mirada inquieta hacia el montón de huesos en el que se ha convertido la bestia.