Partida Rol por web

- ¿Arcas del imperio? ¿No has dicho antes que tu lider fue expulsado de su orden? Eso sumado a vuestras accione sos convierten en mercenarios y asaltadores de caminos. No en soldados. 

 Tácito, sin dejar ver emoción alguna, el explorador descarga la salva que tenía preparada en su arco. 

- Al menos tus pertenencias compraran la insolencia con la que nos has tratado. 

Tras las palabras del hombre, Aramil suelta la cuerda de su arco sin contemplaciones y la saeta atraviesa el cuello del ex-soldado, dejando el cuerpo sin vida en cuestión de segundos.

Luego, se dirige hacia Celghik y comienza a rebuscar en su mochila, sin embargo, parece no encontrar lo que busca. Mientras tanto, Amanda termina de observar meticulosamente el equipo obtenido y se mantiene en su lugar, sin hacer nada, ni articular palabra.

Todo aquel acero solo valdria unos cientos de monedas... pero era mejor que nada. Frunce el ceño, suspirando. No queda otra. Por ende acomoda lo mejor que puede las piezas de la armadura completa y las cotas, que son lo mas valioso, sobre el caballito que montara durante el encuentro. Si puede, tambien los arcos, pero deja las espadas y escudos, que valen poca cosa y solo suman peso. Finalmente se sube ella misma, acariciando el cuello del animal.

-Que estas esperando? +pregunta al arquero, ya aburrida. Deberian irse de aqui de una vez...

El montaraz ignora la impetuosidad de la joven, busca diligentemente en su cinturón la bolsa de cuero de la cual extrae un petate hecho con hojas secas y largas como las de un helecho, y atado con juncos marrones y de textura sedosa. Con un solo tirón al hilo central el envoltorio se abre revelando su contenido, del cual Aramil obtiene una semilla del tamaño de un doblón. La semilla parece vive y palpita en la mano callosa del montaraz.

dejando un momento reposar el paquete sobre el pecho de su extravagante compañero Aramil aparta parte de los ropajes que le cubren el pecho y coloca la semilla en el sitio donde termina la garganta y comienza la cavidad toraxica. La semilla enloquece por un momento y clava sus ventosidades sobre la piel de Celghik, aferrándose a ella como si de una garrapata se tratase. No obstante en lugar de succionar la sangre, la semilla insufla su contenido vital dentro del cuerpo del humano. 

- Se recuperará enseguida. Estas semillas son un regalo de unos amigos del bosque. Pronto podremos continuar con nuestra marcha ¿Ves los caballos? No pueden haber ido muy lejos, esta reyerta no ha generado suficiente ruido como para asustarlos tanto, deberiamos ir a por ellos mientras él se recupera.

Aramil recoge sus pertenencias y las devuelve a su sitio habitual, comprueba el arco y su carcaj. En cuanto comprueba que todo esta listo 

De pronto, empiezas a recobrar la conciencia, sientes una ligera presión en el pecho y notas como tus heridas se cierran lentamente. No te ves capaz de abrir los ojos hasta después de unos segundos y te toma un poco más ponerte de rodillas y, finalmente, levantarte.

Sin embargo, aunque estás de pie, no puedes pensar con claridad y apenas si ves lo que tienes a tu alrededor, la imagen del sendero, el bosque y tus compañeros se desvanece y en su lugar aparece una pantalla de oscuridad y, luego de unos instantes, el desagradable rostro de tu superior, Gart.

¿Qué estás haciendo inútil? - las palabras retumban en tu cabeza y te hacen tambalear - Apura hacia la capital, los aventureros ya tienen el libro en sus manos. Hay un contacto en Middeheim, los guiará a ustedes hacia el lugar donde harán su emboscada.

La imagen se esfuma y comienzas a pensar con claridad, parpadeas un par de veces y ves a Amanda montada en uno de sus caballos, a Aramil a unos cuántos metros y a toda la patrulla muerta en el suelo.

Celghik se recupera poco a poco, mientras la semilla surte efecto, luego de unos cuantos segundos se pone de rodillas para luego levantarse.

El águila del explorador se posa sobre su hombro y, tras unos instantes, emprende vuelo.

 -Se han largado, como hacen la mayoria de los seres sensatos ante una pelea... +contesta con un encogimiento de hombros. El suyo esta, solo ha perdido el otro, una montura comun+ Nosotros deberiamos hacer lo mismo. Pero si quieres perder el tiempo buscandolos, adelante, yo los esperare en la ciudad...

