Partida Rol por web

 Sigo las indicaciones del explorador para continuar nuestro camino hasta el que creemos el cuerpo de nuestra ex-compañera. Camino despreocupado, al final un peso se había quitado de mis hombros. Era un poco triste saber que no era yo quien la había matado, pero soportaría la tristeza esta vez para convertirla en una euforia que no podía ocultar, ya que todo el camino mientras miraba las aves y los diferentes de no paraba de reír de una forma psicótica pero en tono bajo.

Escucho a Aramil con atención. En este momento no recuerdo muy bien. Con los años viene el olvido y las cosas se pierden en mi cabeza. Hablo dando alarde de sabiduría donde simplemente había poca.

Observo como el explorador me mira algo incrédulo y simplemente con cara de no entender. Bien, no soy tan viejo. Y si recuerdo algunas cosas. Continuo caminando, para de un momento a otro parar y mirarlo a los ojos. Son alrededor de... coloco mi mano en la frente haciendo la imitación de estar recordando... !10¡, si son 10... me rasco un poco la cabeza y continuo caminando a paso lento. Bueno en realidad no son 10, son 3 ahora que recuerdo bien. Mediano, enano y elfo; este ultimo es quien los comanda. Poco a poco salían las palabras de su boca como vomito verbal mientras recordaba algunas cosas que sabia. 

Mis palabras sonaban enfermizas y demasiado extrañas para una conversación normal. Doy un golpe en mi cabeza para aclarar la ideas. Y en cuanto a la misión. Ellos ya tienen lo que necesitamos. Ellos ya tienen el mapa. Lo debieron capturar hace poco, es por eso que debemos llegar lo mas rápido posible a la capital y encontrarlos.

No recordaba mas, había mucha información en mi cabeza que se había revuelto o desechado tal vez por la golpiza de la pelea. 

Continuo caminando por en el cual el explorador me lleva.

Mi señor Erythnull. Cada vez estamos mas cerca del objetivo. No lo voy a defraudar.

Es mejor que no lo hagas Celghik, sino la ira de el sera derramada sobre ti y no habrá ningún agujero donde tu sucias y demacradras carnes se puedan esconder.

A ti tampoco te decepcionare... a ti tampoco.

 Caminan un poco más y encuentran el cuerpo de Amanda sobre el suelo, con algunas flechas clavadas y múltiples heridas. Sin embargo, hay algo extraño, no sólo no está el caballo sino que un rastro de sangre mucho más abundante que el anterior, seguramente salido del animal en cuestión, se puede apreciar adentrándose en el bosque. Sin duda, algo ha atacado al animal y éste ha intentado escapar, aunque, considerando la cantidad de sangre en el suelo, sería muy difícil que éste sobreviviera aún si hubiese conseguido escapar de su perseguidor.

Ya es mediodía y sus estómagos os piden alimentos, pero se han adentrado bastante en el bosque de Drakwald, conocido por la cantidad de criaturas agresivas que lo habitan, por lo que detenerse a almorzar no sería algo prudente, les tomaría un tiempo volver sobre sus pasos para llegar al sendero y tienen la extraña e incómoda sensación de estar siendo acechados.

Aramil se inclino en tierra entre el cadaver de la chica y la mancha de sangre, mirando inqisitivamente las marcas de aquel lugar. Rápidamente desenrollo la manija de cuerda que llevaba en un costado y comenzó a atar el cadaver de la chica por lo pies.

- Creo que este es un trofeo que no nos pueden negar. Nisiquiera este peligroso bosque- Actuaba con cautela, pero también con rapidez, haciendo eficientemente nudos para transportar aquel cadaver. -Estoy seguro de que tu también sientes es aprescencia extraña, lo mejor será que forcemos la marcha e intentemos salir hacia el camino tan pronto como podamos.

El lazo paso entre los muslos, el abdomen y los pechos de la joven en dirección a su cuello. El montaraz cuidaba de que quedar abien atado y que las cuerdas pudiesen arrastrarse con facilidad. Cuando hubo acabado se levanto presto para partir.

- ¿Nos vamos? Simplemente coge la cuerda y ayudame a arrastrar esto, por encima del suelo para que no nos llevemos nada. 

 Era una imagen que mi morbosidad deseaba ver. La pelirroja sangrando, muerta y ahora atada a cuerdas siendo para nosotros un trofeo, simplemente suculento. Con gusto te ayudo Aramil. Tomo la soga y comienzo a caminar.

Creo que lo mejor es que salgamos de aquí. No quiero seguir siendo perseguido por algo que no conozco. Observo el charco de sangre que tal vez pertenezca al caballo. 

comienzo a caminar por donde Aramil me guié, al final es el quien conoce los senderos y tal vez la mayor razón por la que estaba en el grupo, aunque ya estaba teniendo claro que no solamente era un mapa andante que me ayudaría a salir de apuros, mas que eso era un superviviente que defendía con ferocidad lo suyo.

