Partida Rol por web

Escena para los aventureros...

En una posada de la ciudad del Lobo blanco, Middenheim, capital de la provincia de Middenland, tres aventureros y otro hombre están sentados frente a una desvencijada mesa salpicada con cerveza y comida...

Un fiero enano se sienta frente a un gran plato de carne recién devorado y a tres jarras de cerveza, una vacía y otra ya medio vacía...

Un joven de unos veinte años se sienta frente al enano con los brazos cruzados y una mirada seria, su vida ha sido dura y le ha enseñado a desconfiar de todos...

Un elfo de expresión seria se sienta erguido y con porte majestuoso, una vez alegre y bondadoso, pero las cosas han cambiado...

Por último, un anciano de barba blanca tiene frente a sí un pergamino de cuál está leyendo algunas cláusulas del contrato...

Los aventureros harían un trabajo sencillo, tendrían que investigar unas ruinas en busca de un libro antiguo para el anciano que supuestamente pertenecía a un mago de gran poder, qué le pasó al mago no es problema suyo pero el cliente cree que las ruinas podrían tener algunas de las criaturas que el mago usaba para proteger su "guarida"...

La recompensa son 200 piezas de oro para cada uno y podrán quedarse con todo material no bibliográfico que encuentren...

El anciano lee de manera lenta y clara cada una de las cláusulas del corto contrato...

...y por último, se comprometen a traer todo material bibliográfico que encuentren y a entregármelo a mí, Glenn Bretchard lo antes posible una vez regresen de la expedición...

Glenn firma el pergamino y lo pasa al elfo a quién tenía en frente...

Si nadie tiene nada que objetar creo que es una paga justa y podrán partir cuanto antes...

El anciano entrecruza los dedos y espera paciente la respuesta de los presentes, mientras tanto, la taberna empieza a vaciarse, ya es de noche y los parroquianos que se levantan al alba no pueden permitirse quedarse todo lo que les gustaría...

   Entonces...-digo con cierto desmán- si encuentro...digo, encontramos cosas valiosas...ehhmmm..-y suelto un gran eructo, gracias a la cerveza del lugar, después de todo, no me parecía tan buena como la enana- en fin, sólo te traeremos tus librillos, no? Si es así, no tengo nada más para decir, sólo que voy a querer cosas valiosas y espero encontrarlas..-entonces tomo la jarra media vacía de cerveza y me la tomo de un solo sorbo, mojando un poco mis largas barbas, indicando un principio de ebriedad, pero faltará más que eso para que logre olvidar lo que haga en el momento...

La noche caía sobre la ciudad de Middenheim cuando el elfo hacia su aparición en la posada. Su aspecto no le hacia demasiada justicia, quien lo hubiera conocido años atrás no daría crédito. Ataviado con su armadura de cuero, ya algo envejecida por el tiempo y las batallas y con sus dos espadas al cinto, acudió a la cita con el anciano. Su rostro, cubierto gran parte por su blanquecina melena, reflejaba cansancio. No había descansado correctamente desde hace demasiado tiempo, los fantasmas del pasado lo venían a visitar cada noche. Pidió al posadero una jarra de hidromiel y se sentó a escuchar lo que proponía aquel hombre.

No era muy amigo de este tipo de cosas, pero tenía que reconocer que la cantidad que ofrecía el anciano por traerle esos libros era dinero fácil, y en ese momento lo necesitaba. Meses atrás había dejado aparcada su búsqueda, en parte por que se le había agotado los recursos y en parte por que su fe se iba consumiendo poco a poco como una vela.

Su compañía para este trabajo era cuanto menos curiosa. No es que tuviera problema alguno con los enanos, pero sus modales y forma de ser no eran de su agrado. Sin embargo, debía mantener apartado su discriminación racial, al fin y al cabo, necesitaba oro y mantener la mente ocupada, y este trabajo le brindaba ambas cosas.

El joven humano parecía haber abandonado el lecho materno días atrás. No perdía de vista a los allí presentes, desconfiando de todo a su alrededor, pese a que si firmaba aquel contrato, pasaría una buena temporada con aquellos en los que tanto desconfiaba.

- Por mi parte todo correcto. –comentó con voz solemne al recibir el pergamino de manos del anciano. – No parece una tarea complicada. – terminó la frase mientras firmaba el manuscrito y se lo cedía al humano. Tomó su jarra de hidromiel y apuró el último trago. – Propongo, si mis nuevos compañeros no lo ven mal, partir mañana al amanecer. Cuanto antes salgamos, antes estaremos aquí con el libro. –No pretendía, ni mucho menos, proclamarse como líder del grupo, tan solo tenia intención de acabar con todo esto lo antes posible.

- Por cierto, mi nombre es Vened, encantado de conocerles. -

 El mediano que estaba sentado escucha atentamente al viejo y mira a los otros.

 Que clase de personas seran estas?, creo que iguales a todas, las personas solo hacen violencia y luego matan gente importante, tambien estan lo que matan a los parientes de otros, yo solo en un mundo donde puedes morir a la vuelta de cada calle.

 Señor todo bien, solo quiero saber si recibiremos algo por traerle estos librillos que usted dice?

 El mediano que estaba sentado escucha atentamente al viejo y mira a los otros.

