Partida Rol por web

La arena que esta vacia esperando a a que las lista de apuntados a las pruebas se llenen, para albergar las contiendas  y combates mas sangrientos de las ferias. Es un circulo de arena perfecto delimitado por unas vallas que impiden que los combatientes se salgan de ella, y a la vez proteger y ofrecer las mejores vistas a los aficionados a la sangre y la competicion mas dura. A estas pruebas no se apunta cualquiera, sino los mas valientes y bravos guerreros ,desde barbaros de las montañas, a gnomos con ballestas repetidoras.

Unos cuantos ciudadanos juegan con espadas de madera, mientras los duros de corazon y virtud de combatientes estan al caer. Un organizador manda despejar la pista pues los primeros apuntados a las pruebas , estan llegando al terreno de la contienda , mientras calientan y ajustan sus armaduras, los mas jovenes , se impresionan de la manufactura de las herramientas y vestimentas de los luchadores

Un gnomo encargado abre el cerco y invita a pasar -Vosotros sois los primeros , teneis el honor de estrenar la pista asi que ofrecer un buen espectaculo!!

Prueba 3.3

Al iniciar el segundo día del festival me presento a la zona de la prueba de arquería y busco al mozo que me asistió el día anterior.

Buenos días chico, quiero que me consigas el mejor arco disponible y que regreses en menos de un minuto mientras yo me preparo para esta extenuante prueba. - digo mientras me dirijo a la marca de tiro.

Al cabo de unos segundos, aquel muchacho regresa con un excelente arco largo que parece de manufactura muy fina. 

-¿Este arco le parece adecuado mi señor? - pregunta él y yo asiento con la cabeza mientras le entrego una pieza de plata por su ayuda.

Muy bien chico ahora necesito concentrarme así que por favor dame un minuto, nos reuniremos en la línea de tiro en algunos segundos. - le digo mientras empiezo a prepararme para lanzar un conjuro sobre mi.

Conjuro gracia felina y me apersono en la marca.

Muy bien muchacho ahora quiero que tengas las tres flechas listas y guardes silencio. - digo mientras me posiciono sobre la marca y extiendo mi brazo hacia él quien me pasa la primera flecha, la misma que da en el blanco.

Luego en completo silencio, extiendo nuevamente mi brazo para solicitar mi segunda flecha, la misma que acierta nuevamente a la diana, para finalmente extender nuevamente mi mano hacia aquel muchacho y esperar la tercera flecha.

Tan pronto ubico la flecha en la cuerda del arco, tenso la misma, un segundo más tarde, la flecha ya volaba hacia la diana y se encontraba con sus hermanas.

Nuevamente hiciste un gran trabajo amigo mío, quizá cuando termine el festival decida llevarte conmigo de regreso a mi casa si es que deseas venir. Claro está. - digo con una sonrisa mientras me dirijo a la taberna para buscar a un rival con quien enfrentarme en el duelo a tres sangres.

Torneo Marcial. Prueba 3.3 Arquería.

Martín Dragar pasó las últimas horas preparándose para el torneo marcial. Era tal vez la prueba para la que estaba más preparadao y, paradójicamente, la que mayores connotaciones negtivas tenía para él. El semiorco había luchado a muerte contra otros prisioneros en la arena. Allí no se ganaba o se perdía. Allí se vivía o se moría. Pero no se encontraba actualmente en la misma situación. Ahora lo hacía voluntariamente y entre compañeros que intentaban ganar el torneo del Archiduque. Tenía que pensar en ello como en una situación completamente nueva que nada tenía que ver con su oscuro y sangriento pasado.

Mientras esperaba a que apareciese un contendiente ( o, como él prefería, que se le nombrase por sorteo) se acrecó a la prueba de arquería. Allí le hicieron entrega de un arco de una calidad normal. Seguramente procedía de la armería de alguna unidad militar de la zona. Martin lo cogió. Era agradable al tacto y se notaba usado y , al mismo tiempo, bien mantenido. Era un arma prestada de algún arquero que evidentemente lo cuidadaba con el esmero de quien sabe que es el mejor seguro de vida en el campo de batalla.

Se acercó a la línea de blancos y visualizó los tres blancos que tenía asignado. Un hombre a su derecha le hizo entrega de tres flechas y anotó su nombre en un estadillo.