Aunque la idea de mantener el cuerpo con nosotros me parecía seductora, no me parecía útil al final. ¿porque cargamos el cuerpo de la inútil?, ¿no es suficiente con sus pertenencias?. Ademas no dudaran en atacarnos cuando alguien vea que cargamos un cuerpo y de esta manera. También pensemos en el rastro de sangre en el piso. Opino mejor que la dejemos acáy que se la coma lo mismo que mato a su animal.

EL cazador dudo un momento y sopeso las opciones que tenían por delante. La idea de llevar el cadaver con él era tentadora, despues de todo en vida aquella mujer era una chica guapa, insorportable, pero guapa. Se preguntaba cuanto pagaría un hechicero oscuro por servirse de tan preciada compañía por toda la eternidad, o al menos por el tiempo que dure su triste vida.

- Bueno, la verdad es que el capricho que me impulsa a seguir con ella a cuestas no supera la razón de tus palabras. No obstante me preocupa el tiempo que podamos tardar desvalijando su cadaver.

Aramil se lleva las manos a la cabeza un momento e intenta poner en orden sus pensamientos.

- Esta bíen, pero hagamoslo rápoido.

Deposita el cadaver de nuevo en el suelo y comienza a registrar a fondo todo lo que lleva encima.

Atan el cuerpo y comienzan a llevarlo entre los dos, pero luego lo depositan en el suelo, quitan las cuerdas debido a que sino no pueden abrir la mochila, y comienzan a registrar las pertenencias de Amanda, todo eso sin dejar de sentir la incómoda sensación de alguien observándolos.

Ya terminada nuestra labor cojo cualquier cosa sin importar lo que sea y lo guardo, pero en especial cojo las pociones. Coge las flechas y las dagas si quieres, después repartimos el resto en partes iguales. Esas cosas no me interesan. Yo revisare de que es cada una, mostrando los frascos de las pociones.

Al final la pelirroja ya esta muerte, que mejor premio o tesoro que ese alma latente aun bajo nuestras huellas.

Comienzo a arreglar mis cosas de nuevo para partir. Salgamos de este sucio bosque. No quiero seguir por acá. comienzo a caminar por donde Aramil me guié.

Toman las pertenencias que les interesan del cuerpo de Amanda antes de apresurarse a desandar sus pasos y salir del bosque, la sensación se mantiene durante unos minutos durante el trayecto, pero se desvanece en cuanto se aproximan al linde y logran escuchar unos pesados pasos alejándose.

Una vez en el sendero, observan los cadáveres y la sangre por doquier, lo mejor sería apresurarse a la próxima ciudad, o por lo menos alejarse del lugar y tomar su almuerzo en el camino.

- Deacuerdo Celghick, ya tenemos lo que queremos. Yo sugiero que comamos un poco de pan y cecina mientras vanzamos por el camino, ya tendremos tiempo de un mejor bocado en alguna de las posadas de la ciudad.- Aramil se preparaba ya para el final de este largo trecho, de su mochila estrajo una ración de comida perfectamente envuelta en hojas secas, que dejo en su cinturón mientras e ponían en marcha.

De otra pequeña bolsa de cuero estrájo un ratón disecado a medias y silbo para que Elindore se acercase. Lanzó el ratón al aire y este fue atrapado por la majestuosa ave en vuelo, quien se retiro rápidamente a los arboles para devorarlo.

- ¿Continuamos pues? ¿o sugieres otra cosa?

No hay tiempo que perder, como tu dices ya tenemos lo que necesitamos, pero aun no tenemos lo mas importante. Bueno tu me entiendes.

Espero a que el montaraz tome su comida y continuo caminando. 

No debemos perder tanto tiempo, ellos ya tienen lo que necesitamos. ¿como lo consiguieron tan rápido?. Debemos ser mas hábiles que ellos a la hora de quitarles lo que es nuestro.

 Caminan unas silenciosas horas que transcurren sin percance alguno hasta que llegan a Grubentreich, una ciudad como cualquier otra. No tardan mucho en encontrar una posada decente donde podrán almorzar.

 Al entrar notan que la gente ya está terminando sus comidas pero que se queda en sus asientos para conversar, la mayoría de los presentes parecen ser viajeros, comerciantes y parroquianos, destaca una patrulla de guardias del Imperio que ocupa dos mesas, comiendo, tomando y charlando despreocupadamente, además de un pequeño grupo de aventureros que no llama demasiado la atención.

Se ubican en una mesa y las miradas de la mayoría de la gente se posa en ustedes por unos segundos, quizás intentando distinguir a simple vista de donde proviene la sangre que mancha sus vestimentas, los cortes y las magulladuras de Celghik, sin embargo, este "examen" termina por fracasar, obviamente. No pasa mucho tiempo hasta que una camarera los atiende con algo de timidez, no han pasado por alto el hecho de que estaban discutiendo acerca de quien los atendería.

Buenos días caballeros - dice con una sonrisa forzada, que sin duda en otras situaciones parecería como una completamente genuina, después de tantas veces practicada, sin embargo, la presencia del serio explorador y del perturbante clérigo ponía a prueba el temple de cualquiera de la sala - ¿Desean algo?

