Partida Rol por web

Akami sale de trabajar tras un duro día bailando y sirviendo copas en el Golden Club cuando recibe un mensaje en su commlink personal:

De: @Jack

Para: @Akami

Buenas noches, preciosa. Acaba de caerme en el regazo un encargo que te interesará. Pregunta por un tal Sr. Smith en un reservado del Infierno de Dante dentro de 2 horas. Dar tu nombre en la entrada te ahorrará el tedioso proceso de espera en la cola.

Parece importante y el Sr Smith me ha preguntado específicamente por tí. Y me cuentan que podría estar trabajando para una de las 10 Grandes. Ten cuidado.

Jack

Artemis se encuentra tomando un sintacafé (hacía mucho que su cuenta estaba en números rojos y no podía permitirse café de verdad) en el Bar de Joe cuando el barman le deslizó un datachip sobre la mesa. Mirándolo extrañado y tras asegurarse de que no contenía ningún código malicioso, lo introdujo en su commlink para descubrir que contenía un único mensaje de texto:

De: @Joe

Para: @Artemis

Renegado, me ha contactado un tal Sr. Smith para que te ofrezca una entrevista de trabajo en un reservado del Infierno de Dante dentro de 2 horas. Dar tu nom de guerre en la entrada es todo lo que necesitas para entrar.

Joe era una rata soplona, y el elfo no se fiaba de él lo más mínimo. Pero conseguía buenos trabajos, así que hasta ahora Artemis y él disfrutaban de una provechosa relación simbiótica, y tras pensarlo un poco decidió que no perdía nada por escuchar. Y podría volver a permitirse café de verdad si sacaba neoyenes de ello...

Ian pasó sus dedos por los agujeros de bala que atravesaban su capucha. Demasiado cerca esta vez pensó mientras lo hacía. Ese último encargo de la mafia había resultado peligroso, los guardias de aquel almacén no estaban tan indefensos como le había contado el representante de los Ciarnello y la paga no había sido nada extraordinario. En ello pensaba cuando llegó un mensaje a su commlink:

De: @Arreglador

Para: @Ian

Saltador, un tal Sr. Smith ha pedido que te reunas con él en un reservado del Infierno de Dante dentro de 2 horas. Te están esperando así que deberías estar en la lista para saltarte toda la cola que suele haber en ese agujero.

Quizás este trabajo te permita dejar de ser el chico de los recados de otros y empieces a hacer neoyenes de verdad. Ya sabes donde estoy.

Kai se encontraba practicando en su galería de tiro clandestina favorita de LA. Desde el destierro forzado de Saeder-Krupp, tenía que recurrir al simple entrenamiento para mentener sus capacidades intactas. No había signos de que su situación fuese a cambiar a corto plazo, lo cual le enfurecía y disgustaba a partes iguales. Fue entonces cuando llegó un mensaje a su commlink:

De: @Hans

Para: @Steelface

Kai, un tal Sr. Smith lleva barriendo las sombras un par de días buscando que un especialista en infiltración y sistemas de seguridad. Le he hablado de ti y quiere te reúnas con él en un reservado del Infierno de Dante mañana a las 20:00 de mañana. Te adjunto billete para el próximo vuelo suborbital a Seattle. Te estarán esperando en el club, así que tu nombre debería ser lo único que necesitas para que te franqueen el paso a la entrada.

Ya sé qué me vas a preguntar. Siento no saber nada de tu solicitud de traslado, pero al menos este trabajo podría proporcionarte algunos fondos mientras esperas. Lamento no poder hacer más.

Un saludo

Hans

Nébula recibió el paquete a primera hora de la tarde. En su interior encontró sus nuevos SIN falsos y un mensaje de Sarah en un datachip:

Uno de mis contactos me ha dicho que un tal Sr. Smith busca talento en las sombras. Si te interesa deberías reunirte con él en un reservado del Infierno de Dante dentro de 2 horas. Yo he podido entrar con uno de los SINs que he fabricado más de una vez, así que es una oportunidad excelente de ver si mi trabajo cumple con los estándares de calidad que me has pedido y de que hagas unos neoyenes a mayores.

Cuídate,

Sarah

Download flotaba por la Matriz, disfrutando de la libertad de flotar en el flujo de datos y observando el infinito horizonte del mundo virtual cuando un pergamino volador se materializó delante de él, flotando suavemente hasta sus manos. El código binario era casi la lengua materna de Steve, que descifró el contenido de la misiva sin esfuerzo alguno:

@De: Sr Smith

@Para: Download

Apreciado señor, Mr Smith requiere de sus abundantes conocimientos del mundo virtual. Le espera en el Infierno de Dante dentro de 2 horas. Encontrará un RFID que le franqueará el paso en su buzón.