-Señor Draggar. Cuando quiera puede empezar.

Disparó la primera de las flechas acertando justo en el centro de la diana. Pero el segundo disparo falló por poco...El tercero fue de nuevo al centro.

otro día mas de contienda y el caballero podía notar como el evento llamaba cada vez mas audiencia, la magia era lo completamente opuesto a su oficio, pero la arqueria era algo solía hacer por hobby, el mismo portaba en su equipaje un hermoso arco de tejo hecho para el de las manos de un viejo amigo, los detalles del mismo le hacían hermoso, y su potente impacto letal.

al llegar junto a los demás competidores hace un gesto de saludo y se prepara para la prueba, toma 3 flechas y las clava con diligencia frente a el, calienta su hombro trazando círculos con el movimiento del brazo y tensa varías veces el arco que necesitaba de una buena cantidad de fuerza para poder usarse, el guerrero toma la primera de la flechas y la sacude para que ninguna suciedad afecte su balance, la coloca en el arco y tensa la cuerda, respira profundo y suelta la fecha, con potencia el proyectil sale disparado por los aires y golpea la diana.

toma la segunda flecha y repitiendo el ritual dispara con precisión, esta resulta ser ligeramente mas certera y se clava mas cerca del centro, el caballero asiente satisfecho mientras sonríe a su publico, finalmente toma la ultima de las flechas y apunta de nuevo, el caballero miraba solo su diana pero al ver las habilidades de sus contendientes sabia que el nivel era alto y por lo tanto la contienda seria difícil, en ese momento escuchas los aplausos de algunos asistentes mientras la tercera flecha impactaba en la marca.

Prueba 3.1 Duelo a tres sangres con Estram

Tras ingresar a la arena asumo mi posición y espero la llegada del misterioso Estram.

Tan pronto lo veo llegar uso mi reserva arcana para convertir mi espada corta en un arma afilada +2 y asumo mi posición de combate.

Conforme Erstam se acerca, toma el hacha arrojadiza. Habría preferido un arma un tanto más exótica. Un Hunga-Munga habría estado bien. Pero para la situación, esto servirá.

En verdad se queda esperando al movimiento del bravo Lorian, pero viendo que ninguno hace nada, él decide hacer un par de movimientos con la mano contraria a la que sostiene el hacha...

Tan pronto Estram incia su conjuro me lanzo sobre él. - Ataque de oportunidad, pues conjuras en C/C. - Sin embargo, no logro atinarle al escurridizo conjurador, quien retrocede para salir del alcance de mi arma para realizar un segundo conjuro.

"Rayos esto se va a poner feo" - pienso mientras me acerco nuevamente hacia Estram y lanzo una feroz estocada contra su pecho, la cual estuvo a punto de perforar su corazón.

"Tuviste suerte esta vez, pero la próxima vez quizá no te vaya tan bien." - pienso mientras lo observo con calma.

Erstam aprovecha que estamos mano a mano para hacer un rápido conjuro: HASTE!

Sus ataques son rápidos... pero su falta de fuerza hace que no consiga causar mella alguna en el oponente

Al ver al misterioso Estram intentando lanzar un conjuro lanzo una rápida estocada intentando romper su concentración, forzándolo a retroceder.

"En serio sigue con esos conjuros a corta distancia. ¿Está loco o qué?" - pienso  mientras lanzo un ataque directo con todo contra Estram.

¿Quieres dejar de conjurar y concentrarte en la pelea? - pregunto mientras lanzo una feroz estocada al abdomen de Estram la misma que llega muy cerca de su estómago.

"Demonios, esto debe ser una maldita broma." - pienso mientras lanzo un segundo ataque empleando el poder de mi reserva arcana. - (Reserva Impactante) - para luego lanzar un feroz golpe eléctrico al pecho de Estram.

Erstam no lo duda, y merced a su situación, hace dos ataques rápidos con el hacha, y luego se desvanece y reaparece a 65 pies del rival.

Yep. Los ataques de Erstam fallan estrepitosamente contra las defensas del Magus, pero ¡Hey! el amigo sigue intentandolo.

"Así que ahora buscas distancia, pues bien. Que así sea." - pienso mientras me preparo para conjurar.

Es hora de poner fin a este duelo Estram. Muchas gracias por el combate. - digo mientras conjuro proyéctil mágico.

