Partida Rol por web

21 de Septiembre, 2075. 21:45 horas

Una fría brisa pasa entre los cabellos y los pliegues de la ropa de los runners desde atrás, causando que las alas de nylon de los ultraligeros crujan con un casi silencioso susurro de tejido de plástico.

Bajo y ante ellos brilla el firmamento de luces del skyline nocturno de Seattle, deslumbrando hasta humillar las estrellas que relucen en el ennegrecido cielo. Las luces de los rascacielos corporativos y las zonas de aterrizaje de los VDAV también resplandecen como gemas dispersas entre arena negra. Acúmulos de nubes oscuras cruzan el cielo nocturno liberando ráfagas de nieve y cristales helados de lluvia congelada.

Sobre las cabezas de los runners, el resplandor rojo de la espira de la Aguja Espacial se irradia hacia abajo, como un faro de color rojo infernal que atrae el poder a la corrupción y guia la corrupción al poder. El edificio de 184 metros queda empequeñecido por los monolitos corporativos que se elevan sobre él en todas direcciones, creando una cruda y vertical barrera de cristales especulares que separan a privilegiados y no privilegiados de Seattle. Pero desde la azotea de la estructura, y mirando hacia abajo, no parece tan pequeño.

Una última comprobación de las Nightwing muestra todos los parámetros en verde; el ultraligero es más un planeador que un avión, pero lo que le falta de carrocería y medidas de seguridad lo compensa con su susurrante motor y una estructura que absorbe las ondas de radar. El viento comienza a soplar, y las nubes oscuras parecen comenzar a confluir en algo mucho más grande y siniestro. En otras palabras, no habrá un momento mejor que el presente.

Con una silenciosa plegaria a los poderes en los que cada cuál más confían que le escuchen, los miembros del grupo se lanzan hacia delante, sobrepasando el borde de la plataforma agarrados a las ala deltas. Tienen un momento para contemplar cómo se habría sentido Ícaro cuando alcanzó su inesperado cénit y comenzó a caer (¡oh, mierda! debió haber pensado) antes de que una corriente termal ralentice su descenso hasta un planeo controlado y vean las bulliciosas calles de Seattle pasar bajo sus pies. La mayoría no son capaces de ver sus casas desde aquí, pero edificios como la Pirámide de Aztechnologia y la enorme e iluminada silueta de la antigua Arcología Renraku es fácil de reconocer. Los pocos bloques de edificios entre ellos y el rascacielos de Inversiones Brackhaven quedan rápidamente atrás cuando vuelan al sur y luego giran hacia el este.

Más abajo, en las calles, los piquetes y manifestantes se mueven adelante y atrás, chocando con la línea de guardias de la metroplex y los polis de Caballero Errante; desde aquí parecen dos ejércitos de hormigas de diferentes colores que se pelean por las miguitas de un picnic. Al levantar la mirada, pueden ver los helipuertos en la azotea del edificio de IB, delimitados por luces rojas parpadeantes; las esquinas del edificio relucen con brillantes focos de arcosodio que iluminan las réfagas de nieve y lluvia de color mercurio. Detrás de ellos queda el viento frío que se cuela por el Estrecho de Puget. Hay una caida de 160 metros hasta las despiadadas calles de la ciudad.

Pero delante de ellos se encuentra por fin el objetivo de la misión: una torreta que esperan esté desactivada, un muro de cerraduras magnéticas que deber ser reventadas, una sinfonía de alarmas por silenciar y un pequeño ejército de guardias corporativos con los que lidiar.

Casi dan ganas de sonreir, ¿no?

Justo antes de dar el salto invoco un espíritu del aire para que nos ayude en el vuelo y aterrizaje.

 Oh espirutus del aire honrad lo antiguos pactos, y ayudanos en este momento de necesidad, acudimos con humildad ante vosotros para que en vuestra grandeza ayudeis a nosotros los pobres mortales.

 De la nada una brumosa forma de una serpiente emplumada se materaliza.

Nebula parpadeó un par de veces para asegurarse de que las lentes de contacto estaban funcionando perfectamente, antes de acercarse a su vehículo y prepararse para el descenso. Iba enfundada en un suit de tejido oscuro, hecho de una sola pieza que se adaptaba a las formas de su cuerpo a la perfección y cuyo sistema de camuflaje activaría en cuanto aterrizaran en la azotea. Por lo demás no llevaba encima nada mas o al menos que pudiera verse a simple vista, aunque lo cierto es que no eran demasiadas las cosas que podría ocultar con una indumentaria como esa.

- Nos vemos ahí abajo chicos.

