Partida Rol por web

En cuanto la Señora Oscura se enteró de que sus esbirros no habían cumplido la misión que les había encomendado, temblaros todos los cimientos de la fortaleza e incluso comenzaron a levantarse los muertos de los cementerios colindantes para largarse de allí no les fuera a tocar algo. 

- ¡OS QUIERO A TODOS EN EL SALÓN DEL TRONO! ¡YA! 

Por vuestro bien, ese ya fue dejar todo lo que estabais haciendo y salir disparados hacia el lugar en el que se os esperaba, pues yendo, aún teníais alguna posibilidad de sobrevivir, pero si no acudíais... 

- No puedo creerme que no hayáis conseguido esos dichosos puntos de carisma. ¡Pero si iban en sacos en camiones y os di la ruta! 

Claro que para el resto de cosas os las habíais tenido que arreglar vosotros, pero eso ya era cosa vuestra, que se suponía que erais esbirros hábiles para alguna cosa, lo que vuestra señora ya no tenía tan claro era para qué en aquellos momentos. 

- ¡YA PODÉIS EMPEZAR A CONTARME QUÉ ES LO QUE HABÉIS ESTADO HACIENDO Y MÁS VALE QUE DESCUBRA DE QUIÉN ES LA CULPA DE TANTA INUTILIDAD JUNTA O SINO... 

La Señora Oscura decidió calmarse un poco, o se desharía de todo en aquel mismo momento y se sentó en su trono, echando un vistazo a los que tenía delante de ella. 

- ¡Menuda panda de...! 

- Tú, el limón, habla. 

Sí, había dejado de gritar así que puede que se hubiera calmado un poquito. 

El pequeño Limón se arrodilló ante su Señora, su Maestra Oscura, su Liberadora de la Nevera Prisión... que estaba justamente indignada por el resultado de la misión. Y sólo él podía preveer las terribles consecuencias que tendría... ¡Un exprimidor!

Comenzó a hablar abyectamente a su magnificencia —Mi señora oscura... vos sabéis que yo nunca os traicionaría. No ¡Nunca! ¡Fueron ellos, esos hobbi... esos dos inútiles que tenía como compañeros, Delcojón el mamón y el sombrero madero. 

Inspiró fuertemente. —Resulta que cuando nos encargó la misión hablaron de hacer una fiesta para celebrar la victoria. Yo no quería, pero Von sombrero y el escudero... Decían que sin fiesta no pensaban ir a por los frikipuntos. 

—Y entonces... ¡La fiesta duró toda la noche! Y entonces a la mañana siguiente, a la hora de hacer la misión iban borrachos, borrachos para no conseguir robar esos camiones llenos de frikipuntos. 

La señora no estaba contenta. Eso era obvio. Y también lógico. No en vano los demás la habían cagado. No él, Von Sombrero, por supuesto. Pero con lo que tenía para trabajar no podía llegar a más.

Por eso le soprendió cuando el limón les echaba la culpa a los demás. A Von Sombrero además. Minitendo a cascoporro además.

¿Cómo que quisimos ir de fiesta? Pero si eras tú el que quiso ir. Dijiste que te apetecían patatas fritas y que habías visto una muy mona, y que querías entrar en aquel lugar.

Delcojón agachó la cabeza en un acto reflejo en cuanto husmeó la furia de su ama. Demasiado acostumbrado estaba a recibir pescozones y reprimendas para no vérselas venir de bien lejos.

Siguió el transcurrir de la conversación hasta que se sintió aludido por las acusaciones de Citronio, a lo que no pudo sinó empezar a negar enérgicamente con la cabeza.

-¡Oh! ¡No no no, mi Señora, nada de eso! ¡Este sucio limón miente como un bellaco!-Se lanzó a besar los pies de su furiosa ama como muestra de absoluta pleitesía.

Luego al escuchar a su otro compañero secuaz pareció armarse nuevamente de valor.

