Partida Rol por web

Shhh. Vete a dormir

Prólogo - Última superviviente

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11/10/2019, 13:18
-Espíritu de Nueva York-

Estación de Cypress Hills, Nueva York.

Octubre de 2016

La verja metálica de la estación de metro está cerrada, pero Chris consigue abrirla al tercer intento con ese truco de Ragabash suyo. Resulta difícil concentrarse cuando uno se está agarrando las tripas.

Jo… der – maldice Chris por enésima vez mientras se apoya en Elanie para adentrarse en la estación – No… se cierra, Eli ¿Por qué cojones no se cierra? – Chris sufre una arcada. Mientras se sacude para expulsar un vómito de sangre algo alargado y viscoso escapa por la escabrosa herida que tiene en el abdomen, infligida por la motosierra de esa lunática disfrazada de enfermera infernal.

El… metro no tardará en pasar – Chris se derrumba contra una columna – Cuando pase nos enganchamos y viajamos de gorra a donde queramos ¿Vale? No es elegante pero es… práctico.

Mientras habla Elaine hace trizas la chaqueta del Ragabash para improvisar un vendaje con el que sujetarle los intestinos. Chris se estremece cuando ella empieza a apretarlos.

¿Qué coño son, Eli? – pregunta Chris – Agatha dijo que eran simples fomori, pero eso fue antes de que la puta de ojos negros la decapitara con esa jodida espada de plata ¡No puede ser! Si sólo son fomori ¿Cómo se han cargado a Alistair?

Elaine lucha contra las arcadas mientras trabaja. Los dos huelen al vertedero donde dos de sus hermanos han perdido la vida a manos de un numeroso grupo de fomori. Aunque la pregunta que más le ronda la cabeza es ¿cómo llegaron allí? No es una Theurge. Todo lo que sabe es que su manada estaba investigando una serie de asesinatos en Queens. Las víctimas eran todos adolescentes de clase media-alta. La mayoría tenía expedientes abiertos por acosar a otros estudiantes y algún que otro problema de drogas, nada llamativo para unos jóvenes neoyorquinos. Sin embargo la saña y brutalidad con la que los mataron hizo que la policía impusiera un férreo silencio mediático y llamó al FBI. Un policía de los Moradores del Cristal avisó a la manada de Elaine.

Eli, tengo mucho sueño – Chris está pálido – La jodida herida no… se cierra ¿No se supone que somos malditos Garou, coño?

Reuniendo pistas e investigando la manada de Elaine consiguió dar no con un asesino, sino tres: Un chico con la cara blanca y la boca abierta de oreja a oreja, otro cubierto con un impermeable amarillo con capucha y un tercero disfrazado como una siniestra versión de Link, el protagonista de los famoso videojuegos de Zelda. Cuando la manada se encontró con ellos iban de camino a cometer un nuevo asesinato, hablando alegremente de lo que iban a hacer con esa chica antes y después de matarla.

Cuando Agatha informó que eran fomori Alistair recurrió a su Rabia y mató a dos de ellos antes de que se dieran cuenta de lo que estaba pasando. El tercer fomor, el de la cara blanca, salió huyendo mientras soltaba demenciales carcajadas. La manada lo persiguió hasta acorralarlo en un callejón apenas iluminado por una farola de luz parpadeante. Al fondo había una figura humana apenas iluminada, alta y muy delgada, tras la que las sombras se movían de formas extrañas. Alistair dio la orden de atacar, la manada se lanzó sobre el fomor de la cara blanca…

… y de repente estaban en un vertedero.

El hedor era nauseabundo. A ambos lados de la manada se erguían montañas de basura y desperdicios. El fomor pálido les observaba desde una farola con una mirada de triunfo. De su sucia sudadera gris sacó un enorme cuchillo de cocina recubierto de plata.

¿Os habéis perdido, lobitos? – preguntó con sorna – Porque en este lugar sólo hay pesadillas.