 Que clase de personas seran estas?, creo que iguales a todas, las personas solo hacen violencia y luego matan gente importante, tambien estan lo que matan a los parientes de otros, yo solo en un mundo donde puedes morir a la vuelta de cada calle.

 Señor todo bien, solo quiero saber si recibiremos algo por traerle estos librillos que usted dice?

El anciano enarca una ceja canosa ante el comentario del hombre...

Em?...Oh, creía que había quedado claro joven, sí, claro que sí, serán recompensados con 200 piezas de oro para cada uno de ustedes si me traen el libro que deseo -el viejo habla de manera lenta, clara y calmada -

Entonces - añade ahora  - ¿Está todo en orden? - inquiere el anciano y mira durante unos instantes a cada uno de los integrantes del grupo -

 Bueno por mi no hay drama, bueno y alguna pista de donde buscarlo? porque creo que sino estamos fregados.

 Miro con recelo a los otros aventureros y me quedo esperando al viejo.

 No importa que pase con los otros, mientras cumpla y me de mi oro, es mas puede que consiga mas oro en el camino si hago bien estas cosas.

El anciano sonríe ante la actitud y las palabras del joven

Ya sabemos la ubicación de las ruinas, el problema es que no me atrevo a entrar por mi cuenta debido a los peligros que pueden haber allí dentro - el hombre habla de manera paciente -

Por otro lado, - añade - confío en que no dirán la existencia de las ruinas o su ubicación o siquiera algo que tenga cierta relación con su trabajo...No hay problema con ello ¿Verdad?

El anciano, aunque de actitud paciente, comienza a tamborillear la mesa con sus dedos en un gesto de o bien cansancio o bien impaciencia, la noche ya se cernió sobre la ciudad hace un tiempo y suponen que la causa del gesto es la primera...

   Peligro de qué tipo estamos hablando?- digo mientras dejo la pinta de cerveza en la mesa, altamente interesado en esa parte, dado que supone un reto, y uno muy llamativo-es algo que....errrr...no pueda solucionar con mi hacha?-agrego soberbiamente sin importarme lo que digo, total, ya tengo una buena cantidad de cerveza arrriba -esto no sería divertido sin peligro, aunque viajar con un orejas largas y un humano que parece un bribón no lo es tanto, pero puedo aceptarlo siempre y cuando no me molesten en la lucha. Se, vamos a esas ruinas! hahahahahahahaahahahahahaa-concluyo con una sonora sonrisa, confiado de mis habilidades de batalla y de mi pasión por beber, pero lanzo una mirada a los demás en signo de desconfianza, no es algo de lo que los enanos puedan alabarse después de todo.

Oh maese Jormund, seguramente habrán peligros a los que enfrentarse y sin duda usará su arma - dice el anciano - sí - agrega tras unos instantes - será una expedición...divertida...en sus términos, aunque también habrán problemas a resolver con el ingenio y la astucia... - el hombre mira a los otros dos integrantes del grupo durante un instante -

No pongo en duda que acabará con sus enemigos de manera implacable - dice ahora el anciano esbozando una sonrisa complaciente -

 Señor enano, en esta aventura necesitaran mi ingenio y mis formas de conseguir informacion, no siempre necesitaremos su hacha, ademas no soy un humano como puede ver soy mas chico que usted jajaja.

 Su risa se expande por la mesa.

 Bueno señor y porque la informacion es tan importante, que habra gente que nos la quieran sacar?.

Oh en lo absoluto - dice el anciano y sonríe - Pero no quiero que esta información se expanda ya que alguien más podría interesarse en el asunto y eso podría ser una complicación más para ustedes...y para mí, al fin y al cabo...¿Verdad?

Glenn acerca un poco más el papel al mediano, instándolo a que lo firme...

 Bueno entonces si puede poner en peligro la mision no hablare con nadie mas que estas personas y tengo que firmar, bueno quiere mi firma artistica o mi nombre?.

 En el papel firma su nombre y pone al lado Rimters.

 Ese es mi nombre artistico, enano, elfo ustedes deben haber escuchado mi nombre porque soy conocido.

Borro tu tirada para que ellos no la vean ^^

   Oye, "enanito"! No insultes mi inteligencia o conocerás mi furia! -alcanzo a pronunciar antes de balancearme en la silla lo suficiente como para casi caer. Tengo mucha fuerza, pero también puedo pensar, eerr...cuando estoy sobrio, hohohoohoo-continúo dando otra sonora carcajada, indicando que tal vez la cerveza que tomaba no era tan mala después de todo-ehhm, dónde tengo que firmar?-

Sonríe ante la mención de un nombre artístico por parte de Rimi.

El anciano pasa una mirada nerviosa por el enano y el mediano cuando el primero hace su comentario...sin duda no quería que hubieran enfrentamientos entre los miembros del grupo...perjudicuría a la misión y, por ende, a él...

Haya calma - dice gesticulando con las manos -

Glenn toma delicadamente el contrato depositado frente al mediano y se lo tiene al enano

Aquí tiene - dice y entrecruza los dedos paciente, en espera de que todo acabe rápidamente -

No has escuchado ese nombre en tu vida, pero tampoco eres de por aquí, quizás sea conocido en la ciudad, lo dice con mucha convicción y parece honesto, aunque no modesto.