Saludos,

Sr Smith

19 de Septiembre, 2075. 19:45 horas

El Infierno de Dante está situado en la unión de la Quinta Avenida con Madison. No hay mucha cola fuera, lo cual es predecible porque el propietario, Dante Passini, ha diseñado el lugar para que aquellos que esperan para entrar lo hagan en la escalera forjada de hierro que rodea el edificio por fuera. El que te vean hacer cola en el Infierno es ya en sí mismo una marca de estatus.

Vuestras invitaciones resultan ser válidas y los trolls aumentados que constituyen la seguridad de la entrada os dejan pasar con una inclinación de cabeza. Al parecer tenéis que dirigiros al tercer piso, que corresponde con el Tercer Círculo: la Codicia. AROs con aspecto de diablillos vuelan por doquier publicitando los últimos cócteles de diseño mientras gogós vestidas con escuetos bikinis bailan en unas piscinas de un líquido dorado, imitando el oro fundido en el que hervían los pecadores de la obra del dramaturgo florentino.

La localización del reservado aparece claramente en vuestros commlink. Parece que el Sr Smith no ha llegado, pero alguien ha dejado varios aperitivos sobre una mesa central y una carta virtual con forma de pergamino flota en el centro de la misma animándoos a pedir una consumición prepagada.

El estar en un sitio tan diferente a lo que acostumbra le ponía nervioso. En verdad desencajaba mucho con lo que había a su alrededor. No solo el ser un Orco de gran estatura lo delataba, también su ropa, aunque práctica para hacer deporte y parar algunas balas, le hacía desentonar bastante. Además, iba como encogido como si temiera llamar la atención y que alguien se fijara en él, y así era en realidad.

Apagó el reproductor de música de su commlink callando a Rob Halford. Ian se sentó torpemente dentro del reservado, miró a su alrededor y cuando se dió cuenta de la carta soltó un parco; Whiskey kon cola, por favor. Habrá que esperar a que estemos todos...

Como era de esperar, Nebula cruzó las puertas del Infierno sin mayores dificultades que alguna que otra mirada indiscreta. Ajena a todas ellas, se adentró en el local mirando a un lado y a otro, con cierta curiosidad superficial hasta llegar al lugar indicado. No era la primera, así que dedicó unos segundos a examinar al orco que se había acomodado allí y esbozando una encantadora sonrisa entro en el espacio reservado para la reunión.

- Buenas noches.

Su voz era suave y bien modulada y aunque hablaba un correcto ingles podia detectarse un ligero acento europeo difícil de clasificar tan solo con aquel saludo.

La indumentaria de la mujer no desentonaba en absoluto con aquel ambiente, pues vestía un muy ceñido vestido negro que se adhería a su figura de forma impecable y que hacia prácticamente innecesario un registro en busca de armas, ya que ni tan siquiera en el pequeño bolso de mano no mayor que una billetera podría ocultar nada peligroso.

Tras sentarse frente al desconocido, cruzó sus piernas de forma elegante e hizo la petición de su bebida.

- Taéngelé, bien frío.

Finalmente se presentó, sin dejar de observarlo con sus intensos ojos azules.

- Mi nombre es Nebula, y supongo que estamos aquí por el mismo motivo.

Como había sospechado por el nombre, todo el lugar era un derroche de espectacularidad. Desde la decoración hasta los camareros y las bailarinas, todo parecía dar el aspecto de que se trataba de un club privado y muy exclusivo. Podía entender perfectamente que aquél local y sus consumidores hubiesen cobrado popularidad. Los trolls de seguridad le trajeron recuerdos poco agradables. Durante un momento buscó discretamente bajo el abrigo el tranquilizador tacto de la empuñadura de su katana, la única pertenencia que llevaba a todas partes, pero en seguida le abrieron las puertas y avanzó al interior del local sin dedicarles un segundo pensamiento.

El aspecto de Artemis simplemente no pegaba con el ambiente. Frente a las coloridas y extravagantes ropas de los clientes de El Infierno de Dante las suyas eran sobrias y aburridas; cualquiera que le viera pasar sin detenerse como una exhalación lo hubiera confundido con un guardaespaldas de algún niño rico antes de pensar que se encontraba allí por sus propios motivos.