-¡Así es, mi señora! ¡Es como él dice! ¡Y digo más! ¡El muy Hideputa no se conformó con tratar de cortejar a la patata frita si no que la prometió en esponsales! 

La Señora Oscura escuchó las palabras de Citronio con una cara que no dejaba ver nada más que su enojo, pero claro, cuando te están diciendo que antes de cumplir la misión que tenían que cumplir, se estaban yendo de fiesta, no se te podía poner otra cara. Además, para ver a la Señora Oscura contenta algo muy grave y malo había tenido que pasar en el mundo. 

- ¿Cómo? - Preguntó sin poderse creer que estuvieran todos borrachos al día siguiente. 

Claro que sus compañeros enseguida comenzaron a decir que aquello no había sucedido como lo estaba contando y bueno, eso de la patata y de la boda necesitaba algo de aclaración. 

- Un limón y una patata... - Sí, aquella visión era un poco extraña, pero cosas más raras de habían visto. 

- Explícame qué es eso de la boda y la patata antes de que busque un exprimidor... - Sí, las palabras de vuestra ama aún eran sosegadas, pero claro, aquel interrogatorio acababa de empezar y la cosa aún podría ponerse bastante fea, de hecho, eso mismo era lo que sucedería. 

El limón lloró lágrimas de frustración. ¿Pero a qué venía hablar de eso? ¡De su gran victoria! 

—¿Tengo que explicarlo? La señora patata era una asquerosa que iba a traicionarnos a los cuervos y avisar de nuestros planes, tuve que hacer un patatacidio. ¡Yo sólo quería cumplir las deseos de la Señora Oscura! Así que incluso en plena fiesta trabajé para ella. La manera de exterminarla fue prometerme en matrimonio, un sexy limón como yo no pasa desapercibido, así la atraje a la fiesta. La patata era murciana y nada le gustaría más que juntar patatas con limón... pero en vez de decir "si quiero" dije "sí quiero matarte" y la despedacé y tiré al fuego.

Citronio cruzó lo brazos y miró ácidamente a sus compañeros. No es que pudiera mirarle de otra manera, por supuesto. 

La cara de Delcojón fue todo un poema ante la nueva disyuntiva, a la que reaccionó nuevamente lanzándose a los pies de su dueña

-¡No es culpa de vuestro más abyecto siervo, mi señora, la más poderosa y terrible!-se lamento exageradamente, no abandonando ni por un segundo los pies de la Señora Oscura.

-¡Lo que dice el cítrico es cierto en parte, mi señora! ¡Sí es cierto que la patata parecía querer traicionaros! Por eso mismo tuvimos que hacernos pasar por invitados a la boda y, para no levantar sospechas, ¡tuvimos que beber del buen vinazo!-mientras se explicaba, su expresión facial iba pasando de un estado a otro casi sin patrón alguno.

-¡Pero no es cierto que nos emborrachásemos, mi señora! No al menos vuestro fiel Delcojón... Ya sabéis que mi padre era beodo y por eso mismo tengo una resistencia a los licores digna de un bisonte-dijo orgulloso

-No es tan así con el tipo del sombrero... él sí que bebió demasiado, mi señora... más cuando el limón había acabado con la patata traidora y estuvimos listos para partir, Von sombrero se sintió mal por el vinazo bebido y nos hizo desviarnos a un curandero conocido suyo que aseguró vivía allí cerca, ¡pero resultó estar a varias millas y eso nos desvió de la misión!

Ya sabía que sería yo el primero en meter la pata... ¡por querer no entorpecer al resto!

¡Piedad, Maligna! prometo ir más al tanto!

Lo que no le quedó del todo claro a la Señora Oscura era cómo aquella patata se había enterado de sus planes, porque alguien se lo había tenido que contar, pero bueno, el caso es que de una forma u otra la patata murió y por el momento el plan quedó entre los esbirros. 