Esa fue la señal de inicio. Elaine no sabría decir cuántos fomori los atacaron. Estaba la chica de ojos negros que se movía a tal velocidad que resultaba difícil seguirla. Su espada de plata decapitó a Agatha con un único tajo. Había una chica que portaba una almádena tan alta como ella, el chico con la máscara antigas que empuñaba una pistola de dardos, una especie de payaso sinestro con garras enormes… entre los tres hicieron pedazos a Alistair más rápido de lo que él acabó con los otros dos. Luego estaba aquella chica disfrazada de enfermera que casi destripó a Chris con su motosierra, y el tipo con la máscara azul que casi le corta un brazo a Elaine con sus cuchillos de combate bañados en plata. Y otros a los que Elaine apenas consiguió ver entre el caos de cuerpos en movimiento, gritos de batalla y alaridos de dolor.

¿De dónde salieron? – se pregunta Chris – No eran un maldito Primer Equipo de Pentex, y eran demasiado poderosos como para ser poseídos espontáneos. Alguien tuvo que… crearlos.

El ruido de una motosierra interrumpe las reflexiones de Chris. Varias sombras empiezan a descender por las escaleras. Al mismo tiempo el túnel trae los primeros ecos del metro acercándose a toda velocidad por el túnel.

Tenemos que llegar a Central Park – susurra Chris al oído de Elaine – Hablar con Madre Larissa y… ¡AGH!

Cuatro garras negras brotan del cuello de Chris empapando a Elaine con su sangre. La mano que le ha atravesado el cuello se continúa con un brazo grotescamente largo que llega hasta las escaleras, donde el payaso siniestro sonríe con sus afiladísimos dientes. A su lado se encuentra la siniestra enfermera de  uniforme negro y el tipo de la cara pálida. Chris empuja a Elaine hacia la vía antes de que el brazo que le tiene empalado se sacuda arrancándole la cabeza.

Shhh – dice el fomor pálido – Vete a dormir.

En ese momento el tren cruzó la estación a casi cien kilómetros por hora. De alguna forma Elaine consigue engancharse y escapar de sus perseguidores. Sin saber muy bien cómo va haciendo trasbordos saltando de un tren a otro hasta que consigue llegar a la estación de Central Park. Elaine salta y rueda rompiéndose varios huesos hasta estrellarse de forma poco elegante contra una columna.

Eh ¿estás bien? – le pregunta una voz. A estas horas la estación debería estar cerrada y desierta.

Está bien jodida – comenta otra voz – Lo bastante como para acabar entre nosotros ¡JA!

Cállate, imbécil – le chista la primera voz. La vista de Elaine se despeja lo suficiente como para distinguir la cara de quien le está hablando: una mujer rubia y musculosa que lleva un bastón con los extremos forrados de metal – Tranquila, ahora estás a salvo. Nos han enviado a buscarte…

Notas de juego

Elaine empieza esta partida con 3 niveles de salud agravados (Es decir, Lesionada) a causa de la cuchillada con plata que recibió. 

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28/10/2019, 17:52
Elaine A. Rothschild

La Galliard se muerde el labio con fuerza mientras mira cómo el chico intenta abrir la verja. Le ayudaría, pero ahora mismo tiene sus dedos entrelazados con los de la mano que él está utilizando para sostenerse las tripas, y la otra mano (la del brazo medio destrozado) lo está aguantando por el cinturón para que no se le desplome en este suelo mugriento.