El reservado no estaba vacío, aunque por la cantidad de sillas vacías entendió que aún faltaban varios miembros más por llegar. Antes que nada buscó un sitio adecuado y se puso cómodo. La invitación a la bebida era tentadora, y le apetecía quitarse de la boca el mal sabor del último bar por donde había pasado aquél día - Tomaré un café. -

- Parece que trabajaremos juntos. - Dijo finalmente mirando a sus dos compañeros presentes al tiempo que se quitaba las gafas de sol, revelando el ciberware que se ocultaba tras ellas; desde su punto de vista aquello se trataba de una demostración de confianza en el equipo. - Podéis llamarme Artemis, o "Renegado" si lo preferís. -

Había estado en lugares parecidos otras veces, aunque siempre por trabajo. Sin dejarse impresionar se acercó a la mesa sin ocultar que iba armado, los trolls de la entrada no le habían puesto pegas al dar su nombre, y no reaccionaron al ver el arma, o eran muy profesionales o tenían demasiados implantes.

Un café de verdad para mí también. Dijo con un ligero accento extranjero. Cuando los demás empezaron a presentarse él hizo lo propio. "Steelface". No era muy dificil darse cuenta el por que del mote,tenía varias partes de la cara reforzadas con algún tipo de implante o acero, producto de alguna horrible herida o modificación estetica para intentar parecer más intimidante.

Todavía no he aceptado nada, ya veremos si la oferta lo vale.

Dinero habría seguramente, Hans no le enviaba cosas menores y solía hacer una ligera busqueda antes de pasarle un trabajo(aunque no le explicara los resultados), así que suponía que los que tenía alrededor serían como minimo competentes.

Akami sintiendo interés por la oferta recibida se dirigió al Infierno de Dante. Mmm..., veamos que es lo que ofrece el tal señor Smith, pensó intrigada. Dando sus credenciales paso al interior del local parándose a observar el número de las gogos en la piscina de liquido dorado, no esta mal, exclamó al ver el espectáculo. Subiendo a la tercera planta llego al reservado donde se encontró al entrar un orco, una humana y un tipo de extraño rostro elfico con un traje llamativo. Buenas! Exclamo la bella elfa, mostrando una sonrisa. Estudiando brevemente a estos, se presento a continuación sentándose a un lado. Mi nombre es Akami, veo que esto esta concurrido!

Tomare un café, uno del bueno!  

Y bien, alguien sabe que es lo que ocurre aquí? Quien es nuestro empleador?

La sala estaba muy concurrida cuando llegó Steve. Varios individuos de apariencias dispares ocupaban cada uno un asiento del reservado y quedaban pocos espacios vacíos.

Steve lucía un traje informar pero aún así bastante elegante. Su cara no lucía ninguna suerte de implantes de metal ni parecía ir cargado de plomo por ningún lado. Quizá alguna pequeña automática oculta en algún lugar del traje, pero poco más. A priori no parecía un hombre habituado a tratar las calles o desenvolverse en los bajos fondos pero algo en su mirada parecía revelar algún secreto oculto bajo esa apariencia formal.

—Buenas tardes —dijo mientras se sentaba en la penúltima silla vacía.

Observó atentamente la carta y seleccionó una buena cerveza realizando la petición formal sobre la misma sin apenas mover un músculo.

—¿El Sr. Smith? —preguntó confirmando que ninguno de los presentes era su contacto.

-Demasiada gente... y toda tan dispar... buufff.- 

Ian se movió incomodo en su asiento mientras veía entrar gente. Primero la explosiva mujer que no dejaba de mirarle fijamente, luego unos cuantos orejas picudas...

-Bu-buenas noches. HUMMMM. Buenas noches a todos. Me llaman "Saltador". Que bonita noche hace ¿Verdad?. No, aún no parece que haya llegado el señor Smith... esperemos que no se retrase mucho...

Según hablaba no podía dejar de pensar en lo estúpido que tenía que sonar en ese momento. Cuando llegó su copa bajo la mirada y empezó a beber avidamente. 

Una camarera con traje rojo aumentado por AROs que representan cuernos y un rabo de diablilla deja vuestras bebidas sobre la mesa en un tiempo notablemente corto. Más excepcional todavía es que todas parecen estar en el punto justo de sabor o temperatura. Sustancias reales, nada de sustitutos sintéticos.

Al salir, alguien sujeta la puerta y deja salir a la chica antes de plantarse en el centro de la habitación. Mr Smith resulta ser un hombre de mediana edad, pelo cuidadosamente despeinado para conseguir un aire casual y que lleva gafas polarizadas pese a la poca luz del reservado. Va vestido con un dos piezas de Armanté Clásico 2056, aunque una camisa de color llamativo sobresale por encima del cuello y por fuera de los puños de la chaqueta.