Con displicencia, empieza a reanudar el camino, sin mirar al clerigo que se levanta, vivo por desgracia. Ella por su parte ni por un instante quisiera quedarse mas tiempo cerca, no tanto del molesto par, sino del lugar de la lucha. Alguien podria venir, lo cual solo significaba mas problemas...

 Casi como soñoliento miro mi alrededor mientras poco a poco comienzo a recuperar todos mis sentido. Los golpes de las rocas habían dejado mi cuerpo adolorido, pero ahora sentía un dolor en el pecho, pero nada que no fuera soportable.

Estúpida voz, sabes que no te soporto, deja de meterte en mi mente y preocúpate por tus cosas.

Abro estrepitosamente los ojos y me levanto de mi posición quedando sentado casi de un golpe. Muevo mi cabeza para mirar con malicia todo lo que hay a mi alrededor, deteniendo mi rumbo en la silueta de la mujer de los cabellos de flama, no puedo evitar dedicarle una sonrisa. Pero esto no se queda así inepta, ya me las cobrare. Me pongo de pie rápidamente mientras miro al explorador. Arreglo un poco mi cabellos desordenado, sacudo mis ropas y ejercito un poco el cuello. Listo, como nuevo. Coloco mi mano en el hombro de Aramil. Sabia que ustedes solos podían, han hecho un gran trabajo. Me distraigo viendo mientras un pájaro pasa cerca de nosotros. Cojo mis cosas rápidamente y comienzo a caminar para alcanzar a Amanda. Tenemos que llegar lo mas rápido posible, la competencia ya tiene lo que necesitamos. 

Gracias señor Erythnull que aun sigo acá, eso es obra de tu misericordia y te pido escusas y prometo que mi venganza con ellos sera grande.

Camino a un paso acelerado, era de vital importancia llegar lo mas rápido posible a la capital.

Esplendorosamente Elindore desciende de la copa del árbol en la que se encontraba vigilante, con un movimiento estilizado se posa en el brazo de Aramil, resguardado por un brazal de cuero. El hombre acaricia la cabeza del ave mientras susurra cerca de su cabeza unas palabras. acto seguido lanza el ave al aire, quien se va revoloteando en circulos.

Entonces la expresión del hombre se torna cautelosa, con un par de zancadas se posa de nuevo en el camino tras el caballo que manjea la chica peli roja. Con su caracteristico pragmatismo Aramil posa con precisión sus pies sobre la arena de la carretera. 

- Hey, chica del cabello de fuego... ¿pretendes marcharte con nuestras cosas? 

La mirada penetrante del hombre aguarda el contacto de los ojos de la preciosa muchacha. Lejos de nerviosismo la impavidez de sus gestos se revela la calma y concentración del montaraz.

Ni se molesta en volverse a mirar al explorador, haciendo un gesto desdeñoso de despedida con la mano... Le importan muy poco lo que hagan o piensen. 

-No pretendo quedarme donde el que pase vea como se obtuvieron, ingenuo... Y les sugeriría que ustedes tampoco, salvo que quieran esperar alguna patrulla... Los vere en la ciudad! jajaja...

Aprieta el paso, poniendo el caballo al galope mientras rie divertida...

 Cuando Amanda comienza a irse, Aramil toma una flecha de su carcaj, la tensa y la lanza, como si ya estuviese esperando el momento de que la mujer diese la espalda para disparar.

Aramil tenía el blanco a tiro. Sabía que lo correcto era disparar al animal para luego ocuparse de su odioso jinete, pero esta vez decidió guiarse por su instinto.

- Si derribo primero a este incordio, al menos conservaremos un caballo.

Rapidamente una flecha flamígera estuvo en su arco, tenso la cuerda y solto la satea. El chasquido se propagó con mayor rapidez y fue percibido por el animal que movió un instante las orejas expectante. La felcha salio disparada con el angulo justo para impactar a la hechicera.

- Insolente.

La joven recibe una flecha mientraws se aleja, en el costado... Es casi tan dolorosa como la del arquero, pero le falta mucho para dañarla seriamente. Esto no apaga su risa, sino todo lo contrario... Aprieta el cuerpo sobre el lomo de su animal, guiandolo junto a la protectora arboleda, acelerando el paso mientras se pone fuera de vista...