Aguanta su peso y el de su hermano por un excruciante camino a trompicones por la estación, deteniéndose sólo al notar que Chris necesita vomitar. Con rapidez le pone la mano en la frente, intentando hacer el proceso algo más sencillo pero fallando estrepitosamente. Cuando nota que algo se escapa de la herida le cede unos segundos de descanso, y se arrodilla a su lado para ver si puede darle unos minutos más. Al ver la herida se vuelve a morder el labio, va a ser que no. Asiente a lo que él le dice, no va a volver a repetirle lo de la plata, él ya lo sabe. A tirones se saca su propia chaqueta, y la de Chris. La suya está menos sucia y empapada así que cubre los hombros del pobre chico con ella y usa la que acaba de quitarle para hacer vendas. Para distraerlo le aparta un momento el pelo de la frente y le sonríe, la cara de su hermano un espectro de grises que cada vez se difuminan más, con manchurrones que no deberían estar ahí.

-Lo práctico me parece bien, mi alfa. Aguanta.- Le da un brusco tirón al vendaje para contener la hemorragia, que no para pero sí se realentiza. Le acomoda la chaqueta sobre los hombros, es muy importante que no se enfríe. Respira hondo, aguantándose las arcadas y el dolor intenso en el brazo. Y el cubito de hielo que se le está formando en las entrañas al ver el estado de su hermano.- No sé lo que son, Chris. Pero tenemos que ponerte de pie y salir de aquí. Aunque tenga que cargar contigo. Después iremos a por ellos.

Mira otra vez al chico, el corazón encogido al escucharlo decir que tiene sueño. Se sienta un momento a su lado y lo aprieta fuerte contra ella, intentando darle algo de calor. Incapaz de sanarlo lo abraza con fuerza un instante y le besa la frente, infundiéndole ánimos. No esperaba que su papel de Galliard tuviera que llegar hasta ese punto. Tampoco esperaba estar sentada con su hermano en un charco hecho con su propia sangre... 

-Cuando estemos a salvo y te hayan curado te dejaré dormir todo el tiempo que quieras, y luego te invitaré a pizza. A ese horrible buffet libre que tanto te gusta. - Sonríe con tristeza y se enjuga las lágrimas con una mano manchada de cosas terribles.- Ya te lo he dicho, somos fuertes pero no inmortales.- Se le va a escapar un sollozo, pero lo devuelve a su garganta a fuerza de voluntad. En vez de eso intenta provocar una respuesta en el chico, hacer que su sangre se mueva. Tienen que salir de ahí. - Nunca me escuchas, dichoso Ragabash...

Pestañea al recordar lo que les ha pasado a sus otros hermanos, la pesadilla que empezó como una misión normal de coge-a-esos-asesinos y que terminó mal, terriblemente mal. Asiente de nuevo, desde luego que no eran poseídos espontáneos. Esos pobres desgraciados no tienen el control necesario para hacer lo que ellos le hicieron a Alistair, un Ahroun fogueado. Vale lo que le hicieron a ella, que no es un combatiente, pero el bronco Garou parecía que había estado en batalla todos los años de su corta vida y ellos...ellos...Gaia bendita.

Escucha la motosierra y se pone en pie de un brinco, pasando los brazos bajo los de Chris y ayudándolo a incorporarse. Mientras lo hace el chico se apoya en ella, y por debajo de la sangre y del icor huele a su hermano, la esencia del Ragabash que ha aprendido a querer aunque son como el día y la noche, la del alfa por el que daría la vida. Olor de comida casera, de la estufa de parafina que tiene en el apartamento y ese aroma particular de la gente a la que le gusta dormir. Olor a calor y sueño, a afecto y familia. El olor de su manada. Por la brusca inspiración sabe que él acaba de olerla también, algo habitual entre hermanos para reforzar lazos. Escucha atentamente lo que él le susurra, y pestañea cuando la sangre del único hermano que le queda la empapa.

Por un segundo pierde el norte, el Lobo forcejeando contra los barrotes clama que vaya y acabe con los que la han dejado sola, que vengue a su familia. Pero Chris le hace un último favor y la empuja, apartándola del peligro antes de que ese monstruo termine de matarlo.