-Bienvenidos, veo que han llegado todos a tiempo. Celebro que mi oferta les interese o, como mínimo, haya picado su curiosidad. Les he contactado porque alguien cree que forman un equipo completo pese a que según tengo entendido no han tenido la oportunidad de trabajar juntos. De hecho no se conocen siquiera, según tengo entendido. Excepcional dice sin mirar a ninguno de vosotros en concreto.

-Como veo que todos están servidos y he visto a una jovencita con un parecido notable con María Mercurial en sus años jóvenes ahí fuera, intentaremos que esto sea lo más rápido y claro posible.

El trabajo que les propongo implica entra la entrada por medios poco convencionales en las oficinas de cierta compañía de nivel medio, pero cuyo principal asociado tiene ciertas conexiones políticas. El objetivo es recuperar unos datos de la habitación de servidores que no puede ser accedida desde fuera. Tras ello, deberán exfiltrarse secuestrando un transporte de la propia compañía que convenientemente aterrizará en la azotea del edificio.

Mi empleador está en posición de ofrecer armas y equipos de la mejor calidad para facilitar la entrada y lidiar con la seguridad on site, además de 20.000 neoyenes por cabeza pagaderos a ustedes o un beneficiario de su elección si, el Gran Fantasma no lo quiera, fallecen en el intento.

Por supuesto, he de insistir en que aquellos que no acepten los términos abandonen inmediatamente la sala. Pero pueden llevarse las bebidas sonríe.

Tras presentarse a todos los que iban llegando, sonriendoles con amabilidad y charlando de banalidades con cualquiera que le diese un mínimo de conversación, las bebidas llegaron y a continuación su potencial empleador, que no se fue por las ramas y pasó a describir directamente el asunto en el que se estaban involucrando.

Aunque su expresión no se alteró ni un musculo, no pudo evitar pensar que tal cantidad de dinero era sin duda algo inusual.

- Vaya por delante que estoy interesada en el trabajo, y en cuanto le sea posible desearía saber un poco mas de las medidas de seguridad a las que nos enfrentaremos, mas que nada por que por lo que esta dispuestos a pagarnos, no creo que se trate del sistema estándar de las oficinas de una "compañía media".

Tras saborear lentamente el licor elfico que había pedido se apoyó en el respaldo de su asiento a la espera de que le respondiese así como de conocer la disposición del resto, así como de cualquier otra pregunta que tuvieran para Mr. Smith.

—La señorita se me ha adelantado —dijo Steve educadamente mientras lucía una sonrisa respetuosa a Nébula—. Demasiado dinero sugiere que la tarea no es sencilla... pero mejor así.

Tras una pausa en la que aprovechó para dar un largo sorbo a su cerveza volvió a hablar.

—Cuando todos hayan dado su conformidad me gustaría que nos hablara un poco de esas medidas de seguridad, como solicita la señorita. Extraer los datos del servidor no supondrá ningún problema una vez dentro. No obstante, puede que al resto del grupo de haga falta algo de equipo que ya ha dicho que puede proporcionarnos pero yo tengo mis métodos y me gusta obtener el equipo de mis fuentes. Le sugeriría sustituir mi parte del equipo por un adelanto de... pongamos 2000¥, además de los 20000¥ prometidos.

El elfo asintió. Bien, ha picado mi curiosidad. Los metodos poco convencionales no me gustan pero si está todo bien pensado no debería haber problema. Sin embargo para la extrusion... supongo que alguno de los presentes tendrá entrenamiento, si no necesitaremos una memoria para ello.

Su cara parecía imperturbable al hablar, miró en la dirección del hombre que acababa de hablar. Yo no rechazaría el equipo tan rapido, los metodos que describe el Sr Smith suelen necesitar equipo bastante especializado, como equipo de escalada, submarinismo o de caida libre, y esos són bastante caros, sobretodo si tienen que cubrir a un usuario inexperto.

¿Escalada?

Esas palabras hicieron que Ian volviese a la conversación.

Me interesa el trabajo. ¿Pero de que se trata exactamente? y ¿Con quién nos estaríamos metiendo?

—Claro que sí amigo —dijo respondiendo al elfo—. No dudo que quizá usted o algún otro miembro del equipo sea ducho con esa clase de equipo. Pero, si les soy sincero, yo no sabría qué hacer con ese tipo de cuerdas y enganches para escalar. No, mi área de trabajo es otra y para eso no necesito ningún artilugio. Por eso le sugería al Sr. Smith que una parte del pago en equipo se haga en cash, por si tenemos que aflojar alguna lengua... ya me entienden.