Kai estaba equipado y preparado desde hacía horas, todavía tenía alguno de los puntos que le habían repartido por todo el cuerpo.

Puntos, maldita sea, para ahorrar costes usan una tecnología arcaica.

Todavía se sentía algo entumecido por la operación, y el hecho de que sus brazos se movieran solos nada más activar el skillsoft lo desconcertó un poco. La misión era de por sí un acto de fe, pero usar aquella tecnología, aunque probada, también le desconcertaba enormemente.

Vamos a ello.

Se dejó llevar, su cabeza y su cuerpo funcionaban en automatico y vió como algunos de sus compañeros luchaban por controlar el planeador, operarse había sido una buena idea.
 

Ian no se sentía cómodo en el aparato, pero la curiosidad y la adrenalina de probar a volar así le hacían vencer los nervios que pudiera tener al usar ese cacharro... en todo caso... aunque saliese mal siempre le quedaban sus habilidades físicas para salvarse de una muerte segura.

-Vamos chicos, esto va a ser coser y cantar.- Dijo, antes de arrojarse al vacío, con una amplia sonrisa en sus labios

Mientras miraba hacia el suelo desde el borde del edificio Artemis solo podía pensar en que aquella era la infiltración más extravagante que había llevado a cabo nunca; aunque no podía negar que sería silenciosa, al menos si las torretas estaban desactivadas como se había prometido.

- Esperemos que estos trastos funcionen como deben, o será un trabajo muy corto. - fueron sus últimas palabras antes de saltar y dejarse llevar por su transporte, aunque su reticencia no parecía justificada, ya que el ala delta cumplió con creces llevándolo como si tuviera voluntad propia.

Nunca había volado en el mundo real, no era lo suyo, pero Steve confiaba en los soft así que sin mucha vacilación se dejó caer confiando su vida a las Nightwing.

Con una mirada cómplice a los compañeros no dijo nada más.

La mayor parte de los runners aterrizan en la azotea sin incidencias, flexionando las rodillas al aterrizar tal y como les había advertido el equipo que montó los aladeltas y respirando aliviados al detenerse en el lugar esperado.

Sin embargo, dos de los miembros del grupo tienen problemas: Catapult se queda corto en el salto pero por suerte para él, el espíritu del aire que ha conjurado lo recoge en una cama de aire y lo deposita gentilmente en la azotea.

Nébula no tiene tanta suerte: comienza un descenso controlado pero se confía y frena demasiado pronto, viendo impotente como va pasando por encima del edificio. El espíritu del aire intenta frenarla, pero incluso proyectando una ráfaga de viento de intensidad casi huracanada no puede detenerla en seco. Desesperada, la experta en combate cuerpo a cuerpo tiene que soltarse del arnés del aladelta y dejarse caer a plomo. Aterriza justo en el borde, cargando todo su peso en ambas piernas y sin poder reprimir un grito de dolor.

No todo son malas noticias: la torreta de defensa no ha aparecido y como cortesía, los técnicos han desmontado el candado magnético que da acceso a la escalera de incendios. Además de eso, varias antenas y del helipuerto delimitado por LEDs parpadeantes, una sencilla puerta de acceso blindado con otro candado magnético, este plenamente funcional, da acceso al último piso del edifico de Inversiones Brackhaven.

Nebula intentó guiar el planeador lo mejor posible, pero por alguna razón no conseguía hacerse con el control, y finalmente tuvo que dejarse caer desde una altura considerable. Por desgracia el lugar de aterrizaje estaba tan próximo al borde que no pudo rodar por el suelo para amortiguar la caída y el impacto fue brutal incluso para sus piernas reforzadas.

Tuvo que apretar los dientes con fuerza hasta hacerlos rechinar para no emitir un grito de dolor cuando aterrizo violentamente sobre sus piernas que se llevaron un gran castigo dejándola al borde de la inconsciencia. Se dejó caer lentamente en el suelo preguntándose si seria capaz de ponerse en pie y caminar después de aquello. Desde luego no era la mejor manera de empezar una incursión.

Tras dar las gracias a poderoso espíritu por a su ayuda a mi y a mi compañera inmediatamente me acerco a atender las heridas de mi compañera.

Rápidamente empiezo un bajo canturreo invocando la protección y ayuda del padre oso y siento como su espíritu infunde fuerzas en nuestra dolorida compañera. Tras terminar el conjuro, veo que nuestra compañera aunque sanada por el poder del padre oso, no se encuentra completamente recuperada. Tomo el medikit y procedo a una curación más mundana de las heridas sufridas por la caída, pero mi escaso conocimiento de las técnicas de auxilio en combate no mejora demasiado su situación.