No sabe cómo consiguió engancharse al metro, ni cómo logra hacer los cambios necesarios. A ella no le gusta ese medio de transporte, y se mantenía callada y nerviosa durante todos sus trayectos, permitiendo que sus hermanos la guiaran y haciendo oidos sordos a todas las indicaciones que alguna vez intentaron darle. Parece que algo en su subconsciente sí les prestaba atención, ya que consigue llegar a su destino. Totalmente insensible a lo que pueda pasarle salta hasta alcanzar la plataforma, intentando protegerse la cabeza pero sintiendo que se parte algunos huesos antes de estamparse contra una columna con una brusca inhalación. Por lo menos ha dejado de dar vueltas.

Apoya la parte de atrás de la cabeza contra el cemento resquebrajado y respira hondo, hasta que oye las voces y durante un segundo descubre los colmillos. El instinto la guía, e inhala profundamente para intentar identificar a la gente que le está hablando. No sabe si son Garou o no, pero la frase de la voz número 2 le hace sospechar que sí, lo que confirma la voz número 1 y su olor. Abre los ojos lo suficiente para vislumbrar a la propietaria de la primera voz. Grande, fuerte, mujer y armada. Sabe lo que la otra mujer está viendo, y que no debe ser un espectáculo especialmente impresionante. Cuadra los hombros con un crujido de huesos a medio soldar, su educación toma las riendas y de un brusco cabeceo echa los níveos mechones hacia atrás, dejando al descubierto su cara. Va a cumplir la última orden de su alfa le cueste lo que le cueste.

-Me llamo Elaine Rothschild, de los Colmillos Plateados.- Por alguna razón que ahora mismo no puede entender los sentimientos de profunda pena se han marchado, dejándola casi insensible a todo lo que ocurre a su alrededor menos a su cometido. Con gestos bruscos saca el reloj de bolsillo, una copia exacta del que llevan todos sus familiares Garou, y lo sostiene de manera que los otros dos puedan verlo claramente. Intuye que ellos deben saber a quién están buscando, pero la voz de su padre se abre camino en su mente, firme como la tierra que sostiene sus pies: “Primero te presentas, luego expones tu misión. Eres una diplomática, y el representante de nuestra familia. Compórtate como tal”. Las risas de sus hermanos vuelven a cascabelear en su memoria, y el Lobo vuelve a rugir. En cambio su voz suena pausada y tranquila, para no contrariar a dos Garou que pueden estar muy, muy estresados. Y ella ahora mismo sólo tiene un brazo funcional.- Y necesito ver a Madre Larissa.

Notas de juego

Vaya ganas tenía de empezar la partida jajaja. Con tu permiso por lo de "Herencia notable" (por si acaso no la reconocen tal y como está) el reloj que lleva es una de esas reliquias familiares que los apolillados Colmillos Plateados seguro que tienen a montones, y el pobre Chris ha sido ascendido a Alfa XD

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29/10/2019, 11:50
Emma Shaw

Nos han mandao aquí, guapa - dice alguien desde detrás de la mujer - Pero si nos quiés soltar una propina por mí da buten.

Es una identificación - le rebate la mujer - Familia Rothschild, de la casa del Corazón Sabio. Haz algo útil y vigila los túneles.

¡Joer con la Hija Gaia, coñe! - protesta el tipo - Das más órdenes que un jodío sombrilla.

¿Quieres discutirlo cuando volvamos? - gruñe ella rechinando los dientes (1) - ¿Delante de Spotlight?

Que no, que no, coño - Una linterna se enciende y una figura bajita y delgada salta a las vías - ¡Despejao, cagüen mivida!

Claudia, acércate - ordena la mujer - Tranquila, te pondrás bien. Me llamo Emma Shaw, de los Hijos de Gaia.

Una veinteañera pelirroja con un mechón teñido de morado se acuclilla junto al brazo herido de Elaine.

Podrías cambiar de forma para regenerarte - sugiere tras echar un rápido vistazo.