- Al menos ahí sí que tendríais patatas fritas. - Dije pensando en eso de que las había echado al fuego. 

Citronio se quedó mirando fijamente a Delcojón y yo lo observé a su vez. 

- ¿Eso significa que él sabe más cosas? 

No lo tenía nada claro, pero bueno, a ver si conseguía empezar la fiesta sin matar a nadie aún. 

- Delcojón. ¿Qué hicisteis después de lo de la patata?

La cara de Delcojón fue todo un poema en cuanto su dueña le dirigió directamente la palabra, a lo que reaccionó nuevamente lanzándose sus pies

-¡No es culpa de vuestro más abyecto siervo, mi señora, la más poderosa y terrible!-se lamento exageradamente, no abandonando ni por un segundo los pies de la Señora Oscura, si bien ni siquiera se le estaba culpando de nada concreto.

-¡Lo que dice el cítrico es cierto en parte, mi señora! ¡Sí es cierto que la patata parecía querer traicionaros! Por eso mismo tuvimos que hacernos pasar por invitados a la boda y, para no levantar sospechas, ¡tuvimos que beber del buen vinazo!-mientras se explicaba, su expresión facial iba pasando de un estado a otro casi sin patrón alguno.

-Vuestro fiel Delcojón no se vió afectado por el bebercio... Ya sabéis que mi padre era beodo y por eso mismo tengo una resistencia a los licores digna de un bisonte lanudo-dijo orgulloso

-Pero algo no olía bien en todo aquello, no señor... Vuestro buen Delcojón consideró de importancia capital el descubrir como se había enterado de los planes de su bajeza aquella sucia patata, por lo que fuimos a hablar con Lengua Amarilla, del que se dice que conoce todos los rumores del mundo... Si alguien había hablado de más, él nos daría el nombre y luego....-¡Moriría degollado!-con el dedo simuló el rajar de garganta mientras esbozaba una picada y apestosa sonrisa.

Von Sombrero se estaba cepillando el sombrero que se había manchado un poco al estar tan cerca de Delcojón. El limón parecía haberse aslvado de momento de la ira de la Señora, de una manera bastante sutil y habíl, todo había que decirlo. Y ahora era el achaparrado ese el que estaba en el punto de mira.
Von Sombrero pertenecía a una larga generación de esbirros que había servido de manera muy breve a la Señora Oscura. Así que sabía que si quería salir bien parado lo importante era tirar mierda a los demás. Claro que en el caso de Descojón, por el olor que desprendía, se sentía bastante agusto en ella.

Ejem. Me parece, mi querido Bribón, que en todo eso os dejais algún que otro detallito sin importancia. Nada grave, seguro, ni a proposito, por supuesto. Pero quizás querrías explicar por qué después de dejar la boda insististe tanto en ir a la peluquería de ese pariente vuestro, antes que ir a buscar información de ese lengua amarilla.
Seguro que había una buena razón a pesar de que no nos la contaste a los demás.

A vuestra ama le pareció estupendamente bien que tratarais de averiguar el por qué de esa traición, bueno, en realidad, lo que verdaderamente le parecía bien era que liquidarais todo vestigio de traición, pero no tenía muy claro si podía pediros tanto dado que habíais venido sin cumplir la misión. 

- ¿El chismoso ese de Lengua Amarilla os dijo algo o sólo cotilleos inútiles? - Porque claro, tenía pinta de ser como la vecina del cuarto. De esas que se pasan todo el día en la ventana y se imagina las cosas que ve, como ver una película sin sonido y ponerle tú las voces. 

Claro que tras decir aquello, el tipo extraño del sombrero dijo lo de la peluquería de su pariente y la Señora puso de nuevo cara de circunstancia. 

- No podía ir todo tan bien como pintaba... 

- ¿Necesitabas ir a la peluquería para ir a ver al chismoso ese? 

Aquello no me hacía demasiada gracia, pero iba a esperar a ver qué tenía que decir el esbirro en cuestión. 