Tan pronto termino de conjurar, cinco dardos de energía de fuerza salen desde las puntas de los dedos de mi mano izquierda hacia Estram impactando sin error alguno.

Mientras los cinco proyectiles impactan en el cuerpo de Estram, envaino mi espada y saludo al público.

Erstam se queda extrañado. En principio, supuso que la idea era "tocar" al oponente con el arma elegida tres veces, en vez degolpear usando la magia.

"Si te vale esta victoria, tu mismo.

el caballero se hallaba en la arena, sus pasos eran calmos y saludaba al publico, de manera segura avanzaba dejando las huellas en la arena, al encontrarse frente a su oponente y mientras los heraldos hacían la respectivas presentaciones, el caballero hace una sutil venia, en muestra de buena voluntad.

el caballero portaba un escudo en su mano derecha y una espada en su mano izquierda, este levanta su espada a la altura de su pecho mientras recita, en nombre de mi pueblo y mi orden, luchare con justicia en esta contienda, por lo tanto no podre tomar tu vida mientras nuestras intenciones sean buenas. el guerrero baja la espada mientras con un repentino movimiento baja el visor de su yelmo.

Martin observaba desde la distancia a Sir Jozan. Su armadura era espectacular y le daba un aspecto realmente noble y fiero a la vez. Él, Martin Draggar, aparecía ante el público prácticamente sin nada sobre su cuerpo. Un guerrero sin duda se sentiría desnudo de verse como se veía el semiorco. Sobre su suerpo llevba un amuleto, un anillo, un cinturón, una armadura ligera de cuero...y en sus manos absolutamente nada excepto unos cestus que añadían potencia a su pegada. 

Pero, hablando en plata, Martin llevaba toda su vida peleando y no le impresionaban ni las armaduras, ni la arena, ni la sangre ni el público. Eso no quería decir, por supuesto, que no respetase a su rival. Obviamente no era así. De hecho había escogido a su rival, Sir Jozan, por ver en él a alguien de honor. Él jamás había peleado contra alguien así. Siempre se había enfrentado con broncas que peleaban por miedo o bien por obligación. Martin creía que por primera vez podría disfrutar de un combate contra alguien. Por una vez no sentía la angustia de tener que que matar o el miedo a ser asesinado en una arena. Martin creía que debía saberlo...Se acercó a Sir Jozan para comunicárselo.

- Sir Jozan. Es para mí algo nuevo y un honor enfrentarme hoy contigo en este torneo. Por primera vez siento que puedo luchar por algo y contra alguien que respeta al contrincante.- Le tendió la mano- Te agradezco haber aceptado mi invitación...

al ver el gesto del semiorco, jozan levanta una vez mas el visor del casco, y baja su arma, escucha con atención las palabras del heroe liberto y finalmente estrecha su mano, en ese momento nota algo que solo podría apreciarse a corta distancia, este tipo la a pasado mal el cuerpo de su adversario era todo un templo del dolor, cicatriz sobre cicatriz, el respeto se fundió con la cautela, sin duda alguna se enfrentaría uno de los mas fuertes del torneo cosa que le emociono de sobremanera.

el honor es mio, pues se que luchas en nombre de la noble causa de la liberad, que nuestra contienda cree lazos de amistad entre nuestros pueblos, y que gane el mejor, en cuanto termine esto, me gustaría escuchar la historia de tu pueblo el caballero mira al juez que con buen agrado ve la cordialidad de los contrincantes al tiempo que espera que estos tomen sus posiciones apropiadas para el evento.

Martin estrechó la mano enguantelada de su contrincante y regresó a su puesto varios metros alejados de Sir Jozan. Se preparó para la lucha. Alzó los puños en señal de lucha. No se lo pondría fácil. Sería un buen combate. Miró al árbrito y le vió dar la señal de inicio... 

En cuanto dieron el comienzo los músculos de jozan se tiemplan como un arco, y a pesar de su armadura el caballero acorta la distancia con su adversario, la defensa de este era sólida, mostraba la postura de un combatiente curtido, el caballero lanza un tajo descendente y con una velocidad inusitada traza una herida al costado de su enemigo, tal es la precisión del caballero que evita lastimar de manera masiva al semíorco.

Habiendo dado la primera estocada el caballero levanta su escudo anticipando la trayectoria de la lluvia de golpes que se avecinaba.