Fíjate bien, Claudia - dice Emma - Le cortaron con un filo de plata.

Claudia mira a Elaine boquiabierta. Después pone sus manos sobre el brazo de Elaine, acariciándola suavemente. Los ojos se le tiñen de color esmeralda y Elaine siente un suave calor pasando desde sus manos hacia ella. Cuando las retira la herida ha desaparecido sin dejar siquiera cicatriz.

Vamos - Emma golpea las losas con el extremo metálico de su bastón para avisar al vigilante, que sale de las vías maldiciendo y rezongando.

Elaine había oído hablar muchas veces de la belleza del túmulo de Central Park, pero verlo en persona es algo totalmente distinto. A pesar de estar encerrada entre enormes edificios de acero y cristal, la vida natural brilla y florece con colores vívidos y aromas frescos que hacen que Elaine se sienta segura. No en casa, pero sí a salvo. Los tres Garou la conducen hacia el Estanque de la Tortuga. Una anciana está sentada en la orilla refrescándose los pies en el agua mientras echa migas de pan a los peces que nadan a su alrededor.

Madre Larissa - la saluda Emma. La anciana levanta la vista y mira a Elaine con los ojos entrecerrados.

Vaya, así que el puñetero sombrilla tenía razón - palmea el suelo junto a ella - Siéntate, niña. Tienes aspecto de haber sobrevivido a un infierno. Cuéntale tus penas a Madre Larissa. Aquí nadie te va a hacer ningún daño...

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Roce materno (Claudia)

Dificultad: 4

Tirada (7 dados): 2, 7, 6, 4, 4, 2, 5

Éxitos: 5

Notas de juego

  1. Sí, ya sé que los Hijos de Gaia suelen ser pacifistas, pero siguen siendo hombres lobo y teniendo Rabia.
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29/10/2019, 16:05
Elaine A. Rothschild

Elaine no dice ni una palabra ante el “intercambio de opiniones” de los dos Garou que acaban de aparecer. Primero porque todavía está impresionada con lo que acaba de pasar, y no le ayuda a centrarse que piensen que su preciado reloj es una especie de soborno. Segundo porque Gaia la libre de meterse en una disputa entre dos Hombres Lobo que no conoce en un territorio desconocido y tal y como está. Seguro que se las apañan bien sin un mediador.

Cuando la chica del pelo extraño (1) se acerca a su brazo duda un momento, pero al final cede y la deja hacer, esperando que sea una sanadora. Al escuchar el consejo clava los ojos en la muchacha, preguntándose si sería adecuado explicarle el por qué no lo ha hecho. Opta por callarse, no sabe la formación que la joven ha tenido y no es su responsabilidad enseñarle. Casi suspira de alivio al comprobar que Emma le explica lo que pasa y respira hondo mientras la sana.

-Te lo agradezco.- Sabe que para hacer eso Claudia ha tenido que ceder parte de su energía para ayudarla a ella, una completa desconocida. Fuerza una sonrisa.- Ahora me encuentro mucho mejor.

Se pone en pie a pesar de los chasquidos que siguen provocando sus huesos mientras se recolocan, y se enjuga un poco la sangre que ya ha parado de fluir.

Toma un educado segundo lugar y espera que la guíen, adoptando una posición de tranquilidad y respeto que no puede evitar que levante la vista, momentánea (y agradablemente) sorprendida al ver el túmulo de Central Park. Espera un par de segundos antes de entrar en la zona, demostrando el debido respeto ante sus habitantes, y cuando la anciana la mira hace una ligera reverencia con la cabeza. Le da igual su Tribu o su Auspicio: está en su casa y ha mandado ayuda a buscarla. Debe mostrarle el máximo respeto. No obstante hace un gesto de duda al escuchar de nuevo el término “sombrilla”, ya que ignora totalmente su significado.