Delcojón no pudo abrir la boca. Quizás ya estaba lo suficientemente asustado como para pensar en todo lo que le podía hacer su ama, que venían a ser un montón de cosas que no le iban a gustar. También podía ser que sus neuronas no hubieran hecho contacto o cualquier cosa similar. 

- La próxima vez que no respondas cuando se te pregunta te arrancaré la piel a tiras. - La Señora Oscura le estaba haciendo un pronto regalo de navidad, aunque a este ritmo estaba claro que no iba a llegar a disfrutarla. 

Levantando la cabeza la mujer miró al tipo extraño del sombrero. Es que ni siquiera se podía imaginar qué clase de engendro era. Era como demasiado pequeño para ser un orco, pero tampoco tenía pinta de goblin... En fin, ya lo iría descubriendo. 

- Von Sombrero. ¿Quieres contarme eso lo que hicisteis en esa peluquería? ¿Sirvió para algo que tuviera que ver con lo que os había encomendado? 

-¡Clemencia mi señora!-Se lanzó a lo pies de su ama, a llorar desconsoladamente.

Algunas veces le pasaba que, por quedarse mirando las musarañas, su cerebro parecía bloquearse a todo estímulo externo

Von Sombrero se estaba limpiando el mismo, que había quedado un poco perjudicado debido a la misión tan importantísima que habían tenido que hacer, cuando la Señora se dirigió a él.
Que su malignificencia se hubiese percatado de su existencia era un sueño hecho realidad. Claro que si en lugar de estar con ganas de fulminar a alguien con sólo mirarlo, eso si era afortunado, lo que quisiera es promocionarle hubiera sido mucho mejor.

No obstante Von Sombrero tragó saliba y se acercó a su oscura grandiosidad y se le hizo una reverencia que casi le parte por la mitad, pero la señora lo valía.

Su increible Malignidad, su más humilde siervo le pide perdón por todo lo sucedido. Como estoy convencido que supondrá, mi más fermiente deseo era cumplir con la misión encomendada por vos. Pero la verdad es que con semejante ayuda poco podía hacer uno. Que si irse de bodas, que si luego a comer a un macdonals, que si ver a un chismoso.
Todo aquello no hacia si no desviarnos de su megaimportantísima misión. Y eso no podía ser. Así que decidí ir a buscar ayuda más competente con la que poder robar los minipuntos o frikipuntos o carismapuntos o las cosas de esas de los umbrianos rarunos esos.
Fue por ello que contacté con un conocido mio. Un Koala tragaldabas que se podía comer de todo, incluídos esos puntos de carisma. Tan sólo tenía que llevarlo al lugar donde estaban, que se los comiera y luego traerlo para que su Oscurimalignidadse los sacase de esas maneras tan originales que tiene vuecencia para torturar a la gente. Que sé cuanto le gusta eso.

Como puede observar, era un plan brillante.

-¡Un momento, mi querida señora! ¿Que es aquesta patraña que escuchan mis ceruleas orejas?-gritó indignado ante la imaginaria manera de contar lo sucedido por parte del tipo del sombrero.

-¿Lo de su amigo el Koala que iba a utilizar para la misión se está refiriendo a aquel tipo ridículo, disfrazado de abejorro y con acento pueblerino?

¡Sin duda que era un tragaldabas, mis señora! ¡Eso sí es bien cierto! ¡Y si pretendía utilizarlo para comerse los puntos lo desconzco realmente! Pero lo que es tan cierto como que sois tan maligna como hermosa es que lo primero que hicieron nada más reunirse fué encaminarse a Villarriba a no se qué de una verbena. Ahí dieron buena cuenta de toda una mesa de embutidos. ¡Por eso se que el tipo era un tragaldabas! pero tan inutil como ridícula era su vestimenta!... ¡Y por si fuera poco, todo el camino estubo cantando a cerca de constuir un corral a su Opá, sea lo que demonios sea eso!