Para finalizar mi actuación sobre la compañera herida, vuelvo a pedir el favor del padre oso para que alivie el dolor de las heridas de Nébula, y esta vez el gran espiritu pone su poder de mi parte para quitar el dolor de sus aún abiertas heridas a nuestra compañera.

Mientras proyecto mis sentidos al astral y comienzo a limpiar las trazas de los poderosos conjuros de curación usados, le digo a mi paciente : "Aún tienes un grave daño en tu cuerpo, evita el combate , el dolor ha sido anulado pero no las heridas, y un sobreesfuerzo o una herida mas pueden llevarte de este mundo".

Viendo como Catapult se ponía a auxiliar a Nébula, Ian decidió asegurar el área sacando su Ares light fire silenciada, cargada con balas de gel, y se puso su máscara de gas para ocultar su rostro a cualquier cámara de seguridad o testigo.

-Muy bueno lo de ese espíritu, Catapult. Muy profesional. ¿Nébula, como vas? 

Echando un primer vistazo y viendo dos formas de avanzar se le ocurrió una idea

-¿Seguimos juntos o preferís ir en dos equipos para asegurarnos el llegar al objetivo? En cualquier caso abro camino.

Esto debe ser una misión de infiltración no de asalto, todos juntos en el mayor silencio posible, gracias Saltador, siempre es de agradecer el reconocimiento de tus compañeros, si nos dividimos no podré prestar apoyo mágico ni defensa mágica mas que a un grupo, además al no haber hecho una incursión astral no sabemos que tipos de medidas mágicas defensivas hay, voto por permanecer juntos.

  Digo mientras conecto el medikit. 

El incidente de Nebula había disparado sus nervios - Ni siquiera hemos comenzado y ya hemos estado a punto de perder a uno, parecemos novatos. - Por suerte, parecía que "Catapult" era un hombre de recursos. En sus anteriores incursiones en muy pocas ocasiones había visto espíritus mágicos de cerca, y menos aún como aliados.

- No esperaba contar con un sanador en esta misión, supongo que todos debemos agradecerte por ello, y sobre todo Nebula. - Mientras hablaba, Artemis comprobaba su equipo y la conexión smart-link de sus armas. Se sentía más confiado con su katana, es silenciosa, no necesita munición y no se encasquilla; pero de nada le serviría todo eso cuando comenzasen a llover las balas.

- Estoy de acuerdo con Catapult; sigamos juntos. Sin embargo eso solo nos deja un camino, que "Download" desactive las alarmas de la puerta. A menos que todos os veáis capaces de descender por esas escaleras haciendo menos ruido que un gato caminando sobre una alfombra. -

Tal y como su apodo daba a entender(y la cantidad de ciberware) Kai ni se inmutó cuando su compañera se estrelló contra el suelo, y pasó inmediatamente a controlar el perimetro. La torreta no les había masacrado, ya era algo.
Recordad que tenemos una ventana de diez minutos antes de que la torreta se reactive, o la inutilizamos o nos movemos. Viendo que estaban todavía tratando a Nebula Kai volvió a enfundar su arma y se acercó a la escalera de incendios. Voy a ver como está la cosa por aquí.

Comprobando que todo su equipo estuviera bien colocado para evitar el ruido más minimo empezó a descender.

 Solo sigo la senda que el padre Oso nos muestra e intento extender sus dones entre los "mios", Renegado. Espero que Steelface sea un ninja porque todos podíamos bajar por las escaleras bajo la cobertura del poder del espiritu de aire que he convocado, si él, no hace saltar las alarmas .

 Sois un buen grupo actuar como tál, las torretas no creo que deban preocuparnos sus objetivos vendrán de fuera del edificio no de dentro.
 

Con una ligera brisa, el espíritu conjurado por Catapult vuela alrededor de cada uno de los miembros del grupo, difuminando su forma y haciéndolos menos visibles mediante la magia...

- Os recuerdo que abandonaremos el edificio por el aire, al menos si se cumple el plan previsto por nuestro patrón. - Enfatizó Artemis ante la previsión de que aquella torreta olvidada les derribase una vez se considerasen a salvo. - Dicho esto, mejor inutilizar la torreta justo antes de partir, cuando podamos permitirnos algo menos de sutileza. -

Parecía que la iniciativa de Steelface y los poderes de Catapult ya nos habían dado una dirección. Desde luego, las escaleras exteriores eran el trayecto más rápido y directo pero sin aquella magia como refuerzo habría sido arriesgado ir por allí. Mientras avanzaba tras los otros dos, pistola en mano y pegado a la pared, solo podía pensar satisfecho en que ahora las cosas sí parecían marchar bajo control.