-Con su permiso, Madre Larissa-rhya.- Dice justo antes de sentarse en la orilla al lado de la anciana, pero no lo suficientemente cerca para incomodarla.- Muchas gracias por enviar a alguien a buscarme. Yo...- Se queda un momento pensando en cómo continuar, mirando fijamente el agua y los peces que nadan en ella. Está tan sucia que tiene miedo de manchar la zona y provocar la ira de la mujer.- me llamo Elaine,- no dice su apellido ni su familia, consciente de que la mujer ya los conoce y por lo tanto no es necesario.- y soy...-se muerde el labio.- era la Galliard de la manada del Cruce de Caminos. En Queens hubo una serie de muertes horribles, y mi manada fue a investigar. - Sigue hablando con la vista fija en el agua, intentando ordenar sus pensamientos y centrarse.- Lo que descubrimos nos llevó a los asesinos, y después de que Agatha los identificara como fomori Alistair....- carraspea un momento, le duele decir sus nombres.- nuestro Ahroun mató a dos de ellos, pero uno escapó. Lo perseguimos, y pasó algo terrible.- Mira a la anciana, sigue sin entender qué pasó en aquel callejón.- había otro, con una sombra extraña, y cuando fuimos a por él nos...llevó a un vertedero. No sé cómo.- Concluye con sinceridad.- Eran demasiados, demasiado rápidos, no me lo explico. Como las pesadillas que cuentan los humanos.- Usa sus habilidades de Galliard para explicarle con detalle a la anciana algunas de las apariencias, con palabras parcas y serenas (2).- No eran un Primer Equipo de Pentex, y tenían demasiado poder, control y compenetración para ser poseídos espontáneos. Si lo hubieran sido los habríamos hecho trizas.- Niega con la cabeza.- Pero no lo eran, y mataron a Agatha y a Alistair allí mismo, como quien corta una brizna de hierba. Ambos eran Camada de Fenris...-Sigue negando con la cabeza.- Chris y yo escapamos, pero él estaba malherido y...nos cogieron en la estación de Cypress Hills. Lo mataron.- Pestañea con fuerza, vuelve a sentir ese espantoso vacío en su interior.- Antes de que lo mataran mi alfa me dio una orden, y la estoy cumpliendo...

Notas de juego

Tuve una vez un máster que decía que los Hijos de Gaia eran pacifistas hasta que sacaban la vara de Iskkaku, y que no debíamos confundir "pacifista" con "pacífico" XD

(1) Elaine no ve los colores, para ella son cambios en la saturación de la escala de grises, por ello se refiere al cabello de Claudia como "extraño"

(2) Para evitar hacer un tocho-post repitiendo la info que me has dado me gustaría asumir que Elaine le explica a Mamá Larissa la apariencia de los asesinos de manera que la anciana pueda hacerse una idea de la función.

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02/11/2019, 08:47
Madre Larissa

Comprendo - suspira Madre Larissa - Emma, haz correr la voz de que esta noche habrá consejo. Empezaremos por un ritual para honrar a los hermanos de Elaine muertos, y después ella nos hablará a todos de estos asesinos.

Sí, Madre - dice la Hija de Gaia antes de marcharse.

No podemos devolverte a tus hermanos - la Anciana habla ahora con Elaine - Pero les daremos a ellos la despedida honrosa que se merecen y a ti la oportunidad de vengarte...

Notas de juego

Te dejo el post abierto por si quieres añadir algo más. Abro la siguiente escena.

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03/11/2019, 15:33
Elaine A. Rothschild

Elaine no hace ningún gesto, aunque está aliviada. Esperaba la ayuda para vengar a sus hermanos y las palabras de la anciana la han tranquilizado ligeramente.

-Os lo agradezco, Madre Larissa-rhya.- Se mira las manos, sabe que su aspecto no es el adecuado para lo que va a venir.- Con su permiso voy a asearme, no quiero despedirme de mis hermanos de esta manera...