Miro a todos los presentes y les dedico una sonrisa de punta a punta algo perturbadora. Era preciso que nos temieran, si soldados como estos lo hacían tal vez nuestro enemigo nos tuviera aun mas miedo. Tengan miedo de nosotros, alimenten su curiosidad y vengan a nosotros.

Escucho a la muchacho quien nos habla y burlonamente. Danos una pieza para dos, camas separas y llévanos algo de comer allá, solo si gustas, hermosa dama. No sonaba alagador, la esencia del clérigo no daba para que ninguno de sus movimientos ni palabras lo fueran.

Espero a que nos guíe a nuestro lugar y cuando estemos caminando hacia este mismo me dirijo a Aramil en voz muy baja. Hoy tal vez tendremos visita en la noche.

- Interesante saberlo, tomaremos pues las medidas oportunas- El montaraz se encontraba un poco molesto con la situación, su único deseo era poder descansar largamente de un día duro, no le interesaba la atención de las gentes que se encontraban en los lugares comunes, y mucho menos de visitantes nocturnos.

Su mejor amigo había quedado atras, fuera del establecimiento, donde probablemente volaría con libertad por el poblado, cazando pequeñas aves o roedores del campo. Los últimos pensamientos de Aramil era para su compañero. Pensar en su estilizado vuelo y sus tersas alas era algo que siempre le reconfortaba.

Antes de que la chica les dejase solos se recompuso y se dirigió a ella.

- Teneís bestias realmente salvajes en los alrededores ¿es lo habitual en todas las criaturas de esta zona?- Las palabras de aquel rudo forastero y su mirada penetrante clavada en los ojos de la camarerá, sonaban ligeramente a provocación. Posiblemente pretendía ruborizar a la muchacha... o quizá era su tosca forma de intentar entablar un primer acercamiento. Como fuere el joven trotamundos no permitió a la chica reaccionar y continuo su discurso -hum... quiero decir, podríamos hacer buen uso de agua y toallas para lavar nuestras heridas.

 La muchacha asiente con la cabeza ante las palabras de Celghik y los conduce a una habitación en breve.

Parece no saber cómo reaccionar ante el comentario de Aramil, sin embargo, el explorador los saca a ámbos de la incómoda situación.

Sí, traeré eso junto con la comida - dice luego de abrir la puerta de la habitación, para luego retirarse - 

Ya están acomodándose en la habitación cuando la joven regresa con lo pedido.

Serían cinco piezas de oro por todo - añade, después de haber dejado todo en su lugar -

Aramil se levanta con tranquilidad, parte de su indumentaria yacía en una de las ventanas extendida al sol. El montaraz esperaba solo con sus botas y los pantalones de cuero raidos por los multiples viajes. La visión del torso desnudo de aquel hmbre perturbo un poco a la muchacha, quien parecio elevar un suspiro tranquilizador al comprobar que al menos no se encontraba completamente desnudo.

Aquel hombre de mirada severa se levanto presto con su bolsita de cuero en la mano, acercandose a la muchcha con cautela, se sentía de alguna forma intimidado, no por ella, sino por la torpeza con la que se comportaba cuando intentaba establecer un vinculo con alguien.

- Aquí teneis seis monedas mujer- dijo cogiendo la mano de la chica con la suya y poniendo las monedas con la otra - Ruego perdoneís mi indiscreción anterior...- Hizo una pausa, lo suficientemente corta para acentura su discurso, pero no tan larga como para permitirle a la chica salir huyendo, temirno de cerrar la mano de ella con las monedas y continuo -... no soy muy diestro tratando personas, mucho menos con mujeres que poseen ese hado tan... especial.

Clavo su mirada en lso ojos de la chica que no la soporto ni un momento e intentó un rápidamente un movimiento de retirada. Aramil concluyó aquel momento incomodo -Gracias de nuevo. No creo que te incomodemos mas.- y dejo que la chica saliera.

 Miro toda la situación y no puedo poner un rostro burlón. Menos mal a mi no me interesa impresionar a una mujer, no por el momento. Me siento en mi cama y espero a que los tórtolos terminen su conversación y que la chica salga. Cuando Aramil cierre la puerta y en tono burlón tratando de simular su voz.

..."mucho menos con mujeres que poseen ese hado tan... especial."

no puedo evitar dar unas carcajadas fuertes ante la expresión. ¿que fue todo eso?. En forma irónica. Definitivamente eres todo un galán. 

Tomo un poco de comida y comienzo a comer. No era tan precavido como Aramil así que en todo el día no había dado ni un solo bocado.

Al finalizar la cena agarro las toallas y limpio mis heridas con el agua. No quiero estar cubierto de  sangre... con una risita irónica...el rojo no sale con mis ojos.

ya limpio mi torso y cada una de mis magulladuras muevo rápidamente mis manos y pronuncio unas palabras inteligibles. Mis manos se ponen de un tono azul oscuro. Las coloco rápidamente sobre mi torso curando algunas de mis heridas. 

Bueno te dejo por una hora. me pongo en una posición relajada mirando la oscura noche. Señor en esta noche me presento a ti como un servidor mas. las fuerzas del caos... me dispongo a orar.